Si este es tu primer embarazo, a lo largo de este mes va a descender la cabeza del bebé para encajarse en la pelvis, preparándose para nacer. Si has tenido otros hijos o hijas, es posible que no encaje su cabecita hasta el inicio de las contracciones.

Cuando el bebé encaje la cabeza notarás más sensación de comodidad porque el volumen del abdomen bajará disminuyendo la presión sobre el estómago y el tórax. Por el mismo motivo, tendrás necesidad de orinar con más frecuencia ya que la cabeza del bebé presionará la vejiga.

¿Continuas con el “síndrome del nido”?. Tranquila, la mayor exigencia del bebé cuando nazca será estar a tu lado. Seguro que te sobra el tiempo para prepararlo todo y, si algo quedara pendiente, toda la familia estará a tu disposición para ayudarte.

Es posible que, entre la semana 34 y 36, te realicen otra ecografía. Gracias a ella, el médico evaluará el estado del bebé y la placenta valorando como será el parto.

Puede que te sientas como si hubieras estado embarazada toda la vida. La impaciencia de ver cuanto antes la carita de tu bebé y tomarlo en brazos es inmensa. También son enormes las ganas de deshacerte de la tripa que parece que ocupara todo tu cuerpo y te oprime por todas partes. ¡Animo!, ya estás en la recta final.

Cuida tu espalda

Recuerda lo que has aprendido en meses anteriores, mantén posturas saludables. Es tentador relajar el cuello y elevar los hombros al caminar o al permanecer de pie, pero te provocará molestias adicionales. Mantén la cabeza y el cuello erguidos y relaja los hombros, al agacharte flexiona las rodillas, al sentarte lleva los glúteos hasta el final del asiento y coloca la espalda recta. Es posible que no aguantes bien la postura de tumbada boca arriba para descansar la espalda o para dormir, si es así, colócate de lado con las piernas flexionadas colocando un cojín entre los muslos. Si toleras bien descansar boca arriba, túmbate en el suelo o en la cama con las piernas elevadas y calor seco en la zona lumbar.

Mareos

En esta última fase hay mayor propensión a sufrir mareos, e incluso algún desvanecimiento. Estos problemas se deben a la disminución de la tensión arterial y del riego sanguíneo en el cerebro. Al levantarte de la cama o de un asiento, hazlo despacio para no tener sensación de inestabilidad. Evita permanecer mucho tiempo de pie y en lugares cerrados, calurosos o saturados de personas. Si sientes un desvanecimiento, siéntate con la cabeza entre las rodillas o túmbate con los pies elevados para favorecer el riego sanguíneo cerebral. Para que la sangre lleva la cantidad de oxígeno adecuada a todas las partes del organismo, incluido el cerebro, respira correctamente y no pretendas demostrar fortaleza a los demás realizando esfuerzos.

Incontinencia urinaria

Los escapes involuntarios de orina es una problema bastante común en la gestación, sobre todo lo que se denomina “incontinencia al esfuerzo” que se produce al toser, reír, estornudar, etc. Este problema está provocado por el debilitamiento del esfínter que abre y cierra voluntariamente la salida de la orina de la vejiga y por la debilidad de los músculos del suelo pélvico que sostienen la parte baja del abdomen.

Los cambios fisiológicos del embarazo y el aumento de peso del útero son los responsables de este problema, y en la última fase de la gestación, también la hormona encargada de relajar los músculos de la zona para facilitar el parto.

La incontinencia urinaria al esfuerzo no supone riesgo alguno para el embarazo. Sin embargo, afecta emocionalmente a la mujer embarazada, sobre todo a la seguridad en si misma y a la autoestima.

Existen factores de riesgo como los genéticos o la edad de la gestante. También hay otros aspectos que predisponen a la futura madre para sufrir este problema como el estreñimiento, el uso de ropa ajustada, los partos anteriores, haber realizado ejercicios abdominales después del parto sin rehabilitar antes los músculos pélvicos, etc.

Para prevenir este problema lo ideal hubiera sido que, antes del embarazo, hubieras realizado ejercicios para fortalecer la musculatura del periné, hubieras seguido una dieta sana para evitar el estreñimiento y hubieras utilizado ropa cómoda. De todas formas, si has seguido este programa y nuestros consejos durante estos meses, habrás prevenido también en parte este problema.

Si sufres incontinencia, consulta con tu médico, él podrá indicarte técnicas de control de la vejiga. Este puede ser un problema transitorio, pero el control y el seguimiento médico son necesarios para la curación definitiva.

Los siguientes ejercicios pueden serte de gran ayuda para prevenir o mitigar la incontinencia:


SUPERAR LOS MIEDOS AL PARTO

En estas últimas semanas es normal que las emociones se entremezclen. A medida que se aproxima el nacimiento del bebé, es posible que te sientas más irritable y malhumorada. Son muchos los sentimientos que te asaltan sin pedir permiso y, entre ellos, los protagonistas son, por una parte la impaciencia y el deseo de tener al bebé en brazos; y por otra, los miedos relacionados con el momento del parto. ¡Cuántas dudas!: ¿cómo sabré que ha llegado el momento de ir al hospital?, ¿sabré controlar el dolor?, ¿será un parto natural?, ¿nacerá bien el bebé?, etc.

A lo largo del curso te lo hemos dicho en muchas ocasiones y has podido comprobarlo: el mejor modo de enfrentarte a los miedos es identificarlos, y la mejor manera de superarlos es estar informada. Las sesiones de preparación para el parto te proporcionan la información y la formación al respecto. No obstante, a continuación hacemos una descripción de los miedos más habituales y la información más imprescindible que debes conocer respecto a ellos.

Saber si llega el momento del parto

El temor a no saber si ha llegado el momento del parto es común a la mayoría de gestantes y, en muchos casos, lleva a acudir al hospital antes de tiempo.

Los síntomas no siempre se perciben de la misma forma, ni aparecen en el mismo orden. Es aconsejable que acudas a la consulta de tu médico o al hospital en los casos que a continuación explicamos. El tocólogo o la comadrona realizarán la exploración para confirmar que el parto ha comenzado. Ante cualquier duda razonable, es mejor acudir al médico o al hospital.