Papelandia

Sensibilidad, Creatividad, Responsabilidad, Confianza en sí mismo, Obediencia, Solidaridad, Amistad.

A Mauricio le gustaba jugar con hojas de papel, todo el tiempo
¡Si! revistas, diarios, hojas de carpeta, cualquier papel era un tesoro, que pronto transformaba en sus juguetes preferidos
Plegaba con cuidado cada parte, volteaba la hoja y continuaba haciendo dobleces necesarios hasta  fabricar su escuadrilla favorita de aviones.
Por toda su casa había hermosos modelos, también de castillos, barriletes, peces, cisnes, sapos y muchísimos modelos de avionetas.¡Claro! Ellos eran su debilidad, por eso cualquier tipo de papel servía para cada estilo diferente, según el país, donde viajaría con su imaginación. Con alas anchas, angostas, con puntas puntiagudas, otras dobladas, más grandes, muy pequeños, en fin era un artesano de aviones.Sus amigos, conocían  desde el jardín de infantes a Mauricio, es por eso que le pedían aviones de papel para jugar en los recreos de la escuela.

De esta manera el patio era un aeroparque muy importante, para despegar sus vuelos y para aterrizar en el lugar menos indicado. Una tarde llegó a la escuela una alumna nueva.
Venía de otro país,  lejos, muy lejos, eso escuchó cuando hablaba con sus  compañeras.
De nombre Isadora,  cabellos rubios ondeados, carita redonda , ojos picarones, muy alegre y simpática con todos sus nuevos compañeros. Rápidamente conoció la debilidad de Mauricio, porque justamente ella estaba fascinada con la experiencia de su primer viaje en aquel inmenso pájaro con alas. Un día, los maestros llamaron a la mamá de Mauricio porque había descuidado demasiado sus tareas, por ocupar el tiempo fabricando aeroplanos.
De ahora en adelante, tenía prohibido confeccionar ni una avioneta, en la escuela  y tampoco  en su casa. La penitencia duraría hasta levantar las bajas notas obtenidas. Fue así que comenzó a completar sus deberes, pero sus compañeros lo notaban triste y callado. Por suerte a Isadora se le ocurrió una idea brillante, para ayudar a su nuevo amigo. Para esto lo invitó a su casa para trabajar juntos y  completar su carpeta.
Mauricio aceptó la invitación, pues él podría ayudarla también, enseñándole palabras cotidianas, en castellano, que aún no conocía. Cuando llegó a la casa , en el comedor  comenzaron a sacar sobre la mesa, libros, diccionarios, lapiceras , ect. Sonreían cada vez que Mauricio intentaba traducir alguna palabra en portugués que pronunciaba Isadora.
Después de una hora y cuarto, de trabajo decidieron tomar un descanso, por eso Isadora  preguntó:¿Quieres ver mi quiebracabezas? -¡Qué quiebra,….!! -¡Qué!! – contestó él- Mi quiebracabezas preferido, respondió la niña, dirigiéndose a su cuarto. Mauricio todavía no podía descifrar el significado de esta palabra, ya que lo primero que pensó al escucharla, fue un martillo gigante ¿Será eso un quiebracabezas? –se preguntaba ansioso.
Que risa alocada soltó  al ver un hermoso y colorido rompecabezas, -Ah- -dijo- ya entiendo…
-Vamos a jugar- dijo Isadora- ¡Sí!!! Vamos .
Mauricio estaba encantado con ese rompecabezas brasilero de piezas grandes, coloridas y de cartón resistente.
Pero mas sorpresa sintió cuando ella, acercó una caja grande .
Y eso ¿Qué es? Otro quiebra. Cabezas. –preguntó.
¡Nooooo!!! Mi abuelo me mandó ayer, desde Brasil algo que yo le pedí.
¿Qué es??? ¿Qué es???Cuando  abrió la caja ,  Mauricio casi le dió ganas de llorar, casas, animales, plantas y  decenas de aviones de papel.¡Pero….Cómo??  Isadora  explicó :
Resulta que cuando le conté por teléfono a mi abuelo, que tenía un compañero argentino, que  pasaba muchas horas  fabricando aviones, mi abuelo recordó que cuando niño él también,  hacia lo mismo.
Entonces rápidamente se puso a fabricar los modelos que  más le gustaban, para compartirlo con vos.
¡Qué bárbaro!!! ¡Qué hermoso son!!! Con todo esto, ¿A qué podemos jugar? 
Tengo una idea genial, ¿Qué te parece si armamos una ciudad de papel? ¿con aeropuerto?- preguntó- Mauricio-
¡Por supuesto- sonrió Isadora.
Y cada vez que vengas  a mi casa, no solo podemos seguir jugando sino que fabricaremos  mas cosas para  nuestra ciudad de papel, y así construiremos un lugar; Papelandia. ¿qué te parece?
Con  mucha  alegría Mauricio, pronto completó todos sus trabajos, antes de la fecha estipulada. Sus maestros enviaron notas de felicitaciones por  el esfuerzo realizado y por supuesto su penitencia se había terminado.
Su mamá le decía  – ¡Mauricio! - ahora puedes seguir fabricando tus aviones –
 Me contaron que tampoco juegas con ellos  en la escuela. ¿Qué te pasa? –
-          Nada – Mamá – Nada , ya estoy grande para jugar con esos avioncitos, prefiero ir a estudiar a la casa de Isadora-
¡Bueno- si es tu deseo- puedes ir – ¡ Gracias, mamá!!!!

 


AUTOR:
Filomena Vicenta Lombardi
PAIS: Argentina
E-MAIL : filomen@gesell.com.ar