¿Recuerdas cuando recibiste la noticia del embarazo?. Sin duda te pareció que el momento de tener al bebé en brazos estaba demasiado lejano. Sin embargo, ¡qué rápido ha pasado el tiempo!, ¡tu embarazo ha llegado al séptimo mes!. Si naciera el bebé ahora, tendría muchas posibilidades de evolucionar con normalidad.

A lo largo de estos meses habéis ido aprendiendo mucho, el uno del otro. Sabes bastante sobre su temperamento y acerca de sus gustos. A través del movimiento se comunica contigo y cada vez se muestra más receptivo a tu voz, a tu contacto y a tu estado emocional.

Tu bebé sigue creciendo y, aunque te parezca increíble, tu abdomen seguirá creciendo para albergarle. Es posible que sientas algo de indigestión o acidez de vez en cuando y también es probable que, con el aumento de tamaño y peso, te resulte más difícil moverte con agilidad.

Otros cambios significativos son el aumento del caudal sanguíneo que, además de otras funciones más importantes, provoca el resplandor y el rubor de tu rostro. También transpiras más de lo habitual porque han aumentado los fluidos corporales.

El sueño

En este último trimestre, es normal que las futuras mamás se acuesten por la noche agotadas y, sin embargo, comiencen a dar vueltas sin encontrar la postura ideal para estar relajadas y conciliar el sueño. Si estás realizando los ejercicios del programa es muy probable que no sufras este tipo de insomnio transitorio porque realizas actividades físicas y mentales que te predisponen para un descanso nocturno reparador.

Si en algún momento tienes problemas para dormir, revisa tus costumbres para modificar aquellas que puedan resultarte inadecuadas:

El calcio

El calcio, el ácido fólico y el hierro son algunas de las sustancias que más vigilan los médicos en la dieta de una mujer embarazada.

Consumir las cantidades adecuadas de calcio durante la gestación es vital para tu salud y la del bebé, sobre todo en este tercer trimestre que tiene lugar su calcificación ósea.

Además de ser imprescindible para la formación de los huesos del bebé, el calcio colabora en la transmisión nerviosa, en el correcto funcionamiento de las fibras musculares y en la coagulación de la sangre.

La mayoría de facultativos recomiendan la toma de suplementos cuando consideran que la dieta no cubre las necesidades del organismo durante la gestación. No obstante, la placenta almacena nutrientes tan imprescindibles como el calcio, el hierro o a glucosa para utilizarlos si el bebé los necesita.

En este último tramo de la gestación, el bebé necesita entre 200 y 300 gramos diarios de calcio, de modo que tu dieta debe contener 1.500 gramos aproximadamente.

CANTIDAD DE CALCIO POR 100 GRAMOS DE ALIMENTO

· ALMENDRAS: 254 Mg.
· GARBANZOS: 149 Mg.
· ACELGAS: 140 Mg.
· PISTACHOS: 136 Mg.
· LECHE: 125 Mg.
· GAMBAS: 120 Mg.
· MEJILLONES: 100 Mg.
· PAN: 100 Mg.
· ESCAROLA: 79 Mg.
· MERLUZA: 65 Mg.

Para que el organismo obtenga el máximo de calcio de los alimentos, es necesario que disponga de la cantidad adecuada de vitamina D, que es la encargada del metabolismo y la absorción intestinal del calcio. Ten en cuenta que el sol es el encargado de convertir la provitamina de los alimentos en vitamina D. También recuerda que el calcio de origen animal se absorbe mejor que la de origen vegetal. Por el contrario, el exceso de proteínas, de sal y de café, dificultan la absorción del calcio, aumentando la cantidad que se elimina a través de la orina.