CONCEPCIÓN DE LA EDUCACIÓN,  CURRICULUM  INTEGRAL DE  EDUCACIÓN  PREESCOLAR   Y  DESARROLLO  SOSTENIBLE

Faviola Escobar
UPEL-IMPM
Núcleo  Táchira

 

I.-  A MANERA DE  REFLEXIÓN

        Los problemas de  protección de la naturaleza  no se plantean por tratarse de un tema de moda. Se trata de un asunto de vital importancia: la degradación ambiental pone en peligro la civilización actual y amenaza la existencia de la  especie humana. La difícil tarea de poner a salvo el  ambiente corresponde a la sociedad en su conjunto y a cada ser humano en particular.  En la atención de tal tarea deben participar todas las ramas de la ciencia y la técnica. No es una tarea solamente de las ciencias naturales.

      El valor actual del enfoque ecológico o ambiental y del desarrollo sostenible surge como resultado de los impactos del acelerado desarrollo científico - técnico y de las prioridades económicas que han subyugado la vida social durante más un milenio.

  A pesar que los grandes impactos ambientales y la degradación de vastas extensiones de tierra datan  de siglos pasados, la preocupación ambiental como problema social es relativamente  reciente. Fue, hace unos  30 años  cuando la  ciencia se propuso objetivos específicos para atender y resolver problemas ambientales y se plantea  una inquietud política  y social por enfrentar estos problemas. Es así como la primera reunión convocada por la ONU, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano, realizada en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972. En la declaración final de esta Reunión se resaltaba la responsabilidad de los humanos en la conservación de su medio ambiente. Es el inicio de un debate que aún no termina. Como consecuencia de esta conferencia se crea el Programa de Naciones Unidas para el medio Ambiente.

     Transitaron 20 años para el siguiente encuentro mundial. En 1992 se realiza la  Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo  conocida también como  Cumbre de la Tierra, que tuvo como escenario la ciudad brasileña de Río de Janeiro.  Esta fue la reunión internacional de más alto nivel que  se haya  registrado: asistieron 172 países, y  107 jefes de Estado y de Gobierno, junto a decenas de miles de delegados y representantes de la sociedad civil.  Participaron en la firma de una serie de compromisos, el más importante de ellos la Agenda 21 o Programa 21, que propone un plan de acción para lograr un desarrollo compatible con la conservación del ambiente.  Esta Reunión fue antecedida por una Cumbre Mundial de la Infancia en 1990 realizada en Nueva York.

     Uno de los  aportes fundamentales de la Cumbre de la Tierra fue la difusión del concepto de desarrollo sustentable o sostenible, entendido como aquel que permite satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las capacidades que tendrán las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades. 

       Pasaron otros  diez años  para que el ambiente  fuera objeto de una nueva convocatoria mundial en la ciudad sudafricana de Johannesburgo en el año 2002,  los manifiestos finales de esta Cumbre parecen contener los mismos discursos de los  eventos anteriores y no hay compromisos claros y  prescriptivos.
      Se producen también  otras reuniones y acciones  importantes que incluyen lo Educativo, como las citadas por  Foghin (2001),  Programa sobre el Hombre y la biosfera de la UNESCO en 1971;  la Fundación del Programa de las Naciones Unidas  para el  Medio Ambiente (PNUMA), en 1973; el Seminario Internacional de Educación Ambiental en 1975;  la Conferencia Intergubernamental  de Educación Ambiental realizada en Tbilisi en 1977 y el Congreso Internacional de Moscú en 1987

      Igualmente en la Conferencia Mundial sobre Educación celebrada en Jomtien ( 1990);  la Cumbre sobre Desarrollo Social en Copenhague (1995) y en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia en Budapest, (1999)  coinciden  en que el desarrollo de la educación favorece directamente el desarrollo social y económico de una región o un país. También  están  de acuerdo en que para que esto tenga resultado, es primordial y previo el desarrollo de las capacidades personales.

    En  Venezuela, se evidencia una gestión Educativa-Ambiental, la cual está plasmada en un conjunto de instrumentos legales  como son la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), Ley Orgánica de Educación (1980) y la Ley Orgánica del Ambiente (1976)  donde se expresa la conveniencia de que la Educación fomente el desarrollo de una conciencia ciudadana en  favor de la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente y el uso racional de los recursos de la  naturaleza.

     Estos  documentos plantean  que uno de los objetivos fundamentales de la educación en general y de la educación escolar en particular es, promover en los estudiantes una formación plena que les ayude a estructurar su identidad y a desarrollar sus capacidades para participar en la construcción de la sociedad.

        En consecuencia, está establecido que el sistema educativo debe posibilitar que los alumnos y alumnas como futuros ciudadanos, reflexionen, construyan y pongan en práctica valores que faciliten la convivencia en sociedades plurales y democráticas, tal como el respeto y la tolerancia, la participación y el diálogo.

              Se evidencia así,  que ha existido un interés oficial por el ambiente,   no obstante y pese a los esfuerzos,  estas acciones  no han dado los resultados esperados, algunas de estas intenciones han  tenido un tratamiento parcelado, disciplinario, disperso, eventual y en algunos casos aislados.      

        En tal sentido, la Educación Ambiental en Venezuela se ha presentado como asignatura, como eje, como eventos o como disciplina de las ciencias naturales, al margen  de una  experiencia de vida que en nada tiene que ver con los postulados teóricos Primera Infancia.nto a partir del desarrollo Intrauterino. En este sentido, es factible observar por un lado, campañas eventuales de conservación y  programas  ambientales y por otro muy diferente, las acciones cotidianas de las instituciones que la promueven.

          Esta desvinculación entre los conocimientos y  el contexto donde estos se construyen, niega la  posibilidad  de ejercitar   prácticas sociales democráticas, armónicas, éticas y coherentes con las transformaciones necesarias desde la perspectiva del desarrollo sostenible.  

         Desde esta configuración, donde coexisten una teoría  y una práctica  contradictorias, no se puede promover  desarrollo  humano integral

A partir de  esta connotación, no comparto la noción de Educación Ambiental;  y, ese es el motivo por el cual  asumo en esta  reflexión teórica la inclusión  del  desarrollo sostenible como elemento fundamental en la concepción del curriculum integral de Educación Preescolar o Inicial, para comenzar desde la Educación de la  primera Infancia una formación desde la convicción  y conciencia reflexiva parar lograr  calidad de vida personal humana vinculada al cuidado y protección  del ambiente y cuyo norte sea el  equilibrio y armonía con la naturaleza.

A mi modo de ver,  la conceptuación de desarrollo sostenible  es la que debe asumirse  como noción axiológica, teológica y filosófica de la  Educación, pues  según Peñaloza (1995) ello dimana de la necesidad de pensar en un desarrollo humano  integral. 

          Actualmente se percibe en los patrones  de desarrollo, que han atendido solamente el imperativo absoluto del capital,  motivo por el cual las preocupaciones ambientales y necesidades ligadas al desarrollo humano y sostenible no han sido incorporadas. En este sentido, es importante  asumir  una concepción de desarrollo sostenible como norte educativo, donde el eje  de la Educación sea el desarrollo humano integral, de lo contrario sólo se alcanzará uno de sus aspectos.

Es puntual aclarar que  la mayoría de documentos  señalados, hacen referencia a la Educación Básica como prioritaria, no se indica la Educación Preescolar, Infantil o Inicial. Esta situación, pudiera encontrar explicación  porque la Educación de la 1ra infancia data de una historia reciente, y  la importancia  que tiene la atención integral del niño de 0 a 6 años  ha sido relegada sólo a la guardia y custodia.  No obstante,  los avances de la psicología, neurociencias y pedagogía en los últimos 20 años han comprobado que la estructuración de la identidad del ser humano, el desarrollo de  sus capacidades y las posibilidades que ofrece el cerebro  cobran mayor fuerza en los primeros años de vida.  Afirmación avalada por las investigaciones de Beauport (1995); Palacios (1995) León (1997)  Jímenez (2000); Peralta (2001);  Rodríguez (2002).

En razón de lo expuesto, se asume que la Educación Preescolar es  el nivel que debe iniciar e impulsar  las primeras experiencias infantiles integradas a un estilo de vida  congruente con el desarrollo equilibrado, coherente y armónico en la relación persona-medio ambiente. 

II.- CURRICULUM INTEGRAL DE EDUCACIÓN PREESCOLAR Y DESARROLLO SOSTENIBLE

        En la actualidad, la  situación  que amenaza la vida en el planeta  y  compromete la vida de  las futuras generaciones, ha generado una visión ecológica que ha  impregnado todas  las disciplinas científicas, a la vez, se ha producido un desfase entre el ritmo creciente de la tecnología y la capacidad de evolución y adaptación del ser humano, quien aún no se ha percatado en su totalidad del peligro que entraña la no conservación de la naturaleza como una fuente inagotable de recursos.

           No bastan los simples llamados a la conservación del ambiente a través de campañas ocasionales, se requiere un acercamiento más profundo, polémico, constructivo, en donde se suscite por convicción y  no por información  las responsabilidades de cada individuo y las posibles soluciones efectivas   para un verdadero  desarrollo sostenible.

      El avance científico, en la búsqueda de un mayor bienestar del hombre ha originado en algunos casos deterioro del equilibrio con la naturaleza (aerosoles, aires acondicionado, funguicidas, pesticidas) y agotado para las próximas generaciones los recursos de vida.  

           Es imprescindible que el esfuerzo de todo proceso educativo se oriente hacia el desarrollo de una conciencia ecológica que conduzca a reorientar los valores que guían el comportamiento hacia la naturaleza para conservarla.  Se debe promover  una concepción de la Educación para el desarrollo sostenible,   establecida como principio axiológico que conforme un todo comprensible y coherente de acciones al  servicio de las necesidades del hombre y de la humanidad,

   Cuando se hace referencia al  desarrollo sostenible, se esta planteando la necesidad de experienciar  desde la niñez   un estilo de vida que cubra  las necesidades humanas a partir de una visión ecológica de la escuela, de la familia y de la comunidad,  que tenga en cuenta las necesidades del presente, sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras  y sin incrementar las desigualdades sociales. En el prefacio de los Siete Saberes necesarios  a la Educación del Futuro de Morín (2000)  Mayor, Federico  expresa:

En esta evolución  hacia los cambios  fundamentales de nuestros estilos de vida y nuestros comportamientos. La Educación –en su sentido más amplio – juega un papel preponderante . LA Educación  es  “la fuerza del futuro”, porque ella constituye  uno de los instrumentos más poderosos para realizar el cambio.  Uno de los desafíos más difíciles será el de modificar nuestro pensamiento de manera que  enfrente la complejidad creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible que caracterizan nuestro mundo.

       Para esta tarea es necesario reconstruir la forma en que se ha organizado el conocimiento, superar los muros que han separado las disciplinas  tradicionalmente y  articular desde una mirada transdisciplinaria lo que hasta ahora ha estado dividido. 

        Cabe aclarar que en la mayoría de países existen variadas   intenciones desde  diversos escenarios, de manera particular en Venezuela  tenemos:  Los Programas de la Dirección de Educación del Ministerio del Ambiente, el eje transversal valores, el eje Educación Ambiental, Programas Educación para el Trabajo,  Educación vial   y Educación para la salud entre otros,  que de manera parcelada tienen excelentes intenciones,   pero que impide la unidad, conexión y relación  como principio fundamental de la Educación. En este sentido Colom (2000)  expresa:

Este  reto se vuelve más complejo....... se cae en una parcelación y en un análisis que impide uno de los principios esenciales de toda actividad  formativa: la unidad y coherencia, la conformación de un único discurso integrado, capaz de desarrollar una personalidad bien asentada, madura  y consecuente.  Es muy  difícil  en la actualidad dar respuesta a todos los contenidos y valores de todas las materias transversales cuando estas se presentan independientemente unas de otras. (p.13)

      Por lo  expresado,  es posible advertir que la noción actual de  formación integral ha sido atomista, parcelada y fragmentada. Desde mi entender, se hace insoslayable seguir con una actitud silente, amparando programas paralelos e intervensionistas mundiales, nacionales y regionales que mantienen al margen los verdaderos fines  de la Educación.

     Conviene desatacar la necesidad  de asumir la verdadera  visión  de la Educación  explicitada con claridad en los currículum de cada nivel Educativo, de manera más agresiva  y profunda en los primeros  niveles del  Sistema Educativo, donde ocurren los períodos sensibles  más significativos  del desarrollo evolutivo del ser humano.

        Luce inevitable darnos cuenta de la falta de cultura conservacionista y ecológica.   Basta tan sólo observar algunas  universidades,  las escuelas  (aulas de clase), los pasillos, los parques, las paredes, iglesias, los  hábitos, entre otros.   Sumado a esto,  la cantidad en kilogramos de basura que produce cada persona por día y  el excesivo uso de productos que dañan la capa de ozono. Ante esta situación,  surgen las siguientes interrogantes para la reflexión ¿qué formación han recibido los niños?  ¿qué papel ha jugado la educación? ¿Cuántos años pasa una persona en instituciones educativas? ¿Cuántas veces participamos en programas como la siembra de un árbol?  ¿Cuántos profesionales egresan anualmente de las universidades  cuyo  último día de clase se convierte en un festín de licor, destrucción de recursos con los que se formaron,  caravanas que agraden el ambiente  y,  el espacio  donde se reúnen para la celebración queda convertido en un basurero de botellas, vasos  y desperdicios?  ¿Dónde está  la formación integral del ser humano como finalidad de la Educación?  

         Los fines  de la Educación  deben reflejarse de manera clara, precisa y prescriptiva  en los postulados conceptuales de los diseños curriculares. Vale decir, el tipo de visión educadora que se quiere, el tipo de responsabilidad social, ética y humana que se busca.

         Si se parte del hecho de que el currículum integral de Educación preescolar es la previsión de todo aquello que se ha de hacer para posibilitar la formación integral de los educandos, en este caso de los niños y niñas de Educación Preescolar, es necesario fijar la naturaleza de esta previsión, la cual ha de visualizar la formación  integral  que  los capacite  para vivir en armonía con su entorno.

        Dichos procesos y experiencias no pueden estar seleccionados al azar, por el contrario deben corresponderse con las necesidades del contexto donde esta inmerso  el hecho educativo. Tal como lo plantea Morin (1974,30) quien asume:  “es necesario repensar el destino y la misión de la educación directamente relacionado con el destino de la especie”

       En este sentido,  el  diseño currricular del nivel Preescolar  en Venezuela implantado por el Ministerio de Educación  (1986)  prevé en su modelo normativo  un objetivo relativo al ambiente, no obstante en su modelo operativo no se prescriben acciones  definidas al respecto.

         La actual propuesta para el primer nivel del sistema educativo Venezolano planteada por el Ministerio de Educación (2001) en el documento normativo del currículo de Educación Inicial  contempla en su fundamentación teórica un aspecto  ecológico, donde hace una breve referencia a la teoría de Bronfenbrenner (1987);  este aspecto,  a mi modo de ver,  es muy  débil y no se explicita en la operatividad del diseño.

       En este mismo documento se asume que se  comparte la concepción actual de la educación, entendida como elemento fundamental para el desarrollo humano, con base en el respeto al individuo. La propuesta curricular plantea:

Una visión humanista y holística o integral de la persona, lo que implica retornar  una visión de hombre como totalidad, es decir a una reintegración simultánea, por una parte de mente y cuerpo y por otra, de ser humano y naturaleza. De allí, que todo proceso educativo -vista la función de la educación, como instrumento que procura un desarrollo humano más armonioso- debe estar orientado dentro de una visión humana, natural y universal para lograr el pleno desarrollo de la personalidad. (op.cit,p.30)

        Como puede comprenderse, hay cierta intencionalidad teórica en la fundamentación filosófica, que  vislumbra una visión de hombre como totalidad,  en armonía con  la  naturaleza, sin embargo, en el  aspecto  referido a la acción pedagógica no se establece con claridad cuáles son las acciones que deben realizarse para  concretar esta visión ecológica,  cuál es el estilo de vida que  se debe llevar en las instituciones preescolares para evidenciar en la práctica esta concepción, tampoco está considerado partir de los elementos naturales y sociales del ambiente para promover experiencias de aprendizaje que conlleven a los niños y niñas a la construcción de conceptos y actitudes que le permitan establecer con su entorno un contacto dinámico e interactivo, constante y real.

         Es indispensable entonces, que la Educación Preescolar, por ser el primer nivel del sistema Educativo, debe redefinir el currículo a partir de flexibilizar  la dinámica de su implementación con el fin de  promover aprendizajes a través de  experiencias  pedagógicas  que  integre  las necesidades del niño y de la niña como seres en desarrollo  vinculadas  con las necesidades del contexto en tanto forman parte del ser en formación.

    En tal sentido el aprendizaje supone contenidos ecológicos desde una pedagogía del ambiente,  Leff, (1986 )  sugiere:

Tomar el ambiente en su contexto físico, biológico y cultural como una fuente de aprendizajes, como una forma de concretar teorías en la práctica, partir de las especificidades del medio natural y social .........la educación para la formación de valores, actitudes y competencias capaces de aprehender y actuar dentro de la concepción  de un mundo de problemas socio ambientales globales y complejos, implica la necesidad de investigar los problemas  del aprendizaje en función de la evolución de las estructuras  cognitivas del alumno en sus diferentes estadios de desarrollo, siempre dentro de su contexto cultural y ambiental propio. (p.34)

        En consecuencia, se infiere que el mayor énfasis de la Educación tiene, necesariamente, que ser la persona como un todo  con el propósito de fomentar  su desarrollo integral: emocional, personal y social. Dicho desarrollo sólo se entenderá  mediante procesos educativos sistémicos orientados tanto a la persona como a los sistemas  sociales, culturales y  eco ambientales  dentro de los cuales interactúa, se desarrolla y se dinamiza la vida.

        Son múltiples los conceptos útiles para esclarecer  la interacción entre el niño en desarrollo y los ambientes físicos y sociales de que es parte,  sin embargo, todos coinciden en que para que una cultura pueda sobrevivir debe proporcionar un ambiente adecuado para el crecimiento de quienes allí se desarrollan  y  ha de proveer a los niños y niñas  adquirir las capacidades necesarias para su supervivencia cuando adultos.

          Los avances de la neurociencia reportan que el aprendizaje se produce a través de la interacción constante del niño con el medio externo, el cual debe estar dotado de condiciones óptimas para poder proveerlo  de las experiencias necesarias. Sobre la base de este planteamiento que considera al niño como centro de la acción educativa y al medio como determinante en su desarrollo, es necesario partir de una concepción ecológica del niño como ser que hay que proteger, defender  y apoyarlo en su desarrollo.

         Por tal razón y ante la evidencia de un ambiente que muestra signos alarmantes de deterioro y de  progresiva destrucción para las próximas generaciones, la ecología del hombre en este caso del niño, es indispensable en la formación integral del individuo, en este sentido  Leighton,  (1991) sostiene:

                  El incremento de las fuentes de los bienes naturales, son indispensables para asegurar y elevar el nivel de vida, saber guardar la salud humana y satisfacer las necesidades culturales y estéticas de las poblaciones, en la misión de promover la conservación de la naturaleza se asigna un papel importante a la tarea de formar en los individuos y los pueblos una actividad apropiada hacia el medio natural y los recursos de la tierra, únicos fundamentos duraderos de la existencia   humana. (p.7)

   Estos señalamientos  resaltan el papel protagónico que los procesos educativos  juegan  sobre el desarrollo. Los proceso educativos son el conjunto de influencias que sobre la base de las características fundamentales del individuo y del calendario madurativo moldean el desarrollo de los seres humanos, es decir, la educación consiste en llevar a la persona más allá del desarrollo dado,  promoviendo desarrollo a través de aprendizaje. (Palacios, 1995)

   En consecuencia, para promover desarrollo integral  a partir de los procesos educativos, estos  deben  prever  una concepción del hombre para el desarrollo , es decir, educar para la sustentabilidad. Tal como lo expresa Colom (2000, 114) “Toda educación requiere acción. Una educación para el desarrollo sólo encuentra su razón de ser si enseña destrezas en pro del desarrollo sostenible”

III.- PERTINENCIA  DE LA EDUCACIÓN PREESCOLAR O INICIAL. ALGUNAS  APORTACIONES

       Conviene destacar que existe un conjunto de razones que justifican la pertinencia de la Educación Preescolar o inicial en  la presente reflexión, entre otras están las siguientes:

1.- A la educación preescolar le corresponde iniciar la tarea de una formación ecológica en los niños y niñas, desde su ingreso al jardín de infancia estos  debe encontrar las oportunidades de establecer interacciones armónicas con su medio ambiente. Un curriculum  moderno e integral de educación infantil debe contemplar como prioritario  consolidar un estilo  de vida que logre un cambio radical en la actuación del hombre en pro de la humanidad y del planeta, de esta manera se estará dando un paso bien importante hacia el desarrollo sostenible. 

2.- La práctica educativa  evidencia un vacío en lo que ha formación ecológica se refiere y los niños reciben sólo alguna información sobre la importancia de la conservación o participan en campañas  como la del día del agua, la campaña antitabáquica,  el programa haz feliz a tu corazón, la feria de la ciencia y  la siembra de un árbol entre otros, todos como actividades aisladas,  las cuales si no son experienciadas como estilo de vida y congruentes con el resto de acciones de la institución,  serán  olvidadas fácilmente. El hecho es, que se hace  necesario insertar en el curriculum de  educación infantil una concepción para el desarrollo sostenible que permita en su concepción, visión y misión partir de los elementos naturales y sociales del ambiente como contenidos y principios  fundamentales  para generar en los niños construcciones de conceptos y actitudes reflexivas a partir de los cuales se genere una interacción armónica permanente con su medio, partiendo de un profundo respeto y amor por la naturaleza.

3.- Es imprescindible abordar acciones  de inmediato, pues retardos en ésta, serían  no sólo perjudiciales sino irreparables, hay que acometer de inmediato tareas de construir un mundo mejor y en ésta tarea todos  somos responsable, es desde el  preescolar donde se debe impulsar una educación para el desarrollo sostenible, pues de otra manera será tarde, y ya ni siquiera  para otros niños, pues estos que hoy transitan por esa maravillosa edad de menos de siete años  y los de próximas generaciones  habrán sucumbido en un ambiente inhóspito, agresor, depravado y letal. Hay que ver a una Venezuela en positivo, con sus recursos naturales recuperados, con un ambiente limpio y conservado en los cuales se puedan desarrollar venezolanos capaces de cambiar favorablemente los destinos de la nación.

4.- La idea fundamental es que las instituciones de Educación Preescolar permitan enriquecer los ámbitos de la experiencia de los niños que allí asisten. En este sentido, los jardines de infancia deben cambiar la concepción de que son solamente para el cuidado y albergue de los niños menores de 6 años y redefinir su función social a partir de ubicar su pertinencia como centros de aprendizaje que promuevan  desarrollo integral en armonía con el entorno que necesitamos. Es desde este nivel que se deben incorporar procesos de mediación y de formación académica que atiendan las áreas integradas del desarrollo en correspondencia con el contexto hogar, comunidad y sociedad en general.

5.- Es importante una propuesta desde la perspectiva de un diseño que contemple el  desarrollo del niño y niña,  las potencialidades de éstos y una visión de desarrollo sostenible. Lo que los niños necesitan conocer, además de estar determinado por lo que son capaces de alcanzar, debe estar determinado por lo que la sociedad piensa que es importante que ellos aprendan y que debe estar explicitado en los fundamentos filosóficos, sociológicos, ontológicos, ecológicos, psicológicos y éticos.

6.- Se debe valorar la intencionalidad educativa del primer nivel del sistema educativo, que por su dimensión cualitativa de la vida social que genera en los niños y niñas debe proporcionar  un medio cultural y experiencial enriquecido donde estos puedan desplegar  plenamente sus potencialidades  y  construir un estilo de vida congruente con las necesidades presentes y futuras de la sociedad.

7.- Se requiere de una discusión  crítica, dialógica, reflexiva y consciente de los fundamentos que orientan la acción educativa, especialmente de la educación preescolar o inicial. De no producirse la misma, los niños recibirán como hasta ahora,  una experiencia  que nada tiene que ver con la formación de un estilo de vida para el desarrollo sostenible.  

8.- Fernández (2000) en el Foro Consultivo de Educación para todos asegura que  la educación inicial generalizada, entendida como atención a la primera infancia desde un punto de vista integral debe: ser asumida como política de Estado, con coherencia y coordinando los distintos sectores que intervienen, fundamentalmente con orientación a la familia. La nutrición adecuada y una estimulación temprana ayudaran a la maduración del niño, lo que le permitirá un acceso a la escolaridad obligatoria, en mejores condiciones de igualdad, redundando, probablemente, en un menor fracaso escolar. (p.32)

     Este imperativo que relieva la Educación de la 1ra Infancia y su influencia en la vida ulterior de niños y niñas,  confirma  la importancia que debe darse a los primeros años de vida del ser humano y lo fundamental de asumir este espacio para consolidar actitudes de respeto y valor hacia el entorno. 

9.- Un currículo integral de educación infantil a partir de una concepción de desarrollo sostenible,  no consiste en acelerar el desarrollo de los niños/as, sino en reconocer  el potencial de cada uno para  promover una acción educativa congruente con las necesidades de armonía entre los seres humanos y, por ende de un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. En concordancia con esta visión la  UNESCO (1997)  expresa:

Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye  un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad  y justicia social. Al concluir sus labores, la Comisión desea por tanto afirmar su convicción respecto a la función de la educación en el desarrollo continuo de la persona y de las sociedades, no como un remedio milagroso, sino como una vía , ciertamente entre otras pero más que otras, al servicio de un desarrollo  humano más armonioso, más genuino, para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las guerras, etc. (p.13)

De manera explicita el informe de la UNESCO sobre la educación para el siglo XXI  asume la educación como la vía fundamental para el  logro de ideales de desarrollo.  Premisa  y/o postulado que deben incluir las actuales revisiones y miradas de cambio que se adelantan en el curriculo para la Educación  Preescolar en Venezuela. 

REFERENCIAS

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