En este trimestre se destaca un importante logro del desarrollo que determina un cambio cualitativo importante en el desarrollo del lenguaje de los niños:

v     Surgen las frases simples (en oraciones de dos o tres palabras) con dificultades morfológicas, sintácticas y gramaticales

Este logro indica la posibilidad del niño de mantener un diálogo muy simple con el adulto, generalmente sobre la base de las preguntas que este le hace, pues ellos son aún incapaces de hacerlas dentro del contexto de dicho intercambio verbal, aunque de manera aislada pueden hacerlas en las acciones de su vida cotidiana. Como norma las respuestas son breves y cortas, no excediendo por lo general de tres o cuatro palabras hacia finales del trimestre.

§  Cumplimiento de órdenes sencillas por demanda verbal del adulto (tres órdenes).

Ampliar la comprensión del habla del adulto realizando una acción que se realiza por una demanda verbal.

La metodología a utilizar es la misma de los trimestres anteriores, solo que ahora la demanda verbal abarca tres órdenes que se plantean de una vez: “Recoge los bloques que están en el suelo, ponlos en la caja y tráelos” o “Busca la pelota, llévala a la clase y dásela a Pepe”.

Caso de no tener éxito en realizar la acción concatenada se ha de seguir el mismo procedimiento anterior, primero con órdenes aisladas, luego uniendo dos, y finalmente con las tres.

§      Estimulación de diálogos simples

Ampliar la emisión verbal de monosílabos a frases cortas de dos-tres palabras.

Sobre la base de la presentación de diversos objetos (reales, representados) el educador ha de formular preguntas que inciten a los niños a dar respuestas de varias palabras.

El éxito de esta actividad radica en que el educador sepa hacer las preguntas que faciliten estas respuestas, en particular refiriéndose a las acciones y cualidades de los objetos, para lo cual hace falta decir más de una palabra.

En este sentido puede presentar varios objetos y juguetes y preguntar “¿Cómo es el perrito?”, “¿Qué hace la niña ahora?”, “¿Adónde va el gatito?”, preguntas todas que inducen respuestas de más de una palabra.

Si el niño no responde, el educador puede solicitar la respuesta directamente “Coge el gatito y dime algo sobre él” o “Cuéntame que hizo anoche el perrito”, u otras frases semejantes.

§  Denominación de lugares comunes y de personas conocidas.

Familiarizar a los niños con su entorno y personas designándolas por su nombre

Esta actividad consiste en organizar visitas a las diferentes clases y áreas del centro infantil para que los niños vayan aprendiendo como se nombran. En la misma es importante seleccionar dos o tres elementos significativos que ayuden a diferenciar unos lugares de otros, por ejemplo, el área exterior se distingue por la presencia de césped y juegos y equipos mecánicos; la clase por los rincones de juego, los estantes y mesas de trabajo; la cocina por los equipos electrodomésticos, aspectos estos que deben ser señalados a los niños para ayudar a su diferenciación.

En estas visitas se ha de insistir en nombrar a las personas con las que se interactúa, bien por su función (la cocinera, el jardinero) o por su propio nombre, y hacer que los niños saluden y se despidan utilizando estos nombres propios.

§  Designación de las cualidades esenciales de los objetos (forma, color, tamaño).

Familiarizar a los niños con algunas particularidades significativas de los objetos.

La esencia de esta actividad consiste en que, utilizando los más diversos objetos del medio circundante, comenzar a enseñar a los niños algunas características fundamentales de estos objetos, particularmente el color, la forma y el tamaño.

En la denominación del color trabajar inicialmente con los colores primarios, el fundamento ahora es que niño además de reconocer el tono dado, sea capaz de decir la palabra que lo distingue, pero sin pretender que entienda la cualidad, lo que se persigue es que sepa que eso que señala el educador le llaman el color “rojo”. En esta tarea ha de usarse la palabra “color”, tanto para iniciar la pregunta “¿De qué color es la pelota?”, como para diferenciar un color de otro “Esta pelota es de distinto color que la otra” a lo que se puede añadir “Una es de color rojo y la otra de color azul”.

Para la forma se ha de trabajar de igual manera “¿Qué forma tiene la pelota?” “La pelota es redonda”. En esta edad solo se deben introducir las tres formas básicas a las cuales los niños están habituados en la manipulación de objetos y tableros excavados: el círculo, el cuadrado, el triángulo.

Para la relación de tamaño, que es más mucho más difícil para los niños, han de usarse solamente dos objetos, con una diferencia contrastada en su tamaño. Aquí nuevamente se ha de usar el nombre de la cualidad “tamaño”, pero referidas a cada objeto en particular “La pelota es pequeña”, “El patito es grande”, que deben estar uno al lado del otro, pero sin insistir en la comparación “este es más grande que aquel”, porque intelectualmente aun no están preparados para verbalizar comparaciones, aunque lo resuelvan en el plano de la actividad práctica.

Ha de recordarse que lo esencial no es que los niños se aprendan la cualidad (el color, la forma, el tamaño) sino que se les llame su atención a su denominación verbal, el conocimiento de estas cualidades ha de lograse mediante otras actividades de desarrollo sensorial.

§  Utilización de palabras reguladoras de la conducta relacionadas con la actividad grupal y la vida cotidiana.

Ampliar el componente regulador del lenguaje.

La metodología es semejante a la usada en trimestres anteriores, solo que ahora, en lugar de concretarse a palabras que controlan la conducta (no, no se puede, hazlo así, etc.) se introducen aquellas que implican una socialización del comportamiento en sus relaciones de unos niños con otros.

Para esto se han de utilizar las situaciones de la vida cotidiana, o crear situaciones pedagógicas específicas.

En el primer caso, durante el juego y la actividad pedagógica el educador ha de introducir palabras tales como “no lo molestes”, “ayúdalo”, “entrégale el juguete” y otras muchas que regulan la interacción.

A su vez se puede hacer una situación pedagógica, por ejemplo, traer un juguete nuevo que atraiga la atención de todos los niños (que por lo general tratan de tomarlo para sí), para cuando traten de arrebatarlo decir palabras como “uno primero y otro después”, “dáselo ahora a José”, frase que en su esencia implican una regulación del comportamiento.

§  Utilización de escenificaciones breves para repetición de frases cortas

Ampliar el componente léxico-semántico y el gramatical.

El educador puede utilizar un pequeño retablo donde, con el uso de títeres, muñecos y representaciones, escenifique alguna pequeña escena de dos o tres cuadros, en la que los personajes dicen frases de dos a cuatro palabras, y en la que estimulan a los niños a repetirlas. La trama debe ser bien sencilla y de fácil comprensión, y trabajar con el vocabulario que ya ellos conocen, y de situaciones que les son familiares.

La intención no es que los niños se aprendan la trama, sino que sean capaces de repetir las frases que se les enseñan.

§  Uso de situaciones simples para iniciar la comprensión de relaciones de lugar

Introducir nuevos elementos gramaticales en la comprensión verbal del niño.

En este segundo semestre los niños presentan gran sensibilidad para aprender nuevas palabras y aumentar su vocabulario, por lo que no se puede perder ocasión para ampliarlo.

Los niños de esta edad comprenden las relaciones de lugar (arriba-abajo) (dentro-fuera) si se crean situaciones especiales en las actividades pedagógicas o de la vida cotidiana. Estas relaciones han de partir inicialmente del cuerpo del niño, por ejemplo, si están en una actividad de expresión corporal en la que el educador dice “Vamos a subir los brazos” se puede preguntar “¿Dónde están los brazos?. De esta manera estimula a que los niños le respondan “Los brazos están arriba”.

Con la relación dentro-fuera se puede seguir un procedimiento semejante, por ejemplo, mandando a salir a un niño de la clase y preguntar “¿Dónde está Eduardo?”, lo que ha de inducir respuestas en las que se diga que Eduardo está fuera de la clase.

Lo importante ahora no es que los niños digan o no la palabra que designa la relación de lugar (arriba-abajo-dentro-fuera) sino que la entienda y actúe consecuentemente, lo que indica una comprensión activa de este nuevo elemento gramatical.

§  Realización de juegos verbales para ampliar la emisión verbal

Estimular mediante procedimientos lúdicos verbales las respuestas de frases de varias palabras.

La utilización de rimas, juegos verbales complementados de frases son procedimientos importantes para inducir respuestas de varias palabras. Esto puede acompañarse de láminas y objetos reales que refuercen lo que se dice oralmente.

Por ejemplo, el educador puede decir una frase cualquiera al niño, y pedirle que le diga algo más repitiendo la parte inicial de la frase, o cantar un juego verbal que culmine con diversas frases.

§  Estimulación de las estructuras fonatorias y motoras de la emisión oral

Ejercitar los órganos que intervienen en los mecanismos de pronunciación y articulación de la emisión verbal.

La metodología previamente conocida se mantiene en esta actividad.

Ahora se incluye el proyectar los labios como el hocico de un perro u otro animal (vaca, pollo, etc.) o hacer como que el gato toma leche, sacando y metiendo la lengua. Estas actividades suelen provocar risa en los niños, por su contenido lúdico.

El educador puede incluir otras acciones articulatorias en las que se movilicen labios y lengua, como pueden ser el jadear de un perro, aullar de un lobo, entre otros, que incluidos en un juego tienen funciones de ejercitación fonatorio-motora. De igual manera el imitar sonrisas exageradas para estirar los labios, o mover la lengua como péndulo de reloj, también colaboran a esta ejercitación.

Las mismas pueden hacerse ante un espejo inicialmente, y luego trasladarlos a la actividad libre.

§  Pronunciación de sonidos.

Practicar los fonemas de la lengua como método preventivo para la articulación correcta de los mismos.

Una actividad importante a desarrollar al finalizar el segundo año de vida consiste en la estimulación de la articulación correcta de los sonidos, de los sonidos onomatopéyicos o los sonidos aislados.

Por ejemplo, luego de trabajar un sonido onomatopéyico que tenga la pronunciación de una "s" se puede presentar un globo, se infla y se deja escuchar el sonido del aire al desinflarse, luego se invita al niño a imitar el sonido, con los dientes unidos y una sonrisa ligera, procurando que la lengua no esté entre los dientes para que el aire pueda escapar. Es necesario recordarles que respiren profundo para emitir el sonido.

Si hay dificultades en la emisión del sonido específico, se puede combinar con vocales "si- si- si", "se- se- se", u otra combinación semejante que permita incluir el sonido que se pretende reforzar.

La ejercitación de las estructuras fonatorias en este trimestre comprende, de inicio, el reforzamiento y complicación de las que se ejercitaron durante todo el año de vida.

Desde este punto de vista las ejercitaciones previamente aprendidas en los trimestres anteriores como estirar los labios en forma de hocico de animal, pueden acompañarse con sonidos de acuerdo con la acción de que se trate (aullar como un lobo, gruñir como un cerdo, silbar como un pajarito, entre otros) y el movimiento de la lengua como péndulo de reloj, pueden utilizarse para introducir algún fonema que se quiera ejercitar.

En este trimestre basta con esta introducción de fonemas dentro de las ejercitaciones previamente aprendidas, pues la técnica para pronunciar estos sonidos de manera sistemática corresponde al tercer año de vida.

§  Narración de cuentos y rimas sencillas.

Ampliar el caudal léxico del niño, y desarrollar la atención y concentración en la palabra del adulto.

En toda la estimulación para el de desarrollo de la lengua materna y la inteligencia lingüística, es importante recordar que la narración de cuentos y de rimas y poesías ocupa un lugar especial. Esto requiere de una cuidadosa, pues la  habilidad de escuchar, comprender y responder preguntas acerca de lo narrado, se forma gradualmente.

En este trimestre el educador les narra el cuento a los niños, y ellos pueden repetir algunas frases del mismo, contestar preguntas y realizar escenificaciones sencillas, para lo cual pueden utilizar algunos atributos, como son ropas, disfraces, sombreros, etc.

Lo fundamental de esta actividad es que los niños se concentren en la actividad y atiendan al educador, y puedan ser capaces de responder a preguntas elementales que se les hagan en relación con el cuento. Esta actividad puede combinarse con la de las entonaciones de la lengua, aprovechando las posibilidades que el contenido del cuento puede ofrecer.

Esta actividad puede acompañarse de láminas (no más de tres) unidas por su trama, aunque también han de hacerse sin el apoyo de las mismas, en un plano exclusivamente verbal.

En todo caso el argumento ha de ser siempre muy simple y lineal.

§    Combinación de palabras con acciones prácticas de la vida cotidiana.

Establecer relaciones de tipo verbal con las acciones prácticas.

Dentro de una actividad de juego el educador ha de promover que las acciones de la vida cotidiana o el juego que realiza el niño (lavar, comer, vestirse, entre otras acciones) tengan una contrapartida semántica, lo cual se logra mediante preguntas que obligan a dar respuestas relacionadas con estas acciones, tales como "¿Con qué vestimos a la muñeca?” o “¿De qué se alimenta el gato?”

De igual manera pueden crearse situaciones pedagógicas (como puede ser una visita al mercado) en la que los niños tengan que comprar frutas y vegetales que el educador ha situado previamente de manera conveniente, y en los que les haga preguntas referentes a las posibles acciones, como puede ser “Y tú Rosa, ¿qué vas a comprar?”. Ha de tenerse en cuenta que no siempre el educador ha de hacer preguntas, sino que también puede usar frases exclamativas referentes a la actividad, como puede ser “¡Cómo hay frutas y vegetales! ¡Cuantas cosas vamos a comprar!.

En esta actividad el educador estimulará a los niños a que repitan sus exclamaciones, al igual que responder a sus preguntas.

§  Audición y repetición de canciones simples.

Hacer que los niños sean capaces de llevar a su expresión oral formas rítmicas del lenguaje.

El educador ha de seleccionar pequeñas canciones de una o dos estrofas a lo sumo, con palabras que estén en el lenguaje activo del niño, y los estimulará a escucharla primero varias veces, y luego a que la repitan junto con ella. Por lo general a esta edad lo que logran decir es la palabra final de cada verso, pero esto indica una conducta importante aunque el producto sea aún incompleto.

Estas canciones pueden, posteriormente, relacionarse con láminas y fotos para reforzar las palabras aprendidas, pero durante la realización de la actividad la canción ha de ser expresada exclusivamente en el plano oral.

 

 

 
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