La carrera

Valentía, Sensibilidad, Generosidad, Solidaridad, Amistad.

Creo que Pedro nació para correr. Desde pequeño, nomás, demostró que ésa era una aptitud especial.
Cuando aprendió a caminar, enseguida comenzó a correr. Todos se reían de su tamaño corriendo cuando encontraba espacios abiertos.
Así, cuando comenzó su primer grado de escuela primaria, se destacó en las clases de Educación Física, en Atletismo, cuando se realizaban actividades de carrera.
Para su equipo era el líder. Si estaba Pedro, seguro ganaban….

Ganaron en primero, ganaron en segundo y …. Ganarían también en tercero! Nadie lo dudaba porque corría cada vez mejor, con más técnica, con más seguridad, con más placer.
Llegó el día de la Fiesta Anual del Deporte de su colegio.
Se despertó temprano de tan ansioso que estaba. Partió para el Campo de Deportes con sus hermanos y sus padres. Era una fiesta para no perderla.
La mañana transcurrió rápido. Su carrera estaba programada para las quince horas.
Llegó el gran momento. Junto a él, partiría corriendo Juancito, su mejor amigo, aunque del otro equipo.
Se escuchó el “Preparados, listos, ya!!” y allí partieron todos.
La punta todavía no era de Pedro pero estaba por alcanzarla, faltaban pocos pasos, ya casi saboreaba el triunfo una vez más… ya le parecía oír a su hinchada gritando fervorosos por esa carrera… cuando de pronto…. Algo raro pasó atrás… vio por el rabillo del ojo que alguien había caído. No podía ser! Juancito en el piso se tomaba del pie…..
Pedro no lo dudó. Regresó sobre sus pasos, le dio la mano a Juan, lo ayudó a levantarse, lo tomó por debajo del brazo y emprendió el camino hacia la meta tan deseada, pero a paso lento…. Sosteniendo a su amigo…..
El silencio en la tribuna fue total. Nadie lo vitoreaba, nadie …..El  equipo había perdido lo que creía ya ganado.
¿Y Pedro?  Miraba callado. No estaba arrepentido. Sabía que había hecho lo que su amigo esperaba, lo que él estaba convencido de que  había que hacer.
Después de todo…. Carreras habrá muchas.
Esa noche, al acostarse, encontró un chocolate sobre la almohada y un nota que decía: “Estamos orgullosos de vos”- Mamá y papá.
Y esa noche soñó…. Con una carrera, con una meta, con un premio que no fue y sintió que su corazoncito galopaba de contento por haber realizado una buena acción.

 

AUTOR: Raquel Nora Rodich

PAIS: Argentina

E-MAIL: norarodich@hotmail.com