Posiblemente, este mes comenzarás las clases de preparación para el parto. En las diferentes sesiones te enseñarán el modo de utilizar la respiración correctamente para que se convierta en tu aliada cuando el bebé nazca. Nunca insistiremos lo suficiente sobre la importancia de respirar de forma adecuada antes, durante y después del parto. Sólo a través de unas técnicas correctas de respiración el útero y el bebé recibirán el aporte de oxígeno adecuado, podrás liberar las tensiones que ocasionan las contracciones, mitigarás las molestias y conseguirás la máxima relajación posible, tanto física como mental.

El profesor o profesora del curso te pedirá que realices algunos ejercicios respiratorios en casa. Estos ejercicios pueden ser parecidos a los que vienes realizando hasta ahora, de ser así puedes sustituirlos o bien sumarlos, como te parezca mejor.

Si, por cualquier motivo, no puedes asistir, a continuación te proponemos unos ejercicios que debes practicar diariamente. Ten presente que las sesiones de preparación para el parto te ofrecen información y formación para vivir ese momento tan importante de forma óptima, además de las técnicas respiratorias y de relajación idóneas.

La mejor postura para practicar las respiraciones es tumbada o semitumbada boca arriba, con los ojos cerrados, el tronco semiflexionado, o bien sentada con la espalda recta.

Antes las primeras molestias practicarás tres tipos de respiraciones: abdominal, torácica y combinada. Con ellas mantendrás tu cuerpo oxigenado para el trabajo del parto.

Durante el parto, fundamentalmente utilizarás el siguiente tipo de respiraciones:

Es importante que en cada fase del parto utilices la respiración adecuada (fase lenta, activa, de transición y de expulsión). Para conseguirlo debes identificar el tipo de contracciones por su intensidad y duración. La contracción es el dolor provocado por el estiramiento de la musculatura del útero; este dolor se irradia hacia la pared abdominal y, en ocasiones, hacia la zona lumbar.

Fase lenta:
Contracciones débiles, con duración entre 20 y 45 segundos.

Al iniciarse la contracción, realiza una respiración abdominal, continúa con una torácica y concluye con otra abdominal.

Fase activa:
Aumenta la intensidad y la frecuencia. Duran entre 40 y 60 segundos.

Al iniciarse la contracción realiza una respiración abdominal. Durante la duración haz una respiración de soplido o jadeante y acompáñala de un suspiro.

Fase de transición:
Las contracciones suelen aparecer cada 2 minutos y durar entre 60 y 90 segundos.

Haz respiración jadeante para eliminar la presión en la pelvis y combínala con la respiración abdominal y torácica.

Fase de expulsión:
Las contracciones se suceden casi de forma continua.

En esta fase no necesitarás ningún tipo de respiración concreta porque debes “pujar”. Entre “pujo” y “pujo” puedes realizar respiraciones abdominales para oxigenar el cuerpo.