INTRODUCCIÓN
Hacia los años ochenta se inicia una nueva perspectiva o modo de evaluar
y estudiar la inteligencia de una manera más contextualizada y práctica.
Es en 1983 cuando Gardner en su obra Estructura de la Mente define
la inteligencia como la capacidad para resolver problemas y crear productos
valorados, al menos, en una cultura. Propone, además, la existencia de
siete inteligencias (lógico-matemática, lingüística, musical, visoespacial,
corporal, interpersonal e intrapersonal) que, más tarde, amplía a ocho
(inteligencia naturalista). En su teoría de las Inteligencias Múltiples
asume una perspectiva amplia y pragmática de la inteligencia, más allá
de la perspectiva restringida de la medición de un CI. Desde esta concepción
multidimensional, el autor entiende que la inteligencia es funcional y
que se manifiesta de diferentes maneras en diversos contextos. Para identificar
y examinar la evidencia de cada inteligencia diseña unas pruebas antropológicas,
psicológicas y biológicas que sirven para constatar la existencia de cada
una de ellas.
Las semejanzas y diferencias entre la teoría de las IM y las concepciones
más tradicionales se pueden resumir en los siguientes puntos: primero,
Gardner, al igual que otros psicólogos, mantiene una noción pluralista
de la inteligencia. Segundo, al igual que otros investigadores, sostiene
que las inteligencias son el resultado de la interacción constante entre
los factores biológicos y medio ambientales y que son educables. Tercero,
entiende, a diferencia de las concepciones tradicionales de la inteligencia,
que la inteligencia está contextualizada.
La teoría de las IM, supone una gran innovación para la educación
por diferentes razones: a) la visión pluralista de la mente, que la toma
de la ciencia cognitiva y de la neurociencia (estudio del cerebro), desde
la que se asume que las personas poseen un gran espectro de inteligencias,
que se manifiestan de distintas formas; b) las habilidades, los conocimientos
y actitudes de las inteligencias se pueden enseñar; y c) la enseñanza
de todos estos recursos exige nuevos procedimientos de evaluar y entrenar
dentro del aula (Ballester, 2001).
Con el fin de evaluar y favorecer las diferentes inteligencias en el
aula, Gardner y sus colaboradores diseñan el Proyecto Spectrum. La finalidad
es ofrecer un conjunto de materiales, instrumentos y procedimientos de
evaluación y entrenamientos de las habilidades, conocimientos, hábitos
de trabajo y actitudes de las diferentes inteligencias. Dicho proyecto
está fundamentado en los principios de los diferentes autores de la Escuela
Nueva, para quienes la educación está centrada en la persona, entendiendo
que no hay una única manera de aprender. Lo que vienen a decir los diseñadores
del Spectrum es que todos tenemos múltiples inteligencias, somos más eminentes
en unas que en otras y las combinamos y usamos de diferentes maneras.
La teoría de las Inteligencias Múltiples propone una reestructuración
fundamental de la manera en la que los educadores han venido evaluando
los progresos en el aprendizaje que han hecho sus alumnos. Sugiere un
sistema que depende mucho menos de los tests estandarizados referidos
a normas y mucho más de evaluaciones contextualizadas en el proceso de
enseñanza-aprendizaje (Armstrong, 1994; Ferrándiz, 2000; Prieto y Ferrándiz,
2001).
Para la evaluación de la competencia cognitiva se usa, por una
parte, la observación como procedimiento que permite a los profesores
registrar los rendimientos de los niños durante el proceso de la misma;
por otra, una serie de actividades que recogen las habilidades, procesos
y estilos de trabajo implícitos en cada una de las inteligencias. La dinámica
que se suscita con este tipo de evaluación dinámica, permite observar
y registrar el gran espectro de las habilidades de los niños y sus rendimientos
cuando tratan de alcanzar un dominio en un área determinada, lo cual representa
su competencia cognitiva.
En definitiva, este nuevo modelo dinámico de evaluación valora el desarrollo
las habilidades productivas y reflexivas, presta especial atención a las
destrezas de cada alumno, incluyendo la visión de la escuela centrada
en el individuo. Este enfoque de la evaluación, tal y como ya hemos apuntado,
se corresponde con los valores del pluralismo democrático de la Escuela
Nueva.
2. EVALUACIÓN DE LA COMPETENCIA COGNITIVA
El modelo de evaluación propuesto desde la teoría de las sirve para diseñar
el perfil cognitivo de un aula y, especialmente, de los niños que presentan
puntos fuertes y lagunas. La evaluación de las IM se hace dentro del aula
y es un proceso similar al proceso de enseñanza-aprendizaje; las tareas
diseñadas para tal fin son familiares y atractivas para los niños, todo
lo contrario de las incluidas en los tests psicométricos (Ferrándiz, 2000;
Prieto y Ferrándiz, 2000). A continuación comentamos algunas de las características
más relevantes del procedimiento de evaluación.
1. Se destaca más el proceso de la evaluación que el producto.
La evaluación es un procedimiento para obtener información acerca de las
habilidades y potenciales de los individuos, con un doble objetivo: a)
dar una respuesta útil a los individuos evaluados y b) ofrecer datos e
informaciones útiles para la comunidad educativa (Gardner, 1999).
2. La evaluación es una parte más del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La evaluación de las IM forma parte del entorno natural de aprendizaje.
La evaluación de las habilidades, los conocimientos, los hábitos de estudio,
las actitudes y los valores tiene lugar dentro del aula y mientras los
alumnos aprenden los contenidos curriculares.
3. Validez ecológica. Los materiales y las situaciones
que se crean para evaluar la competencia cognitiva son similares a las
condiciones de trabajo reales; por tanto, es posible realizar predicciones
mucho mejores sobre sus puntos fuertes y lagunas.
4. Los instrumentos de evaluación son más neutros respecto a la inteligencia
que los tests psicométricos. Desde el paradigma de las IM se propone
el uso y diseño de instrumentos que valoren directamente la inteligencia
que está operando cuando se realizan determinadas tareas.
5. Uso de múltiples medidas. El modelo de las IM utiliza la evaluación
“portfolio” consistente en considerar las informaciones procedentes de
los protocolos de observación de los profesores, las evaluaciones de los
padres, los estilos de trabajo y los diarios de los niños.
6. Sensibilidad hacia las diferencias individuales y los niveles evolutivos.
El objetivo de la evaluación es diseñar el perfil del alumno y del aula
destacando las diferencias inter e intraindividuales. Lo principal es
destacar los puntos fuertes de los alumnos con fracaso o deficiencias
y desde éstos, paliar los desfases cognitivos.
7. Utilización de materiales intrínsecamente interesantes y motivadores.
Los materiales de evaluación, son altamente motivadores porque los niños
pueden trabajar dentro del centro de interés que más deseen y desde éste,
orientarlo a otro centro que le suponga mayor dificultad.
3. PROCEDIMIENTO Y RECURSOS DE LA EVALUACIÓN
Para aplicar y validar el procedimiento de evaluación de las IM, Gardner
y sus colaboradores diseñan el Proyecto Spectrum para niños de los primeros
niveles instruccionales. El objetivo de dicho proyecto es ofrecer una
serie de actividades orientadas a evaluar la competencia cognitiva de
los niños. La estructura general de la evaluación consiste en identificar
los puntos fuertes de las ocho áreas o inteligencias y a través de éstos,
paliar los desfases o lagunas. Para identificar los puntos fuertes de
los niños en las diferentes áreas se utiliza la evaluación portfolio.
Se refiere al conjunto de evaluaciones y actividades para valorar la competencia
cognitiva. Los niños coleccionan todos los trabajos y proyectos realizados
a lo largo del curso escolar, que más tarde son valorados mediante criterios
previamente establecidos. El profesor dispone de unos cuestionarios de
observación donde se recoge exhaustivamente los conocimientos previos,
habilidades, actitudes y hábitos de trabajo manifestados por el niño durante
el procedimiento de evaluación (Gardner y otros, 1998c). Los padres también
recogen información referida a las ocho inteligencias y con el asesoramiento
del profesor van relatando las destrezas y dificultades del niño.
El procedimiento de evaluación consiste en las siguientes
fases:
Primero, se crean los centros de aprendizaje. Consiste en
diseñar espacios o rincones del aula para que todos los niños tengan las
mismas oportunidades de manipular y conocer los materiales disponibles
en los ocho dominios. En cada rincón se colocan los materiales, instrumentos
y recursos propios de la inteligencia que se va a valorar. Es importante
saber que, para aquellos niños que no tienen la oportunidad de trabajar
con ciertos materiales en casa como, por ejemplo, con pinturas o instrumentos
musicales, los centros de aprendizaje les permiten descubrir nuevas áreas
e intereses en las que quizás puedan destacar.
Segundo, se identifican los puntos fuertes y las lagunas de los niños
en las diferentes áreas o inteligencias. El objetivo es valorar los conocimientos,
las habilidades y los estilos de trabajo que se suceden en el aula como
producto de las diferentes experiencias ambientales y educativas. Esta
valoración se hace mediante unos registros de observación y se utilizan
actividades referidas a las ocho inteligencias. Es conveniente considerar
las experiencias y oportunidades que tienen los niños fuera y dentro del
aula (Gardner, Feldman y Krechevsky, 1998 a).
Las habilidades de las ocho inteligencias se han recogido de los datos
procedentes de las investigaciones empíricas y de la bibliografía de los
expertos en las diferentes áreas. Los profesores identifican los puntos
fuertes de los niños, basándose en sus demostraciones, intereses y competencias.
Es interesante valorar cuáles son las condiciones en las que cada niño
elige un particular centro de aprendizaje y la duración con la que se
involucra en dicho centro de aprendizaje. La competencia debe ser evaluada
según las habilidades básicas. El profesor cuenta con unas guías didácticas
e inventarios de observación en las que se incluyen las habilidades para
cada uno de las ocho inteligencias, éste puede anotar las observaciones
informales, mientras los niños trabajan independientemente en un centro
de aprendizaje y, además, evaluar el rendimiento final cuando las actividades
han terminado.
Tercero, se introduce a los niños en las distintas áreas
de aprendizaje. La evaluación de las IM en el aula permite construir lazos
entre la curiosidad de los niños y el currículum ordinario de la escuela.
Es importante saber, por un lado, que los puntos fuertes de los niños
y las demandas intelectuales y de rendimiento de las escuelas; y por otro,
lo que se practica y se enseña en el aula y fuera de ésta (Gardner, Feldman
y Krechevsky, 1998 a, b y c).
Cuarto, se fomentan los puntos fuertes de los niños respetando su diversidad.
Después de identificar los puntos fuertes de las áreas en las que destacan
los niños de la clase, los profesores han de reconocer las diferencias
individuales e intentar que la diversidad de todos ellos sirva para enseñarles
a compartir sus conocimientos. Esto exige que los profesores proporcionen
la ayuda necesaria para intensificar y desarrollar los puntos fuertes.
Dicha ayuda se puede proporcionar construyendo “andamiajes” para que el
aprendizaje “tire” del desarrollo de los niños, esto se logra presentando
experiencias de aprendizaje complejas, novedosas y enriquecidas. Para
ello, el profesor muestra actividades apropiadas a la diversidad, singularidad
e intereses de los niños. Si un niño muestra un especial interés por tareas
mecánicas y sus puntos fuertes se detectan en el área de aprendizaje mecánico
(inteligencia naturalista y viso-espacial), el profesor debe intentar
proporcionarle herramientas o materiales afines a dicha área. Las actividades
incluidas en el currículum cognitivo, recogen una amplia gama de habilidades
específicas de cada inteligencia pero, además, los niños pueden elegir
actividades y materiales libremente (Prieto y Ferrándiz, 2000a). Es imprescindible
que el profesor utilice estrategias para destacar el éxito y reconocer
las destrezas de los niños.
Finalmente, se rentabilizan los puntos fuertes para desarrollar otras
áreas o inteligencias, para ello es imprescindible enseñar a transferir
lo aprendido. La transferencia consiste en enseñar a los niños a aplicar
los conocimientos y habilidades aprendidas en diferentes áreas a otros
dominios (Gardner, Feldman y Krechevsky, 1998b; Gardner, Kornhaber y Wake,
1996).
3. MÉTODO
En este apartado se describe el método utilizado en esta investigación.
Se efectúa un análisis de los centros y participantes que han colaborado
en ella, de los instrumentos empleados y del procedimiento general seguido
en la realización del estudio.
3.1. Participantes
La muestra de participantes del estudio esta compuesta por
24 alumnos de Educación Infantil de 5 años de un centro privado-concertado
perteneciente a la Región de Murcia. El contexto sociocultural en el que
se ubica el centro, se podría considerar como medio, medio-bajo.
3.2. Instrumentos de evaluación
Los instrumentos que se han empleado en este estudio
han sido los siguientes:
Batería de Aptitudes Diferenciales y Generales (BADyG)
El objetivo de esta prueba consiste en establecer
los perfiles cognitivos de los participantes. La prueba consta de 138
ítemes agrupados en categorías referidas a las siguientes habilidades:
habilidad mental no verbal, conceptos cuantitativos numéricos, razonamiento
con figuras, información, rompecabezas, vocabulario gráfico, percepción
auditiva o reproducción de palabras y percepción y coordinación grafo-motriz.
Las puntuaciones globales permiten obtener un CI a partir de la madurez
intelectual global.
Actividades de evaluación de las IM
Para la evaluación de las IM se emplearon 11 actividades, diseñadas por
Gardner y sus colaboradores (1998c) y que han sido adaptadas a nuestro
contexto por Ferrándiz (2000). El objetivo de las mismas es valorar los
conocimientos, las capacidades, las actitudes y los hábitos de trabajo
de todas las inteligencias mencionadas anteriormente. Estas actividades
han sido extraídas del proyecto Spectrum y se han contextualizado y adaptado
para niños de Educación Infantil y Primaria (Ballester, 2001).
4. PROCEDIMIENTO
El procedimiento general llevado a cabo en la realización
de este estudio se desarrolla en las siguientes fases.
En la primera fase, se aplica la prueba de inteligencia BADyG.
Esta aplicación se realizó durante el periodo dedicado en el horario escolar,
de acuerdo con las instrucciones contenidas en su manual y según la edad
del alumnado.
Durante la segunda fase, se procede a la utilización de las 11 actividades
de evaluación de las IM (Gardner y colaboradores, 1998, c). El orden que
se siguió fue: inteligencia naturalista, inteligencia corporal-cinestésica,
inteligencia viso-espacial, inteligencia lingüística, inteligencia lógico-matemática,
inteligencia social e inteligencia musical. Cada actividad se realizó
dentro del contexto del aula, excepto la del “movimiento creativo” que
se lleva a cabo en la sala de psicomotricidad. En todas las actividades
están presentes los profesores de los alumnos e intervienen en el proceso
de evaluación. La duración de cada actividad es de aproximadamente 60
minutos.
Todas las evaluaciones han sido aplicadas por diferentes miembros
del equipo de investigación, que han sido formados en la filosofía de
las Inteligencias Múltiples.
5. ANÁLISIS DE DATOS
El objetivo de este apartado es analizar el perfil intelectual
de los alumnos de un aula de Educación Infantil, siguiendo la metodología
y los análisis realizados en el Proyecto Spectrum (Krechevsky y Gardner,
1990), las puntuaciones obtenidas fueron transformadas a puntuaciones
“z”. Se consideró que los niños que obtenían una desviación estándar,
o más, por encima de la media, estaban dotados para una inteligencia determinada,
mientras que los niños que obtenían una desviación estándar, o menos,
por debajo de la media, mostraban desventaja en dicha inteligencia.
En la tabla 1 aparecen las puntuaciones directas y típicas referidas
al cociente intelectual y a las inteligencias corporal, espacial, lingüística,
lógica, musical y social de los alumnos de un aula de Educación Infantil
de 5 años. Tomando como criterio para la detección de puntos fuertes y
lagunas el de ±1s, nos encontramos con que la mayoría de los alumnos muestran
algún punto fuerte o deficiencia en el amplio espectro de las inteligencias.
Se observa una gran variabilidad cognitiva; por ejemplo, 11 alumnos manifiestan
puntos fuertes y 16 poseen lagunas o dificultades.

Tabla 1. Puntuaciones directas y típicas obtenidas por los alumnos en
el BADyG y en cada una de las inteligencias propuestas por Gardner.
En los resultados obtenidos de la prueba psicometrica (BADyG)
(gráfico nº1) se aprecia que cinco alumnos se sitúan por encima de los
valores medios, y otros cinco por debajo de dichos valores. Del perfil
que se muestra en dicho gráfico, se podría destacar lo siguiente: el alumno
nº 11 presenta el CI más elevado del grupo (CI=122), mientras que el nº7
el obtiene el Cociente de Inteligencia más bajo (CI=80); el perfil intelectual
de estos alumnos referido a las distintas inteligencias será comentado
más adelante.

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Gráfico nº1. Perfil del cociente intelectual de un grupo de alumnos
de Educación Infantil de 5 años.
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A continuación, presentamos los resultados obtenidos por los alumnos
cuando evaluamos la competencia cognitiva utilizando el modelo de evaluación
de las inteligencias múltiples propuesto por Gardner y colaboradores (1998)
y adaptado por el grupo de investigación de altas habilidades de la Universidad
de Murcia (Ferrándiz, 2000; Ballester, 2001; Prieto y Ferrándiz, 2001).
Como se puede observar en los gráficos siguientes (gráficos 2 y 3), existe
una gran variabilidad intelectual. La mayoría de los alumnos manifiestan
algún punto fuerte o débil en las distintas inteligencias; sin embargo,
existen dos alumnos (nº13 y nº20) que no manifiestan ni destrezas ni dificultades.
Además, encontramos que seis alumnos poseen dos puntos fuertes
y otros dos alumnos muestran tres puntos débiles.

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Gráfico nº2 y nº3. Perfil de las Inteligencias Múltiples de un
grupo de alumnos de Educación Infantil de 5 años.
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Si analizamos las habilidades en las que destacan los alumnos, encontramos
que un 65,5% de los mismos manifiestan destrezas en las tareas relacionadas
con la inteligencia musical. Sin embargo, los puntos fuertes o destrezas
se manifiestan en las tareas referidas a la inteligencia lógico-matemática
y a la social (16,6%), como se observa en el gráfico 2 y 3 las puntuaciones
de estas inteligencias son superiores a +1z.
Observando los mismos gráficos, podemos destacar que un 50% de los alumnos
obtienen puntuaciones por debajo de la media cuando trabajan con las tareas
e instrumentos propios de la inteligencia corporal; mientras que un 25%
muestran dificultades o lagunas cuando manejan sus habilidades sociales.
5.1. Análisis de casos de alumnos con características
excepcionales
En este apartado se analizan y comentan los perfiles de los
alumnos considerados como excepcionales y, que por tanto, exigen una respuesta
educativa diferenciada.
A continuación presentamos el perfil intelectual de un alumno
de 5 años, en el gráfico se observa que dicho alumno obtiene una alta
puntuación en la prueba psicométrica BADyG, es un alumno con un CI=122.
Si analizamos su perfil cognitivo referido a las distintas habilidades
propuestas por Gardner, observamos que es en la inteligencia Lingüística
en la que su evaluación alcanza la puntuación más elevada situándose por
encima de +2,5s, seguida de la inteligencia Viso-Espacial situándose en
+2,28s, ambas configurarían posibles áreas de talento. En por tanto que
desde el modelo de evaluación de las Inteligencias Múltiples la competencia
de cualquier alumno queda mucho mejor delimitada y nos ayuda de una forma
mucho más enriquecedora que las pruebas de factor general, a diseñar el
perfil intelectual de posibles alumnos con indicadores de altas habilidades
cognitivas.

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Gráfico nº4. Perfil Intelectual de un alumno de Educación Infantil
de 5 años.
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El perfil intelectual que presentamos a continuación (ver gráfico nº5,
pertenece al alumno que peores resultados obtiene en la prueba psicométrica
utilizada, con un CI= 80 situándose en –1,84s. Mediante un modelo que
permite una valoración mucho más amplia del espectro intelectual y tienen
en cuenta y valora otro tipo de habilidades no contempladas en las pruebas
tradicionales de medida intelectual, observamos que dicho alumno es el
que obtiene mejores puntuaciones que el resto de sus compañeros (incluyendo
a los que obtienen mayores puntuaciones en el cociente intelectual) en
las habilidades implícitas en la competencia social y que incluye aptitudes
como conocimiento de sí mismo, conocimiento de los demás y conocimiento
y asunción de roles sociales situándose en +2,57s. Dicho alumno obtiene
peores puntuaciones en las habilidades lógicas y musicales, que es donde
encontraríamos sus puntos débiles o áreas de dificultad.

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Gráfico nº5. Perfil Intelectual de un alumno de Educación Infantil
de 5 años.
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6. CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo hemos puesto de relieve las innovaciones del
modelo de las IM, referidas al procedimiento de evaluación. Destacando
la riqueza de datos e informaciones cuando se trata de evaluar a los alumnos.
Aunque esta evaluación supone una alternativa a la psicométrica, en nuestro
estudio empírico la hemos utilizado de manera complementaria para contrastar
los dos tipos de información: cuantitativa y cualitativa.
Después de los datos obtenidos de este estudio, quisiéramos destacar
lo siguiente:
En primer lugar, la innovación que supone el procedimiento
de las IM, porque permite implicar a los niños de forma más activa en
su propia evaluación, dándoles la posibilidad de reflexionar acerca de
su experiencia y de interactuar con los materiales y actividades según
sus intereses y habilidades (puntos fuertes). La evaluación de las IM
es un procedimiento de obtención de información acerca de las habilidades,
conocimientos, actitudes y hábitos de trabajo de los alumnos (Ferrándiz,
Prieto y otros, 2000; Prieto y otros, 2000). Lo que diferencia
este tipo de evaluación respecto a la psicométrica es que se utilizan
técnicas para extraer información del uso que los alumnos hacen de sus
habilidades y conocimientos durante el proceso de enseñanza-aprendizaje;
es decir, se utilizan instrumentos formales e informales dentro de un
entorno contextualizado (Prieto y Ferrándiz, 2001).
Respecto a la evaluación con el BADyG, hay que destacar que
es una medida estandarizada adecuada, porque posee una coherencia interna
excelente y un alto margen de confianza. El test puede administrarse de
forma fácil y eficaz, y las áreas que se examinan se adaptan bien al currículum
escolar normal. Aunque todavía desconocemos si una evaluación utilizando
el procedimiento de las IM puede predecir el éxito escolar con la misma
fiabilidad que lo hacen las evaluaciones estandarizadas, lo que sí intuimos
es que las medidas de las IM nos ayudan a identificar los puntos fuertes
con implicaciones inmediatas para la exploración de nuevos caminos, tanto
dentro como fuera de la escuela. La batería que ofrece las IM también
permite a los maestros y a los padres percibir diferencias individuales
en áreas tradicionalmente consideradas importantes sólo respecto a las
diferentes etapas universales del desarrollo (Feldman, 1980) o como un
reflejo de la Inteligencia General. Por tanto, podemos concluir que ambas
medidas, la cualitativa (IM) y la cuantitativa (psicométrica), son complementarias
y permiten registrar un amplio espectro de conocimientos, habilidades
y hábitos de trabajo de los niños mientras trabajan con actividades diversas.
En segundo lugar, el procedimiento de evaluación derivado de la filosofía
de las IM ayuda a diseñar el perfil del aula, identificando los puntos
fuertes y las lagunas de los alumnos dentro del amplio espectro de inteligencias;
según el perfil referido a la competencia cognitiva, el profesor puede
ofrecer una respuesta educativa de acuerdo con la diversidad de los alumnos
y más ajustada a su nivel de desarrollo y necesidades de los alumnos evaluados.
Por tanto, el modelo que presentamos potencia las aulas inclusivas, donde
tienen cabida todos los tipos de inteligencias y maneras de aprender.
En definitiva, la filosofía de las IM favorece la concepción de la escuela
centrada en el alumno y hace de la escuela como el hogar del pensamiento
donde se compartan las inteligencias. Ideas éstas defendidas por los autores
de la Escuela Nueva.
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