LOS PADRES Y LOS NIÑOS
PRESENTACION
1.- PREVIO
2.- MOMENTOS CLAVE PARA EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
3.- EL GRUPO FAMILIAR
4.- EL POTENCIAL EN LA INFANCIA
5.- AUTOESTIMA Y SEGURIDAD EN SÍ MISMO
6.- EL COMPORTAMIENTO HACIA EL NIÑO O NIÑA
7.- EL COMPORTAMIENTO POSITIVO
8.- EL MODELO A IMITAR
9.- LA ACTUACIÓN FAMILIAR
10.- LA SEGURIDAD AFECTIVA NECESARIA
11.- EL NIÑO ES NIÑO

8.- EL MODELO A IMITAR

La familia, además de ser la transmisora de la herencia genética, representa el primer contexto social donde el niño o la niña se desenvuelve. Es, por tanto, el pilar básico de la educación y la socialización porque la personalidad infantil se forma en la relación con los demás y de la calidad de estas primeras experiencias va a depender la madurez y el equilibrio emocional de los pequeños.

La familia está constituida principalmente por padre, madre e hijos que forman una comunidad basada en un hogar común y las interrelaciones de sus miembros. Dentro de la comunidad familiar, los principales educadores son los padres, se encargan del bienestar y la salud física, de establecer las normas de convivencia y moldean la conducta de los hijos e hijas a través de su experiencia y actuaciones. Principalmente, la familia es un ámbito donde la persona se siente atendida, acogida, aceptada, protegida y amada.

Todas las familias de una misma cultura comparten criterios sobre las costumbres, las normas de comportamiento y los valores. Enseñan al niño o la niña a comportarse según se espera en la cultura en que vive acompañándole y dirigiéndole desde la total dependencia hacia la autonomía y madurez.

El niño aprende a comportarse según las pautas de conducta que observa en otras personas que toma como modelo. Elige a esas personas porque despiertan su interés o las valora de forma positiva. El padre y la madre deben tener presente en todo momento que el niño o la niña hace lo que ve hacer, no lo que le dicen que haga. Principalmente, son sus modelos a imitar. Por ello, la unidad de criterios es de vital importancia.

No está en nuestras manos modificar los planteamientos de la sociedad, de los medios de comunicación, pero si es factible que en agentes más decisivo, el ámbito familiar, los criterios sean comunes en sus principios básicos.

El padre y la madre han de estar de acuerdo en las pautas a seguir, acordar sus actuaciones ante los comportamientos a crear o eliminar, y mantenerlas con firmeza, no con inflexibilidad. No deben aclarar las dudas o las opiniones contradictorias delante de los hijos o hijas, ni comentar sobre ello cuando están presentes.

Los pequeños imitan comportamientos en los que observan resultados eficaces, sin discernir si están bien o mal. Los héroes de las series televisivas suelen triunfar gracias a comportamientos agresivos, engañosos y faltos de escrúpulos morales y en el ambiente de la calle siempre parece salir triunfador el que más violencia verbal o física ejerce.

Nunca es demasiado pronto para inculcar en los niños y niñas unos sólidos valores humanos, nuestra mirada atenta puede prevenir el que tomen modelos inadecuados para imitar su comportamiento.


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