LOS CAZADORES DE LA LUNA


Amor al esfuerzo y al trabajo, cooperación y ayuda mutua, persistencia.

Había una vez tres pequeños hermanos que vivían en una bonita casa al lado de un gran lago.
Cada noche su madre les contaba cuentos llenos de fantasía, de personajes fabulosos que vivían historias fantásticas y los niños escuchaban atentamente hasta quedar plácidamente dormidos.

Un día el hermano más pequeño quiso ser como los protagonistas de las historias que su madre les contaba y convenció a sus hermanos para vivir una gran aventura juntos.
El pequeño quería atrapar la luna y guardarla en su habitación porque sabía que cada vez que se hacía de noche y aparecía la luna en el cielo llegaba la hora de los cuentos y se abría la puerta a un mundo de fantasía.

Los tres pequeños formaron un equipo y buscaron la manera de atrapar aquella preciosa luna que cada noche iluminaba el cielo mientras su madre les contaba bonitas historias.

Primero quisieron construir una gran escalera que les acercara al cielo y así poder cogerla pero pronto vieron que era imposible.

Luego decidieron atar una cuerda a una flecha y lanzarla para poder cazarla pero la flecha cayó sin llegar a  la luna.

Uno de los hermanos gritó de alegría: -¡Eureka! ¡Lo tengo! Y los otros dos empezaron a escuchar atentamente.

La idea parecía buenísima. Sólo tenían que conectar la aspiradora y enfocarla hacia el cielo para atraparla en la bolsa interior pero la luna continuó en su sitio.

No podían rendirse. Sabían que si se esforzaban podían conseguir las cosas que se proponían y aunque salieran mal a veces siempre podían encontrar otras oportunidades.

Finalmente, encontraron la solución. Estaban sentados en la orilla del lago pensando otras formas de atrapar a la luna cuando se dieron cuenta que habían dos lunas, una en el cielo y otra en el lago, sólo tenían que coger la del lago y llevarla a su habitación. Llenaron un cubo de agua y lo pusieron encima de la mesa de su habitación y con la ayuda de un espejo dirigieron los rayos de la luna al cubo lleno de agua. ¡Lo habían conseguido! ¡La imagen de la luna estaba dentro del cubo! ¡El esfuerzo y el trabajo en equipo había valido la pena!

 

 
Autor: Laia Gabarró Pons
País: España
E-Mail: solete-86-@hotmail.com