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Algunos padres dudan si el bebé juega realmente durante los primeros meses de vida ya que parece entretenerse tocando cuanto le rodea sin jugar aparentemente con ello. En realidad, el niño utiliza este tiempo para aprender a jugar interactuando con los objetos de su entorno y con las personas que lo atienden, porque son los adultos quiénes otorgan significado y sentido a las acciones del bebé antes de que él mismo pueda comprenderlas. |
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Gracias al juego y a los juguetes: percibe y experimenta sensaciones de texturas, temperaturas, colores, sonidos, etc.; resuelve problemas cotidianos de equilibrio, de utilización y coordinación de las diferentes partes del cuerpo; aprende conceptos sobre las propiedades y las características de forma, tamaño, partes y utilidad de los objetos; desarrolla el conocimiento de su cuerpo, su propia identidad y el dominio del espacio; amplía la comunicación por medio de gestos y palabras; exterioriza su mundo interior, etc.
Durante el primer año, hay dos juguetes esenciales para el pequeño: el cuerpo (propio y de los demás) y los objetos en general. Antes que el juguete de moda, el pequeño prefiere que los padres le sostengan en brazos, lo abracen, balanceen, hablen, canten, sonrían, hagan carantoñas, bailen con él, jueguen a esconder, a contar los dedos, etc. Por ello, tengan siempre presente que el mejor juguete es aquel que le permite jugar con ustedes porque eso es lo que más desea y la actividad más valiosa para contribuir a su desarrollo.
El mejor modo que tienen los padres de ver crecer feliz y satisfecho al niño, es ofrecerle ocasiones de juego que le permitan ejercitar las facultades y habilidades que va adquiriendo, al tiempo que satisface su necesidad de relacionarse afectivamente con las personas importantes de su entorno.
Algunos juegos interesantes para los primeros años pueden ser:
- Todos los que estimulan los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.
- Los que permiten que vaya conociendo, utilizando y dominado el cuerpo: movimientos de la cabeza, volteos, reptación, sedestación, gateo, ponerse de pie, caminar, subir y bajar escaleras, trepar, encaramarse, correr, imitar movimientos, jugar con la pelota, identificar partes del cuerpo y utilizarlas adecuadamente, etc.
- Juegos con objetos como atrapar y soltar con la mano, utilizar el índice y el pulgar para agarrar objetos pequeños, utilizar diferentes partes del cuerpo para explorar, meter y sacar, encajar, apilar, enroscar y desenroscar, conocer semejanzas y diferencias, etc.
- Actividades para explorar, experimentar, investigar, imitar y pensar.
- Juegos que implican la relación social y emocional: imitar acciones como aplaudir y movimientos de despedida, compartir, relacionarse afectivamente con personas significativas, etc.
- Todos los que requieren escuchar y emitir sonidos, ver y escuchar cuentos, canciones infantiles, audiciones musicales, seguir instrucciones, responder y realizar a preguntas, imitar sonidos de objetos y animales, utilizar el lenguaje y los gestos para expresarse, etc.
- Los que fomentan hábitos adecuados y la independencia como beber en vaso, utilizar la cuchara, lavarse las manos, controlar esfínteres, colaborar al vestirle, ayudar en tareas cotidianas, evitar peligros, etc.
- Actividades para fomentar valores, para superar pequeñas frustraciones, para imitar las acciones de los adultos con disfraces y juegos simbólicos, etc.
Cuando los padres se plantean la compra de juguetes para su bebé, suelen optar por aquellos que parecen mantenerlo entretenido por un período de tiempo más largo. Es común subestimar la importancia de los juguetes manteniendo la idea equivocada de que sólo sirven para que el pequeño pase el rato y los padres puedan sentirnos un poco liberados. No cabe duda de que el juego es la actividad fundamental durante la infancia, a través de él el bebé descubre el mundo que lo rodea y ensaya cómo interactuar con los elementos que lo componen.
Es obvio que los juguetes deben gustar y divertir al niño pero, para que sean estimulantes de verdad, los padres deben tener en cuenta algunas consideraciones, entre ellas:
- Que cumplan todas las normas de seguridad que marca la legislación vigente, que no tengan aristas, zonas punzantes o mal rematadas que puedan lesionar al niño y asegurarse de que no se desprenderán elementos pequeños, pelo, etc.
- Aunque sean un poquito más caros, es preferible comprar marcas conocidas y comprobar que se especifica la marca, el nombre y la dirección del fabricante o del importador en el embalaje, así como cualquier advertencia de interés, la edad recomendada, etc.
- El juguete debe ser adecuado a la edad y estimular el desarrollo de las habilidades que comienza a adquirir el pequeño. Si se trata de un tipo de juguete que precisa de habilidades que el niño ya domina, perderá el interés por él muy pronto. Si por el contrario, sólo sirve para que se esfuerce sin ser capaz de utilizarlo para el objetivo que ha sido concebido, también dejará de interesarse por él. El juguete ideal es aquel que requiere de habilidades que el niño ya domina pero también de otras que comienza a desarrollar o puede llegar a utilizar con la ayuda del adulto.
- Además de adecuarse a la edad del niño, los juguetes también deben relacionarse con los gustos, los intereses, las inquietudes y las capacidades del pequeño.
- Los juguetes deben provocar el juego, si hacen todo solos el niño no participa y se convierte en un espectador pasivo.
- Los padres no deben caer en el error de comprar impulsivamente demasiados juguetes. Si el niño tiene demasiados juguetes, dejen a su alcance dos o tres, como máximo, al mismo tiempo, porque su atención se dispersa y los juguetes pierden su capacidad de juego. Cuanto más pequeño es el niño, menor es el número de juguetes que deben atraer su atención al mismo tiempo. Pueden guardar el resto de juguetes e ir sacándolos cada pocos días.
- No se preocupen demasiado porque los juguetes tengan el calificativo de “educativos”, todos los juguetes lo son. Si insisten demasiado para que el niño realice juegos que se supone estimulan alguna capacidad concreta, pero a él no le gustan, no los encontrará divertidos y no jugará con ellos.
En el mercado hay gran variedad de juguetes para los niños más pequeños. A continuación se enumeran algunos que ayudan al niño en sus desarrollos psicomotor, lingüístico, musical, creativo, social, afectivo, etc. No obstante, tengan presente que cualquier objeto puede convertirse en un juguete valioso para el niño y estimular adecuadamente su desarrollo.
- Gimnasios, tapices y mantas de actividades, cojines en herradura, cojines con forma de flotador grande.
- Muñecos de tela, trapo, rizo y goma. Muñecos sonoros. Tentetiesos. Peluches.
- Animales de diferentes materiales con y sin sonido: goma, peluche, tele, rizo (muñecos, construcciones, dados, pelotas, etc.)
- Móviles musicales de cuna y techo.
- Muñecos musicales para colocar en la muñeca o en el tobillo con velero.
- Lámparas musicales que proyectan imágenes. Carillones musicales. Cajas de música y cajas de sorpresa en las que sale un muñeco al abrirlas. Teléfonos que emiten sonidos al apretar las teclas. Juguetes musicales de cuerda.
- Pulsera de cascabeles, instrumentos musicales infantiles: campanillas, pitos, flautas, panderetas, tambores, maracas, claves, triángulos, xilófono, piano
- Cadenas de juguetes sonoros para colocar en la cuna o en la silla de paseo.
- Sonajeros de diferentes tamaños, formas y sonidos.
- Grabaciones con voces, sonidos, canciones infantiles, música étnica, melodías clásicas, etc.
- Mordedores de distintas formas y tamaños.
- Juegos de arrastre (para manejar sentados o gateando)
- Túnel de gateo.
- Correpasillos.
- Juegos de exploración sensorial.
- Torres de anillas. Cuentas gigantes.
- Juegos para apilar y encajar.
- Juegos de abrir y cerrar, meter y sacar, enroscar.
- Juegos de agua y arena.
- Globos, pelotas de diferentes tamaños y tactos, pelotas con cascabel, aros, pañuelos, materiales de rizo.
- Libros de imágenes. Libros móviles. Láminas.
- Cuentos tridimensionales, de tacto, de aromas, de agua, tradicionales, musicales, etc.
- Espejos irrompibles de pared y de mano.
- Papeles que suenen al estrujarlos, plásticos, cajas de cartón, envases de todo tipo.
- Títeres. Marionetas. Disfraces.
- Materiales para moldear como la masa blanda y para pintar (pintura de dedos, témperas líquidas, pinturas de cera blanda, etc.) que el niño puede utilizar con la ayuda y atenta supervisión del adulto.
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