VIRUSIN Y SU PROPÓSITO EN LA VIDA        


Honestidad, perseverancia, responsabilidad, confianza en sí mismo, cooperación y ayuda mutua, respeto al bien común.

Virusín vivía en un lugar llamado “Espías”, en donde todos sus habitantes andaban siempre muy ocupados, es decir, no paraban de trabajar. Día y noche estaban yendo de un lado a otro. Todos los días se preguntaba si no había otra manera para dejar ese ritmo de vida. No le gustaba lo que desde hacía tiempo sus parientes venían haciendo: contaminaban todo lo que tocaban, en eso consistía sus trabajos. ¡Hasta premios le daban! En cierta ocasión caminando por el parque se encontró con el gobernador de ahí, el Señor Malware.
--Hola, mi adorado Virusín. No te he visto por las oficinas, ¿qué has estado haciendo?
--Buen día Señor Malware, tiene usted razón, no he ido por ahí porque estoy meditando sobre mi existencia en este lugar.
A lo que el Señor Malware le dijo:
--Virusin, durante muchos años hemos trabajado junto con nuestros antepasados y hemos alcanzado el éxito deseado: destruir muchas máquinas computadoras. Tú sabes que esa es nuestra misión, por eso existimos.
A lo que Virusín le contestó:
--Señor Malware, en lo personal no deseo seguir haciendo esto, siento que no está bien. Por eso mejor me voy a ir a otra parte en donde pueda resolver mi razón de ser, deseo ser una nueva persona.
El señor Malware enojado le informó viéndole a la cara y señalándole con su dedo índice muy enojado:
--No sé quién te metió tantas ideas tontas en la cabeza. Tú vives en este lugar y debes de ser como todos nosotros. Pero, si no quieres seguir aquí, le informaré a tu familia tu decisión. Por lo pronto, te vas expulsado de aquí durante unos días, y a tu regreso hablamos.
Virusín, inclinó su cabeza y muy triste se fue caminando rumbo a la salida de ese lugar, que para él ya era muy extraño.
Cuando alzó su vista, vio un camino muy hermoso lleno de árboles y de mucho verdor y se dirigió hacia ahí. Iba muy contento porque sentía que algo bueno le iba a ocurrir.
Caminó y caminó y cuando entró la noche, sintió sueño y se recostó bajo un árbol. Se durmió tan profundamente que en sus sueños se presentó un personaje que tenía un traje muy bonito de color rojo y plateado. En su casco tenía una letra “B”en color rojo brillante. Se paró enfrente de él y Virusín pudo verlo de arriba para abajo. Su traje plateado brillaba con una luz especial, y observó que llevaba un escudo en su pecho en donde se dejaba ver la misma B pero resaltada. Sus guantes y sus zapatos eran de color rojo, ¡todo combinaba!
--Hola, me llamo “Barrera de Fuego”, y estoy aquí para ayudarte. Sé que estás atravesando por problemas y deseo invitarte a formar parte de mi equipo de trabajo ¿quieres?
A lo que Virusín contento replicó:
--¡Claro! Quiero saber de qué se trata.
--Bien, cuando despiertes, un amigo llamado Galletita te va a llevar hasta donde estoy. Ahí platicaremos. Que pases linda noche.
Y ¡plufff! Se esfumó Barrera de Fuego del sueño de Virusín.
Cuando se levantó muy temprano, estiró sus piernas y sus bracitos, y… ¡alguien estaba enfrente de él observándolo!:
--¿Quién eres? –preguntó Virusín asustado.
--Soy Galletita y te voy a llevar con alguien que te quiere ver. Vamos, levántate y sígueme.
Y se fueron caminando hasta llegar a un lugar grande y hermoso, lleno de todo tipo de objetos relucientes. El lugar era como a Virusín le hubiera gustado vivir. Galletita tocó un botón y la puerta se abrió dando paso a una estancia enorme; ellos entraron para hablar con Barrera de Fuego. Cuando estuvieron frente a Barrera de Fuego, éste le dio la bienvenida a Virusín quien no daba crédito a lo que estaba viendo.
--Bienvenido Virusín. Mi nombre es Barrera de Fuego. Deseo invitarte a formar parte de mi equipo de trabajo. ¿Quieres?
--¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!
--Ya no vas a tener ese nombre que no te ayuda en nada. De ahora en adelante te llamarás “Nubecita”, porque vas a ayudar a muchos niños en sus computadoras. Cuando un malvado virus quiera entrar en su equipo de trabajo tú de inmediato actuarás para que no dañen su equipo. Así serás el guardián de ellos. Pero no trabajarás solo. Tendrás un gran equipo de compañeros llamados redes que te auxiliarán en el momento que tú dispongas. ¿Estás de acuerdo?
--¡De acuerdo! –dijo muy orgulloso Nubecita.
--Traigan su uniforme de Nubecita. Porque de ahora en adelante será uno de los que llevarán consigo ese valor de enfrentar a todo lo negativo que quiera dañar a los equipos de los niños y de los jóvenes.
Frente a él le llevaron un uniforme sin igual. No daba crédito Nubecita a lo que veía. El traje llevaba una N en forma de escudo en la parte delantera, al igual que su casco protector. Se lo puso y vio que se sentía muy bien en él. Agradeció a Barrera de Fuego por su valioso apoyo, y a partir de ese momento trabaja muy contento haciendo lo que a él le gusta: Servir a los demás con honestidad y compromiso en un ambiente en donde todos construyen valores a diario.

 
Autor: Martha Nohemi Caraveo Pacheco
País: México
E-Mail: marthanohemi@hotmail.com