¡CUIDADO CON ENOJO Y MALHUMOR!


AMABILIDAD

En el país de los sentimientos, vivía la Señora. Alegría con sus dos hijas Sonrisa y Carcajada.
Alegría todos los días aconsejaba a sus hijitas que tuvieran mucho cuidado con Enojo y Malhumor, unos malvados muy amargados.
Sonrisa y Carcajada, confiadas y presuntuosas, desde tempranito se iban a jugar libremente sin preocuparse por lo que su mamá les decía.
Una mañana, luego de desayunar, salieron a disfrutar del día. De repente en el camino aparecieron los malvados. Enojo agarró a Sonrisa y Malhumor a Carcajada. Secuestraron a las dos y las escondieron en el castillo del aburrimiento, en la celda de la soledad. Un lugar muy feo y todo oscuro.
Al pasar las horas, Alegría se preocupó porque sus hijas no regresaban y pensó que seguramente Enojo y Malhumor las abrían atrapado. Sin perder un minuto más de tiempo, fue en busca de ayuda.
Primero recurrió a su vecina Doña Tristeza y le contó lo sucedido. Doña Tristeza entristecida le contestó.
_ ¡Cuánta tristeza Alegría! pero me es imposible ayudarte. Y Doña Tristeza triste se quedó.
En ese instante apareció la Señora Angustia y le contó lo sucedido. La Señora Angustia angustiada le contestó.
_ ¡Cuánta angustia Alegría! pero me es imposible ayudarte. Y la Señora Angustia angustiada se quedó.
Alegría no podía creer que nadie pudiera ayudarla a rescatar a Sonrisa y Carcajada. Sin darse por vencida fue a lo de la viejita Esperanza. Esta viejita con mucha seguridad, por sus años de experiencia, le dijo.
_ Conozco a esos malvados amargados, siempre andan haciendo de las suyas. Busca a Paz y Felicidad, ellas te ayudarán a rescatar a tus hijas.
Alegría, tomando el consejo de la viejita Esperanza, fue rápidamente al encuentro de ellas. Estas no dudaron en auxiliarla y con prontitud, Paz y Felicidad, pensaron en un plan para ir a rescatarlas.
Cuando llegaron al castillo del aburrimiento buscaron por todos lados hasta que encontraron la celda de la soledad donde estaban encerradas Sonrisa y Carcajada. Qué alegría le dio a Alegría al encontrar a sus hijas ni les cuento lo feliz que se puso Felicidad. Mientras que Paz con mucha tranquilidad les explico lo que habían planeado para poder escapar.
En ese preciso momento aparecieron de manera tormentosa con pasos gigantes y ruidosos Enojo y Malhumor, listo para atacar. Pero Paz los frenó, Alegría y Felicidad los encandilaron, con valentía Sonrisa les mostró todos sus dientes y Carcajada se rió con mucha fuerza para espantarlos. Así fue que los dos asustados y temerosos fueron corriendo a esconderse en el castillo.
La Señora Alegría agradeció a la viejita Esperanza por su consejo y a Paz y Felicidad por su ayuda incondicional.
Desde entonces en el país de los sentimientos Sonrisa y Carcajada pueden jugar muy tranquilas, mientras que Malhumor malhumorado y Enojo muy enojado siguen escondidos en su castillo, lo que no se sabe bien si en el sótano o en el altillo.

Autor:

Mabel Edith Rybecky

País: Argentina
E-Mail: Mabel_ry@hotmail.com