MANZANO: EL ÁRBOL BRILLANTE


Cooperación y ayuda mutua, amistad, solidaridad.

En un bosque muy lejano llenito de plantas preciosas, vivían un conejo, una ardilla, una tortuga, una mofeta, un ciervo, un topo, y tres hormigas. Todos los días el conejito salía a buscar comida y charlaba con todos sus amigos del bosque.
- Buenos días señora ardilla, ¿Cómo está usted hoy?- preguntó el conejito.
- Yo muy bien- contestó ella. Pero hay algo que todos debéis saber- anunció.
- A lo largo de la senda, casi llegando al lago, algo extrañísimo ha ocurrido: el precioso Manzano está pequeño y desaliñado, sus manzanas no brillan y sus hojas están agachadas. Algo debemos hacer porque él nos da manzanas cada día para que podamos alimentarnos y comer fruta que es muy buena. Además, yo sin mi fruta no tengo fuerza para seguir trepando - siguió la ardilla.
- ¡Atención, atención! Lo que haremos será dividirnos para buscar ayuda, que no podemos dejar que nada malo le pase a nuestro amigo el árbol Manzano. Nos dividiremos lo parejas y entre todos lo conseguiremos- continuó la mofeta.
De este modo se dispersaron por todo el bosque en busca de alguien que pudiese ayudarles para que su gran amigo el manzano volviese a brillar. Todos buscaban algo: plantas mágicas, algún mago que pudiese ayudarles, algo para que su amigo no empeorase aun mas. La tortuga, a la que le encantaba bañarse en el lago, hizo un alto en el camino para darse un remojón. Y su sorpresa fue que al salir del lago por la otra orilla escuchó unos preciosos canticos:
¡Tipipú tipipá tu lo conseguirás,
tipipí tipipó mágica soy yo!
La tortuga no creía lo que veía. La brujita podría ayudarle a Manzano. Seguro que con una de sus pociones mágicas él volvería a ser el de antes. Y así fue, la tortuga se acercó a la bruja y le contó lo sucedido y rápidamente emprendieron camino en busca de manzano mientras que la iban avisando a todos los demás animalitos que encontraban por el camino.
La bruja, al ver el estado en el que se encontraba Manzano se preocupó bastante y dijo:
- Espero que no sea demasiado tarde para curarle.
Todos quedaron expectantes al ver como brujita confeccionaba una de sus pociones mágicas con numerosos ingredientes y sus palabras mágicas:
¡Tipipú tipipá tu lo conseguirás,
tipipí tipipó mágica soy yo!
Espolvoreó la poción alrededor del árbol y de repente… unos polvos de colores rosa, amarillo, verde, rojo, azul que llegaban al cielo impedían que los animales viesen a Manzano. Al terminar el momento tan mágico, el manzano apareció entre los múltiples colores, brillando como nunca antes lo había hecho, con unas manzanas de color rojo pasión, con unas hojas verdes como jamás antes un árbol había tenido y con una sonrisa que llenaba el bosque.
Los animales brincaron locos de contentos y felices por haber ayudado a su gran amigo Manzano.

 
Autor: Silvia Expósito Caño
País: España
E-Mail: Silvia_e.c@hotmail.com