Pensamos que los niños tienen una gran curiosidad y ganas de descubrir por sí mismos, de tocar las cosas, manipularlas y que el juego, el contacto con elementos naturales y la manipulación son básicos para el aprendizaje. Pero cada niño es diferente y sus necesidades también, basándonos en estas ideas, preparamos esta actividad a modo de provocación. Se prepara un espacio con un mándala en el suelo con pétalos de rosa y diferentes hojas, teniendo en cuenta el crear un espacio estéticamente bello, alrededor del mismo tubos de cartón y recipientes de metal con la idea de crear una experiencia sensorial (por eso se evita el plástico). Una vez dentro del espacio, el niño es el protagonista, el adulto no sugiere, observa y transmite seguridad afectiva.

-Aprender a través del juego.
-Ofrecer experiencias significativas.
-Descubrir diferentes olores, texturas, pesos, colores… a través de la manipulación.
-Aprender conceptos básicos a partir de su vivencia y manipulación de objetos: muchos /pocos, dentro/fuera, arriba/abajo…
-desarrollar la creatividad y la imaginación.
-Clasificar materiales: por color, clase…
-Expresar las propias necesidades a través del juego.
-Respetar los diferentes ritmos de aprendizaje.
-Desarrollar la motricidad fina.

Unos 20 niños de 1 a 3 años.

Se prepara en un aula un mándala en el suelo de pétalos de rosa y hojas, lo rodean tubos de cartón y recipientes metálicos. La experiencia se prepara en un aula diáfana, diferente a la habitual, lo niños acceden a esta cuando todo está preparado.

Nada más entrar descubrimos que el olor a rosa impregna la sala, los niños se acercaron al mándala lentamente y observaron con atención. Tras un primer momento de habituación a ese nuevo espacio preparado para ellos, empezaron a tocar los pétalos, a familiarizarse con el material, después el juego se transformó pudiendo observar diferentes tipos de juego en función de las necesidades e intereses de cada niño: los más pequeños realizaron un juego más sensoriomotor, tocar, lanzar, reunir pétalos, mezclar, llenar recipientes y vaciar, llenar el tubo de cartón y ver lo que ocurría al levantarlo, llevar pétalos de un lado al otro, romperlos…

En los más mayores se pudo observar un juego más simbólico y con mayor uso del lenguaje: jugaban a cocinar los pétalos, creaban con ellos bocadillos, los clasificaban por colores o tipos los lanzaban al aire al grito de “viva los novios” haciendo uso de sus experiencias previas…


Activa y participativa, dando prioridad al movimiento, a la manipulación de los elementos, a la creación libre, al juego

Materiales:
Pétalos de rosa de diferentes colores
Hojas verdes de diferentes plantas
Flaneras y escurridores de metal
Tubos de cartón de papel higiénico
Humanos:
2 educadoras


Con este tipo de actividades sensoriales, podemos respetar las diferentes necesidades de los niños, los niños pueden expresarse libremente con el material y descubrir diferentes experiencias y sensaciones a través del juego. El adulto, que no sugiere ni dirige, le aporta la seguridad emocional tan necesaria en esta etapa y este, a la vez, puede observar cómo se desarrolla el juego en cada niño. Es muy interesante observar en el mismo espacio y con los mismos materiales diferentes tipos de juego, desde el más sensoriomotor hasta otro más simbólico y como se van apoyando uno en el otro. Por otro lado, se permite el movimiento y la manipulación durante la actividad, básico si la inteligencia de los primeros años es sensoriomotora. A través de esta manipulación real, los niños pueden adquirir diferentes conceptos (lleno/vacío, mucho/poco…) Por otro lado, se eligen materiales naturales y de diferentes materiales al plástico que predomina en los juguetes y objetos infantiles que les aporta poca información sensorial. Los elementos naturales aportan un olor, una textura, un peso, una dureza, un sonido… que difiere mucho del plástico.
Si hubiera que resumir este tipo de experiencias en una frase, sería: “Nosotros pusimos el ambiente, el niño hizo el resto”.

Laura Estremera Bayod