En la foto: Paco Contreras de Hermex Ibérica, Francisco Cid Fornell, Sandra Rodríguez y Juan Sánchez Muliterno Presidente de AMEI-WAECE


Durante el curso escolar 2015/16 se llevó a cabo un proyecto de investigación cualitativa, utilizando el método de estudio de casos, en un aula con alumnos de dos años de edad. La finalidad del proyecto era la de confirmar que las nuevas pedagogías emergentes en el mundo de la educación del siglo XXI, son aplicables en edades tempranas. “Las relaciones sociales se inician a la edad de dos años y el modelo educativo del Aprendizaje Cooperativo debe iniciarse en el momento en el que surge de forma natural la curiosidad del niño por otros iguales”, fueron las hipótesis que fundamentaron el estudio. Las variables tomadas en cuenta enmarcaron la investigación en la inteligencia emocional, las habilidades sociales y la estimulación temprana.

La investigación se llevó a cabo durante los tres trimestres del curso, presentándose como conclusión a cada trimestre las características y avances fundamentales del grupo en el tema que nos ocupa. Comenzando por el sentido de pertenencia al gran grupo, la profesora desarrolló el aprendizaje cooperativo en un aula de 15 alumnos con dos años de edad, utilizando referencias especiales y visuales para lograr que los alumnos se conformaran en pequeños grupos y desarrollaran así el sentido de pertenencia a un equipo dentro del aula.

Durante el curso se desarrollaron varias experiencias basadas en el aprendizaje cooperativo y los alumnos desarrollaron con éxito la estructura cooperativa “lápices al centro”. Se presenta a este concurso una de las experiencias, basada en la inteligencia musical. Con ella, los alumnos fueron capaces de desarrollar el sentido de pertenencia a un equipo, pasando de la necesidad de observar referencias espaciales y visuales para realizar la actividad, a desarrollarla con autonomía e independencia, centrándose en los iguales que formaban parte de su equipo y dirigiendo a sus compañeros si se equivocaban.

La conclusión de la investigación confirma que la implementación en el aula del Aprendizaje Cooperativo, en el momento en el que surgen las relaciones horizontales, ofrece un marco de intervención temprana que promueve la relación entre los alumnos, desarrolla la construcción del conocimiento y estimula las habilidades personales y grupales, generando un ambiente positivo en el que el alumno a través de la participación en procesos de enseñanza-aprendizaje activos, mejora en las áreas cognitiva y socio-afectva.

El objetivo de la investigación fue el de analizar el comportamiento de los alumnos con el fin de recopilar información sobre la aparición de las primeras habilidades sociales, elaborar hipótesis de trabajo referidas a un contexto e introducir metodologías de vanguardia en los procesos de enseñanza-aprendizaje en un grupo de dos años de edad. Este objetivo enmarcaba tres objetivos específicos:

1. Traducir el conocimiento en Aprendizaje Cooperativo a una situación real de contexto: aula de alumnos de dos años de edad.
2. Interpretar las conductas sociales de los alumnos y establecer una relación con los principios básicos del Aprendizaje Cooperativo.
3. Utilizar la información recogida en los procesos de observación y recopilación de datos para dar respuesta a las hipótesis planteadas.

Dentro de este marco de estudio, se presenta a concurso la primera experiencia que realizaron los alumnos bajo los principios del Aprendizaje Cooperativo. Se trata de una experiencia enmarcada principalmente en la inteligencia musical y que pone en relieve los principios básicos del aprendizaje cooperativo: interdependencia positiva, responsabilidad individual y grupal, interacción cara a cara. Se exponen a continuación los objetivos que fundamentaron la actividad. Han sido planificados conforme a las inteligencias múltiples.

I. I. Lingüística: Aprender la letra de una canción / Ampliar el vocabulario a partir de la interacción entre iguales y darle un carácter funcional hacia la resolución de conflictos.
II. I. Lógico-Matemática: Acercarse a las primeras nociones de formas a través de la experiencia corporal.
III. I. Naturalista: Conocer elementos redondos del aula y observar su movimiento.
IV. I. Viso-Espacial: Utilizar el cuerpo en el espacio paraparticipar en una actividad de movimiento junto a sus compañeros.
V. I. Musical: Disfrutar de música alegre como elemento fundamental de la actividad.
VI. I. Kinestésica-Corporal: Adecuar el movimiento al desarrollo de la actividad.
VII. I. Interpersonal: Desarrollar habilidades prosociales / Aceptar y ofrecer ayuda a los compañeros / Reconocer en el trabajo en equipo una mejor forma de aprender.
VIII. I. Intrapersonal: Adquirir seguridad y confianza en sí mismo / Identificar y expresar sentimientos / Mantener una escucha atenta ante los mensajes de los demás.

Grupo de 15 alumnos de dos años de edad (nacidos en el segundo semestre del curso escolar 2015/16)

Se elige una actividad de base musical dada la fuerte inclinación del grupo hacia la música y el movimiento. Por ello, se eligió una canción que invitaba al grupo a formar un corro y girar mientras la música sonaba. Para que los alumnos alcanzaran el éxito en la actividad musical, se procedió a su desarrollo en varios pasos. Sólo al finalizar el trimestre lograron hacerlo de forma autónoma, sin el seguimiento constante del docente (La actividad se desarrolló durante el segundo trimestre. Durante el primer trimestre se trabajó el sentido de pertenencia al gran grupo, desarrollándose dinámicas de grupo cooperativo como “la pelota” “La silueta”, etc.).

Alcanzar el objetivo por sí mismos reforzó el autoconcepto de cada alumno y su autoestima. Cuando el objetivo fue alcanzado por ellos, no produjo aburrimiento, sino que el éxito les condujo a pedir realizar la actividad casi cada día, es decir, se verificó que la repetición les producción satisfacción y motivación. Durante el tercer trimestre esta actividad se completaría generando un nuevo objetivo a alcanzar.

Se parte del propio éxito para motivarles a alcanzar retos mayores: formarse en equipos para desplazarse por el centro. A continuación se presenta la planificación de la actividad en 7 pasos que fueron trabajados sin precipitación, asegurándonos del aprendizaje de cada paso antes de pasar al siguiente. De esta forma queremos poner en evidencia la evaluación del proceso sobre la evaluación final del producto.

Pasos de una actividad musical que ha promovido actitudes de cooperación entre los miembros que conforman un equipo:

1. Aprender la canción: El primer paso para alcanzar el éxito en una actividad cooperativa es que los alumnos conozcan la base de la misma. Por ello, durante varias semanas escuchamos la canción, aprendemos las palabras finales de los versos, nos movemos libremente por el espacio, etc. El título de la canción es “La rueda, rueda”
2. Aprender a formarnos en círculo: El paso siguiente es que el gran grupo (15 alumnos) aprenda a formarse en círculo y avanzar en una única dirección. Para ello, cada vez que escuchemos la canción de la rueda, invitaremos a los alumnos a darse la mano, fomentando que entre ellos se busquen y se pidan la mano (trabajamos así la interacción cara a cara del gran grupo, así como el modelo a seguir cuando sean capaces de formarse en equipos).
3. Unir los pasos 1 y 2: Este paso es fundamental, requiere tiempo y proporcionará a los alumnos autonomía y como consecuencia mayor seguridad en la ejecución y desarrollo de la actividad.
4. Inventamos un nuevo juego: “Equipos”: En esta fase es fundamental utilizar referencias espaciales y visuales. Todos los niños se sentarán en un mismo punto dentro del aula (debajo de la pizarra). La profesora mostrará tres círculos de un mismo color (rojo), cada uno con un gran dibujo en el centro (Los dibujos han sido elegidos para agrupar a los alumnos según los distintivos que les caracterizan y que están categorizados en cuentos, animales y el jardín). Cada círculo, con su dibujo, será colocado en diferentes extremos del aula. El objetivo del juego es que los alumnos se agrupen junto a uno de los círculos. El papel del docente al comenzar la actividad es fundamental, dotar la actividad con un gran sentido de juego y respetar las referencias espaciales es fundamental para que los alumnos desarrollen la actividad de forma activa y alcancen el éxito.
5. Formar “Equipos”: Muy relacionado con el paso anterior, a la voz de “Equipos”, los alumnos han de colocarse en el círculo que les corresponde y que les define como equipo y dar la mano a sus compañeros.
6. Bailar “La rueda, rueda”: La actividad será completada cuando los alumnos estén formados en equipos (con las manos dadas) y al sonar la música sean capaces de formar un círculo y girar en un mismo sentido mientras suena.

 

Con esta actividad hemos pretendido reforzar aprendizajes que tengan su punto de partida en la educación integral de cada alumno, por ello su planificación se ha realizado bajo el análisis de las Inteligencias Múltiples. Hacerlo, ha potenciado el sentido y alcance de la actividad.

La actividad desarrolla el modelo “Aprender juntos” de los hermanos Johnson. Estos autores defienden el carácter solidario que consolidad el aprendizaje cooperativa frente a metodologías competitivas e individualistas. La base del aprendizaje cooperativo es la creación de grupos de alumnos en base a los objetivos planteados en la actividad. Para manejar con eficacia los grupos cooperativos, el docente debe tener en cuenta tres principios básicos: interdependencia positiva, responsabilidad individual y grupal, interacción cara a cara. Fomentando estos principios lograremos que los equipos sean realmente cooperativos (Johnson,Johnson y Holubec, 1999).

La interdependencia positiva es el principio de éxito principal en el aprendizaje cooperativo. A través de ella, se hace consciente a los alumnos de la importancia de alcanzar el objetivo todos juntos. La responsabilidad individual y grupal hace que cada miembro del grupo sea consciente de la importancia de su papel en el grupo. La interacción cara a cara, promueve que el éxito de cada alumno se convierta en éxito para el resto de miembros del grupo. Las técnicas de grupo conducirán a los alumnos a pedir y ofrecer ayuda, a ejercer una comunicación efectiva, a resolver conflictos, a tomar decisiones y a crear un clima de confianza entres sus miembros (Pujolás, 2009)

El video cada uno de los principios explicados, asegurando que el desarrollo de la actividad responde a la finalidad propia del aprendizaje cooperativo.

Obras citadas:
Johnson, D., Johnson, R. y Holubec, E. (1999). El aprendizaje cooperativo en el aula. Barcelona: Paidós.
Pujolás, P (2009). La calidad en los equipos de aprendizaje cooperativo. Algunas consideraciones para el cálculo del grado de cooperatividad. Revista de Educación, 349, pp. 225-239.

Para el desarrollo de la actividad se ha hecho uso de diferentes recursos que han ayudado al docente a desarrollar los objetivos de la actividad y ha hecho a los alumnos accesible el proceso de aprendizaje.
Nuevas Tecnologías: Ipad con la canción grabada
Material convencional: cartulinas y fotografías para crear las referencias visuales.
Espacios: aula, creando espacios que sirvan de referencia espacial a los alumnos.


La educación del siglo XXI viene enmarcada en un cambio de paradigma educativo. Modelos de enseñanza-aprendizaje que se sostienen sobre una visión constructivista de la educación, desarrollan sus metodologías y estrategias a partir de edades en las que los alumnos presentan características evolutivas que dan validez a estas teorías. Sin duda, esta dimensión final que pone en evidencia hasta donde se quiere llegar y los resultados que se pueden alcanzar, se hace necesaria para definir el potencial de los mismos. El objetivo llevado a cabo en la investigación y que refleja la actividad presentada al concurso, ha sido el de ofrecer y demostrar a otros docentes que una aplicación temprana de metodologías de vanguardia basadas en la interacción, pueden y deben ser aplicadas en etapas en las que las relaciones horizontales surgen de forma natural, es decir, a los dos años de edad.

El proceso de estimulación temprana de habilidades socio-afectivas desarrolladas en el marco del Aprendizaje Cooperativo es la visión que se quiere ofrecer. A los dos años de edad, las relaciones horizontales surgen de forma espontánea entre los alumnos y la interacción entre ellos se caracteriza se caracteriza por la inestabilidad. El Aprendizaje cooperativo ofrece al docente un marco de actuación que favorece la cohesión del grupo y como consecuencia el desarrollo de habilidades sociales positivas. La corta edad de los alumnos ha hecho necesaria la valoración de dos patrones básicos que aseguraran el éxito en el desarrollo de las actividades: la referencia espacial y visual y la repetición. La repetición ofrece a los niños la seguridad y confianza necesarias para llevar a término con éxito el objetivo propuesto. Las referencias espacial y visual se convirtieron en un punto de partida en el trabajo del sentido de pertenencia a un equipo. Una vez que el alumnos transferían el sentido de pertenencia a los alumnos con los que compartían equipo, la referencia espacial perdía envergadura y los alumnos demostraban ser capaces de formarse en equipos con autonomía.

Durante el desarrollo de la actividad cooperativa musical presentada, los alumnos han demostrado una clara tendencia a incluir a sus compañeros: si alguno se quedaba fuera del círculo, los miembros de su equipo iban en su busca para incorporarle a la actividad y concluir juntos el juego. Esto demuestra la importancia que tiene crear pequeños grupos de trabajo en el aula, ya que promueve la cooperación y la inclusión.

Sandra Rodríguez Gil