Para este trimestre los índices del desarrollo evolutivo del lenguaje son:

v     Consolidación de la palabra-frase como forma usual de comunicación

v     Ampliación de la comprensión léxico-semántica de la lengua que permite el cumplimiento de órdenes por demanda verbal y responder a preguntas directas (siempre en tiempo presente).

De un uso ocasional de la oración monopalábrica como medio de comunicación oral los niños a partir de este trimestre y, por la posibilidad de una mayor comprensión del lenguaje, van a incorporar las nuevas palabras dentro de su rango semántico, manteniendo esta estructura gramatical de manera predominante, particularmente en este trimestre y el que sigue.

No obstante, el desarrollo más amplio del componente semántico permite una mayor comprensión de la lengua, y aunque en un plano externo los niños aún no pueden como norma emitir dos palabras concatenadas y expresan su intención mediante la palabra-frase, en un plano interno comprenden ya frases de varias palabras, lo que les permite realizar acciones siguiendo las demandas verbales que se les hacen, y empezar a responder a las preguntas del adulto mediante monosílabos.

Las actividades del anterior trimestre se mantienen en el actual, al cual se añaden las siguientes:

§      Estimulación de la expresión oral de los niños para comunicarse con los otros niños y los adultos, en actividades de la vida cotidiana y en las relaciones habituales de su grupo.

Posibilitar que los niños utilicen formas orales de comunicación.

Los niños a esta edad suelen emitir sonidos y hacer gestos cuando desean algo, pues sus formas de comunicación son elementales y aún no socializadas. Como norma utilizan mayoritariamente sustantivos en sus palabras-frases. El educador ha de estar al tanto de las situaciones que se presenten en la vida cotidiana y las relaciones en el grupo para estimular la emisión oral de tales palabras, procurando sustituir los sonidos por palabras. Así, por ejemplo, si un niño quiere el juguete que otro tiene y pretende cogerlo, el educador le dirá “Ah, ¿tú quieres el caballito?”,” Dile a tu amigo que te preste el caballito, a ver, el caballito”, de esta manera puede lograr que los niños pronuncien la palabra “caballito” y no recurran a un sonido.

Aunque los niños aún no sean capaces de unir dos palabras, el educador siempre dará modelos de frases cortas de dos o más palabras, para ir aumentando el caudal interno de estas palabras.

§  Utilización de juegos, rimas y combinaciones musicales que estimulen la comunicación oral

Reforzar el componente semántico del lenguaje para propiciar repetición activa de las palabras.

Esta actividad procura darle modelos verbales a los niños para que traten de repetir lo que puedan de la palabra escuchada, que en el mejor de los casos se corresponde con los últimos fonemas de dicha palabra. Esto lo ha de realizar en grupos pequeños de no más de tres niños. La diferencia con otras actividades previas consiste en que en algún momento del juego verbal, la rima o la combinación musical el educador ha de solicitar a un niño que pronuncie la palabra “y se la diga a su amigo”. Esto generalmente consigue que emitan un sonido o que el niño en cuestión mire al otro que se le pidió le diga la palabra, denotando una intención de seguir lo que se le ha pedido hacer, si bien en niños de buen desarrollo verbal ya logran emitir alguna palabra.

§  Utilización de rimas, juegos verbales y combinaciones musicales para establecer relaciones palabra-movimiento complejas

Estimular la relación de la palabra con demandas que se hacen en un plano verbal.

Tanto en la actividad en el área exterior como en la clase, el educador ha de formar pequeños grupos de no más de tres niños, para enseñarles a escuchar rimas y combinaciones de palabras cantadas, o juegos diversos en los que ante la palabra dada los niños ejecuten algún tipo de movimiento específico, como tocarse la cabeza, hacer gestos con manos y pies, menearse, bailar o dar pasitos hacia delante y hacia atrás, según la demanda verbal que escuchan.

En esta actividad a esta edad no se pretende que los niños repitan la frase o la rima, sino que actúen de acuerdo con lo que se les pide, reforzando así la comprensión del lenguaje.

§  Utilización de palabras en la expresión oral de los niños de palabras que designen acciones y cualidades. Verbos.

Incorporar otros elementos gramaticales a las palabras-frase del niño.

La palabra-frase suele ser por lo general un sustantivo que designa una acción, son raras las veces que indiquen una acción (uso del verbo) o una cualidad (uso del adjetivo). El centro de esta actividad consiste en proporcionales a los niños modelos verbales que le pronunciar el verbo (dame, quiero, ven, etc.) y el adjetivo (lindo, grande, rojo, entre otros).

Para ello el educador ha de utilizar diversos medios orales (juegos y rimas verbales) y gráficos (láminas, fotos, diapositivas) que le permitan estimular a los niños a responder usando un verbo o un adjetivo. Por ejemplo, para decir cualidades el educador puede mostrar la lámina de un perro y preguntar “¿Cómo es el perro?”, a lo cual los niños podrán contestar “lindo” o “grande”, entre otras. Para inducir las respuestas usando verbos la pregunta típica es “¿Qué hace el perro?, lo cual induce responder “camina” o “ladra”, o cualquier otra palabra que indica una acción.

Ha de recordarse que utilizar la combinación “¿Cómo hace el perro?” induce una respuesta onomatopéyica, por lo que no debe utilizarse para los objetivos de esta actividad específica.

§  Comprensión y realización de órdenes planteadas por el adulto.

Relacionar una acción a realizar mediante una demanda exclusivamente verbal.

Aprovechando las diversas situaciones de la vida diaria el educador ha de seleccionar un niño cada vez y le solicitará verbalmente el cumplimiento de alguna orden sencilla, tal como “Busca la pelota”, “Saca el bloque cuadrado de la mesa”, “Tráeme la muñeca”, o por el estilo.

En alguna ocasión podrá requerir utilizar algún nivel de ayuda, como puede ser, si los niños no comprenden lo que se les pide, utilizar a otro para que realice la acción, o en último caso, hacer el mismo la acción y luego repetir la demanda verbal a los niños para que la ejecute luego de haber observado lo que se le pedía.

§  Comprensión y utilización de palabras que impliquen regulación de la conducta del niño y de sus relaciones con las demás personas que les rodean

Continuar reforzando el componente regulador del lenguaje.

En el curso de las actividades, y de acuerdo con las circunstancias, pero en particular en la actividad cotidiana del grupo, es importante tratar los contenidos referentes a la introducción de palabras que impliquen la regulación de la conducta del niño, y de sus relaciones con los demás niños, y personas que le rodean.

En este sentido al "no" " no se puede" y "si" "si se puede" usados a finales del primer año de vida es necesario añadir otras palabras que no sólo aprueben o desaprueben lo que hace el niño, sino también que propicien la socialización de éstos en el grupo, y sus relaciones con los demás.

No es posible en este sentido señalar qué palabras específicas han de ser incorporadas, sino que dentro de la idea general del porqué de esta actividad, de tener presente la necesidad de regulación verbal de su comportamiento.

La formación de hábitos (de alimentación, de higiene, de orden, etc.) es un momento muy propicio para la introducción de estas palabras reguladoras más complejas, pues se facilita el usar frases tales como "Hazlo así" o "Así se hace", cuando se les enseñan estas acciones, de modo tal que se trabaje el componente regulador no solo como control de la conducta sino también como medio de aprendizaje.

El juego libre típico de los niños de esta edad determina que en ocasiones surjan situaciones de conflicto, en las que un "Préstale el juguete" o "Devuélvele el camión" son expresiones de como proceder para regular las relaciones entre los niños, y en este caso, se convierten en medios para lograr una adecuada socialización.

§  Realización de observaciones del medio circundante cercano

Relacionar objetos y hechos de la vida cotidiana con sus correspondientes significaciones verbales.

Uno de los métodos más importantes para la ampliación de la reserva de palabras lo constituye la observación, que en este primer semestre (ya que en el trimestre anterior se puede realizar con formas muy simples) requiere de una preparación minuciosa y ser suficientemente estimulantes y breves para lograr la atención de los niños a los aspectos más significativos de lo que se observa.

La observación puede realizarse en la clase o en el área exterior, de acuerdo con los objetivos que se plantee alcanzar el educador en la actividad específica.

En la observación el educador ha de llamar la atención de los niños sobre el objeto, animal, o fenómeno que observan, e incitará a que estos expresen sus acciones y características, y los estimulará a hablar mediante preguntas.

Durante las observaciones los niños han de mantenerse activos, es decir, tocando lo que observan, manipulándolo, señalando sus partes, aunque ha de procurarse que la realización de las acciones motoras no interfiera con la observación.

Un recurso valioso para el logro de este objetivo es el paseo, que puede realizarse por el cole, en las áreas exteriores, a otras dependencias del centro y sus alrededores.

En el paseo es importante preparar convenientemente las condiciones para su desarrollo con la debida seguridad, y la orientación a los niños, para siempre que sea posible, toquen los objetos de los cuales hablan, no tanto para posibilitar su conocimiento sino fundamentalmente para propiciar que se expresen oralmente sobre ellos.

En el transcurso del paseo se ha de guiar la observación de los niños hacia los objetos que se quiere destacar, y sobre la base de lo que expresen, el educador los motivará a decir otras cosas, Si surgen frases en que expresen sus vivencias con este objeto, se estimulará a que lo expresen, guiando el diálogo, aunque en este trimestre todavía predomina la observación y no la expresión activa de vivencias.

De esta manera, el objeto del cual se pretende que se hable, sirve como chispa inicial para la emisión de palabras, y el educador propiciará que los niños digan cosas, sin que ella se concrete exclusivamente a hablar del objeto o pretender que los niños asimilen su conocimiento como objetivo principal.

También en los paseos pueden previamente colocarse objetos y juguetes, maquetas, para estimular a los niños a expresarse sobre ellos.

Los juguetes y materiales usados en estas actividades deberán ser atractivos y reflejarán de forma completa los objetos o animales que representan, y ser semejantes al modelo natural o real.

§  Utilización de cuentos, descripciones, narraciones, rimas y versos para el reforzamiento de entonaciones básicas de la lengua

Propiciar la audición, comprensión y expresión de entonaciones básicas de la lengua.

Esta actividad constituye una complicación de contenidos previamente desarrollados en trimestres anteriores, con la particularidad de que a partir de este implica también que los niños traten de imitar las diferentes entonaciones que el educador usa en sus relatos y acciones.

En este sentido, y como en este trimestre las palabras-frases predominan, no se pretende que los niños repitan frases (aunque si lo hacen no deben ser cohartados, por el contrario, han de ser estimulados), sino que usando la oración monopalábrica, la acompañen de una determinada entonación. Así, si el educador relata un cuento y dice de pronto “¡Qué feo es el lobo!” usando una determinada entonación, estimulará al niño a que le imite, lo cual es probable que digan solamente “¡Lobo!”, acompañando con gestos su entonación.

Entre las expresiones a utilizar para esta actividad se han de utilizar aquellas que manifiesten afirmación, negación, interrogación, sorpresa, alegría y tristeza, como las más usuales.

Es importante que los niños comprendan estas expresiones, así, por ejemplo, para el caso de la negación, el educador puede aprovechar los momentos en que les ofrece algo y lo rechazan, entonces, de frente a ellos le dirá "no" y moverá la cabeza para que la imiten.

La afirmación se puede trabajar de forma semejante, en este caso ante situaciones comunes de la vida cotidiana que impliquen que algo se permite, como puede ser “Si, el niño se lava las manos con el jabón”. Además en las actividades el educador ha de emplear oraciones afirmativas sencillas para dirigirse a los niños, tales como “La niña es linda”, “El perro corre”, “ El gato toma leche en el plato”, entre otras.

Cuando se va a expresar una interrogación debe hacerse énfasis en la pregunta, esconder un juguete u objeto y preguntar: ¿Dónde está? También las situaciones de la vida cotidiana proveen muchas ocasiones en que se puede utilizar la interrogación, “¿Te gusta la muñeca de trapo?”, “¿Qué quieres hacer?”, ¿Tú me quieres mucho?”, son expresiones comunes que se dan en cualquier momento de la rutina diaria en el centro infantil. 

Se puede aprovechar el momento en que los niños encuentran algo que se les dijo buscar para expresar alegría, como por ejemplo, “¡Miren, Maricarmen encontró la pelota! ¡Qué alegría!, por solo nombrar alguna. En horas de la mañana cuando los niños llegan a la clase se puede llamar la atención de esta forma: ¡Qué bueno, llegó Juanito! ¡Ya está bien! ante un niño que se ha ausentado un tiempo, o en el recibimiento diario “¡Buenos días! ¡Qué linda está Rosa hoy!

Las expresiones de sorpresa se pueden manifestar en cualquier momento  o actividad, pero particularmente en aquellas situaciones en que una exclamación es fácil de usar, como sucede en los paseos y excursiones. También hay actividades o juegos que lo posibilitan, como es el caso del “saco maravilloso”, en que el educador puede extraer objetos pequeños que se encuentran dentro de una bolsa.

A su vez el educador puede mostrar títeres de manera sorpresiva o invitar a los niños a buscar diversos objetos que ha escondido, y cuando los hallan podrá hacer expresiones de sorpresa.”¡ Míralo aquí!”, y por el estilo.

§  Ejercitación de las estructuras fonatorias y motoras que intervienen en la emisión oral

Estimular los órganos y estructuras que participan en la pronunciación y articulación de la emisión oral

La metodología que se aplica es la misma de los trimestres anteriores, en lo que es importante recordar el carácter lúdico de estas actividades, que no han de hacerse como “ejercicios”, sino como juegos o parte de un juego, y en los que la creatividad e imaginación del educador juega un papel fundamental para crear nuevas situaciones.

En este trimestre se refuerza el soplar molinillos, barquitos o bolitas de papel, y se introduce el soplar con el labio inferior al superior (como el tratar de peinarse el pelo que cae sobre los ojos soplando hacia arriba), y a la inversa, del superior al inferior, dejando salir el aire con la boca semicerrada, acciones ambas que suelen resultar muy divertidas a los pequeños.

§  Realización de generalizaciones verbales elementales.

Lograr que los niños comprendan que diferentes objetos semejantes se denominan con palabras que los generalizan.

Esta actividad ha sido realizada desde el primer año de vida, ahora lo que se pretende es reforzar la posibilidad de generalización de palabras para designar objetos semejantes pero que difieren en sus características externas, como puede ser utilizar varios tipos de pelotas que difieren en color, tamaño, textura, etc. y hacer ver que “todas se llaman pelota”.

Esto puede empezar a combinarse con cualidades muy sencillas de color, tamaño, forma, con la simple intención de que los niños escuchen cosas (en este caso cualidades, adjetivos) de tales objetos. Por ejemplo, señalar que todas las pelotas son redondas, o que los juguetes que se muestran son rojos, siempre utilizando una sola cualidad a la vez.

 

 

 
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