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El término resiliencia es un concepto relativamente nuevo en la psicología, es por ello que muchos diccionarios, entre ellos el de la R.A.E. aún no lo consideran dentro de su relación de vocablos. Las definiciones más aproximadas se plantean dentro del término “resistencia”, al cual definen como la capacidad para resistir y aguantar, o la oposición a la acción de una fuerza. El Diccionario Psicopedagógico de la Asociación Mundial de Educadores infantiles define a la resiliencia como la capacidad de actuar bien bajo condiciones de adversidad y la experiencia, una capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecidos o incluso transformados, siendo un producto de la personalidad Otros diccionarios como la Enciclopedia libre Wikipedia la plantean como la capacidad de una persona o un grupo para seguir proyectándose en el futuro, a pesar de condiciones de vida adversas. Por generalización se entiende entonces también como resiliencia a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a tragedias o períodos de dolor emocional. La misma suele relacionarse con la capacidad intelectual, planteándose que los individuos de mayor desarrollo intelectual tienden a ser más resilientes que los que no lo son. La literatura científica actual demuestra de forma contundente que la resiliencia es una respuesta común y su aparición no indica patología, sino un ajuste saludable a la adversidad. Así, la resiliencia se señala como una capacidad para resistir, tolerar la presión y los obstáculos, y poder hacer las cosas correctas, bien hechas, cuando todo parece actuar en contra, y se estructura sobre la base de componentes psicológicos, social, emocionales, cognitivos, culturales, étnicos, entre otros, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva. |
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