ME LO CONTÓ EL VIENTO


Sensibilidad. Bondad. Generosidad. Compasión. Valentía. Cooperación y Ayuda Mutua. Amor al Esfuerzo y el Trabajo Conjunto. Solidaridad. Creatividad.

¡Ven! que te voy a contar…
Fue una vez hace ya tiempo y… me lo contó a mí el viento a las orillas del mar.

Sonaba el agua ¡brum- plaf, brum- plaf …! Soplaba el aire ¡uuhs, uuhs!…cada vez más fuerte ¡uuhss, uuhss…!
Un pájaro que volaba con sus alas de colores extendidas, escuchó un susurro:
- ¡mmau, mmau…! ¿Puedes ayudarme? ¡Estoy aquí, atrapado!
- No puedo detenerme, !pio- pio- piii, pio- pio- paaa! Necesito llegar a mi nido antes del anochecer. Lo siento. ¡Pio- pio- piii, pio- pio- paaa…!

Un patito muy amarillo que caminaba deprisa con su ¡cua- cua- cua, cua- cua- cua…! También percibió un lloro.
-¡miau, miau…! Por favor, ¡acércate!
- No puedo entretenerme, todavía no he aprendido a nadar, ¡cua- cua- cua, cua- cua-cua…!

Una serpiente roja y naranja, enroscada en el tronco de un árbol, silbaba ¡sss, ssssss…! y se arrastraba bailando tronco arriba, tronco abajo, ¡sss, ssssss…! Oyó que alguien le llamaba:
- ¿Serías tan amable de venir?
- ¿Quién interrumpe mi exótica danza?

En ese momento el viento sopló muy fuerte ¡uuhsss, uuhsss…! Se formó un remolino y apareció un hada.
El hada movió suavemente su varita mágica y una lluvia de estrellas empezó a caer sobre el pájaro, el pato y la serpiente, que inmediatamente se quedaron inmóviles, y perdieron sus bellos colores.
- ¡Oh! ¿Qué nos ha pasado? ¿Por qué está todo tan oscuro?
Una linda mariposa de alas suaves y brillantes se acercó a ellos ¡psss, psss, psss…!
- ¿Por qué preguntáis ahora? ¿Acaso a vosotros os importa saber quién está pidiendo ayuda? No os habéis mostrado generosos ni compasivos. ¡Vamos todos juntos a ver que está pasando!
Pero ellos no podían moverse.

La mariposa llamó al hada y le dijo:
- No te pongas triste, no te enfades. Mis amigos son buenos pero, ¡tienen tantas cosas que ver!, tanto que aprender!, que no les queda tiempo para nada más.
El hada le respondió:
- Siempre hay que encontrar tiempo para los demás, para preocuparse por ellos, para ayudar al que lo necesita. Por lo menos para intentarlo.

De los ojos del pajarito, del patito y de la serpiente salieron unas lágrimas. El hada convirtió las lágrimas en perlas que rodando sobre ellos les devolvió el movimiento.
La mariposa les guió hasta un resplandor dorado y plata. Allí entre unos árboles de hojas verdes, un gatito lloraba ¡miau, miau, miau…!
- ¡No puedo salir! La luna me envió su luz para que suba por ella, pero no puedo. Mi patita se ha enredado entre las ramas
- ¡Nosotros te ayudaremos!
El pajarito picaba las hojas que cubrían las ramas. ¡Pio- pio –piii, pio- pio-paaa…!
El patito mordía las ramas ¡cua-cua- cua, cua-cua-cua…!
Y la serpiente enroscando al gatito, tiró con fuerza hacia la luz de luna ¡sss, ssssss…! y así le sacó de su enredo.
La mariposa, muy contenta, batía sus alas ¡psss, psss, psss…!
El hada, al ver su buena acción, les envolvió otra vez con lluvia de estrellas y todos volvieron a lucir sus hermosos colores.

Y allá arriba, en el cielo, la luna brillaba con toda su intensidad y tan fuerte era su luz que parecía un amanecer en medio de la noche.

 
Autor: Emilia Bermejo Gonzáles
País: España