LA LEYENDA DEL ARCO IRIS


Cooperación y ayuda mutua. trabajo en equipo, amor al trabajo y al esfuerzo conjunto, amor a la naturaleza

Una vez me contaron  que no siempre el cielo fue azul, ni los campos verdes ni las flores de mil colores. Hace mucho tiempo, en el reino de la luz, tan solo la luna y el sol con sus blancos y negros coloreaban todas las cosas. Aburridos de tantos grises, el sol y la luna decidieron buscar a alguien que les ayudara a animar los paisajes. Buscaron hasta los confines del reino a quienes pudieran ocuparse de  esta tarea.

Las nubes  les hablaron de los duendes de los colores, que vivían solitarios y alejados   unos de otros días y días de viaje.
-Los duendes de los colores- !Qué idea tan extraordinaria!- Comentaron la luna y el sol.
Los buscaron de una punta a otra del reino y por fin,  los reunieron a todos. Les encargaron colorear  todo lo que les viniese en gana, y que dejaran de este modo el reino  bonito como nunca nadie lo vio jamás. Los duendes, que eran tremendamente trabajadores, en seguida se pusieron alegres y contentos a trabajar. Pincelada por aquí y pincelada por allá a los pocos días se observó el asombroso resultado.

El rojo color rojo cubría todos los cielos, con sus nubes incluidas, también la lluvia y la nieve…

El color naranja se extendía por todos los campos, con sus árboles, sus flores sus animales…

El color amarillo coloreaba todos los ríos, lagos, cascadas y  arroyos del lugar.

El color verde pintaba los mares con todos sus pececillos igual de verdes, no había forma alguna de distinguir nada, incluso se chocaban entre ellos.

El color azul coloreó todas las aves del cielo y de la tierra, de modo que se podía ver puntos azules volando y corriendo por todas partes.

El color violeta cubría todos las montañas, valles , hielos, y toda la vida que en ellos había.

La luna y el sol se miraron absolutamente sorprendidos. El resultado, sin duda impresionante, no era en realidad lo que esperaban. Sugirieron a los duendes que en vez de trabajar por su cuenta, dando cada cual un color uniforme, trabajasen colaborando unos con otros. Primero todos juntos con el cielo, después con las flores, siguiendo con los animales, y así con todo lo demás, intentando dar siempre lo mejor de sí mismos.
Los duendes que eran extremadamente tímidos, se esforzaron en dar sus ideas y opiniones. Hablaron largo y tendido sobre ello y se pusieron a trabajar de nuevo.

De este modo,  el cielo apareció pincelado de violeta, naranja, amarillo, rojo y azul, y todos ellos estuvieron de acuerdo en que nunca nadie vio algo tan hermoso.
Muy contentos y animados por el resultado, decidieron continuar pintando el mar de verde y azul. mientras los demás duendes pintaban todos los pececillos con  variadas combinaciones de colores que incluían rayas y lunares.
El color verde tuvo mucho trabajo coloreando praderas , pero enseguida todos los duendes se le unieron para pincelar flores y frutos por doquier.

De esta forma, el reino de la luz se llenó de color, y tan felices y contentos estaban los duendes, que asiéndose de las manos dieron saltos de alegría, y pintaron arcos de colores por todas partes  que llamaron arco iris.

 Es por esto que todavía hoy, en los días tristes y lluviosos, cuando sale un pequeño rayo de sol, aparece un hermoso arco iris en el cielo para recordarnos esta historia, y de este modo  no olvidemos  que no estamos solos, que entre todos juntos podemos hacer cosas maravillosas, si unimos esfuerzos y cada uno pone lo mejor de sí mismo.

Autor: M  Concepción Sánchez Talavera
País: España
E-Mail: sancheztalavera15@yahoo.es