LA EDUCACION INFANTIL EN EL
SIGLO XXI
Ponencia
presentada en el Congreso de Madrid Diciembre-98 por: José
Rivero H. |
I. LOS ACELERADOS CAMBIOS QUE ADELANTARON
EL PROXIMO MILENIO
La imagen del siglo XXI está
fuertemente asociada a los cambios de todo orden, algunos de ellos
inimaginables. Sin embargo, varias de dichas aceleradas transformaciones
ya se están dando y las estamos viendo y viviendo. Por ello,
es mejor partir no tanto por insistir mucho en la referencia al
próximo siglo sino, más bien, por reconocer que ya
estamos inmersos en él.
Más aún, hay quienes
señalan, con alguna razón, que el presente siglo XX
concluyó apresuradamente en 1989 con la caída del
muro de Berlín. Hay algo de cierto en dicha afirmación,
no sólo por la enormidad del cambio en los parámetros
políticos que ese singular momento ayudó a cristalizar,
sino por la consolidación de un nuevo paradigma productivo,
en cuya base estuvo una progresiva globalización de los mercados,
una aceleración del conocimiento científico tecnológico
y de las comunicaciones.
Eric Hobsbawn nos recuerda que
vivimos en una época que transformó radicalmente,
como nunca antes en la historia, la vida humana y las sociedades
en que ella ocurre, en un lapso relativamente breve de tiempo. En
su monumental obra sobre el que denomina "corto siglo XX", se refiere
a tres principales cambios acaecidos:
a) El primero está referido
al increíble proceso de urbanización mundial. La historia
humana registra una mayoría de seres humanos viviendo de
la tierra y sus animales; ello fue evidente hasta la Segunda Guerra
Mundial. Hoy los campesinos forman una minoría de la población;
la veloz urbanización ocurrida entre 1950 y 1975, determinó
que en España y Portugal, en Colombia y México, el
porcentaje de los campesinos cayera por la mitad en 20 años
y que en República Dominicana y Jamaica junto a Irak y Argelia,
cayera en cifras mayores del 50%. Esta urbanización está
asociada a la extraordinaria explosión demográfica
que desde 1950 multiplicó la población mundial por
2,5 y la latinoamericana por casi 4.
b) El segundo gran cambio considerado
es la creación sin precedentes de intelectuales como un fenómeno
demográfico masivo. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Alemania,
Francia y Gran Bretaña con una población total de
150 millones no poseían más de 150 mil estudiantes
universitarios. En los años 80 sólo Ecuador tenía
más del doble de esa cantidad. La explosiva expansión
de estudiantes universitarios constituye un signo de nuestros tiempos.
Habría que añadir a lo señalado por Hobsbawn,
que los países del norte poseen proporcionalmente nueve veces
más científicos, cinco veces más estudiantes
universitarios y 24 veces más inversión en investigación
tecnológica, que los del sur.
c) La tercera mudanza es la posición
de las mujeres. En 1940 apenas el 14% de las mujeres casadas en
EE.UU. que vivían con sus maridos trabajaban fuera; en 1980
ya eran más de la mitad. Este gran avance femenino se expresa
el hecho, impensable antes de 1950, de que hoy las mujeres ocupan
en varios países del orbe, cargos de presidente o primer
ministro.
A los elementos anteriores,
debe sumarse otro gran cambio central:
En las últimas dos décadas
la transformación del hábitat humano se ha hecho a
una velocidad nunca vista en la historia. Hoy se reconoce una segunda
revolución tecnológica- muy distante de la máquina
de vapor y la producción industrial- cuyos emblemas más
significativos son el ordenador o computador, la informática
y la microelectrónica que están introduciendo significativos
cambios en las formas de comunicación, de vivir y de organización
social y económica. Para analizar su impacto, bastaría
con señalar tres hechos:
I) para poder conectarse a la comunidad
intelectual, financiera y empresarial del mundo es indispensable
estar asociado a Internet; el mercado de mayor crecimiento en los
próximos 20 años no será China, sino Internet;
II) hoy el dinero plástico
mueve más fortunas que el dinero físico; y
III) el uso del dinero cibernético
para operaciones bancarias e información codificada para
proteger archivos personales está determinando crecientes
dificultades para que las naciones puedan aplicar impuestos y para
que los sistemas financieros puedan, a su vez, controlar o seguir
estos movimientos económicos.
Ha existido una visión
inmediatista en el sentido de que estos profundos cambios traerían
paz y bienestar colectivas. Hoy dicha visión está
siendo profundamente revisada y es menos optimista. La experiencia
de los años recientes no ha conducido necesariamente a mejorar
la calidad de vida del conjunto de la humanidad.
Existen por lo menos tres situaciones
en el ámbito planetario que demandan reflexión y acciones
para superarlas:
. La creciente desigualdad entre
países ricos y pobres, reforzada por el crecimiento desproporcionado
de la población de los países pobres, es la mayor
evidencia de un deterioro global. Hoy 26 países con poco
menos del 15% de la población mundial disfrutan de un PNB
per cápita medio encima de los U$ 18 mil, mientras más
de la mitad de la humanidad -32 billones de personas- sobrevive
con un PNB per cápita de aproximadamente U$ 330. En otros
términos, el quinto más rico de la población
mundial concentra el 82.7% de los ingresos internacionales, mientras
que el quinto más pobre alcanza sólo al 1.4% del PGB.
. El crecimiento económico
ilimitado de los países ricos gracias a los extraordinarios
triunfos de la ciencia y tecnología productiva y el uso descontrolado
del mundo cibernético, representa un desastre ecológico
que pone hoy en riesgo de convertir inhabitable a nuestro planeta/
y un real peligro de libertinaje y degradación sin límites
/.
. El colapso de los regímenes
de economía estatal centralizada y el auge del neoliberalismo
tienden a minimizar la acción del Estado y a maximizar la
del mercado capitalista sin control de la acción pública.
Asimismo, se han dejado de lado las visiones globales que pretendían
una única interpretación de la realidad para dar paso
a admitir la evidencia que el conocimiento nunca será completo
y que debemos estar permanentemente abiertos a otros nuevos y distintos.
Todo lo anterior nos invita
a considerar que las sociedades humanas y las relaciones de personas
dentro de ellas han pasado y están pasando por un terremoto
económico, tecnológico y social que afecta la vida
de todos. Los niños de hoy serán jóvenes y
adultos de un siglo XXI que ya han comenzado a vivir en la última
década del presente milenio.
II. POSIBLES ESCENARIOS EN EL
SIGLO XXI
El próximo e inminente
milenio tendrá múltiples características que
condicionarán, de un modo u otro, la acción y estrategias
de la educación infantil y del conjunto de los sistemas educativos.
Apoyándonos en pronósticos
de un núcleo selecto de inteligencias instadas a imaginar
y pensar el futuro, podemos afirmar que el siglo XXI tendrá
expresiones que demandarán respuestas e interpretaciones
educativas distintas a las de ahora. Señalemos algunas de
sus más relevantes hipótesis:
Efectos de la victoria del
capital
Se confirmará lo
que en este fin de siglo se insinúa como la era del pragmatismo
lúcido, despojándose la economía y política
modernas de todo conjunto preestablecido de reglas. A medida que
la vida económica se torna más compleja y abundante,
aumenta y, a la vez, disminuye la necesidad de regulación
gubernamental.
Asimismo, la victoria del capital
se traduce en un nuevo perfil de sociedad que - tanto en el centro
como en la periferia - aparece marcado por disgregación y
polarización crecientes. No contenta con rehacer la sociedad,
la agigantada empresa capitalista volcará sobre sí
misma "sus formidables energías creadoras y destructoras:
los progresos de la automatización y la racionalización,
que primero ralearon las filas de los trabajadores manuales y luego
las de los administrativos, han invadido ya la esfera gerencial
" (Tulio Halperin Donghi, 1995).
La globalización acentuará
desigualdades entre naciones
Ligado a los anteriores acápites,
estará el problema de si los valores que, de una manera más
o menos exitosa, estuvieron representados en las instituciones de
las democracias industriales pueden sobrevivir a la desintegración
de la nación-estado como una unidad socioeconómica,
consecuencia inevitable de la globalización de la economía
mundial. Todo lleva a pensar que la globalización del mercado
no resolverá sino acentuará el problema de las desigualdades
actuales en los niveles de vida entre un habitante de países
como Nicaragua y otro de países como Canadá. El
conflicto entre justicia y lealtad y la obligación de seguir
luchando por una democracia global utópica, marcarán
severamente las relaciones planetarias. La demanda universal
de obtener igual dignidad para todos los hombres y todas las mujeres
no dejaría lugar a las lealtades particulares con su propia
cultura, su bienestar y tradición histórica entre
los hoy beneficiados en dicha globalización (Richard Rorty,
1995).
Por ello, enfatiza J. Kenneth
Galbraith (1995), debiera haber una preocupación mayor porque
todos tengan una oportunidad de empleo y progreso social y económico.
Debiera crearse, asimismo, una red de seguridad para aquellos que
pudieran lograrlo. Una buena educación para todos, de acuerdo
a esta premisa, tórnase en factor decisivo.
La relación entre el
Norte y el Sur y las presiones migratorias
Aunque haya excepciones de autodesarrollo,
como el de China, para que la mayoría de los países
del Sur- representando una población de cerca de 80% del
mundo a mediados del próximo siglo- superen su subdesarrollo
se requerirá una amplia modificación del cuadro internacional
y, sobre todo, de su propio cuadro doméstico. Por otro lado,
el vacío político dejado por el comunismo y la actual
crisis de la democracia social, podría ser llenado por los
movimientos de nacionalismo xenófobo y de intolerancia religiosa
(Eric Hobsbawn, 1995). La ruptura de la actual relación perversa
entre el Norte y el Sur requiere, según Helio Jaguaribe (1995),
de tres elementos: "el acelerado incremento de la educación
popular y de la capacitación de las masas, con la consiguiente
elevación de la productividad del país"; una disciplina
de la elite que reduzca, a cambio de compensaciones cívicas,
su acción apropiativa; y una intervención internacional
que propicie esas dos tendencias e incremente la capacidad productiva
del país y sus ganancias de exportación. De lo contrario,
la defensa contra la actual presión migratoria obligará
a países del Primer Mundo a formas más autoritarias
y brutales de persecución y manutención de las masas
inmigrantes. Esto supondría introducir cambios en las Naciones
Unidas, para que la ONU pueda tener más poder regulador en
favor de los grandes intereses colectivos de la humanidad- en los
sectores de salud, educación, economía, transportes,
comunicaciones, seguridad internacional, promoción del desarrollo
y defensa del medio ambiente- logrando un mayor equilibrio y equidad
mundial. La alternativa será: un moderno social-humanismo
o la barbarie desde dentro y desde fuera.
La precariedad laboral y los
cambios en el empleo
El tema más crítico
de la agenda social del futuro será el del empleo. De seguir
las tendencias actuales probablemente en el siglo XXI haya más
desempleados que empleados y, además, los nuevos tipos de
empleos tendrán como característica estar basados
en la habilidad para la acumulación y el manejo del conocimiento.
La tecnología avanzada y la automatización modificarán
definitivamente el empleo; el progreso tecnológico no se
centrará en el ahorro de mano de obra sino en el ahorro de
capital, lo que importará será mejorar la rentabilidad
y la productividad en los servicios. El factor clave para definir
los ingresos de los trabajadores ya no será su mano de
obra sino su capacidad intelectual. El trabajador no
venderá su capacidad para hacer un producto, sino la franquicia
para usar el software o los productos electrónicos
que haya creado; será la industria del copyright,
lo que hoy ya se observa en las producciones de cine y música.
Las grandes empresas tendrán como planta permanente un núcleo
altamente calificado de técnicos y dispondrán de un
conjunto de empresas de contratistas y consultores que trabajarán
con dedicación exclusiva para su firma y sólo eventualmente
para la empresa contratante. Se dispondrá de una gran cantidad
de trabajadores con dedicación parcial, que dedicarán
sólo parte de su tiempo al trabajo, para así atender
otras necesidades como el cuidado de los hijos, el descanso en el
caso de los jubilados, el tiempo de estudio para los jóvenes
(León Trahtemberg, 1995). Además, se prevé
que la vida laboral de una persona se caracterizará por una
constante rotación y cambios de empleos en áreas heterogéneas.
El libro cibernético
y los multimedios
El actual paso del libro escrito/impreso
al texto electrónico y a la lectura en pantalla, considerado
como una revolución mayor que la de Gutemberg- pues no sólo
es una revolución técnica sino también una
revolución de la lectura- demandará nuevas concepciones
y estrategias de acción educativa e institucional, ya que
el lector se convierte en uno de los actores de una escritura a
varias manos y se halla en posición de construir nuevos textos.
La política editorial tendrá que elaborarse sobre
la base de parámetros surgidos de un nuevo contexto influenciado
por el incremento de los espacios cibernéticos. Se demandará
con urgencia a la biblioteconomía la tarea de recoger, proteger,
censar los objetos escritos del pasado, "aún los más
humildes" (Roger Chartier, 1995). Asimismo, la generalización
de diarios electrónicos y de los multimedios demandará
estrategias de comunicación e interaprendizaje de tipo interactivo,
posibilitando que los alumnos o participantes sean capaces de recibir
y transmitir. "Al igual que los diarios, los multimedios del futuro
no serán buenos ni malos; eso dependerá de cómo
los usemos. Pueden acercarnos a la utopía de una democracia
más humanitaria y equitativa o crear abismos sociales más
hondos, según los diferentes grados de acceso a la información"
(Roberto Pablo Guareschi, 1995).
Los nuevos ámbitos
institucionales de la educación
En medios hoy altamente
industrializados y en sectores pudientes de países en vías
de desarrollo, la escuela como escenario para el estudio será
gradualmente desplazada por un aprendizaje realizado esencialmente
con medios audiovisuales interactivos de teleaprendizaje. Estos
sistemas podrán seguirse llamando escuelas, universidades
o institutos, pero su forma de operar será a través
de telecursos, en los que el lugar, la distancia o la asistencia
serán irrelevantes. Tecnológicamente las escuelas
no se identificarán con un local sino con franquicias de
telemedia a través de las cuales se accederá a los
servicios de enseñanza; por ello los estudiantes podrán
cambiar con mucha facilidad de sus centros o servicios educativos.
El moderno aprendizaje integrado será totalmente diferente
a la actual instrucción compulsiva, estará basado
en el descubrimiento. Este es espontáneo, independiente,
cooperativo y caracterizado por un hiperaprendizaje/ que ocurre
en cualquier ambiente y afectará todas las formas conocidas
de aprendizaje. Todo esto exigirá el cambio de los sistemas
de evaluación y acreditación, privilegiándose
aquellos que acrediten la obtención de competencias específicas
en el momento que éstas sean solicitadas. Esta nueva institucionalidad
educativa tendrá ambientes que se parecerán poco a
las aulas o edificios escolares que conocemos, bajo un mismo techo
coexistirán múltiples alternativas de entretenimiento,
bibliotecas, cuidados de la salud, teatros, juegos y programas telecomputerizados
de actividades. (León Trahtemberg, 1995).
Sin embargo de lo anterior,
siempre se requerirán de métodos y caminos que aseguren
un adecuado y continuo vínculo humano entre profesores y
alumnos. Los niños- sin exclusión de países
y de condición social y particularmente en los primeros años-
seguirán requiriendo de ambientes escolares en los que sean
atendidos y estimulados por sus maestras y maestros.
III. LA EDUCACION PROYECTADA
AL NUEVO MILENIO
Son dos los acontecimientos
de carácter internacional más importantes de mencionar
en cuanto a la educación pensada y proyectada para un nuevo
milenio: la Conferencia Mundial Educación para Todos, desarrollada
en 1990 en Jomtien, Tailandia, con la convocatoria de las principales
Agencias de Naciones Unidas vinculadas a lo educativo: UNESCO, UNICEF,
PNUD y Banco Mundial y el Informe de la Comisión Internacional
sobre la Educación para el Siglo XXI, organizado por decisión
de la Conferencia General de la UNESCO y encomendado a una Comisión
integrada por un selecto núcleo de especialistas presidido
por el Sr. Jacques Delors /.
A. La Declaración Mundial
sobre Educación para Todos
La Conferencia Mundial de Jomtien
acuñó la noción de necesidades básicas
de aprendizaje como un concepto que abarca "tanto las herramientas
esenciales para el aprendizaje (como la lectura y la escritura,
la expresión oral, el cálculo, la solución
de problemas) como los contenidos básicos de aprendizaje
(conocimientos teóricos y prácticos, valores y actitudes)
necesarios para que los seres humanos puedan sobrevivir, desarrollar
plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad, participar
plenamente en el desarrollo, mejorar la calidad de su vida, tomar
decisiones fundamentales y continuar aprendiendo".
La escuela universal implícita
en dicha noción, significa que todos accedan a un cuerpo
común de conocimientos y valores, que ha de contener las
destrezas requeridas para que quienes lo deseen puedan seguir avanzando
hacia niveles más exigentes de comprensión y análisis.
Para que esto sea posible, los primeros años de la escuela–incluidos,
por supuesto, los correspondientes a la educación inicial,
preescolar o parvularia deben asegurar precisamente aquellas competencias
básicas. Por ello es que se justifica la prioridad social
que en todas partes del mundo se asigna a la escolaridad básica.
La Declaración de Jomtien
plantea como misión esencial de las instituciones dedicadas
a la enseñanza básica o general de niños o
adolescentes la de lograr aprendizajes que permitan interpretar
la información socialmente disponible, los valores y principios
éticos, y las habilidades y destrezas para un buen desempeño
en los diferentes ámbitos de la vida: en el mundo laboral,
en la familia o en la esfera política.
La "visión ampliada"
de la educación básica propugnada en Jomtien, comprende
lo siguiente:
. Universalizar el acceso a la educación
y fomentar la equidad
. Prestar atención prioritaria
al aprendizaje
. Ampliar los medios y el alcance
a la educación básica
. Mejorar el ambiente para el aprendizaje
. Fortalecer la concertación
de acciones
Fue importante para la educación
inicial en el mundo que la Declaración reconociera e incluyera
como elemento central de la ampliación de los medios y el
alcance de la educación básica lo siguiente:
"El aprendizaje comienza con
el nacimiento. Ello exige el cuidado temprano y la educación
inicial de la infancia, lo que puede conseguirse mediante medidas
destinadas a la familia, la comunidad o las instituciones, según
convenga".
Asimismo, el marco de acción
resultante de esta importante reunión recomendaba: "La
expansión del cuidado a la primera infancia y las actividades
de desarrollo, incluyendo intervenciones por parte de la comunidad
y la familia, especialmente para niños pobres, desfavorecidos
e incapacitados".
Reafirmando el significado de esta
Declaración Mundial, en junio de 1996 se publicó,
en diversos e importantes diarios del mundo, el artículo
"La educación la mejor inversión" suscrito
por los máximos dirigentes de la UNESCO, de UNICEF, del Banco
Mundial, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y del
Fondo de Población de las Naciones Unidas. En dicho artículo,
estas personalidades expresaron que resulta inaceptable que en el
mundo se gaste actualmente 800 billones de dólares anuales
en armas y que no haya capacidad de destinar unos 6 billones de
dólares por año para que en el inminente año
2000 todos los niños en edad escolar puedan estar en la escuela.
B. El Informe "La educación
encierra un tesoro" de la Comisión Internacional sobre la
Educación para el Siglo XXI
El informe presentado a la UNESCO
en 1996, trató de resolver una cuestión fundamental
que engloba todas las demás: ¿qué tipo de educación
será necesario mañana y para qué tipo de sociedad?.
Además, se procura en él dar respuesta a otras interrogantes:
¿cómo acompañar el crecimiento humano de las nuevas
generaciones en un mundo cargado por desequilibrios y tensiones?
¿Servirán los anteriores paradigmas o será necesario
modificar desde sus fundamentos la educación del futuro?
Este Informe parte del reconocimiento
que el actual desarrollo de las interdependencias ha contribuido
a poner de relieve muchos desequilibrios y disparidades entre los
ricos y los excluidos en cada país y entre países
pobres y países ricos. "Ayudar a transformar una interdependencia
de hecho en solidaridad deseada es una de las tareas esenciales
de la educación" se afirma en él.
El Informe remarca que nuestros
niños y adolescentes heredan una serie de tensiones: la tensión
entre lo mundial y lo local; lo universal y lo singular; la tradición
y la modernidad; el largo y el corto plazo; la competencia y la
igualdad de oportunidades; el desarrollo de conocimientos y la capacidad
humana de asimilarlos; lo espiritual y lo material.
Además, la educación
debe responder al nacimiento doloroso de una sociedad mundial en
la que millones de seres humanos experimentan la sensación
de vertiginosos cambios. La globalización y la interdependencia
planetaria, fenómenos esenciales de nuestra época,
presentan el riesgo de que se produzca una ruptura entre una minoría
que puede moverse en ese mundo en formación y una mayoría
que se sienta arrastrada y no partícipe en los acontecimientos
e impotente para decidir sobre el destino colectivo.
Para hacer frente a los retos
del siglo XXI, se plantea como indispensable asignar nuevos objetivos
a la educación y, por consiguiente, modificar la idea que
nos hacemos de su utilidad. Plantea trascender una visión
puramente instrumental de la educación, percibida como la
vía obligada para obtener determinados resultados (experiencia
práctica, adquisición de capacidades diversas, fines
económicos) y, mas bien, considerar su función en
toda su plenitud asociada a la realización de la persona.
"La educación–agrega- constituye un bien colectivo que no
puede regularse mediante el simple funcionamiento del mercado".
"La finalidad principal de
la educación es el pleno desarrollo del ser humano en su
dimensión social". Esta finalidad no está asociada
a una etapa inicial de la vida humana, ni siquiera sólo al
período de aprendizajes en instituciones educativas. El derecho
a la educación debe ser disfrutado en todas las etapas de
la vida. La educación a lo largo de toda la vida
y la necesidad de avanzar hacia una "sociedad educativa"
son, a juicio de la Comisión Delors, elementos clave para
entrar al siglo XXI.
Sin negar la importancia de
los aprendizajes escolares - siempre y cuando estén en consonancia
con esta visión educativa -, la educación para el
siglo XXI tiene como misión y desafío lograr la "humanización"
de todo el sistema de relaciones de las personas y de sus instituciones.
Lograr estos propósitos sólo es posible si la educación
se concibe como un proceso permanente que dura toda la vida y abarca
todos sus espacios, y que a la vez incluye a todos los seres humanos,
a todas sus instituciones y a todas sus estructuras.
La educación a lo largo
de la vida no es un ideal lejano. Es un imperativo democrático.
Con ella se pretende que cada individuo ejerza la capacidad de dirigir
su destino en un mundo en que la aceleración del cambio,
acompañada del fenómeno de mundialización,
tiende a modificar la relación de hombres y mujeres con el
tiempo y el espacio.
Ahora bien, una contribución
central de este Informe es su caracterización de cuatro aprendizajes
fundamentales o pilares del conocimiento, indispensable para que
una educación de este tipo pueda cumplir el conjunto de funciones
que le demanda el próximo milenio:
- Aprender a conocer. Dada la rapidez
de los cambios inducidos por el progreso de la ciencia y las nuevas
formas de actividad económica y social, es indispensable
tratar de combinar una cultura general suficientemente amplia
con la posibilidad permanente de profundizar conocimientos en
un reducido número de materias. Esa cultura general sigue
siendo lo más importante en el hecho educativo pues contribuye
como pasaporte para una educación permanente, sentando
las bases y dando alicientes para aprovechar las posibilidades
y desarrollar distintas expresiones que ofrece la educación
a lo largo de la vida.
- Aprender a hacer. Más allá
del aprendizaje de un oficio o de una profesión, se requiere
adquirir, en un sentido más amplio, competencias que permitan
hacer frente a nuevas situaciones y que propicien trabajar en
equipo, dimensión frecuentemente descuidada en los sistemas
actuales de enseñanza. Procurar que los estudiantes tengan
la posibilidad de evaluarse y de enriquecerse en el marco de las
distintas experiencias sociales o de trabajo, en forma paralela
a sus estudios. Esto justifica la importancia cada vez mayor que
debe darse a las diversas formas posibles de alternancia entre
la escuela y el trabajo.
- Aprender ser / Este pilar tiene
relación directa con la necesidad de construir democracias
genuinas, con ciudadanos conscientes y solidarios. El siglo XXI
demandará una mayor capacidad de autonomía y de
juicio, una mayor responsabilidad personal en la realización
del destino colectivo. Se trata de explorar con la educación
cada uno de los talentos que tienen los niños, adolescentes
y adultos del mundo, como la memoria, el raciocinio, el sentido
estético, las capacidades físicas, la facilidad
para comunicarse con los demás, el carisma personal, etcétera.
- Aprender a vivir juntos. Clave
para la construcción de la paz y de un mundo tolerante.
Será necesario la creación de nuevos sistemas educativos
que desarrollen un mejor conocimiento de los demás, de
su historia, de sus tradiciones y costumbres, de sus lenguas y
de su espiritualidad. Aprender a convivir alentará la realización
de proyectos comunes y una gestión pacífica e inteligente
de los conflictos entre personas y países.
La Comisión asigna a
la educación básica la connotación de "un pasaporte
para toda la vida", subrayando la importancia de la educación
de la primera infancia.
Refiriéndose a la educación
de la primera infancia precisa:
"Además del inicio
de socialización que sus centros y programas permiten efectuar,
se ha podido comprobar que los niños a los que se imparte
una educación destinada especialmente a la primera infancia
están más favorablemente dispuestos hacia la escuela
y es menos probable que la abandonen prematuramente que los que
no han tenido esa posibilidad. Una escolarización iniciada
tempranamente puede contribuir a la igualdad de oportunidades al
ayudar a superar los obstáculos iniciales de la pobreza o
de un entorno social o cultural desfavorecido. Puede facilitar considerablemente
la integración escolar de los niños procedentes de
familias inmigradas o de minorías culturales o lingüísticas.
Además, la existencia de estructuras educativas que acogen
a niños en edad preescolar facilita la participación
de las mujeres en la vida social y económica".
Sin embargo de lo anterior,
el Informe Delors lamenta que la educación de la primera
infancia esté todavía muy poco desarrollada en la
mayoría de países, y que aún en los más
industrializados hay mucho por hacer. Sugiere la generación
de programas de bajo costo en el marco de servicios comunitarios
con fuerte presencia de padres, en particular en aquellos países
de escasos recursos.
Conscientes de la necesidad
de políticas educativas de largo plazo y de mecanismos que
puedan garantizar la estabilidad y duración de los programas
educativos, los miembros de la Comisión Delors destacan la
ineludible función del Estado en la educación–bien
colectivo que debe ser "accesible a todos" y que no puede someterse
a una simple regulación por el mercado–pero, a la vez, corresponde
al orden político fortalecer a la sociedad civil para participar
en la formulación de las políticas, en la vigilancia
de su cumplimiento y en la realización de las estrategias
educativas. Los necesarios consensos nacionales sobre la educación
demandan diálogos permanentes con el conjunto de los partidos
políticos, las asociaciones profesionales y gremiales y las
empresas. La transformación de la estructura política
de la educación tendrá como consecuencias importantes:
la ampliación de los espacios de autonomía pedagógica
y administrativa de las escuelas y el fortalecimiento de sus nexos
con su comunidad y otras instituciones públicas y privadas.
Siendo el Informe a la
UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación
para el siglo XXI, sin duda, una ventana que muestra nuevas posibilidades
y nuevos horizontes a la educación, presenta, sin embargo,
algunas insuficiencias. Así, se señala que a pesar
de que concentra un sentir generalizado respecto a las nuevas exigencias
que se le plantean a la educación, los temas de los niveles
y modalidades educacionales son vistos sin profundidad y a veces
con marcados parámetros e influencias de los países
de larga tradición occidental. Asimismo, a juicio de algunos
analistas, el capítulo sobre política educativa y
la capacidad de decisión de los gobiernos no es suficientemente
enfático.
Un estudio de esta naturaleza
y las recomendaciones de él derivadas, no debieran medirse
por el acierto de sus predicciones. Importa, más bien, resaltar
el esfuerzo desarrollado por los ilustres integrantes de dicha Comisión
Internacional, atreviéndose a imaginar el futuro a partir
de un sólido análisis de la situación mundial
y dando a la educación el carácter de medio principal
del mejoramiento individual y social y de "utopía necesaria
y esencial" en la construcción de ese futuro./
En síntesis, el Informe
Delors se caracteriza por una dimensión analítica
más amplia que la estrictamente educativa, pues su formulación
comprende a políticos, académicos y profesionales
de varias disciplinas. Está centrado en la comprensión
mutua y la aceptación de diferencias y en temas sociales,
políticos y humanos. Sus planteamientos corresponden a una
transición de fin de siglo en el que el mundo será
cada vez más pequeño y más poblado y la economía
se sustentará cada vez más en el conocimiento. Presenta
una visión humanista, alternativa a otros documentos centrados
sólo en las exigencias de la globalización económica.
IV. IMPORTANCIA Y CARACTERISTICAS
CENTRALES DE LA EDUCACION INFANTIL
El carácter indispensable
de la educación infantil
En toda actividad humana, para poder
satisfacer las necesidades biológicas, socioculturales, productivas
o espirituales, se articulan diferentes sistemas fisiológicos,
psicológicos y sociales de alta complejidad. Ello implica
que cada persona tiene una particular manera de ser y estar en el
mundo, de relacionarse con la realidad, con las otras personas,
con el espacio y los objetos.
Este esquema construye y desarrolla
especialmente durante los 6 primeros años de vida. Se puede
afirmar que el niño comienza a aprender desde su primera
semana de vida, retroalimentando su mundo interno de todo lo que
recibe del exterior.
Diversas investigaciones permiten
enfatizar que el desarrollo de la inteligencia, la personalidad
y el comportamiento social en los seres humanos ocurre más
rápidamente durante los primeros años. La mayoría
de las células cerebrales y las conexiones neuronales se
desarrollan durante los dos primeros años y en el desenvolvimiento
del cerebro- esencial para aumentar el potencial del aprendizaje-
intervienen no sólo la salud y nutrición de los pequeños,
sino factores como el tipo de interacción social y el ambiente
que los rodea; los niños que sufren tensión extrema
en sus primeros años pueden ser afectados desfavorable y
permanentemente en el funcionamiento del cerebro, el aprendizaje
y la memoria.
Los niños que disfrutaron
de la interacción estimulante con otros niños y con
juguetes–y que contaron, además, con buena nutrición-
muestran un mejor desarrollo de las funciones del cerebro a la edad
de 15 años, que aquellos niños desnutridos y sin haber
sido expuestos a una estimulación temprana. Los impactos
pueden ser acumulativos, afirma un estudio relevante /.
Un importante estudio desarrollado
en Estados Unidos/ muestra cómo un grupo de niños
entre 3 y 4 años de edad, provenientes de un barrio de bajos
ingresos fue dividido al azar en dos subgrupos. El primero participó
en una experiencia preescolar de buena calidad y el segundo no.
Ambos grupos fueron evaluados periódicamente hasta que sus
integrantes cumplieron 27 años de edad. La investigación
experimental determinó que quienes asistieron a un buen preescolar
disfrutaron de: un nivel de escolaridad significativamente superior;
salarios significativamente más altos; mayor probabilidad
de tener vivienda propia; y, menor dependencia de los servicios
sociales.
Otros trabajos citados señalan
que dichas constataciones son también válidas para
países del denominado "Tercer Mundo". Una sistematización
de 15 estudios que compararon niños con y sin educación
temprana en diez países diferentes / señala entre
otras ventajas de la educación inicial que:
a) el acceso a intervenciones tempranas
suelen tener efecto positivo sobre el progreso y desempeño
escolar, con descensos sustantivos en las tasas de deserción
y repetición;
b) los niños pobres pueden
beneficiarse más de los programas multifacéticos que
sus pares más privilegiados; y
c) las condiciones estructurales
y la mala calidad de la primaria pueden atenuar los efectos potenciales
del aprestamiento sobre el desempeño académico. (R.
Myers, 1998).
Por todas las anteriores razones
es tan importante la atención educativa durante la primera
infancia. En particular, la atención de niños provenientes
de familias en situación de marginalidad tiene un enorme
potencial para compensar las carencias de los propios hogares y
contribuir substantivamente a romper el círculo vicioso de
la pobreza.
¿Dónde estamos?
Antes de cualquier balance global
es importante remarcar que la educación temprana constituye
una rama joven y poco frecuentada de la pedagogía. Su nacimiento
puede ubicarse en el siglo XVII, pero sólo recién
en las últimas décadas del siglo XVIII y en el S.
XIX se crean los primeros "jardines de la infancia", con énfasis
asistencial (A. Legaspi, 1997)/.
En el balance hecho del primer
quinquenio después de Jomtien, se concluye que a partir de
1990 la educación inicial es una de las áreas educativas
que registra sostenido crecimiento. La matrícula en este
tipo de programas en los países en desarrollo ha crecido
en un 20%, alcanzando ya a 56 millones de niños y niñas;
esto significa que uno de cada cinco niños está matriculado,
correspondiendo a las niñas cerca de la mitad de las matrículas.
El número de instituciones de educación temprana se
expandió en cerca de un 30% desde 1990 y el empleo de personas
a cargo de esta área se amplió a 2.1 millones, lo
que constituye un 12% de aumento.
Cuadro 1.
EDUCACION PREESCOLAR. NUMERO DE
ALUMNOS Y DE PERSONAL DOCENTE.
Años 1980, 1990, 1995
|
1980
|
|
1990
|
|
1995
|
|
TOTAL
|
%
|
TOTAL
|
%
|
TOTAL
|
%
|
(miles)
|
Mujeres
|
(miles)
|
Mujeres
|
(miles)
|
Mujeres
|
NUMERO
DE ALUMNOS |
|
|
|
|
|
|
MUNDO
TOTAL |
58324
|
48,1
|
85273
|
48,0
|
95269
|
47,6
|
PAISES
DESARROLLADOS |
33230
|
48,8
|
37394
|
48,4
|
34430
|
48,0
|
PAISES
EN DESARROLLO |
25094
|
47,1
|
47879
|
47,8
|
60837
|
47,5
|
AMERICA
LATINA Y EL CARIBE |
4738
|
49,7
|
11912
|
48,7
|
14238
|
49,5
|
|
|
|
|
|
|
|
NUMERO
DE DOCENTES |
|
|
|
|
|
|
MUNDO
TOTAL |
2992
|
94,3
|
4613
|
94,6
|
4729
|
94,0
|
PAISES
DESARROLLADOS |
2097
|
98,4
|
2722
|
97,2
|
2438
|
96,8
|
PAISES
EN DESARROLLO |
895
|
84,6
|
1891
|
90,7
|
2291
|
90,9
|
AMERICA
LATINA Y EL CARIBE |
177
|
98,3
|
518
|
97,3
|
652
|
96,8
|
FUENTE. UNESCO. , SATISTICAL
YEARBOOK 1997. PARIS. 1997
El cuadro Nº 1 indica
que en el mundo la educación preescolar aumentó durante
15 años (período 1980-1995) en cerca de 37 millones
de alumnos, mientras el incremento de docentes fue en ese mismo
período de 1 millón 737 mil. La inmensa mayoría
de docentes de educación inicial o preescolar es de sexo
femenino, teniendo América latina y el Caribe la tasa más
alta de docentes mujeres (96,8%).
Se percibe un cambio positivo
en gobiernos y organizaciones internacionales para considerar los
programas de desarrollo a favor de la primera infancia como algo
que merece atención e inversión. Además de
la expansión cuantitativa, a partir de 1990 se evidencian
nuevas tendencias en la educación infantil. Se han hecho
esfuerzos por ampliar la extensión y el enfoque de los programas,
algunos de los cuales no sólo preparan niños para
la escuela primaria, sino que ponen énfasis en proporcionar
servicios con base comunitaria de acuerdo a las necesidades básicas
de los pequeños. Se está dando mayor atención
a quienes están en condiciones de riesgo a través
de programas conducidos en el ámbito local; en ellos es activo
el compromiso de padres, comunidades y otros grupos participantes.
Cuadro 2-
EDUCACION PREESOLAR. TASAS DE
CRECIMIENTO PROMEDIO ANUAL DE LA MATRICULA Y DEL PERSONAL DOCENTE
PERIODOS 1980-1990 Y 1990-1995
|
1980-1990
|
|
1990-1995
|
|
|
TOTAL
|
Mujeres
|
TOTAL
|
Mujeres
|
MATRICULA
|
|
|
|
|
MUNDO
TOTAL |
3,9
|
3,9
|
2,2
|
2,1
|
PAISES
DESARROLLADOS |
1,2
|
1,1
|
-1,6
|
-1,8
|
PAISES
EN DESARROLLO |
6,7
|
6,8
|
4,9
|
4,8
|
AMERICA
LATINA Y EL CARIBE |
9,7
|
9,4
|
3,6
|
4,0
|
|
|
|
|
|
PERSONAL
DOCENTE |
|
|
|
|
MUNDO
TOTAL |
4,4
|
4,5
|
0,5
|
0,4
|
PAISES
DESARROLLADOS |
2,6
|
2,5
|
-2,2
|
-2,3
|
PAISES
EN DESARROLLO |
7,8
|
8,5
|
3,9
|
3,9
|
AMERICA
LATINA Y EL CARIBE |
11,3
|
11,2
|
4,7
|
4,6
|
FUENTE. UNESCO. , SATISTICAL
YEARBOOK 1997. PARIS. 1997
El cuadro Nº 2 señala
que en todo el mundo se registraron tasas continuas de crecimiento
de la matrícula y del personal docente durante la década
pasada. En el primer quinquenio de esta década los países
desarrollados, fruto del descenso de la natalidad, registran crecimiento
negativo en ambos factores. En este cuadro sobresale la región
de América Latina y el Caribe, que presenta porcentajes superiores
a los de los países desarrollados y a los del conjunto de
países en desarrollo.
Este singular crecimiento no
debiera hacer perder de vista que en la mayoría de los lugares
se hace desde una base inicial muy baja, cubriendo un campo reducido,
particularmente en la etapa anterior a los tres años. Los
infantes de las clases altas y de zonas urbanas acaparan dicho crecimiento.
Por lo demás, los recursos gubernamentales para la educación
temprana representaban a mediados de la presente década aproximadamente
sólo el 4% de los presupuestos nacionales de educación.
La realización de programas en gran escala sigue siendo un
desafío en la mayoría de los países.
No pueden ignorarse en este
balance otros elementos de la realidad que siguen sobrecogiéndonos.
A pesar de la tendencia decreciente
de la mortandad infantil, por lo que previsiones para este fin de
siglo parecen indicar que 19 de cada 20 niños nacidos logrará
sobrevivir hasta cumplir su primer año, es una evidencia
imposible de ignorar u ocultar que millones de los que logran sobrevivir
continúan viviendo en estado de pobreza y miseria. Su futuro
está condicionado. Dicho ambiente pone en peligro su desarrollo
físico, mental, social y emocional ya retrasado durante sus
primeros meses de vida. En cambio un niño nacido en una nación
industrializada consume él solo lo que 50 niños del
Tercer Mundo /.
Sigue siendo tarea pendiente luchar
por un mundo que no se limite al crecimiento económico y
a las leyes del mercado, en el que se parta no sólo del convencimiento
de una mejor distribución de las riquezas y de las oportunidades,
sino de la convicción colectiva que no hay segunda oportunidad
para la infancia.
Características de la
educación temprana en Latinoamérica
Cuadro 3.
EDUCACION PREESCOLAR. TASAS BRUTAS
DE ATENCION ESCOLAR PARA SIETE PAISES DE LA REGION DE AMERICA LATINA
Y EL CARIBE
AÑOS 1985 y 1995 (porcentajes)
PAISES
|
GRUPO
|
AÑO
1985 |
|
AÑO
1995 |
|
|
DE
EDAD |
|
TOTAL
|
HOMBRES
|
MUJERES
|
ARGENTINA
|
3-5
|
50
|
54
|
53
|
56
|
BRASIL
|
4-6
|
36
|
56
|
...
|
...
|
COLOMBIA
|
3-5
|
12
|
28
|
...
|
...
|
COSTA
RICA |
5
|
52
|
70
|
70
|
70
|
CUBA
|
5
|
79
|
92
|
105
|
79
|
MEXICO
|
4-5
|
56
|
71
|
70
|
72
|
PERU
|
3-5
|
21
|
36
|
36
|
37
|
FUENTE. UNESCO. STATISTICAL
YEARBOOK 1997. PARIS, 1997
El cuadro Nº 3 está referido
a siete países latinoamericanos. Cuba presenta en 1995 el
mayor porcentaje (92%) de niños matriculados en edad preescolar.
Entre 1990 y 1995 todas las tasas brutas de atención preescolar
crecieron: Argentina en un 4%, Brasil en un 20%, Colombia en un
16%, Costa Rica en un 18%, México y Perú en un 15%.
Obsérvese la disparidad de los grupos de edad considerados
en cada país: Argentina, Colombia y Perú consideran
en su información el grupo 3-5 años, Brasil el de
4-6, México el de 4-5, mientras Costa Rica y Cuba sólo
el de 5 años.
Los múltiples programas
existentes son conocidos a través de diversas denominaciones:
educación inicial, preescolar, parvularia o preprimaria;
además de las denominaciones genéricas de "educación
infantil" o "temprana" /.
Estos programas
se desarrollan a través de formas convencionales, institucionalizadas
en centros preescolares, jardines infantiles y cunas, administrados
por el Estado o a por particulares autorizados por gobiernos. También
se dan a través de servicios no escolarizados con programas
que incluyen tanto servicios no formales de atención infantil
como programas de capacitación de adultos orientados a mejorar
sus habilidades como padres o cuidadoras y otros de desarrollo psicosocial,
funcionando con frecuencia fuera de los sistemas educativos.
Ambas modalidades brindan atención
al niño desde el nacimiento hasta los seis años. Las
diversas modalidades de atención se concentran en los niños
de edades más altas, cercanas al ingreso a la educación
primaria. Los programas de salud y estimulación temprana
dan preferencia a los menores de tres años. Los de desarrollo
comunitario y atención a las madres y a las familias incluyen
todas las edades del nivel.
Los programas no escolarizados
han trascendido el plano pedagógico, convirtiéndose
en acciones de desarrollo comunitario con alta participación
de madres y padres de familia como protagonistas de las mismas.
Se puede afirmar que el conjunto de cerca de 30 años de experiencia
de este tipo de programas, en los que muchos iniciados experimentalmente
se convirtieron en programas nacionales (casos de Colombia, Cuba,
Chile, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Perú
y Venezuela) constituye uno de los aportes latinoamericanos a la
educación planetaria /.
La acelerada expansión
del nivel preescolar constituye uno de los cinco logros más
importantes de los sistemas educativos en América Latina
y el Caribe durante las últimas décadas /.
La atención de la población
de 0–5 años de edad creció en la región desde
un 7,8% en 1980 hasta un 14% en 1989, lo que representa un sustantivo
incremento cercano al 10% anual.
Sin embargo de dicho progreso
de la cobertura del preescolar, la situación está
lejos de ser satisfactoria. Sólo atiende a una pequeña
parte de la población: a unos dos tercios de los niños
de 5 años y a poco más de la cuarta parte de los niños
de 3-4 años de edad.
Hacia 1991 la cobertura del
preescolar era entre 1.5 y 3 veces más baja que la de la
primaria; acceder al preescolar en muchos países era apenas
igual a la de ingresar a la secundaria. La cobertura del preescolar
creció más durante la primera mitad de los ochenta
que durante la segunda mitad, este decrecimiento se acentúa
en los 90’.
La cobertura del preescolar
está sesgada hacia los niños de familias con mejores
condiciones. En Chile, sólo el 19% de los infantes en el
quintil más pobre, pero un 43% de los niños del quintil
más rico tienen acceso a la educación temprana; en
Uruguay, el 36% de los niños pobres y el 90% de los niños
ricos; en Argentina, sólo un 42% de los pobres de 5 años
reciben educación inicial, en cambio un 81% de los no pobres
accede a ella; y Ciudad de México muestra una cobertura del
82% mientras que Chiapas, con alta densidad indígena, llega
a un 38% (PNUD, 1998).
El sector privado ha tenido
un papel importante en prestar servicios de educación inicial
o preescolar a los sectores en condiciones de pagarlos. La cuarta
parte de la educación preescolar de la región es privada.
La participación privada en el medio rural es, en promedio,
la octava parte de la del sector urbano. El número de alumnos
por docente tiende a ser menor en el sector privado que en el público,
tendencia que es menos clara en áreas rurales (Schiefelbein-Tedesco,
1995).
El concepto de "calidad" tiende
a ser problemático en el preescolar. Algunos lo asocian fundamentalmente
a la infraestructura (ambiente físico) y materiales de trabajo,
otros a la proporción niños/docentes o niños/adultos;
habría que añadir a dichos factores la participación
de padres y la propia preparación de agentes educativos.
La actual tendencia de ampliar
cobertura sin costos excesivos conspira contra las soluciones de
buena calidad pedagógica. Sin embargo, este tema de la calidad
adquiere nuevas connotaciones si se tiene en cuenta que muchos niños
estarían en completa desprotección social si no pudiesen
acceder a estos servicios.
V. LA EDUCACION INFANTIL ANTE
EL NUEVO MILENIO
El inicio de un milenio con
las características del próximo demanda optar por
prioridades estratégicas en materia de educación temprana.
Han sido dos los criterios prevalecientes
para la elección de estas prioridades: la trascendencia de
lo que se desearía hacer para el largo plazo y el efecto
multiplicador pensándose en el plazo inmediato.
El orden en el que están
presentadas estas prioridades no implica necesariamente un mayor
o menor grado de importancia. Dicho orden puede variar de acuerdo
a cada realidad regional o nacional. Todas las prioridades propuestas
son consideradas indispensables en el presente trabajo.
1ª. PRIORIDAD
Consolidar una nueva cultura
de la infancia con educación temprana para todos los niños,
enfatizando estrategias de "discriminación positiva" en favor
de los niños de familias pobres y en situación de
vulnerabilidad.
Una nueva cultura de
la infancia debiera partir por el cumplimiento de los derechos de
todos los niños sin excepción alguna. Aceptar esto
supone aceptar la necesidad de un cambio en las condiciones objetivas
de vida de todos los niños. Dicho cambio se da modificando
realidades sociales concretas. Por ello, la generalización
de una nueva cultura de la infancia estará íntimamente
vinculada a la modificación de las realidades socioeconómicas
en las que se desenvuelve la vida de los niños.
La educación tiene especial
valencia en la construcción y consolidación de esa
nueva cultura de la infancia. Mas, el papel de la educación
no puede limitarse a la transmisión de valores culturales
de una sociedad. Su función debiera orientarse a posibilitar
que el niño desde su nacimiento tenga todas las oportunidades
posibles para desarrollar sus potencialidades. Es en este contexto
que se inscribe la educación infantil o inicial.
Como se ha señalado,
los resultados de investigaciones y de la propia práctica
educativa determinan considerar a la educación preescolar
como elemento insustituible de una educación como la planteada
en el Informe Delors: un bien que debe alcanzarse y desarrollarse
a lo largo de toda la vida, en el contexto de un mundo en transformación
incesante. Los niños de hoy y los jóvenes y adultos
de un mañana próximo, demandan contar o haber contado
como base de su andamiaje educativo, con una educación temprana
dada desde el vientre materno y antes de su ingreso a los niveles
de educación primaria.
Robert Meyrs (1990) señala:
"la asistencia y educación durante la primera infancia mejora
las capacidades tanto físicas como mentales afectando a la
tasa de matrícula, avance y rendimiento de los niños
durante la escolarización. La escolarización se asocia
a cambios importantes en las habilidades (para obtener y utilizar
conocimientos) y capacidades de visión (como por ejemplo
la capacidad para influir sobre el propio futuro) que a su vez afectan
a la capacidad tecnológica y de adaptación y a la
productividad económica tanto en el sector industrial como
en el agrícola o de servicios".
A pesar de ser cada vez mayor
la conciencia de los elevados costos sociales y educativos que se
derivan de no invertir en programas de desarrollo durante la primera
infancia, sabemos que los esfuerzos realizados son insuficientes.
Coexisten dos factores que conspiran
contra la calidad y la equidad en el acceso a la educación
que tiene toda persona como derecho:
a) los niveles de pobreza en el
mundo crecen de modo tan pavoroso que la no-superación de
este problema pone en riesgo todo posible desarrollo nacional y
la construcción de sistemas democráticos de gobierno;
y
b) los importantes avances en materia
de escolarización en el mundo, durante mucho tiempo han descuidado
un problema central de la desigualdad social: la gran desventaja
que llevan los niños de origen popular cuando ingresan al
primer año de la escuela primaria sin haber contado con estimulación
temprana ni atención educativa preescolar.
En efecto, la pobreza es el
mal del fin de siglo. Según el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo, "el mundo está cada vez más polarizado
y la distancia que separa a los pobres de los ricos se agranda cada
vez más". Para el caso de América Latina y el Caribe,
la CEPAL (1997) presenta cifras elocuentes: en términos absolutos
el número de personas en situación de pobreza asciende
a 210 millones, de las que 94 millones se encuentran en situación
de extrema pobreza, algo nunca antes registrado. La asamblea de
la Conferencia Episcopal Latinoamericana, reunida en Tegucigalpa
(julio 1998) denunció que el 24% de los latinoamericanos
vive con un dólar o menos al día.
Asimismo, es alta la convicción
de que los programas de educación temprana contribuyen a
reducir la pobreza de distintas formas. Tal potencialidad será
mayor si están asociados y combinados con otros programas
de cuidado infantil y forman parte de los esfuerzos más significativos
por alcanzar mejores niveles de desarrollo local y comunitario.
Los actuales y graves niveles de ausentismo, deserción y
repetición afectan gravemente los presupuestos nacionales
destinados a la educación y corresponden a niños de
las familias con menores recursos.
Hay elementos suficientes para
afirmar que los niños que tienen acceso a programas de educación
preescolar demuestran una mejor preparación emocional, física
y mental para la escuela, lo que se refleja en la superación
de dichas expresiones de fracaso escolar y en mayores rendimientos
en centros educativos. Se puede afirmar que la educación
inicial es la modalidad educativa que debiera tener prioridad en
las estrategias nacionales para enfrentar la pobreza.
Datos de una investigación
desarrollada en Chile explican que las diferencias en el desarrollo
psicomotor en la primera infancia surgen claramente a partir de
los 18 meses, se incrementan de allí en adelante y tienen
relación directa con la pobreza. El 40% de los niños
pobres muestran un retraso en su desarrollo a la edad de un año
/.
La sistematización de
investigaciones mencionada anteriormente en 10 países de
varios continentes, enfatiza que los niños pobres de países
tan heterogéneos entre sí como Argentina, Colombia,
Marruecos y la India, pueden beneficiarse más de los programas
educativos de primera infancia que sus pares más privilegiados
(R.Myers, 1998).
Por ello, en el inicio del
próximo milenio será preocupación y desafío
central de los sistemas educativos en el mundo brindar atención
inicial a todos los menores de 5 años provenientes de los
grupos más pobres. Esta ampliación sustantiva
de la actual cobertura tendrá que desarrollarse según
sean las circunstancias de cada país, complementándose
con medidas que hagan posible alcanzar y mantener niveles aceptables
de calidad.
Mas, no será suficiente
que esos niños logren acceder a la educación inicial.
Será fundamental atacar la pobreza en otros frentes que son
determinantes críticos de la capacidad de aprendizaje: la
nutrición, la salud y la estimulación psicosocial.
Por lo mismo, el concepto de educación inicial o educación
temprana no debiera quedar reducido al convencional preescolar
ni apoyarse exclusivamente en formas escolarizadas.
En países con insuficientes
recursos será inevitable la opción por combinar programas
formales y no formales. Se tratará de ampliar substantivamente
los recursos fiscales para esta educación inicial; estimulando,
además, la participación de formas privadas y mixtas
en establecimientos donde el servicio y no el lucro sea principal
motivación.
En el caso de los países
latinoamericanos, la rica experiencia acumulada en educación
inicial no formal o no convencional, debiera servir para una verdadera
acción regional mancomunada en la que determinados países
y programas están en mejor condición que otros para
dar asistencia bilateral o entre pares. Se requerirá, además
de alianzas explícitas entre organismos públicos y
no gubernamentales para flexibilizar horarios y calendarios, de
ambientes educativos que no coincidan con criterios e instituciones
convencionales, de la convocatoria y participación de personal
a cargo sin título docente, de una participación familiar
y comunal activa y decisiva tanto en el cuidado de los niños
como en su apoyo a los programas de nutrición y salud.
Hay claros elementos que demandan
estrategias de "discriminación positiva". Las disparidades
sociales y las enormes limitaciones que tiene la familia pobre para
conocer la importancia de la educación temprana y tener acceso
a ofertas educativas que beneficien a sus hijos, demandan tratar
de beneficiar directamente a los grupos en mayor situación
de pobreza. Además, es aún alto el porcentaje de niños
no incorporados así como la concentración de la oferta
en zonas urbanas.
La "discriminación positiva"
es, en la práctica, una estrategia inversa al tratamiento
"igual para todos" que la retórica de documentos propositivos
y de tipo legal proponen en los países. Con ella se trata
de dar una educación diferenciada para obtener resultados
semejantes. En el caso de la educación inicial, al asignar
más recursos en centros y programas educativos formales y
no formales que atienden a niños de 0 a 6 años más
pobres o sujetos a discriminación social o étnica,
se posibilita que el medio donde viven les otorgue más oportunidades
de beneficiarse con ambientes estimulantes de educación infantil.
Este criterio, además de justo, es económicamente
rentable, ya que impide desperdiciar recursos escasos tal como lo
hacen políticas que privilegian el acceso sin tener en cuenta
el logro de aprendizajes (J.E.García Huidobro, 1996).
2ª. PRIORIDAD
Propiciar aprendizajes en ambientes
que favorezcan el desarrollo afectivo y motriz del niño,
reconociendo y estimulando las capacidades infantiles
La rica experiencia de trabajos
educativos con niños y diversas investigaciones, coinciden
en afirmar que los niños van construyendo sus matrices de
comunicación y aprendizaje a partir de una organización
psicomotriz desarrollada por lo menos en cuatro ámbitos:
el vínculo con el (los) adulto(s) más significativo(s);
la exploración; la comunicación y el equilibrio.
Se señala, con razón,
que la interacción de estos ámbitos organizadores
es la que permite al niño ir construyendo las bases fundamentales
de su educación inicial y permanente: la representación
mental, la abstracción y, por ende, el desarrollo de su lenguaje
y del denominado "pensamiento operativo".
Como se hará explícito
en los siguientes puntos, en la educación inicial del niño
hay que partir por reconocer que el niño ya tiene una forma
de ser, es capaz de poner sus propios contenidos y de recibir contenidos
externos, lo que demanda nuevas posiciones tanto a la práctica
pedagógica como al docente: una educación más
libre e igualitaria que incorpore los intereses del niño
y un maestro que no sea actor excluyente en la entrega de contenidos,
convirtiendo al niño en protagonista de su aprendizaje y
desarrollo.
I) Dar la mayor importancia
al mundo interno del niño y a su núcleo psicoafectivo
Aún con el riesgo de
simplificar la larga experiencia pedagógica se puede afirmar
que todo aprendizaje puede llevarse a cabo a través de dos
formas: por el dolor, la compulsión estresante, la exigencia
externa o por el placer, la motivación, el afecto.
De la primera forma sobran experiencia
y con malos resultados conocidos. "Todo lo que se memoriza por
la fuerza, a nivel del córtex, sin haber despertado ningún
eco emocional, no hace más que parasitar la memoria. El olvido
entonces es signo de salud mental" nos dicen A. Lapierre y B.
Aucouturier (1985).
En cambio, a través del
placer y el afecto el niño tiene menos posibilidades de fragmentarse
y puede, de esta forma, desarrollar armónicamente sus áreas
social, intelectual, afectiva, corporal y emocional, como un todo.
La opción por lo lúdico
en la educación infantil tiene aquí uno de sus principales
fundamentos. Aprovechar el juego espontáneo del niño,
posibilitará rescatar la gran riqueza que lleva éste
al centro o programa educativo, pues en dichas manifestaciones lúdicas
se refleja todo lo que está viviendo y su capacidad de intercalar
con los otros.
Será importante, por otro
lado, considerar que los desafíos del siglo XXI tienen que
ver mucho más con la salud mental que con la salud intelectual
Por ello, la formación
de la autoestima, la seguridad personal, la confianza en los demás,
la tolerancia con lo diferente a sí mismos, la capacidad
de asumir retos y riesgos, será forjada en las primeras experiencias
educativas con adultos y con otros niños que representa la
educación temprana. La paz interior, la acogida ante las
dificultades y el balbuceo de la vida que se inicia será
forjada y marcada también en las primeras prácticas
educativas
Los principales esfuerzos de la
educación inicial debieran estar dirigidos a que el niño
de hoy pueda proyectarse, vía un ambiente que lo acoja amorosamente,
a ser más tarde una persona capaz de trabajar en equipo,
de cooperar con los demás, de expresarse, de deliberar, de
resolver problemas nuevos, y de ser autónomo pero en relación
con los demás.
II) Descubrir y alentar las
potencialidades de cada niño
Diversos estudios, especialmente
en los campos de la Biología y la Psicología, son
coincidentes en reconocer la capacidad de los niños para
autoimpulsar su propio desarrollo desde sus primeros días
/. Al hacerse mayores, los niños fortalecen su capacidad
de "aprendizajes autogenerados" y con ella la calidad y potencialidad
de las señales que ellos producen. Esta constatación
determina la necesidad de partir de dicho reconocimiento en toda
práctica educativa.
José Amar cita los trabajos
de Gamble y Zingler (1986) dando claves para demostrar que aún
en el caso de niños expuestos a situaciones de extrema pobreza
y excesivas privaciones, la inteligencia es la más resistente
al impacto del medio ambiente, entre los subsistemas que estos niños
emplean para su funcionamiento social, intelectual y emocional.
Es probable que varias de las habilidades cognoscitivas de estos
niños puedan permanecer aún cuando su situación
de privaciones se prolongue durante un largo tiempo. Esto no oculta,
sin embargo, otra realidad: los niños con gran dosis de sufrimiento
pueden perder su curiosidad y confianza en los adultos y toda esperanza,
factores más gravitantes que el de la inteligencia.
Estos datos confirman lo ya
señalado en el sentido que la educación infantil debe
ser instrumento que, unido a su nutrición y salud, asegure
las bases de todo buen desarrollo posterior de la persona. La calidad
de las experiencias en relación con otros niños y
con adultos que pueda ofrecerse al educando infante, será
fortalecida si se toma en cuenta las propias capacidades infantiles
y se alienta sus posibilidades de proyectar sus movimientos, intenciones,
inteligencia y afectos para modificar su propio entorno ya familiar
o educativo.
III) Dar particular atención
al desarrollo del lenguaje con enfoques multiculturales
El lenguaje se adquiere en el intercambio
social. El lenguaje en sus diversas expresiones es imprescindible
para comunicarnos con los otros y para representar y configurar
el mundo. "El crecimiento intelectual del niño depende del
dominio de los mediadores sociales del pensamiento, esto es, del
dominio del lenguaje" enfatizó L.Vigotsky /.
El lenguaje desarrolla el pensamiento
propio, la convivencia con los demás y es principal factor
de comunicación. Se señala, con razón, que
sin el lenguaje no sería posible construir los pensamientos
ni amar /.
Mas, para ayudar al niño
a construir su expresión, comunicación y comprensión
a través del lenguaje, será fundamental partir del
reconocimiento de las potencialidades de todo niño, de su
creatividad y de sus capacidades para producir.
Alicia Legaspi (1997) afirma que
"se puede hablar de creatividad en el lenguaje de los niños,
como equivalente a riqueza, individualidad e imaginación
en su utilización. Pero la idea de actos creativos del
lenguaje de los preescolares al margen o separados de la adquisición
de la lengua, no se ajusta a las nociones ofrecidas por la lingüística
y la psicolingüística contemporánea". Ello
debe ser tenido en cuenta por la pedagogía.
Para concretar elementos como los
anteriores, en el siglo venidero seguirán vigentes los valiosos
aportes de escritos como los de Vigotsky y de investigaciones como
las de Emilia Ferreiro/ y, sobre todo, será indispensable
modificar la concepción que muchos docentes tienen de niños
como seres con la mente en blanco, sin experiencias previas y posibles
depositarios de la sapiencia docente.
La reiterada pregunta sobre si deben
o no aprender a leer y a escribir los niños de educación
parvularia o preescolar, deberá ser resuelta de acuerdo a
situaciones individuales y ambientales de aprendizaje. Sin embargo,
no debiera dejar de considerarse en su desarrollo la necesidad de
comunicación y las iniciativas de los propios niños
por aprehender los códigos de lectoescritura, incluso como
parte de sus necesidades lúdicas. Todo parece indicar que
es importante que los niños deben en la educación
preescolar ser puestos en situaciones de usar el lenguaje escrito,
aunque el objetivo no sea el aprendizaje de la lectoescritura sino
su propio descubrimiento de las funciones sociales del lenguaje.
Es difícil admitir hoy el argumento de esperar la "madurez"
cuando se conoce que la riqueza de experiencias es lo que provoca
el desarrollo de las competencias lingüísticas. Además,
como señala la propia E. Ferreiro, los niños "no piden
permiso para comenzar a aprender".
Hay evidencias, asimismo, de
la conveniencia de un enfoque multicultural de la educación
infantil. Los centros o programas de educación temprana,
y las docentes en ellos, no debieran perder de vista que la mayor
parte de la educación durante la primera infancia no gira
en torno a la escuela. Por lo mismo, importa que centros infantiles
y docentes reconozcan y acepten el universo simbólico infantil,
sin obligar a realizar "adaptaciones" que restrinjan la creatividad
del niño; le ofrezcan un ambiente amoroso de confianza y
seguridad que propicie hacer explícitas la curiosidad y la
duda infantiles y, evidentemente, el recurso de la palabra y sus
expresiones corporales. El lenguaje que se habla en el hogar no
es el lenguaje utilizado en la escuela. Los programas de educación
infantil pueden superar las posibles barreras que se alcen por esa
realidad, permitiendo una exposición prolongada al lenguaje
utilizado en la escuela en un entorno informal y lúdico que
favorezca la experimentación, la comunicación, el
aprendizaje y la asimilación.
3ª. PRIORIDAD
La educación inicial en
el sistema educativo: mejor articulación del nivel inicial
con la educación primaria y mayor influencia sobre ésta.
Los sistemas educativos
ante el siglo XXI
La mayoría de los países
en desarrollo entra al siglo XXI con problemas del siglo XIX aún
no resueltos. Sus déficits en materia de cobertura, repetición
y deserción siguen siendo muy altos. Los grandes desafíos
son, precisamente, cumplir con el sueño de una escuela efectivamente
universal y preparar a nuestras sociedades para asumir todo lo que
implica el tercer milenio en cuanto una integración exitosa
y equitativa a todos sus desafíos, particularmente los vinculados
a un mundo con procesos productivos que demandan información
e inteligencias creadoras. Se trata entonces de educar a todos para
el siglo XXI.
El sistema educativo/–desde
la educación a la primera infancia hasta el postgrado–tiene
en esta tarea un papel central e irrenunciable. Mas, educar tiene
que ver también, como se ha dicho, con la incorporación
de nuevos y viejos actores como la familia, los partidos políticos,
las iglesias, los sindicatos, los gremios empresariales o los medios
de comunicación. La labor educativa para ser eficaz tiene
que propiciar la cooperación armónica entre instituciones
convirtiendo a la educación no sólo en derecho sino
en deber de todos.
La educación básica
integral tiene que superar los actuales resultados de dispositivos
legales que demandan una escuela básica obligatoria. No basta
ni bastará con lograr la cobertura de las matrículas
y aproximarse al 100% de niños asistiendo a escuelas. Será
indispensable atacar los principales factores del atraso y fracaso
escolar. Se tendrá como propósito alcanzar los mínimos
necesarios para lo que nos demanda el siglo XXI: bilingüismo;
habilidad matemática y de lectura correspondiente por lo
menos a un octavo o noveno grado; habilidad para un trabajo en equipo
que ayude a resolver problemas; comprensión y disfrute de
la ciencia y tecnología; utilización de informática
y medios de comunicación; tolerancia y respeto a las diferencias.
Es en ese contexto futuro que
tendrá que situarse la importancia de una educación
infantil de calidad y de su ubicación en el conjunto del
sistema educativo. El nivel inicial por lo general ha surgido con
bastante posterioridad a los niveles clásicos de la enseñanza
y tiene como función central estimular y acompañar
los procesos de gestación de los primeros aprendizajes. Se
ha reconocido que para alcanzar los grandes propósitos del
sistema educativo, el atraso infantil es uno de los principales
factores, sino el principal, de desequilibrio educativo, y que es
el gran transmisor de la pobreza de generación en generación.
Ya se ha señalado que, por ello, los programas deben dirigirse
prioritariamente a los niños más vulnerables- a los
de hogares incompletos, de etnias marginadas o sostenidos por una
sola mujer- y atender las necesidades mínimas de salud, nutrición
y desarrollo psicosocial de todos los niños en edad preescolar.
Más y mejor articulación
entre educación inicial y primaria
Además de esos factores,
los sistemas educativos presentan una clara tarea pendiente en materia
de articulación entre niveles y modalidades. Esta articulación
es claramente insuficiente entre la educación inicial y la
educación primaria. Los buenos avances obtenidos al considerarse
a la educación infantil como parte esencial de la educación
básica, no tienen correlatos semejantes ni suficientes en
el paso de un nivel a otro.
Lo anterior está unido también
a los elevados índices de repetición en el primer
grado de primaria, sobre todo en zonas rurales y en áreas
urbano-marginales. El fracaso escolar se concentra en los niños
pobres de zonas pobres, coincidentes precisamente con la ausencia
de oportunidades de educación temprana. Mas, existen también
evidencias de que ese fracaso escolar pueda deberse también
al brusco cambio experimentado en su paso al nivel primario por
niños que tuvieron oportunidad de educación inicial.
El fracaso en el primer año
de la primaria implica fracasar en la adquisición de los
conceptos básicos de alfabetización, sostiene Emilia
Ferreiro (1993), remarcando que el caso latinoamericano presenta
un contexto lingüístico muy diferente a otros como el
de Africa /. Estudios recientes, afirma, muestran que la imperante
visión mecanicista de la alfabetización en lugar de
facilitar el aprendizaje, lo dificulta precisamente a aquellos niños
que más necesitan de la escuela para aprender a leer y escribir:
niños de los sectores más desfavorecidos de la población.
El primer grado de primaria por
lo general se da en ambientes extremadamente formales primando en
ellos la presión porque los niños aprendan a leer
y a escribir y las operaciones básicas. Los ambientes del
aula se dan con muy pocas oportunidades de trabajo en equipo ni
para aspectos lúdicos; en ellos no se estimula la expresión
y creatividad infantil. La relación del docente con los niños
dista mucho del ambiente afectivo y preocupado por la socialización
de experiencias de vida que es propósito de programas de
educación temprana.
En países como los latinoamericanos,
parte del problema no resuelto de la participación docente
de educación básica en el cambio educativo, junto
a sus bajos sueldos y ausencia de condiciones básicas de
equipamiento, es la debilidad de su formación y capacitación;
en ellas priman aspectos teóricos sobre otros que incidan
en su práctica pedagógica. Muchos centros de formación
docente tendrían que dar mayor importancia a enfoques actualizados
respecto a la construcción del lenguaje, al pensamiento lógico-matemático
o a las características étnicas y la ecología,
lo que enriquecería y fortalecería su capacidad de
enseñanza. A ello se suma que en buen número de países-
la mayoría de las veces por decisión del resto de
docentes del establecimiento- se encarga los dos primeros grados
de la educación primaria a los profesores recién egresados
o con menor experiencia.
Una perspectiva funcional y otra
individual tendrían que ser consideradas para una mejor articulación
entre el nivel inicial y el primario. Respecto a la perspectiva
funcional, cada nivel educativo tiene funciones específicas,
la articulación integra los niveles dentro del conjunto del
sistema educativo como unidad mayor, manteniendo dichas funciones
específicas. La perspectiva individual corresponde a la del
alumno. Cada etapa en la vida del niño se diferencia de la
anterior, y ambas se articulan en un proceso gradual y continuo;
sin embargo, la organización escolar desde una lógica
externa a este proceso impone al niño "cortes" correspondientes
a niveles educativos. La articulación entre el nivel inicial
y el primario, tendría que posibilitar que la lógica
institucional no atente contra el proceso de aprendizaje de cada
niño.
En esta articulación
siempre será necesario partir del niño como individualidad,
como ser distinto, con habilidades, con saberes, con expectativas
con experiencias diferentes. No todos concluyen su educación
preescolar de la misma forma en cuanto a aprendizajes obtenidos.
En muchos casos, lamentablemente, no todos han tenido posibilidad
de acceder a alguna de las diversas formas de educación temprana.
Un diagnóstico inicial en el primer año primario valorando
los saberes previos para integrarlos después en un proceso
de continuidad en la construcción de los conocimientos, deviene
en acción indispensable.
Una de las necesidades de esta
mayor articulación es la generación de una creciente
brecha entre una educación inicial con concepción
y efectos estimulantes y una educación primaria con más
dificultades para renovarse. Esta articulación tendría
que posibilitar influencias sobre la educación primaria de
las metodologías de atención personalizada a los niños
y la creación de ambientes lúdicos y estimulantes
en sus aprendizajes propios de la educación inicial. La importancia
de la afectividad y de las relaciones interpersonales es vital como
posible foco de influencia.
Una constante en todo intento de
articulación es tratar de responder al cómo se pueden
adaptar las escuelas o programas y los docentes a los niños
y no partir de lo contrario. Este esfuerzo debiera concertar voluntades,
generar discusiones y trabajos conjuntos entre docentes de ambos
niveles, que posibiliten una mayor continuidad en la organización
curricular, las metodologías y el clima afectivo emocional,
entre inicial y primaria.
La educación primaria tendría
que detenerse más en la educación infantil e incorporar
en su práctica muchas de las técnicas y métodos
propios de esta etapa, facilitando mayor coherencia en el proceso
educativo y conseguir un aprendizaje activo y más significativo.
Una tarea pendiente es la sensibilización de los profesores
de primeros grados de primaria sobre las ventajas del aprendizaje
centrado en el niño y su lenguaje afín al modelo pedagógico
preescolar.
Por su parte en la educación
inicial tendría que superarse algunos sesgos "antiescolares"
que caracterizan la formación de muchos docentes de educación
temprana y asumir sus tareas reconociendo tanto ventajas como carencias
en su accionar pedagógico. Un riesgo latente en muchos programas
es la gradual formalización de programas preescolares asimilando
el funcionamiento de la primaria. La necesidad de avanzar hacia
la mayor definición y el reconocimiento de una más
clara identidad en el perfil profesional de los educadores infantiles
será parte de la tarea por realizar.
Todo ello supone, desde el punto
de vista organizativo, la necesidad de establecer cauces, intercambios
y coordinación entre centros de educación infantil
y las escuelas primarias o entre docentes de ambos niveles donde
coexistan en un mismo centro educativo. En síntesis, resultaría
mucho más sabio y prudente asumir la educación inicial
y la educación primaria como inversiones complementarias
en lugar de competitivas.
Necesidad de estrategias intersectoriales
El carácter integral
del desarrollo infantil y el reconocimiento de la fuerte influencia
que ejerce la salud y la nutrición en el aprendizaje demanda
que los educadores infantiles no sean los únicos encargados
de la asistencia y educación durante la primera infancia.
Se considera necesario buscar nuevas formas de trabajo superando
directrices burocráticas que muchas veces dificultan combinar
los programas educativos con los de salud y nutrición y otros
de bienestar social. De esta manera, los programas de educación
infantil amplían sus propósitos poniendo esos vitales
servicios al alcance de sus niños y niñas. Esto tiene
mayor relevancia en países con bolsones de pobreza con niños
demandantes no sólo de cuidado educativo sino de estrategias
de supervivencia y desarrollo especiales.
El papel de la educadora infantil
posee, por lo mismo, una importante dimensión social, pues
ha de trabajar con padres, otros profesionales no docentes y con
dirigentes y miembros de comunidades.
Importa, en ese sentido, referirse
a la necesaria vinculación entre la educación inicial
y la educación con jóvenes y adultos. En correspondencia
al enfoque integral postulado, los programas de alfabetización
destinados a padres de familia de escasos recursos tendrían
que alentar, junto con el dominio de la lectoescritura y matemáticas,
el conocimiento de las necesidades de aprendizaje de sus hijos y
la importancia de la estimulación psicomotriz en el desarrollo
infantil.
Los programas educativos con mujeres
madres posibilitarán mejores condiciones para el aprendizaje
de sus hijos y su mejor calidad de vida /.
4ª. PRIORIDAD
Vincular más a la familia
como agente educador y socializador, propiciando la reflexión
y comprensión de su papel en el desarrollo de la infancia.
La familia es mediadora activa
entre el individuo y la sociedad. Su importancia es tal que se puede
afirmar que es ella, de acuerdo a sus posibilidades y limitaciones,
quien facilita o limita los procesos de desarrollo que afectan a
sus integrantes. Si su acción es adecuada, los resultados
favorecen a la propia sociedad. Es considerada, cada vez más,
como el espacio privilegiado para la acción de las políticas
públicas y aquel en que ellas pueden tener mayor impacto.
Son reconocidas como funciones
esenciales de la familia las sociales, en cuanto a ser regulador
básico del comportamiento del niño y sus miembros,
las económicas, se buscan en ella ingresos para poder
satisfacer necesidades biológicas y sociales de sus miembros,
y las emocionales, es unidad de intercambio emocional y de
comunicación entre sus miembros. La influencia del entorno
familiar es predominante en todos los períodos cruciales
de crecimiento; por ejemplo, los estilos de comunicación
interpersonal ayudan al niño a ir definiendo sus modelos
de reaccionar ante las experiencias, pensamientos y sentimientos
de los demás /. Cuando la educación posibilita la
participación de los padres; éstos mejoran su forma
de comportarse como tales, favorecen la independencia de sus hijos
y ayudan a la autoestima de ellos mismos, lo que repercute en el
desempeño escolar de los niños /.
A esas funciones esenciales debe
sumarse su función educativa. Ella es agente educativo por
excelencia; el aprendizaje por imitación, determinante en
los niños, es uno de sus productos. Glen Nimnicht plantea
que "al fin y al cabo en la mayoría de los casos, la familia
es la única influencia educativa permanente en la vida del
niño; los maestros van y vienen, el niño puede ser
cambiado de escuela, pero la familia permanece"/.
El ambiente familiar viene a
ser la primera oportunidad que tiene todo ser humano para constituirse
como tal. Será por ello decisivo considerar la presencia
y acción de los padres o de la madre sola como primeros educadores
y de la familia–cualquiera sea la forma que ésta adopte–como
estructura primaria de pertenencia al niño donde éste
puede constituirse en sujeto en virtud de un proceso de identificación
y diferenciación que le permite adquirir su propia identidad.
Por lo anterior, todo programa de
educación infantil debe integrar a la familia si quiere tener
real éxito en sus tareas. Los programas basados en la familia
tendrán mayor posibilidad de logros educativos. Una cuestión
clave en programas de educación temprana residirá
en posibilitar que los padres ganen confianza en sí mismos
y desarrollen destrezas que mejoren su interacción con los
niños.
Lamentablemente, en ambientes de
pobreza, los padres no tienen, muchas veces, posibilidades de reconocer
su propio valor o sus potencialidades como educadores. Una causa
frecuente es que ellos mismos no poseen una experiencia pedagógica
exitosa durante sus años de escuela. Se reconoce, sin embargo,
una tendencia a desarrollar programas con mayor protagonismo paterno
y materno.
Una primera convicción que
se reafirma oteando el tercer milenio, es que la educación
de los padres debiera ser encarada como algo estratégico
para el desarrollo de los niños y para el desarrollo del
nivel inicial o preescolar.
La mejora del ambiente cultural
familiar y la elevación de la conciencia paterna de que esa
mejora repercutirá directamente en el desarrollo educativo
de sus hijos y en sus mejores aprendizajes, y de que la vinculación
de los adultos docentes con los niños debiera ser mediadora,
fueron valoradas y hechas explícitas en el ya lejano 1932
por Lev Vigotsky: "Por mediación de los demás, por
mediación del adulto, el niño se entrega a sus actividades.
Todo absolutamente en el comportamiento del niño está
fundado, arraigado en lo social... De este modo, las relaciones
del niño con la realidad son, desde el comienzo, relaciones
sociales". De acuerdo con Vigotsky, la escuela no se limitaría
a enseñar sistemáticamente lo que fuera de ella se
aprende sin método pedagógico. La conjunción
hogar y escuela concurre e interactúa a favor del nivel evolutivo
en el aprendizaje infantil, definido como el conjunto de tareas
que el niño es capaz de resolver con ayuda de la maestra
y de otros compañeros en la escuela o de los padres si se
trata del hogar. El nivel de desarrollo potencial del niño
será, entonces, determinado a través de la resolución
que haga de un problema, bajo la guía de un adulto o en colaboración
con otro compañero más capaz /.
La investigación reciente
permite señalar que las variables de mayor contribución
familiar al aprendizaje escolar, pueden clasificarse en las siguientes
cinco categorías /:
- Hábitos de trabajo de la familia.
- Orientación académica y apoyo al
estudio.
- Estímulos para explorar y descubrir.
- Riqueza lingüística del medio familiar,
y
- Aspiraciones y expectativas de los padres.
Apostar por la renovación
de políticas educativas requiere "invertir" en los padres.
El nivel educativo de los padres, particularmente el de las madres,
aparece en muchas experiencias y determinados estudios como el factor
clave en la educación y salud de sus hijos; es también
influencia directa para la opción por dar a sus hijos educación
preescolar y para evitar el abandono escolar en los grados superiores
de primaria y secundaria/.
La anteriormente señalada
necesidad de una mayor vinculación de la educación
inicial con programas de educación de adultos tiene en el
trabajo educativo con madres gestantes y con niños de 0 a
3 años a su cuidado, una posibilidad de mayor influencia
y prospección educativas. Dicho período etario es
decisivo en el lenguaje y la adquisición de destrezas estimuladoras
de un mejor aprendizaje. Asimismo, la alfabetización y mejora
del nivel académico de padres en situación de marginación
y pobreza, tendrán directa relación con su mejor autoestima,
con su capacidad para aprender y actuar y su mayor conciencia y
mejor aptitud para estimular y acompañar los aprendizajes
de sus hijos.
Las múltiples experiencias
de programas de educación inicial no formal tienen precisamente
en madres y cuidadoras pertenecientes a la comunidad y comprometidas
con ella, a cargo de dichos programas, una clara expresión
de la potencialidad educativa de mujeres de baja instrucción
debidamente capacitadas y motivadas. Hay trabajos que demuestran
un mayor efecto pedagógico en este tipo de programas que
en los conducidos por docentes profesionales. Se aduce en ellos,
como razones, que en estos programas no convencionales "las madres
y cuidadoras establecen relaciones armónicas con otros padres
y madres, posibilitando fluidez, coherencia y pertinencia en el
manejo de la comunicación y los códigos afectivos,
junto a una mayor facilidad en la interpretación de los comportamientos".
Ello puede explicarse por compartir los mismos parámetros,
patrones y valores sociales pues el recurso humano pertenece a la
comunidad /.
5ª. PRIORIDAD
Fortalecimiento del conocimiento
científico sobre la infancia, su familia y comunidad a través
de la investigación
Si existe el propósito
de un real mejoramiento de la calidad de la educación integral
a la infancia, la investigación científica será
fundamental para alcanzarlo.
Siguiendo criterios clásicos
de las ciencias sociales, con dicha investigación científica
se tratará de influir en el curso de la educación
infantil y de la protección a la infancia alcanzando diversos
requerimientos:
- Suministrando datos–no sólo estadísticos-
confiables
- Proporcionando conceptos y teorías para
entender los fenómenos concurrentes en una educación
inicial y para dar mayores bases a una protección integral
de la niñez
- Ofreciendo patrones que permitan evaluar las
prácticas educativas y sociales así como el impacto
de la atención integral al niño considerando su
entorno familiar y comunitario. Obteniendo datos orientadores
sobre las múltiples funciones sociales del papel socializador
de la familia. Induciendo y evaluando las políticas gubernamentales
y los proyectos no gubernamentales. Rescatando y difundiendo las
innovaciones educativas con la primera infancia. Estudiando los
comportamientos sociales respecto a la infancia. Analizando los
efectos de la excesiva dependencia de los niños a los medios
electrónicos.
- Posibilitando que los distintos principales actores
vinculados a la educación infantil (maestras y padres de
familia sobre todo, además de investigadores, administradores,
etc.) intercalen e interactúen de diversas formas entre
sí.
- Dando pautas para la construcción de proyectos
y obras nacionales de "ingeniería social" vinculados a
la infancia.
- Proporcionando insumos para favorecer movimientos
de opinión y luchas políticas en favor de la infancia
y su educación.
Sin embargo de los anteriores elementos
de tipo general, una prioridad de la investigación científica
en el desarrollo de la educación infantil, será tratar
de conocer realmente al niño con el que se trabaja en la
educación inicial. Partiendo del niño real y en un
mundo real, y, asimismo, procurando tener, a través de la
investigación, mayor claridad conceptual sobre el niño
ubicado en ambientes concretos.
El niño promedio o el niño
de estadísticas abstractas en realidad no existe /. El énfasis
que se dé a la investigación básica sobre el
niño concreto ayudará a conocer cómo un niño
a una determinada edad aprende y piensa y, a la vez, cómo
usar ese conocimiento para el diseño de alternativas de enseñanza.
Los resultados de esas investigaciones impedirán la hoy frecuente
estandarización de programas sobre núcleos infantiles
por lo general diversos y heterogéneos.
La imposibilidad de aislar a los
niños de los contextos donde se desarrollan, demanda analizar
los múltiples elementos internos y de su realidad exterior
que interinfluyen en su estructura biológica así como
la realidad socioeconómica que vive, el medio ambiente en
el que se desarrolla, las relaciones que establece con otros niños
y con adultos.
En este sentido, hay autores que
luego de experiencias en terreno y de revisar el conjunto de conocimientos
científicos sobre los niños y la niñez de las
regiones y los países del mundo en situación de atraso
y pobreza, concluyen que los enfoques utilizados, a pesar de ser
valiosos, no llegan a interpretar ni a ser adecuados a las características
de los niños en situación de marginación/.
Es prioritario entonces asociar
múltiples experiencias e investigaciones en terreno y buscar-
en cada continente- la obtención de una nueva cosmovisión
de la psicología de los niños asiáticos, africanos,
latinoamericanos, árabes, distinta a la ofrecida por los
estereotipos originados en el norte desarrollado.
José Amar (1994) plantea
que si bien la Psicología Genética es una cosmovisión
que ha aportado mucho a la transformación de la vida psíquica,
"la realidad de millones de niños, sus familias y comunidades...
que se debaten en la pobreza absoluta y representan la mitad de
la población, necesita de una dimensión diferente
para explicar no sólo el desarrollo infantil, sino también
la cosmovisión del mundo". Sugiere como indispensable, en
el caso latinoamericano, lograr dicha "cosmovisión" estudiando
"el psiquismo en su formación y en sus transformaciones que,
junto con descubrir los orígenes biológicos de la
vida psíquica, también estudie la relación
con las posibilidades de variación individual ligadas a las
diferentes formas de interacción con el medio y a las diferencias
existentes en los distintos medios" /.
6ª. PRIORIDAD
Aproximación a las nuevas
tecnologías con predominio de los criterios pedagógicos
La historia del siglo que termina
es pródiga en ejemplos del entusiasmo con que la educación
ha acogido como potenciales medios educativos al cine, la radio,
la televisión, el vídeo y, más recientemente,
al computador u ordenador. Pareciera que cada nuevo medio significó
para algunos innovadores, respuestas finales a problemas educativos
acumulados. Sin embargo, al cabo de años de aplicación
cada medio resultó efímero en cuanto a las potencialidades
que se le atribuían, en gran medida por tratar de implantarlos
como mecanismos educativos sin antes tomar en cuenta los fines que
se persiguen con su aplicación.
Ante las nuevas tecnologías
es frecuente encontrar posiciones que van desde las utópicas
(la tecnología como panacea resolviendo principales problemas
en el aprendizaje) a las escépticas (la televisión
y los ordenadores pueden ser nocivos para los niños y estimulan
un aprender inocuo). Ambas posturas obedecen a una visión
tecnocéntrica del problema, sin considerar elementos humanos,
culturales y contextuales y privilegiando sólo lo tecnológico,
sustituyendo indebidamente un fin por los medios. La cuestión
fundamental no es ¿qué se puede hacer con el ordenador o
el televisor? O ¿qué hacen los computadores o la televisión
a los niños? Si no ¿qué pueden hacer los niños
y los padres de los niños con los computadores o la televisión?
¿Qué cosas pueden construir con ellos?
Importa partir de admitir que
toda nueva tecnología no tiende a reemplazar la anterior.
El ordenador no reemplaza a la máquina de escribir ni al
vídeo, éste no reemplaza al televisor, ni éste
a la radio. Cada una tiene su función, sus potencialidades
y limitaciones. De lo que se trata es que los niños desde
pequeños sepan de su existencia y sean motivados para usar
cada medio con mente alerta o atenta.
En el caso de la televisión
ésta es considerada cada vez más como medio de entretención
y "escapista". No se puede decir lo mismo de los efectos sobre la
mente y el modo de mirar el mundo de los niños, de las adicciones
infantiles a la televisión ni de la difusión videográfica
de cómics cargados de violencia.
Un informe de la UNESCO del año
pasado señala que: "El 91 por ciento de los niños
con acceso al televisor en sus hogares, pasan un promedio de tres
horas diarias delante de la pantalla y le dedican más de
un 50 por ciento que a cualquier otra actividad". La encuesta que
sirvió para dicho informe estableció que una hora
de programa contiene en promedio, de cinco a diez escenas de violencia
presentadas, en su mayoría como agradables o benéficas
/.
Otro modo de aproximarse a la televisión
es considerarla como instancia de socialización infantil.
El niño utiliza los códigos que la televisión
ofrece (violencia, amor, sexualidad, acuerdos, conflictos) para
relacionarse con sus pares. Las imágenes televisivas- y de
videojuegos- no tendrían que perturbar el desarrollo de la
personalidad de un niño que se siente amado y tomado en cuenta.
A éste, la vida misma le ayudará a discernir entre
el bien y el mal en estos medios con el especial apoyo y cuidado
de su familia y su centro educativo. En cambio, un niño que
se siente solo, no integrado ni contenido por la familia y la escuela,
estaría más expuesto a esos medios, al tomarlos como
refugio y no poder enfrentarlos activamente. No se trataría,
entonces, de suprimir la imagen televisiva, sino de ayudar al niño,
a través de la contención y el afecto, a enfrentar
su realidad de manera activa.
Una de las tareas pendientes
de la educación inicial es precisamente tener como un problema
por resolver la actitud de los padres o progenitores con el uso
del medio televisivo y con la adicción que absorbe e impide
otra actividad a los niños. Las sesiones de audiovisión
crítica entre maestros y padres respecto a programas infantiles,
estimuladas desde los centros o programas de educación inicial,
pueden constituir una de las salidas a esta inercia colectiva.
Con referencia a los ordenadores
habría que partir de reconocer que tiene características
distintas a otros medios, algunas de ellas muy ligadas a sus potencialidades
para el aprendizaje. Varios autores sostienen, incluso, que estaríamos
en un punto de la historia de la educación en el cual son
posibles cambios radicales y que la posibilidad de esos cambios
tiene en los computadores un medio indispensable para lograrlos.
Sin coincidir con dichas posturas,
una innegable ventaja del ordenador es su capacidad de ser medio
interactivo, sobre todo a partir de cuando se volvieron conversacionales/.
Esta interactividad le da mayor potencialidad de proveer nuevas
formas de aprendizaje a través de actividades de construcción.
La aplicación de formas interactivas y constructivistas de
aprender con la tecnología, con padres, maestros y niños,
puede dar resultados sorprendentes.
A estas alturas será difícil
ignorar a los computadores como partes de la vida moderna que está
llegando a universalizarse incluso en lugares insospechados de comodidad
o riqueza. De allí la importancia de aproximarse a su uso
con fines pedagógicos partiendo de que el contexto es el
niño, su ambiente, su cultura y no la tecnología.
Introducir el computador en educación
infantil puede parecer hoy inusitado y demasiado ambicioso. Sin
embargo, estaremos en mejores condiciones de asumirlo si dejamos
de considerarlo como una tecnología que puede o no producir
beneficios, sino como un material que pueda ayudarnos a hacer mejor
lo que se está haciendo. Para ello será necesario
responder previamente- padres y maestros- cómo, para qué,
cuándo y dónde utilizarlo para fines de aprendizaje.
La presencia del docente será esencial para que incorpore
elementos de humanidad impidiendo que el medio distorsione los fines
educacionales y logrando que todas las potencialidades del niño
estén involucradas en los procesos de aprendizaje.
A los anteriores elementos debieran
añadirse por lo menos otros dos, de tipo problemático:
- Los software educativos de la computación
a menudo no son hechos por educadores sino por técnicos
de computación con poco conocimiento de procesos de aprendizaje;
- El uso de computadores como medio educativo será
distinto si se trata de países ricos o pobres. En los primeros,
por lo general, las tecnologías educativas no sirven para
ahorrar recursos sino para elevar la calidad de los aprendizajes.
En los países pobres la opción por computadoras
en las aulas debe pasar por analizar factores de por sí
escasos: recursos financieros y maestros bien entrenados /.
7ª. PRIORIDAD
Búsqueda de la maestra
de excelencia para la educación infantil
Esta última prioridad puede
ser perfectamente la primera y está asociada al buen cumplimiento
de las anteriores.
Si asumimos la hipótesis
de la importancia central que tiene para el desarrollo humano y
personal la educación temprana, admitiremos la necesidad
de optar por estrategias que posibiliten una selección y
formación inicial rigurosas de este personal docente así
como darle posibilidades de constante evolución y puesta
al día profesional.
Tomando en cuenta el estudio de
la realidad y la opinión de los expertos consultados en investigaciones
sobre la especialización en educación infantil, se
concluye que las características personales que debe poseer
un especialista en la atención al niño preescolar
son fundamentales para su buen desempeño.
Estas características pueden
agruparse en categorías como las siguientes:
- La relación con los niños.
Esta condición es prioritaria. Se demanda a esta docente
ser cariñosa y afectuosa con los niños, ser paciente
pero a la vez activa para poder adaptarse al ritmo intenso de
trabajo con niños. Por ello, se señala, con razón,
que es preferible contratar a una persona que sienta amor hacia
los niños, aún cuando no posea calificación
especializada, a otra con mucha calificación pero sin esa
cualidad.
- La relación con el tipo de trabajo.
Una especialista en la atención de los niños
en edad temprana, necesita tener afinidad hacia las actividades
propias de su oficio. Su vocación de servicio tendría
que expresarse también en responsabilidad frente al trabajo,
deseo de actualizarse y de aprender para brindar mejor atención.
- La relación con los demás. Sus
facilidades de comunicación y el manejo adecuado de las
relaciones humanas, le permitirán una buena relación
con la comunidad, con los padres de los niños y con las
compañeras de trabajo, aspecto importante para el desempeño
en el área. Por ello, en dichos estudios se recomienda
que la especialista pertenezca, en lo posible, a la misma comunidad
donde funciona el centro de atención o programa.
- La relación consigo misma. El equilibrio
emocional y la buena salud física y mental serán
armas importantes para enfrentarse con grupos numerosos, de edades
diferentes y con imprevistos frecuentes y situaciones difíciles
que demandan muchas veces sentido común y equilibrio para
la toma de decisiones.
Respecto a las competencias
profesionales/ y a lo que demandaría el saber teórico
a una profesional en educación infantil, en lugar de recurrir
a tratados de formación profesional y a valiosas experiencias
de centros de formación profesional, permítaseme esta
vez recurrir a la opinión de los propios niños.
En 1996, el Programa de Escuelas
Asociadas de la UNESCO consultó a niños de todas las
regiones del mundo a responder la siguiente pregunta: ¿Cómo
debe ser un buen maestro?. Los niños podían
responder por escrito o por medio de un buen dibujo. Uno de los
motivos centrales de esta encuesta fue que mucho se ha dicho y escrito
sobre el papel del maestro en un mundo cambiante, pero rara vez
se han recogido las voces y las ideas de los propios niños
alumnos. En sus frases y dibujos pueden encontrarse muchas claves
para conocer cómo ven y cómo quisiera que sean los
rostros de 50 millones de docentes repartidos por el mundo.
¿Cómo debe ser un buen
maestro? /
CON LAS PALABRAS DE LOS NIÑOS
Un
buen maestro es un amigo
"Tienes que ser bueno, amigable
y tener confianza en mi... debes escuchar y comprendemos
a todos nosotros... y no perder nunca la calma..."
Rosa, 9 años, de Nueva Zelandia
|
"Nos tratas
con igualdad y comprendes los sentimientos y aspiraciones
y el humor de cada uno de nosotros".
Le Nhy Anh, 9 años, de Viet Nam
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Un
buen maestro escucha...
´"Para llegar a ser buen maestro que me
ayude a pensar y encontrar respuestas por mí mismo".
Tasha-Leigh, 12 años, Jamaica
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"Me gusta
un maestro que me ayude a pensar y encontrar respuestas
por mí mismo".
Bongani Sicelo, 9 años, de Zimbahue
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Un
buen maestro es un modelo para nosotros...
"Un buen maestro es alguien que transmite
a la generación futura lo que tiene de más
valioso: su cultura y educación".
Nawal, 12 años, de Marruecos
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"El maestro
debería comportarse bien puesto que los niños
le copian".
Julietta, 12 años, de Ghana
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...
nos ayuda a crecer y desarrollarnos
"Debe saber convertinos en alumnos autónomos
y ayudarnos a ser mayores".
Anabella, 12 años, de Italia
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"Un buen
maestro es quien nos guía por el buen camino para
alcanzar nuestras metas".
Analia, 12 años, de México
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CON LOS OJOS DE UN NIÑO
Un niño chileno, José
Bernardo Schmeisser Saavedra, de 11 años, ganó el
primer premio en esta convocatoria, dibujando así a su maestra
Doris Winkler Niepel, docente de una comunidad situada en una provincia
del sur de Chile:
Evoca el invierno con abrigos,
gorros y bufandas de lana. Los ocho niños de diversas razas
y con ropa multicolor, sonríen posando como para una fotografía.
Detrás de todos está la imagen de su maestra protectora,
acariciadora y acogedora. Los brazos de la maestra son tan largos
que alcanzan a rodear los ocho niños sin esfuerzo alguno.
Más que mujer, el niño ve a su maestra como heroína
capaz de inspirar la mayor confianza y seguridad personal. El amor
como pedagogía suprema está allí representado.
Marin Moos, niño alemán,
se inspira así en su maestra Ulrike Heitmeier:
Sobre un idílico y verde
paisaje, un río divide dos campos, uno de ellos con un árbol
derribado mostrando sus raíces y el otro, con un enorme árbol
florido. Seis niños cruzan un puente salvador guiados por
su maestra quien les dice señalando el árbol: "Esto
es un roble". Las ideas de maestra guía y de recorrer juntos
senderos bajo su segura conducción y acción educadora,
son hechas explícitas en el dibujo.
Jonnathan Zorku – Tei, niño
de Ghana, imagina a su maestra Florence Adzabeh:
Siete niños son estimulados
en el gran patio de la escuela por otro niño que sirve de
guía sobre un taburete en los ejercicios físicos.
La maestra, solícita, orienta y alienta a otros dos niños
a desarrollar bien los ejercicios, uno de ellos es ayudado por ella
a quitarse la camisa para facilitar dichos ejercicios. El grupo
de niños corresponde a distintas edades. Es clara la percepción
del niño autor que su maestra combina el amor por ellos con
una buena organización del aprendizaje, dando tareas directivas
a uno de los compañeros.
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