UNIDAD 3

FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS PARA

LA EDUCACIÓN Y LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA MATERNA

El desarrollo del lenguaje, y consecuente de la asimilación de la lengua materna, se apoyó durante mucho tiempo en la consideración teórico-metodológica de que los mismos se dan como consecuencia de la asimilación por el niño del conocimiento del mundo circundante, de la apropiación de las relaciones que se dan entre los objetos y fenómenos de la realidad. Dentro de este punto de vista lo importante radicaba en que el niño conociera bien el objeto, y dentro de la adquisición de ese conocimiento debía darse, necesariamente un desarrollo del lenguaje. En realidad este enfoque hacía semejantes conocimiento y comunicación, y llevado a sus máximas consecuencias, a una identificación del pensamiento con el lenguaje.

Así, en las actividades pedagógicas del centro infantil, los contenidos referentes al conocimiento del mundo natural y social, y de las relaciones del mundo de los objetos, se consideraban actividades sui géneris para lograr concomitantemente un desarrollo del lenguaje, y en muchos programas de educación preescolar aparecen contenidos tales como "Conocimiento de la naturaleza y desarrollo del lenguaje", "Vida social y desarrollo del lenguaje", supeditando la lengua materna al conocimiento del objeto, ya fuera objetal, social o espiritual.

Este enfoque caracteriza muchos programas de educación inicial que, planteando la importancia de la lengua materna, la ubican realmente en un segundo plano. La experiencia pedagógica e investigativa comprobó lo desacertado de este enfoque, y el desarrollo del lenguaje se convirtió en una de las principales problemáticas de la educación y enseñanza de los niños de estas edades. Ya en fecha tan temprana como 1986, F. Sojin había llegado a la conclusión de la necesidad de transformar este enfoque, promoviendo una reforma en el programa de educación entonces vigente en Rusia, coincidiendo con F. Martínez y su grupo de colaboradores, que en Cuba habían llegado a una conclusión similar.

El enfoque más actualizado considera que el desarrollo y asimilación de la lengua se dan dentro de la actividad de comunicación, como un área propia del desarrollo, y consecuentemente, con actividades pedagógicas propias y particulares, que ya no se dirigen al conocimiento del objeto, sino al conocimiento del objeto como medio de comunicación. A partir de este enfoque lo importante no radica en que el niño aprenda el conocimiento de la realidad (esto queda para los contenidos del conocimiento del mundo de los objetos, de la naturaleza y de la vida social), sino que, partiendo de este conocimiento hable y se exprese, aunque lo que surja de la comunicación llegue a apartarse de lo que inicialmente motivó la conversación. Metodológicamente esto se expresa en actividades en las que la comunicación grupal, la explicitación de vivencias, y la libre expresión individual constituyan el eje central de las actividades pedagógicas de la lengua materna.

La certitud de este enfoque fue comprobada mediante la investigación experimental que el grupo de F. Martínez en Cuba realizó del nuevo programa de Lengua Materna que, elaborado con concepciones más actualizadas, demostró su validez y confiabilidad, resolviendo la problemática encontrada en el desarrollo del lenguaje de los niños, reflejada en una investigación previa realizada para medir la eficiencia del programa anteriormente vigente.

A este enfoque metodológico básico se añaden otros también de importancia crucial, tales como:

-  El niño constituye el eje central de la actividad pedagógica, buscando por sí mismo las relaciones esenciales y elaborando su base de orientación, en este caso de las relaciones verbales. De esta manera el niño deja de ser un ente pasivo y reproductor, donde el educador era el sujeto principal, para convertirse en el elemento activo de esta relación enseñanza-aprendizaje.

-  El lenguaje activo y el pasivo constituyen una unidad dialéctica, por lo que ha de promoverse su estimulación conjunta.

-  La asimilación de la lengua materna se da en el conjunto de interrelaciones que se dan en el grupo de niños dentro de su actividad conjunta de comunicación.

-  La expresión oral constituye el aspecto básico para la asimilación y desarrollo de la lengua materna.

3.1. Procedimientos metodológicos generales para la enseñanza de la lengua materna.

Partiendo del criterio teórico de que la expresión oral es el eje central de la enseñanza de la lengua materna, los procedimientos metodológicos que se dirigen a su manifestación más plena, al desarrollo del lenguaje coherente, tanto el dialogado como el monologado, y al surgimiento del lenguaje contextual, tienen la mayor importancia. Entre estos procedimientos metodológicos tenemos:

ü  La escenificación

Las escenificaciones se realizan con el objetivo de desarrollar en los niños la orientación en el mundo circundante, la capacidad de observación de los objetos, las acciones más sencillas del medio, el enriquecimiento del lenguaje y la incorporación de las acciones aprendidas a la actividad independiente. Es un procedimiento metodológico cuyo uso fundamental es con los niños más pequeños en la edad temprana, aunque se pueden usar más complejas en los grupos mayores.

En las escenificaciones se les muestra a los niños los objetos y se realizan acciones con estos, lo que contribuye a consolidar y reforzar las relaciones entre el objeto y la acción, a mejorar la calidad de las acciones con estos objetos y a desarrollar la percepción.

Estas actividades tienen especial importancia para los grupos de edad temprana, ya que de acuerdo con las particularidades de la edad el niño no tiene aún desarrollado su capacidad de observación, no es capaz de determinar lo principal de una acción y establecer la relación de las acciones con los fenómenos o sucesos del medio, ni puede transferir a la actividad independiente lo que ha visto en su medio, sin la ayuda directa o la enseñanza del educador.

Las escenificaciones que se realicen a los niños deben tener un contenido real tomado de su vida y medio conocido, y se debe utilizar un lenguaje claro, concreto y expresivo, insistiendo en los nombres de los objetos y acciones que se pretende que los niños observen, comprendan y reproduzcan.

La escenificación se puede desarrollar sobre una mesa de mayor tamaño que la usada por los niños, la cual se coloca frente a ellos de forma que todos la vean.

Es muy importante reflejar el ambiente del cuento, acorde con sus escenas.

Los niños se sientan de manera que no se molesten entre sí, lo cual puede lograrse si se sientan en sus propias sillas, sólo teniendo el cuidado de girarlas de frente al educador por todos los lados de las mesas. De esta forma, todos ven lo que ocurre en el escenario.

Una vez preparadas todas las condiciones, el educador coloca sobre una silla, a su lado, todos los materiales necesarios, ordenados previamente en la forma que los va a utilizar. Cuando el personaje entre en acción se mantiene sobre el escenario, excepto si se plantea que se va.

De la correcta organización de la actividad depende su mayor o menor éxito. El educador debe observar a todos los niños en la medida que escenifica el cuento.

También contribuye a mantener la atención y a estimular un estado emocional positivo, en el caso de la actividad, el utilizar momentos de sorpresa, tales como esconder y hacer aparecer los juguetes. En cuanto a la participación de los personajes es imprescindible usar los cambios de voz por parte del educador, de acuerdo con el personaje y la comunicación del mismo con los niños.

En las escenificaciones se utilizarán solamente los objetos necesarios, ya que el aumento indiscriminado de la cantidad de objetos o material complementario distraería la atención de los pequeños.

Terminadas las escenificaciones se les dará a los niños juguetes análogos a los utilizados en las mismas, para que repitan las acciones aprendidas en la actividad independiente.

En las escenificaciones donde el personaje central sea una muñeca o muñeco que realiza determinadas acciones, se usarán siempre los mismos muñecos y con el mismo nombre en todas las actividades. Las prendas de vestir o de uso personal se referirán específicamente a las escenas que se representan y serán usadas solamente en estas actividades.

Los materiales que se muestran a los niños no deben estar visibles antes de comenzar la actividad, se cubren con un paño, o se colocan dentro de una caja; la organización de las escenificaciones estará en dependencia de la edad de los niños, y de las tareas a realizar.

ü  La reproducción

La reproducción es la base psicológica de la narración. Por medio de ella se enseña a reproducir, sin omisiones o repeticiones un texto literario.

Los niños deben aprender que reproducir, es decir el cuento o relato con las mismas palabras que empleó el autor y que la valoración más alta corresponde a aquel que diga más palabras de las que aparecen textualmente en el cuento.

Esta actividad tiene gran importancia para el desarrollo de la atención y la memoria. La habilidad de reproducir debe alcanzarse en el transcurso de la etapa preparatoria para el aprendizaje escolar.

Para realizar estas actividades deben seguirse los procedimientos metodológicos siguientes:

·  Lectura de la obra literaria.

·  Breve conversación acerca de ella.

·  Formulación de preguntas para fijar el contenido de la obra.

·  Nueva lectura.

·  Reproducción por los niños.

ü  La recitación (reproducción de poesías)

La recitación constituye un caso particular de reproducción que, por su uso habitual en la actividad de la lengua materna, requiere de una diferenciación.

A los niños se les enseña a amar, admirar y sentir la belleza de lo que los rodea. El que ama la belleza será capaz de luchar por crearla.

Sin duda, en las expresiones literarias del lenguaje poético, con su riqueza de figuras e imágenes, se favorece la educación estética de los niños y a la vez se les desarrolla el vocabulario.

Las poesías hay que seleccionarlas cuidadosamente para que resulten comprensibles, agradables e interesantes a los niños. Al igual que en los cuentos, la temática de las poesías debe referirse a elementos y situaciones cercanos a la vida infantil.

Los niños tienen que cumplir varias tareas en relación con las poesías:

·  Aprender a escuchar una poesía.

·  Aprender a repetirla de memoria y recitarla con entonación y emoción.

No es recomendable exigir la memorización de la poesía desde la primera actividad, pues solo un grupo muy reducido logrará hacerlo. Es recomendable que las actividades para el aprendizaje de una poesía se repitan más de una vez. Además, el educador puede seleccionarla para otras actividades: para las de naturaleza, de vida social o de cualquier otra área de desarrollo, así como para repetirla durante la actividad independiente.

Resulta importantísimo que el educador presente un modelo para enseñar a los niños cómo recitar. Este modelo comprende tanto dominio del texto como postura, mímica y gestos.

La poesía objeto de estudio se presenta completa desde la primera actividad. Si los niños la repiten a coro, el educador debe prestar especial atención para que repitan el verso completo y no las últimas palabras, como ocurre frecuentemente.

En la enseñanza de la poesía, como en la del cuento, predomina el método verbal, lo cual no quiere decir que sea el único aconsejable, acompañado de diferentes procedimientos: repetición, observación, audición. Con esta actividad se logra la memorización del texto literario y se hace más fuerte la interiorización e interpretación del argumento.

Al enseñar a recitar, el educador tiene que plantearse los siguientes objetivos:

·  Lograr una correcta expresión.

·  Lograr el uso de una entonación, tono y ritmo adecuados.

·  Lograr que repitan el verso completo.

·  Lograr que no omitan o cambien palabras.

Por último, si es necesario explicar alguna palabra desconocida, se puede realizar varios días antes o el día anterior.  Para esto puede utilizar o no material didáctico, pero sólo se empleará cuando la compresión de la palabra sea imprescindible para entender el texto.

ü  El relato

El relato puede considerarse como un caso particular de la reproducción, en el cual ya no es indispensable el mantenerse rigurosamente en el texto previamente conocido.

El relato es una reproducción creadora de una muestra literaria. El carácter específico de la enseñanza del relato, en comparación con otros tipos de actividad pedagógica relacionada con el desarrollo del lenguaje monologado coherente, consiste en que la calidad del relato se valora desde el punto de vista de la cercanía de la fuente originaria. Nosotros interrumpimos al niño, lo remitimos de nuevo hacia la muestra si adiciona demasiadas cosas, u omite los detalles importantes.

El relato de una obra de arte resulta accesible y cercano a los niños de edad preescolar debido a que ellos reciben una muestra preparada que actúa sobre sus sentimientos, los hace emocionarse y, por tanto, despierta en ellos deseos de recordar y repetir lo escuchado.

Los niños se inician en un lenguaje verdaderamente poético, recuerdan las palabras emocionantes, metafóricos y las combinaciones de palabras, aprenden a dominar la lengua materna viva. El alto valor artístico de las obras que se proponen para el relato y la integridad de las formas, la composición y la lengua, enseñan a los niños a relatar de un modo preciso, lógico, sin entusiasmarse por los detalles y sin omitir lo principal, es decir, desarrollan sus habilidades articulatorias.

Cuando se seleccionan las obras para el relato, es necesario tener en cuenta los siguientes requisitos: alto valor artístico, dinamismo, laconismo y, al mismo tiempo, el carácter metafórico de la exposición; precisión y orden lógico del desarrollo de una acción, e interés de contenido. Además de esto, es muy importante tener en cuenta la accesibilidad al contenido de la obra literaria y su volumen. A estos requisitos corresponden, por ejemplo, los cuentos populares y los pequeños relatos.

En cada grupo evolutivo, la metodología de la enseñanza del relato tiene sus propias particularidades, sin embargo, existen procedimientos metodológicos generales. El plan de la actividad pedagógica sobre el relato de una obra, se traza en todos los grupos evolutivos de esta manera: primera lectura de la obra, charla por preguntas, lectura repetida y relato.

Las preguntas del educador son un procedimiento metodológico importante. Al principio del relato las preguntas recuerdan a los niños la lógica de la narración, la correlación y la interacción de los personajes; en el proceso de recuento, completan o precisan el relato infantil; después del relato, ayudan a analizarlo.

Las indicaciones del educador también son un importante procedimiento metodológico. Este se utiliza si el niño olvida el texto o alguna palabra. Las indicaciones ayudan al niño a comprender o precisar el sentido de una u otra expresión, las combinaciones de palabras, las palabras, así como desarrollan el carácter expresivo del lenguaje durante el relato.

Con los niños de edad preescolar menor se lleva a cabo un gran trabajo preparatorio cuyo objetivo consiste en formar las habilidades para escuchar, contestar las preguntas, introducir en el relato del educador palabras y algunas oraciones.

El educador tiene ante sí dos tareas:

·  Enseñar a los niños a comprender primero el texto que el educador lee, y después, el relato de un niño.

·  Conducir a los niños a la reproducción del texto.

El procedimiento metodológico más efectivo para enseñar el relato es aquel en que los niños se introducen en el relato que repite el educador, repitiendo una o dos palabras o la oración entera.

Si el niño ha recordado el comienzo del cuento, entonces lo relata independientemente. Luego, en caso de dificultades durante el proceso de la narración interviene el educador. A este nivel solo pueden hacerse preguntas en algunos casos. Es mejor utilizar el recordatorio del propio texto, así, a los niños les es más fácil reproducir el contenido del cuento.

Las representaciones desempeñan un gran papel en el proceso de preparación de los niños para el dominio del relato. La organización de un teatro de títeres y de sombras chinescas, la dramatización de obras literarias con la ayuda de un teatro de mesa, un corcho, etc., producen un estado emocional, contribuyen a desarrollar el interés por las obras de arte, y a recordarlas, y desarrollan el deseo de transmitir sus impresiones. La participación activa de los niños de edad mayor en los espectáculos para pequeños, forma en los niños de edad menor la habilidad para no solamente percibir el lenguaje del adulto, sino también el de un niño.

Las preguntas del educador son también el procedimiento metodológico fundamental. De acuerdo con la obra de arte pueden hacerse dos grupos de preguntas:

1.  Preguntas que ayudan a comprender la obra.

2.  Preguntas que ayudan a recordar la secuencia de los sucesos, la lógica del argumento.

Después de la lectura de un texto literario se hace una breve charla sobre lo leído, se determina si se ha comprendido correctamente el contenido. De esta manera, después de leer el relato, el educador realiza preguntas. Las preguntas deben dirigirse a todos los niños, y no a uno solo, y preguntar a varios, para que el contenido sea mejor asimilados por todos. En la enseñanza de la narración de aquellos relatos donde se trata sobre fenómenos cotidianos conocidos, la pregunta, como procedimiento de enseñanza, se utiliza frecuentemente. Si algún niño tiene dificultades en la narración, se le hacen preguntas adicionales.

Puede utilizarse también el relato por preguntas. En ocasiones los niños pueden transmitir el contenido del texto con sus propias palabras, parecidas a la experiencia que tienen de la vida. En tales casos, es necesario observar que las palabras que el niño ha seleccionado, expresen la idea del autor de un modo exacto y correcto.

En el trabajo con los niños de edad preescolar mayor se plantean nuevas tareas para enseñar el relato de las obras literarias: saber transmitir de un modo coherente, lógico, expresivo, y gramaticalmente correcto, el contenido de un relato o de un cuento sin la ayuda de las preguntas del educador, utilizando las palabras y expresiones del autor.

En resumen, la metodología de realización del relato consta de cinco pasos fundamentales:

·  La charla introductoria que predispone para recibir la obra, la cuestión, en algunos casos, muestra y precisa las representaciones de los niños, la contemplación de la ilustración artística que provoca el estado emocional necesario, etc.

·  La lectura o relato de la obra literaria. Antes de la primera lectura no se debe memorizar el texto para el futuro recuento, ya que esto puede apartar de la percepción íntegra de la obra literaria. Es muy importante leer (o relatar) de manera expresiva el texto, destacando con entonación el diálogo de los personajes, y ayudando con esto a los niños a determinar su actitud ante los héroes y los sucesos del relato.

·  Las preguntas sobre el contenido y la forma de la obra leída. Las preguntas que se hacen a los niños deben mostrarse cuidadosamente. Además de las preguntas que revelan la comprensión del niño en relación con lo que se trata en dicha obra, qué aprendió nuevo, cuáles son los rasgos fundamentales de los héroes principales, y qué les gustó de ellos; son necesarias también aquellas preguntas que revelan la forma artística de la obra literaria. Estas son preguntas que explican cómo el autor describe uno u otro fenómeno, con qué lo compara, qué palabras y expresiones interesantes recordaron más y gustaron a los niños. Esta charla fija la percepción íntegra de la obra literaria junto con el contenido y la forma artística. Esta parte de la actividad pedagógica no debe ser prolongada. Basta con hacer cuatro o cinco preguntas a los niños.

·  La lectura repetida del texto literario. Antes de la lectura se escucha con atención el contenido y se memoriza. El educador les dice a los niños que escuchen nuevamente con atención la obra, y traten de recordarla, ya que después de la lectura hay que narrar en forma independiente este relato o cuento.

·  El recuento de la obra por parte de los niños. Es necesario recordar que lo fundamental en la actividad de narración de una obra literaria es el propio relato. Los niños aprenden la habilidad para manifestarse, para construir las oraciones de un modo gramatical correcto, para transmitir el contenido en forma coherente y lógica, utilizando tanto las palabras y expresiones del autor, como sus propias palabras, que transmiten con exactitud el sentido de lo leído. Es muy importante que durante el relato de un texto literario, el lenguaje poético metafórico esté al alcance del niño.

ü  Narración con uso de láminas

La confección de relatos por una lámina se refiere a la narración con un material de ilustración. En el centro infantil para enseñar a los niños a narrar se utilizan tanto láminas con objetos, como con argumento.

La narración por láminas puede tener muchas variantes, como son:

·  Confección de un relato descriptivo de una lámina con objeto.

·  Confección del relato descriptivo de una lámina con argumento.

·  Invención del relato narrativo de una lámina con argumento.

·  Confección del relato de una serie sucesiva de láminas con argumentos.

·  Confección del relato descriptivo de una lámina de paisajes y una naturaleza muerta.

En los grupos de edad temprana se lleva a cabo la etapa preparatoria de la enseñanza de la narración por láminas. Los niños de esta edad no pueden dar todavía una exposición coherente independiente. Su lenguaje tiene carácter de diálogo con los educadores. Los niños se limitan a enumerar los objetos y algunas propiedades y acciones de estos, lo que se explica por la pequeña experiencia de percepción, por el pequeño vocabulario y por la poca habilidad para construir una oración.

Las tareas fundamentales del educador en el trabajo relacionado con la lámina se reducen a lo siguiente:

·  Enseñar a los niños a observar la lámina, la formación de la habilidad para señalar en ella lo principal.

·  Paso gradual de las actividades pedagógicas de carácter de enumeración (cuando los niños enumeran los objetos representados) a las actividades que ejercitan el lenguaje coherente (respuesta a preguntas y confección de pequeños relatos).

Las actividades pedagógicas que familiarizan a los niños con las láminas pueden hacerse de un modo variado. La actividad comprende habitualmente dos partes: contemplación de la lámina por medio de preguntas y relato-modelo final del educador. Este puede iniciarse con una pequeña charla introductoria. Su objetivo consiste en aclarar las representaciones y los conocimientos que tienen los niños sobre lo representado y provocar un estado de ánimo emocional ante la percepción de la lámina. Las preguntas del educador constituyen un procedimiento metodológico importante, lo que condiciona la necesidad de seleccionarlas meditada y convenientemente.

En las actividades pedagógicas donde se utiliza la lámina, se plantean diversas tareas que dependen del contenido de la lámina:

·  Enseñar a los niños a comprender correctamente el contenido de la lámina.

·  Educar los sentimientos (se planifica concretamente de acuerdo con el argumento de la lámina, el amor a la naturaleza, el respeto a una profesión dada, etc.).

·  Enseñar a hacer un relato coherente sobre una lámina.

·  Activar y ampliar el vocabulario (se planifican concretamente nuevas palabras, que los niños deben recordar, o palabras que hay que precisar y fijar).

ü  Narración con uso de objetos y juguetes.

Una de las actividades pedagógicas sobre la lengua materna, más interesante y preferida por los niños, es la contemplación y descripción de los juguetes.

La actividad de descripción de juguetes con niños del grupo de edad temprana transcurre en forma emocional, y comúnmente en forma de juegos didácticos sencillos. La selección de los juguetes que se proponen a los niños para describir, tiene algunas particularidades: los juguetes pueden ser iguales por el nombre, pero diferentes por el aspecto exterior (ositos grandes y pequeños, muñecas con trencitas y muñecas con cintas, pirámide roja y verde, etc.). Esta forma de seleccionar los juguetes garantiza la activación del vocabulario de los niños y el desarrollo del lenguaje coherente sobre la base de la utilización del procedimiento de comparación.

Las actividades de descripción de juguetes, se inician desde la observación de estos. El educador centra la atención de los niños en las particularidades características del aspecto exterior del juguete (el color, la forma, el material), y se observa la utilización correcta de las palabras durante su determinación.

La descripción se lleva a cabo por medio de las preguntas del educador. Los pequeños no hacen un relato acabado, sino que enuncian distintas frases, por eso ella con la ayuda de las preguntas une las frases, palabras y réplicas infantiles incompletas en un relato coherente. Después de las respuestas de los niños, el educador hace una generalización, proponiendo que escuchen un relato sobre un juguete. Este relato es el modelo.

Cuando los niños aprenden a hacer bastante bien el relato descriptivo, puede proponérseles que hagan un relato con argumento sobre un grupo de juguetes. Los juguetes deben seleccionarse para que sea fácil trazar una sencilla línea con argumento (una niña, una seta, una cesta; un abeto, un erizo). Las preguntas del educador ayudan a los niños a preparar el argumento de un relato, desarrollarlo, incorporar a la línea del argumento todos los juguetes. La actividad pedagógica en la que se hacen relatos con argumento sobre un grupo de juguetes, consta de dos partes:

·  Observación de los juguetes.

·  Confección de los relatos.

El relato puede hacerse en forma de escenificación, y en este caso va acompañado de las acciones de los juguetes. Después de la actividad pedagógica los juguetes han de dejarse en lugar visible y asequible para que los niños sigan jugando con los mismos y se ejerciten realizando distintas escenificaciones de manera independiente.

ü  Narración de las vivencias y experiencias propias

Esta forma de narrar tiene una gran importancia en el desarrollo del lenguaje coherente. Los niños se habitúan a una amplia comunicación articulatoria, se desarrolla la habilidad para utilizar su experiencia sensitiva, para transmitirla en una narración coherente. Se forma la habilidad para exponer sus ideas de un modo preciso, comprensible, claro y metafórico.

La base del desarrollo de esta forma de narrar es la vida de los niños. Los temas para los relatos infantiles son sugeridos por el paseo, una excursión, un trabajo, una fiesta. Las observaciones de los objetos y fenómenos de la vida circundante que se acompañan de la lectura de versos, fragmentos de obras de arte, y los juegos didácticos para describir y enriquecer el lenguaje infantil con palabras y expresiones metafóricas, son las condiciones necesarias para desarrollar en los niños la habilidad para narrar sobre los acontecimientos de su propia vida.

La dirección de la atención de los niños hacia el hecho de que ellos recuerden los sucesos y los transmitan en forma de relato, constituye un procedimiento metodológico importante. En una charla previa, el educador propone a los niños recordar qué vieron en el paseo, cómo trabajaron en el huerto, y señala las partes fundamentales del relato (qué narran primero, qué después, y con qué terminan el relato).

También las indicaciones del educador, que deben darse en forma breve, precisa y rápida para no interrumpir la narración, contribuyen al establecimiento de la secuencia y a la precisión de la narración.

En esta forma de narrar también tiene gran importancia el relato-modelo del educador. El modelo ejerce una influencia directa: el niño encuentra para el relato sucesos análogos sacados de su propia experiencia, y asimila paulatinamente la forma de exponer.

El relato-modelo del educador debe subordinarse a los requisitos siguientes:

·  El tema del relato y su contenido deben estar cercanos a la experiencia del niño.

·  La precisión de la construcción, la falta de detalles superfluos, el dinamismo de la acción, la parte final clara.

·  El lenguaje del relato debe estar próximo al conversacional: emocionante y privado de sequedad y monotonía.

ü  Relatos creadores

Al confeccionar un relato creador, el niño debe pensar independientemente en su contenido, que es necesario organizar lógicamente y plasmar en una forma verbal correcta.

Para confeccionar un buen relato es necesario conocer su composición (nudo, culminación y desenlace), poseer un gran vocabulario, saber organizar un contenido de modo interesante y ameno y transmitir su idea con exactitud y expresión.

Existen diferentes variantes en la creación de relatos por el niño:

·  Continuación y terminación de un relato iniciado por el educador.

·  Elaboración de un relato siguiendo un plan establecido por el adulto.

·  Elaboración de un relato propuesto por el educador.

·  Elaboración de un relato propuesto por el niño.

En la etapa inicial de la enseñanza de la narración creadora es conveniente centrar la atención de los preescolares en la secuencia de la transmisión del contenido en el relato. A medida que los niños asimilan las habilidades para hacer un relato preciso y lógico, puede dárseles la posibilidad de resolver ellos mismos la cuestión relacionada con el plan y la secuencia de la exposición.

ü  La conversación

Constituye uno de los principales procedimientos para el desarrollo del lenguaje dialogado. Tiene una gran importancia para establecer y mantener buenas relaciones y un ambiente agradable y feliz en el aula, lo que influye favorablemente en la conducta de los niños, en la ampliación de su vocabulario y, muy especialmente, en su desarrollo intelectual.

La importancia de la conversación para el desarrollo del pensamiento y del lenguaje consiste en que durante su desarrollo, el niño se ve obligado a pensar con detenimiento, a no apartarse del tema de la conversación y a expresar sus ideas de forma comprensible.

El educador fortalece las representaciones que los niños han adquirido durante los paseos y las excursiones. En el proceso de observación o al describir láminas el educador completa y amplía con sus planteamientos, las representaciones infantiles; la experiencia de los niños se refleja en las conversaciones. El educador orienta la comprensión infantil hacia la relación existente entre los objetos y fenómenos del medio.

Simultáneamente educa una actitud correcta hacia aquellos aspectos sobre los cuales se habla en las conversaciones: interés hacia el medio, actitud hacia el trabajo, amor por la tierra natal.

Cuando conversa el niño aprende a escuchar y a comprender el lenguaje de los demás, a contener sus deseos de contestar de inmediato.

La conversación tiene un valor importante en la formación del lenguaje en el niño:

·  Es un medio adecuado para sistematizar, precisar y fijar los contenidos.

·  Enseña a pensar, concentradamente, sin desviarse del tema; desarrolla la atención, la memoria y la imaginación.

·  Permite desarrollar en los niños habilidades para comparar, generalizar, etc.

·  Permite establecer y mantener buenas relaciones.

·  Favorece el desarrollo de una actitud correcta hacia el medio que los rodea.

·  Habitúa a los niños a expresar sus pensamientos con claridad, sencillez y precisión.

·  Contribuye a ampliar el vocabulario activo, enriqueciéndolo con nuevas palabras y ejercitándolo.

·  Permite fomentar el gusto por formas correctas de expresión.

·  Desarrolla el hábito de escuchar y de respetar la opinión ajena.

·  Les obliga a relacionar su pensamiento con todo el proceso de la conversación.

·  Desarrolla en los niños la formación de opiniones propias.

Las temáticas de las conversaciones podrán ser muy diversas: los objetos, las personas, los fenómenos de la vida social, los de la naturaleza, las obras de arte, entre otros.

Al preparar una conversación el adulto debe tomar en cuenta:

·  Los objetos del medio y los diferentes instrumentos de trabajo.

·  Las personas y el trabajo de los adultos.

·  Los fenómenos de la vida social.

·  Los fenómenos de la naturaleza.

·  Las obras de arte.

·  Las experiencias personales.

·  Seleccionar el tema sobre el que se va a hablar y determinar los procedimientos que garanticen la actividad intelectual de los niños.

·  Utilizar preguntas que permitan constatar la habilidad para generalizar, comparar, analizar; así como para comprobar los conocimientos acerca de los nombres y propiedades de los objetos.

·  Hacer las aclaraciones y explicaciones que garanticen la estructura y la organización adecuada de la conversación para mantener el interés, precisar los conocimientos y el lenguaje.

·  Pensar en la mejor forma de utilizar los materiales literarios y visuales.

El éxito de la actividad pedagógica de conversación depende de la información que sobre el tema a tratar se tenga y de la preparación mediata e inmediata que realice el educador. Las preguntas constituyen la parte principal de la actividad programada, por eso debe pensarse detenidamente en ellas tomando en consideración:

·  Que deben ser exactas, precisas, claras.

·  Que deben guiar el pensamiento de los niños hacia lo esencial.

ü La dramatización

Una vez que los niños conocen bien una obra, y han conversado suficientemente sobre ella, y la misma es más dialogada que descriptiva, se puede pasar a su narración en la que los niños encarnan los diferentes personajes.

En la dramatización es importante, además del conocimiento de la obra, que los niños dominen el significado de las palabras que se utilizan en el contenido del cuento u obra literaria, pues en este caso han de tener dificultades en la expresión de los diálogos. La dramatización puede realizarse utilizando a su vez atributos o materiales lúdicos, que permitan una caracterización mayor de los distintos personajes.

En la dramatización no es necesario ceñirse estrictamente a la letra de la obra representada, pudiéndose cambiar algunas palabras y agregar nuevas expresiones que le den más fluidez, sentido y comprensión a la misma, pero sin cambiar el sentido del argumento. Una vez determinados estos cambios, los niños han de aprender a reproducir exactamente los diálogos propuestos, sin omitir o cambiar alguna expresión.

ü  La descripción

Uno de los aspectos que contribuyen al desarrollo de la expresión oral en los niños, es el trabajo con la descripción.

La descripción es uno de los procedimientos con que cuenta nuestra lengua para exponer acentuando lo esencial. Se describe un proceso, un objeto, un animal, una planta, un cuadro, una lámina, un paisaje.

La descripción tiene que exponer las propiedades y características más notables de un objeto o los rasgos más importantes de un proceso libre de todo criterio personal. De ahí a que en esta edad, apenas podamos encontrar procedimientos puros de descripción.

La descripción de procesos simples está mucho más cerca de los niños que la descripción de objetos inanimados; por lo que tales procesos constituyen el punto de partida para las descripciones, posteriormente se ubica la descripción de objetos inanimados y la descripción de sus representaciones. Los educadores deberán tener en cuenta este orden, para enseñar a describir a los niños.

Como procedimientos para trabajar la descripción puede utilizarse el que los niños inventen adivinanzas, donde describen objetos, para que otros niños del grupo lo adivinen.

En la descripción de procesos el educador debe tener presente que los niños observen los pasos o acciones parciales en su sucesión temporal, que se ejecutan en un proceso o actividad. Deben describir los distintos pasos que componen el proceso o actividad y el desarrollo de la acción en su sucesión temporal.

Con la ayuda de preguntas, se logra que los niños recuerden qué necesitan para realizar determinada actividad, qué hacen primero, qué viene después, qué luego y cómo termina la actividad.

Los procesos o actividades se describen en presente, este es otro requisito lingüístico, estos procesos se describen cuando su desarrollo puede repetirse en todo momento.

Para describir un objeto, los niños tienen que destacar sus partes o características más importantes. Pueden, por ejemplo, describir edificios, vehículos, juguetes, objetos de uso personal, animales, así como objetos y personajes tomados de cuentos.

Las descripciones pueden hacerse ante el objeto o fenómeno o valiéndose de la memoria, tienen como objetivo fijar las ideas recién captadas o reproducir lo que haya captado anteriormente; esto último es un eslabón superior en que los niños tienen que dar vida, con medios artísticos, a sus ideas.

Otros procedimientos metodológicos son susceptibles de utilizarse en la enseñanza y educación de la lengua materna, los cuales se describen dentro de las orientaciones metodológicas de este módulo.

ü  La literatura como procedimiento metodológico

La literatura infantil reviste una particular importancia dentro de la educación y enseñanza de la lengua materna, y ha de ser utilizada como un eficaz procedimiento metodológico. La misma cumple en realidad dos funciones, una estética, dirigida en el niño a la formación de una actitud positiva y desarrollo de sentimientos hacia las formas bellas del lenguaje literario, y otra metodológica, en el contenido de la lengua materna. A través del cuento, la poesía, de la narración, es posible llevar al niño complicadas relaciones gramaticales, incrementar su vocabulario, perfeccionar la coherencia de su lenguaje, mejorar su expresión oral, ejercitar sus funciones fonatorio-motoras, utilizando cuentos apropiados en que se enfaticen los movimientos de dichas estructuras, la fluidez de la voz, la ejercitación de la respiración. El lenguaje literario ajustado a las particularidades del habla y del pensamiento del niño de estas edades, perfecciona las maneras adecuadas del buen decir, y sirve para que el niño asimile importantes relaciones de tipo verbal

 

 

 
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