La familia está constituida principalmente por el padre, la madre y los hijos que forman una comunidad basada en un hogar común y las interrelaciones de sus miembros. Dentro de la comunidad familiar, los principales educadores son los padres, se encargan del bienestar y la salud física, de establecer las normas de convivencia y moldean la conducta de los hijos a través de su experiencia y actuaciones. Principalmente, la familia es un ámbito donde la persona se siente atendida, acogida, aceptada, protegida y amada.
Todas las familias de una misma cultura comparten criterios sobre las costumbres, las normas de comportamiento y los valores. Enseñan al niño a comportarse según se espera en la cultura en que vive, acompañándole y dirigiéndole desde la total dependencia hacia la autonomía y madurez.
El mejor método para crear o perfeccionar comportamientos adaptados consiste en que el niño experimente las consecuencias positivas que siguen al comportamiento.
Conviene averiguar qué cosas resultan gratificantes para el pequeño y, en función de sus intereses variables, cambiar el tipo de gratificaciones. Se refuerza y estimula gratificando la conducta del niño:
- Utilizando las alabanzas, el reconocimiento de los logros propios, la consideración de los demás.
- Inmediatamente después de un comportamiento positivo, un logro o cooperación, se presta atención especial al niño con afecto cálido, valoración y aprobación. Así asociará el placer de la alabanza con la tarea o conducta realizada y las posibilidades de que se repita son muy elevadas.
- Cuando el pequeño se esfuerza por realizar algo positivo, estimulan y valoran su esfuerzo mientras lo intenta, sin esperar a que termine, de otro modo podría desanimarse y frustrarse.
- Reforzando los pequeños logros que son la base de las realizaciones más importantes en el futuro.
No obstante, los padres deben tener en cuenta algunos aspectos:
- Cuidado con reforzar todo y en todo momento, se le puede estimular o reforzar por hacer poco o nada. Debe existir cooperación, esfuerzo por un logro o intento de comportarse adecuadamente para recibir una gratificación.
- La base de toda evolución positiva consiste en aceptar al niño y no confundir su comportamiento con su valor personal. Si no se basan en este principio, el pequeño podría sentir que sólo es digno cuando logra buenos resultados.
- Los refuerzos recibidos con asiduidad hacen que el niño se sienta apreciado, que gane confianza en sí mismo y aumente su autoestima y su ilusión por alcanzar nuevos logros.
- Cuando una conducta positiva no es reforzada, se debilita y desaparece. Aunque el niño muestre esa conducta con frecuencia, hay que seguir reforzándola de vez en cuando.
El niño aprende a comportarse según las pautas de conducta que observa en otras personas que toma como modelo. Elige a esas personas porque despiertan su interés o las valora de forma positiva. El padre y la madre deben tener presente en todo momento que el niño hace lo que ve hacer, no lo que le dicen que haga. Principalmente, son sus modelos a imitar. Por ello, la unidad de criterios es de vital importancia. El padre y la madre deben estar de acuerdo en las pautas a seguir, acordar sus respuestas ante los comportamientos a crear o eliminar, y mantenerlas con firmeza, no con inflexibilidad. No deben aclarar las dudas o las opiniones contradictorias delante de los hijos, ni comentar sobre ello cuando están presentes.
Los pequeños imitan comportamientos en los que observan resultados eficaces, sin discernir si están bien o mal. Los héroes de las series televisivas suelen triunfar gracias a comportamientos agresivos, engañosos y faltos de escrúpulos morales, y en el ambiente de la calle siempre parece salir triunfador el que más violencia verbal o física ejerce.
- Además, los padres deben recordar:
- El respeto a la individualidad y a la dignidad del niño es imprescindible para que interiorice pautas de conducta adecuadas.
- El amor es el sentimiento más potente en la familia y permite ponerse en el lugar del pequeño buscando la comprensión de normas, valores y comportamientos correctos.
- Ayudar al niño a superar pequeñas frustraciones que generan comportamientos desadaptados.
- La sobreprotección impide el desarrollo de la identidad y la autonomía personal.
- La permisividad dificulta el camino hacia la madurez y la estabilidad emocional y no permite que el niño adquiera una conciencia que dirija su conducta e interiorice normas morales y sociales.
- Los hogares inflexibles y excesivamente normados no estimulan que el niño adquiera la conciencia y el autocontrol necesario para desarrollar conductas adecuadas.
- Los padres deben ejercer la autoridad con diálogo y tolerancia. No se trata de mandar como ejercicio de poder, de discutir, de imponerse por la fuerza, sino de buscar la razón y la coherencia que ayudan a formar conductas responsables.
- No podemos imponer a los niños y niñas las pautas de comportamiento de los adultos, pretendiendo que actúen como “hombres y mujeres con tamaño reducido”.
Un niño no puede disfrutar plenamente de la vida si no se siente en confianza, con seguridad afectiva, si no se le escucha y reconoce en tanto que individuo. Cada uno tiene sus necesidades afectivas propias, su personalidad, su pasado, su ritmo de vida. Las intervenciones del adulto deben dar al pequeño la sensación de una presencia generadora de confianza y seguridad. Cuanto más pequeño es el niño, en mayor grado considera al padre o madre como el recurso supremo en caso de una dificultad grave o de un conflicto importante. La intervención inmediata, satisface plenamente; el «espera, ya voy» sin consecuencias, deja al niño desorientado. La promesa no cumplida perjudica la credibilidad.
Los padres necesitan crear un clima afectivo y de seguridad para el niño, que solamente podrán conseguir cuando él perciba que es especialmente querido, y que puede comportarse, dentro de los patrones establecidos, en libertad. Es necesario que sienta la seguridad afectiva, junto a una seguridad material y física, que le permita la acción y la expresión sin miedos. Este ambiente crea las condiciones óptimas para la formación de hábitos y comportamientos positivos y responsables.