El curso evolutivo del lenguaje en este período muestra los siguientes índices:

     Repetición frecuente y relacionada fonéticamente ante la estimulación del adulto

     Comprensión de la palabra del adulto en el plano verbal, sin asociarse a la acción motora de apoyo

     Surgimiento de la primera palabra significativa, generalmente de segundo y tercer grados de similitud

  • Nombrar objetos y acciones en las actividades pedagógicas y de la vida cotidiana, y propiciar su reconocimiento, pronunciación y búsqueda

Continuar ampliando el caudal léxico-semántico y articulatorio del niño, promoviendo su la asimilación activa de las palabras.

La intención principal de esta actividad es que los niños no sólo comprendan la palabra que se les dice, sino que reaccionen ante la misma y traten de expresarla oralmente, con el propósito de facilitar generalizaciones más complejas. Así, ante la descripción de un objeto o la referencia a una acción, el educador ha de procurar que los niños repitan la palabra que escuchan y actúen consecuentemente.

El educador puede seguir la técnica usual para este tipo de contenido, o introducir variantes que considere oportunas, evaluando el nivel de desarrollo lingüístico de cada niño en particular, para introducir las palabras y acciones que estime pertinentes para cada uno de ellos.

  • Repetir los sonidos espontáneos y provocados por la estimulación del educador que digan los niños, y propiciar su reproducción

Consolidar el componente fonético-fonológico y su apropiada articulación

La metodología utilizada es la usual, lo importante en este período es que el educador refuerce que los sonidos espontáneos, y en particular las palabras, reflejen lo más posible la similitud fonética de los mismos, aunque, como en el caso de las palabras, estas no sean exactas a como son en la realidad.

Es decir, que el objetivo fundamental de la actividad es la repetición fonéticamente igual o lo más semejante posible al sonido o palabra pronunciada inicialmente.

Ha de tenerse en cuenta que a finales del trimestre el niño podrá emitir su primera palabra significativa como tal, y que generalmente estas suelen ser de segundo y tercer grados de similitud, por lo que el educador ha de trabajar para que ellos emitan estas primeras palabras verdaderas lo más exacto posible, es decir, sean de primer grado de similitud.

  • Usar entonaciones diversas en el contacto verbal con los niños

Reforzar la expresión oral del niño, ejercitando la modulación de la voz.

Partiendo de la misma metodología utilizada en los trimestres anteriores, en este se ha de procurar usar cuentos y situaciones más complejas, y estimular a una repetición activa, gestual y verbal por parte del niño, de la entonación que ha escuchado del educador. Se ha de elogiar el logro realizado, para que, después de forma espontánea, y ante la solicitud del adulto, ellos repitan la entonación aprendida.

  • Utilizar juegos y acciones motoras que los niños repitan ante la petición del educador

Consolidar la relación del movimiento con la palabra y su reproducción activa

Se ha de utilizar la misma o variantes de la utilizada en trimestres anteriores. Lo fundamental ahora es que los niños repitan el juego motor ante la simple petición del educador, sin que sea necesario que esta lo ayude con gestos, sino tan solo ante la demanda verbal.

  • Realizar acciones con objetos para propiciar generalizaciones elementales de la palabra

Reforzar a la palabra como concepto generalizador de los objetos particulares

Este contenido reviste una particular importancia, y puede combinarse con otros: la realización de acciones con objetos para el surgimiento de generalizaciones elementales de la palabra.

Para ello se hace necesario que el educador utilice diversas variantes de un mismo objeto, tanto en cuanto a los colores y materiales diferentes, así como ubicarlos en posiciones distintas.

Lo importante es que al usar los objetos en las actividades el educador en todas ellas mantenga los principios siguientes:

- que los objetos iguales varíen en su forma, color, tamaño, textura, complejidad, etc.

- que se utilicen diversos objetos y no concretarse a una sola familia de ellos.

-que se coloquen en distintas posiciones y localizaciones, tanto cuando se utilicen aislados o un grupo de ellos

Esta actividad propicia la creación de múltiples actividades que se combinan con esta, tales como el cumplimiento de órdenes sencillas, la demostración  de acciones simples, la descripción de láminas, la realización de juegos en los que  se nombran objetos iguales y diferentes, entre otros muchos.

El logro aquí esta obtenido cuando los sean capaces de reconocer el objeto independientemente de su variedad, diversidad o localización.

Cumplir órdenes por la demanda verbal del educador.

Propiciar que los niños sean capaces de cumplir una acción que le demanda verbalmente el educador, sin el apoyo de gestos o acciones motoras.

Se mantiene la misma técnica previamente utilizada por el educador en el trimestre anterior, pero ahora debe procurar hacer la demanda sin acompañarla de gesto a acción motriz alguna que la apoye, pues lo fundamental es que los niños hagan lo que se les pide por comprensión verbal de lo que se le dice.

Las acciones de búsqueda o entrega de objetos facilitan la realización de esta actividad, pero siempre en todo caso se ha de mantener la demanda de una sola orden a la vez.

  • Llamar los niños por su nombre para provocar una respuesta, y reconocer a los adultos cercanos

Reforzar la identificación personal del niño, y reconocer a los demás por su nombre

A partir de la técnica anterior, específicamente en este trimestre se debe trabajar para que los niños reconozcan el nombre de quienes lo atienden, así como el de otros niños. Esto se logra llamando a otro educador por su nombre y diciéndole al niño "¿ Dónde está Rosa? ¡Oh, aquí está Rosa!”, que en este caso hará algún gesto o acción motora hacia los niños para que entiendan que se están refiriendo a ella, pero la orden se ha de hacer exclusivamente verbal.

Cuando ya los niños reconozcan a quien se nombra, se ha de tratar de que diga algunos de los nombres que ya identifica, uniendo a la técnica anterior frases tales como: " A ver, ¡llama a Rosa!", “¡Rosa, Rosa, ven acá!”, quien a su vez los estimulará y dirá cualquier frase como “¿El niño me llama?” o semejante para que comprueben que es la persona que llaman.

Ha de recordarse que en este nivel de desarrollo los niños podrán hacer solamente un sonido y en el mejor de los casos decir el nombre “Rosa” completo o no.

  • Mostrar y nombrar objetos acompañados de sus onomatopeyas para estimular su reproducción activa

Consolidar la relación objeto-palabra y de los sonidos habituales que los caracterizan.

La técnica se mantiene semejante, por que lo que se varía es una mayor complejidad de los sonidos onomatopéyicos de los objetos, y una demanda más activa por parte del educador para que los niños hagan su reproducción.

Ha de recordarse no solamente usar objetos representativos de animales (gato, perro, pollo), sino también otros de uso común, como un reloj, un globo, una maraca, entre otros.

  • Utilizar palabras más complejas para el control de la conducta de los niños

Extender el vocabulario de palabras prohibitivas en relación con las situaciones que lo demandan

La metodología no tiene variaciones sustanciales con la utilizada en el trimestre anterior, lo que se hace es incorporar expresiones algo más  complejas como "No se puede", aprovechando una mayor comprensión del habla por parte del niño.

Es bueno reafirmar que al usar estas palabras prohibitivas que pretenden controlar la conducta, el rostro del educador se mantenga serio, pero sin que le sea necesario mostrar un enojo extremo, pero tampoco hacerlo riendo o de manera jovial, porque esto no ayudaría a los niños a diferenciar lo significativo de estas palabras.

  • Utilizar frases de varias palabras como respuesta a palabras aisladas o gestos del niño.

Acostumbrar al niño a que sus acciones tienen respuestas verbales de más de una palabra

Mas un procedimiento que una verdadera metodología, y aunque no debe constituir una exigencia para los niños, cada vez que estos reclamen o soliciten algo del educador mediante una palabra aislada o de un gesto, o el educador intuya que ellos la reclaman, ha de enfatizar el darle la respuesta utilizando frases de varias palabras, para estimular su comprensión.

Por ejemplo, si ellos dicen "pelota" o cualquier sonido que se sabe significa lo mismo, "ota" o "popa", el educador podrá  exclamar: “¡Ah, la pelota de ……!”, “¡Que linda es la pelota!”, o cualquier frase semejante en relación con lo que ellos reclaman o señalan.

También lo hará de esta manera cuando se trate de solamente un gesto o juego motriz que el bebé espontáneamente haga, como, por ejemplo, “Ah, cucu tras, ¿dónde está?”, ante el gesto representativo del juego.

  • Describir láminas, fotos y representaciones para estimular su reconocimiento por orden verbal.

Propiciar que los niños reconozcan otra forma de presentación de los objetos y las relacionen con palabras

Teniendo al niño en su regazo o sentado junto a una mesa baja, el educador les ha de mostrar diversas representaciones (fotos, láminas, dibujos) y las describirá de manera simple, solicitando que ellos puedan responder verbalmente como se llama el objeto, o señalen donde está, para que progresivamente comprendan que la misma palabra puede designar al objeto palpable como a su imagen.

  • Fortalecer las estructuras orgánicas y funcionales de la emisión oral.

Hacer ejercitaciones más complejas de las zonas orgánicas y funcionales de la emisión oral.

En este se pueden realizar una serie de ejercitaciones motoras más complejas, dadas las posibilidades de una mayor comprensión del habla adulta por parte del niño.

Estas ejercitaciones se hacen sobre la base de acciones imitativas, y pueden incorporarse como juegos dentro de la propia actividad libre o como contenidos dentro de las actividades pedagógicas.

El educador ha de realizar estos gestos motores y estimular a los niños a su repetición. Entre los mismos están el inflar globos, soplar "velitas" o molinos de papel, realizar chasquidos con la lengua, entre otros más que se le puedan ocurrir.

De igual manera estas ejercitaciones se pueden combinar con las acciones que se refieren a la imitación  por el educador de los sonidos que ellos emitan, tales como vocalizaciones, estornudos, bostezos, trompetillas, entre otras, e incorporarlos como acciones de "juego" conjunto.

  • Escuchar grabaciones y piezas musicales instrumentales más complejas.

Ampliar el reconocimiento auditivo hacia fuentes artificiales productoras de sonidos o palabras.

Partiendo de semejantes principios, la metodología ahora incorpora canciones infantiles más elaboradas, y donde el fondo musical sea suave y posibilite la recepción clara de las palabras que se cantan, a su vez los fragmentos musicales instrumentales pueden también incorporar la banda de metales y viento, pero sin ser estridentes ni altisonantes.

  • Escuchar canciones y rimas con ayuda de algún instrumento musical simple

Incorporar a la entonación melodiosa humana sonidos provenientes de fuentes artificiales.

Las canciones y rimas orientadas en el trimestre anterior se mantienen de igual manera, y estas pueden ser cantadas o tarareadas, y a su vez con acompañamiento de instrumentos.

Cuando la canción se acompañe de un instrumento melódico, como puede ser, por ejemplo, un melodium, una guitarra, o un instrumento de percusión, como es el caso de un triángulo o un tambor, el educador ha de tocar de manera suave el instrumento, para que este no se vaya por encima de la palabra hablada o altere a los niños por su intensidad.

  • Contar cuentos simples con apoyo de representaciones e imágenes verbales sencillas

Iniciar la introducción de acciones en la secuencia verbal de un cuento simple.

Siguiendo la misma técnica del trimestre anterior, y manteniendo la secuencia de no más de tres imágenes, el educador ha de introducir alguna acción no directamente visualizada en el argumento de su breve cuento.

En el ejemplo del bebé, la pelota y la mesa, además de poder decir “El bebé pone la pelota en la mesa”, que está directamente respaldado por una imagen visual, el educador podrá añadir “El bebé se ríe cuando pone la pelota grande en la mesa”, que incorpora acciones verbales anexas a las imágenes.

 

 

 
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