La nube que tapó a la luna

Amor al esfuerzo y al trabajo conjunto,  Sensibilidad,  Perseverancia, Laboriosidad, Solidaridad,  Cooperación y ayuda mutua.

Como todos los días, de todas las semanas, el cielo se estaba preparando para recibir la noche.
Iba atardeciendo y el sol partía en su carroza dorada, arrastrando su carga de nubes rosas y anaranjadas.
Era hora  para que la oscuridad avanzara por un caminito del cielo y cientos de estrellitas la acompañaran.
La luna redonda, blanca y luminosa se miraba coqueta en un espejito de agua.
Tan hermosa se vio la luna, con su cara recién lavada, que con  una sonrisa grande y pasos de reina fue a buscar el mejor lugar para que todos desde la tierra la vieran y la admiraran.
-¡OH que luna tan maravillosa!- exclamó un señor que paseaba a la orilla del mar.


-¡Es tan luminosa! susurraron las olas, que enciende reflejos plateados en nuestra espuma.
-¡Luna, lunera! -le gritaban alegremente los niños que jugaban en una plaza.
La luna que escuchaba tantas alabanzas se sintió feliz, requetefeliz y se esforzó por brillar con toda su luz.
De pronto sufrió un gran espanto.
Una nube gordinflona y perezosa se había plantado frente a ella.
Nubecita miró a la luna con cara de enamorada y embelesada se quedó como una boba imaginando que había detrás de su redondez.
-Esas parecen montañas-se dijo- y ¿aquel no es el niñito y su mamá montados en un burrito?
Muy entretenida estaba nubecita hasta que el grito y la cara que puso la luna la asustaron:
-¿Qué crees que estas haciendo? ¡Fuera de aquí! ¡Fueraaa ¡¿No ves que me estas tapando?
En ese momento desde la tierra se escuchó un clamor -¿Dónde esta la luna?-
-¡Aquí tapada por una nube gordinflona!-contesto, mientras grandes lagrimones comenzaron a correr por su cara almidonada.
-No llores lunita por favor. Yo ya me voy.
Dicho esto  nubecita intentó moverse...pero nada. Hizo fuerza, respiró hondo, hasta resopló pero… nada. Ni una leve brisa corría y ella sola no  podía correrse. Estaba clavada en el lugar como una estaca.
Encima las lágrimas de la luna la engordaban cada vez más.
-¡Socorro, auxilio!- grito. -Necesito ayuda, no puedo moverme y estoy tapando la luna-.
Los grillos que estaban reunidos, como todas las noches para comenzar su concierto escucharon el pedido y  todos juntos cantaron:
La nube tapa a la luna
y la luna está llorando
hay que empujar a la nube
para que acabe su llanto.
Las chicharras, que son muy chillonas  decidieron convocar a todas las aves e insectos que pudieran ayudar.
El primero en ofrecerse fue el chorlito dorado, pajarito al fin que puede batir bien las alas.
Todas en hilera, una detrás de la otra, aparecieron las golondrinas, que según se dice por ahí son como gitanos voladores.
Las gaviotas marineras también ofrecieron su vuelo.
El colibrí-dijo-Yo soy el que mueve las alas más rápido-
Las libélulas agregaron-Nosotras tenemos cuatro alas y se comenta que traemos suerte.
Y allá partieron iluminados por las luciérnagas, que prendían sus farolitos para guiarlos por los senderitos del cielo, el chorlito dorado, las golondrinas, las gaviotas marineras, el colibrí, las libélulas.
Entre todos ellos aletearon, aletearon hasta que poco a poco la nube gordinflona se fue alejando.
¡Gracias!-dijo la luna con sus cachetes rosados de tanto haber llorado y con una sonrisa grande, enorme, iluminó las montañas, los campos, los mares, los ríos y las ciudades.
De pronto desde la tierra se vio algo nunca visto. Gaviotas, golondrinas, un colibrí, libélulas y hasta un chorlito dorado aparecían dibujados en la cara de la luna.
Mientras desde otro lugar del cielo una nube traviesa guiñaba un ojo alegremente.

 

AUTOR: Susana Sánchez de Bodanza

PAIS: Argentina

E-MAIL: susanabodanza@tutopia.com