UN HERMOSO PUENTE Y SUS AMIGOS


Generosidad, amistad, laboriosidad, responsabilidad, solidaridad, cooperación y ayuda mutua.

Érase una vez una hormiga llamada Tula la cual vivía en un hermoso bosque, con muchas abejas que hacían miel, con grandes árboles y un río que se podía cruzar con un viejo puente.
Este puente les era muy útil a los animales, en él pasaban cada día muchos de ellos, la mayoría no se conocían ni se saludaban al pasar.
Cada animal lo utilizaba para hacer distintas cosas, por ejemplo: el conejo para comer la fantástica hierba del otro campo, la hormiga Tula para ir a tomar el té con sus amigas…
Pero todo cambió una noche de tormenta cuando una gran avalancha de agua que bajaba por el río se llevó el puente.
A la mañana siguiente la hormiga Tula que iba a tomar el té con sus amigas se dio cuenta de aquel desastre, no podía cruzar el río ya que no había puente, empezó a gritar a los demás animales los cuales se fueron reuniendo donde antes estuvo el puente.
El gusano, muy asustado, preguntó al castor:
-¿Ahora cómo podré ir al otro lado donde el sol brilla con más intensidad y las hojas son sabrosas y jugosas?
Y el conejo que ya hacía rato que lloraba preguntó a la hormiga Tula:
- ¡Oooh! ¿Que haré yo sin poder comer nunca más la fantástica hierba del otro campo?
La hormiga Tula, que era muy paciente, dijo:
- No os preocupéis, si trabajamos en equipo, podremos montar un nuevo puente y volveremos a poder cruzar y hacer todo lo que necesitemos.

Todos estaban de acuerdo excepto la familia oso, especialmente el papá oso, porqué vivían muy cerca del puente y les molestaba que tantos animalitos andaran por allí.
Así que el papá oso dijo con voz enfada:
- Yo ya estoy bien sin este puente, no necesito montarlo y mi familia tampoco. Dicho esto se fueron camino a casa y los animalitos se quedaron allí solos y, empezaron a pensar la forma de montar el puente.
Primero, las mariquitas unas grandes dibujantes, diseñarían la forma y pondría las medidas al puente. Luego los castores cortarían los troncos a medida los cuales transportarían los conejos y las hormigas amigas de la hormiga Tula.

Por último las abejas utilizarían su miel para pegar los troncos y los gusanos harían una mezcla de agua y flores para obtener la pintura que se añadiría al puente.
Todo esto era mucho trabajo y además como ellos eran pequeños aunque trabajaran en equipo tardaban mucho. La tarde de ese mismo día todos los animalitos se encontraron en el sitio donde tenían que construir el puente, cada uno con lo que necesitaba y empezaron a trabajar con alegría y buen humor.
Cuando ya llevaban unos días de trabajo la mamá oso apareció por allí llorando desesperadamente.

La hormiga Tula que transportaba unos tronquitos le preguntó:
- ¿Por qué lloras así, tienes algún problema?
La mamá oso le respondió:
- La verdad es que mi hijo pequeño tiene un dolor muy fuerte de barriga y las hierbas que le pueden curar están en el otro lado del río. Me he dado cuenta de que hemos sido muy egoístas, os pido perdón y dejadme que os ayudemos. Así que toda la familia se puso en marcha a construir el puente. Fueron muy deprisa ya que los osos podían transportar y pintar con mucha rapidez.

El puente estuvo listo rápidamente era precioso con unos colores muy bonitos y una forma muy hermosa, todos los animales perdonaron a la familia oso y la mamá pudo ir a coger las plantas que necesitaba para curar a su pequeño. A partir de ese momento los animales se saludaban cada vez que se veían y se conocían mucho mejor.
Así que los días, los meses y los años fueron pasando y todos seguían disfrutando de su hermoso bosque y nuevo puente.

 
Autor: Anna Commas Sabadell
País: España
E-Mail: Eariza.lavall@institucio.org