Una de las primeras cuestiones que debemos tener en cuenta al hablar del aprendizaje de una lengua, es el mecanismo que utilizan los niños para aprender su primer idioma. Dado que el idioma es un sistema complejo y abstracto de reglas y principios, es interesante recordar que los niños aprenden su primer idioma o su lengua materna sin necesidad de explicaciones teóricas, simplemente porque es la lengua que les rodea. Dado que es posible aprender una segunda o una tercera lengua, o más, como educadores, debemos estudiar cuidadosamente qué método vamos a utilizar y a qué edad vamos a introducir la segunda lengua, ya que esperamos que el niño incorpore esta lengua a su acervo aunque no sabemos a ciencia cierta como relaciona el niño los dos idiomas uy como los sistematiza. La Asociación Mundial de Educadores Infantiles ha trabajado en la elaboración de un método de enseñanza de inglés como segunda lengua dentro de sus programas pedagógicos globales. Este curso, además de definir algunos términos de uso común y de intentar establecer algunos mecanismos de trabajo que sean válidos a la mayoría de los centros de educación infantil, describe en líneas generales el método de trabajo que hemos preparado. 2. Algunos términos de uso común Bilingüismo Aunque hay muchas definiciones de bilingüismo, algunas de ellas son incorrectas o están basadas en mitos. Para ser bilingüe, una persona no tiene que hablar dos idiomas con el mismo grado de fluidez (expresión y precisión oral), sino con el mismo grado de funcionalidad, social y profesional. Es decir, la persona debe poder utilizar los dos idiomas de la misma manera aunque su precisión lingüística en uno de ellos sea menor que en el otro. De hecho, está establecido que prácticamente todas las personas bilingües tienen un idioma que predomina sobre el otro. Familia bilingüe Es una familia en la que todos los integrantes o la mayoría, son bilingües, de acuerdo a los términos de la definición anterior. No es necesario ser nacional del país donde se habla la segunda lengua. Bilingüismo consecutivo Se trata de aquellas personas que han aprendido un idioma después de otro. Este es el caso de la mayoría de las personas que han aprendido un segundo idioma como adolescentes o en la edad adulta. Bilingüismo simultáneo Se trata de aquellas personas que han aprendido dos idiomas como si fueran su lengua materna, es decir, al mismo tiempo. Generalmente, los bebés que están rodeados de dos idiomas a la vez tienen buenas posibilidades de ser bilingües simultáneos. Bilingüismo receptivo/pasivo Se trata de aquellas personas que comprenden dos idiomas pero que solamente se expresan en uno de ellos. Esto difícilmente se puede considerar bilingüismo. Al carecer del elemento de funcionalidad que hemos descrito. Enseñanza bilingüe Es aquella en la que se imparte el mismo tiempo lectivo en los dos idiomas y en cada uno de ellos se cubre contenido académico, no solamente lingüístico. Es decir, se estudian asignaturas enteras en idiomas distintos. Inmersión Lingüística Este es un programa en el que se sitúa al alumno en un entorno dedicado exclusivamente a la segunda lengua. Todas las actividades, los materiales y contenidos se imparten en la segunda lengua. El personal del centro utiliza exclusivamente esta segunda lengua y aún en los descansos y comidas se sigue utilizando. 3. Mitos acerca del bilingüismo y la enseñanza de una segunda lengua Existen muchos mitos acerca del bilingüismo y acerca del aprendizaje de una segunda lengua. Es común encontrar este tipo de ideas y actitudes no solo entre los padres de alumnos sino, incluso, dentro de los propios compañeros educadores. Algunos de estos mitos son los siguientes:
Esta idea proviene de unos estudios que se realizaron en Estados Unidos que "establecían" que las personas bilingües tenían un coeficiente intelectual menor que las monolingües. Sin embargo se han detectado varios fallos en estos estudios. El primero, es que los niños bilingües que participaron en el estudio eran emigrantes relativamente recién llegados a Estados Unidos, con conocimientos irregulares del inglés y con condiciones de vida por debajo de los niños monolingües del estudio. Los estudios más recientes que se han llevado a cabo en situaciones mejor controladas han demostrado que las personas bilingües son más hábiles en actividades muy concretas pero que en general, las diferencias entre los bilingües y los monolingües son prácticamente mínimas.
Al igual que el caso anterior, esta creencia está basada en investigaciones con fallos. Los niños que han aprendido dos idiomas en un ambiente de cariño y de apoyo lo han hecho bien. En cambio, los niños que han aprendido los idiomas en un ambiente tenso y negativo pueden llegar a tener problemas de desarrollo de lenguaje, pero estos problemas son los mismos que pueden presentar los niños monolingües en las mismas condiciones.
Generalmente son los familiares y amigos los que utilizan este mito para desanimar a los padres a mantener un ambiente bilingüe en casa. Se piensa que los niños crecerán sin identificarse con una cultura concreta. Sin embargo, los adultos bilingües entrevistados no han tenido dificultad alguna para identificarse con una cultura u otra, de acuerdo a sus propias vivencias e inclinaciones. Es difícil, sin embargo, que una comunidad cultural acepte bien a las personas que se identifican con dos culturas a la vez.
La gran mayoría de las personas bilingües piensan directamente en cualquiera de sus dos idiomas. No tienen que pensar primero en un idioma para traducirlo al otro antes de hablar.
Esto no tiene por qué ser verdad. La habilidad de traducir de una lengua a otra, sea de forma escrita o hablada, no es intrínseca a la habilidad de hablar bien uno o varios idiomas. Incluso, no es posible establecer de forma general porque unas personas son buenas traductoras o intérpretes y otras no.
Las personas bilingües mezclan ocasionalmente sus idiomas. No es porque no sean capaces de distinguir entre los dos idiomas o porque no se confundan. En ocasiones, el vocabulario de una lengua se transfiere a la otra sin que la persona que esté hablando se dé cuenta (es como un lapsus lingüístico) o a veces, se hace intencionadamente para dar énfasis a un punto o a un tema. Muchos niños bilingües mezclan los dos idiomas en sus primeros años, pero una vez que han sistematizado sus códigos lingüísticos, rara vez tienen problemas. Se dan más problemas con aquellos niños cuyos padres pretenden que sean bilingües sin apoyar el proceso en casa, es decir, sin dotar el aprendizaje de los medios adecuados.
Algunas personas bilingües han comentado que sienten tener una personalidad algo distinta para cada idioma, debido a que las normas culturales intrínsecas a cada idioma son distintas entre sí. Es decir, se asume el rol de la lengua que se está hablando.
Si bien nunca se ha hecho un estudio científico de la población mundial para determinar que porcentaje es monolingüe y que porcentaje es bilingüe, es evidente que una buena parte de la población mundial vive en países donde se habla más de un idioma y muchos de ellos son funcionales en los dos idiomas.
No se puede seguir un patrón de trabajo de manera estricta porque las actividades y el medio ambiente cotidiano exigen flexibilidad. Es más importante que el trabajo para que el niño adquiera una segunda lengua sea consistente a que sea estricto.
Es cierto que a más temprana edad es más fácil aprender una segunda lengua. Hay razones biológicas por las que los adultos no pueden aprender una segunda lengua sin tener acento. Sin embargo los niños pueden iniciar su aprendizaje casi en cualquier momento que nos lo propongamos. 4. El Método AMEI 4.1. El rol del inglés en el programa pedagógico del centro El centro de educación infantil debe intentar potenciar al máximo todas las capacidades de sus alumnos. De la misma manera que intentamos estimular al niño para que se desarrolle física y mentalmente y que aprenda nuestra lengua de manera correcta, debemos prepararle para que aprenda una segunda lengua de manera correcta tan pronto como sea posible. Cada centro de educación infantil debe decidir su propio programa pedagógico y, por tanto, los componentes del mismo. La inclusión del inglés en el programa del centro depende, entre otras cosas, del medio ambiente, de la población de alumnos y sus padres y de los recursos con que cuente el centro. Sin embargo, no se debe dejar de lado la necesidad de trabajar con los niños en una segunda lengua por la importancia que ésta cobrará más tarde y por las ventajas con las que distraemos a los alumnos si comenzamos a trabajar con ellos a una edad temprana. El programa que se describe en esta presentación se lleva a cabo en el Centro de Educación Infantil Pequeñines, de Madrid y Salamanca. Se imparte diariamente a los alumnos de acuerdo a su edad. 4.2. Fundamentación del programa Nuestro programa de inglés está basado en los estudios del Dr. Manuel Kovacs. De acuerdo con el Dr. Kovacs, "a partir del momento en el que el niño nace prosigue su desarrollo orgánico, es decir, el cerebro no ha terminado de crecer y de madurar en el momento del nacimiento, ni mucho menos, le quedan años de evolución. De hecho, a partir del momento del nacimiento, la duplicidad del volumen y tamaño cerebral no se va a volver a dar en ningún momento de la fase de la vida de ese sujeto, con lo cual, los primeros meses, los primeros años y cuanto más cerca del principio estemos, más va a ser absolutamente vitales en todo el futuro del niño y del adulto que como consecuencia de él se forme. Además, a partir de ese momento, todos los órganos sensoriales son accesibles, por lo que podemos actuar sobre todos ellos, sin las limitaciones que conlleva el que el niño está in útero. Por tanto, conceptualmente, debemos rodear al niño a partir del momento del nacimiento de aquellos estímulos que aporten mayor cantidad de energía y sean más vastos, más amplios de espectro. Utilicemos como ejemplo concreto la audición. El receptor nervioso, el transformador de onda acústica, el impulso eléctrico, está en la cóclea. El ambiente sónico en el que el niño se desenvuelve es enormemente importante. In útero, el líquido amniótico favorece la transmisión de los sonidos con más de 1500 hertz. A partir del momento en el que el niño nace, lo oye todo, tienen un diafragma muy grande. Ahora bien, la cóclea tiene forma de caracol, dos vueltas y media. Imaginemos que la desenrollamos y pensemos en ella como en un xilófono, como un piano en el que están los receptores de los sonidos más graves en un extremo, los receptores de los sonidos más agudos en otro extremo. La propia forma de la cóclea hace que cuando llega una onda acústica, reverbere en su seno y percuta como un pianista la tecla correspondiente al sonido que acabamos de oír. Al percutir esa tecla la fibra nerviosa que está abajo se estimula, eso se conduce a lo largo de distintas vías nerviosas del cerebro que analiza que esta información corresponde a ese sonido. En el momento en el que el niño nace, todas las fibras nerviosas que están debajo de estas teclas, por llamarlas así, son iguales. Supongamos que un niño se mueve en un ambiente sónico en el que durante sus primeros diez años de vida tan sólo se utilizan frecuencias de 300 a 500 hertz. ¿Qué ocurriría en ese niño a los 10 años? Su capacidad física sería la misma, es decir, la cóclea seguiría siendo la misma y Las ondas se formarían exactamente igual, pero la capacidad de percepción y de asunción y de relación de las fibras nerviosas más estimuladas, las que están en el espectro de 300 a 500 hertz sería mucho mayor que la de las demás. Se habrían atrofiado conceptualmente las conexiones dependientes de fibras nerviosas que reciben sonidos de menos de 300 hertz o de más de 500 hertz. Por lo tanto, si el niño a los 10 años oye un sonido, aunque lo oiga bien, no lo va a asumir, a interpretar y a relacionar tal como se hace, tal como lo recibe, sino tal como lo recibe filtrado por un diafragma que prioriza esta banda de sonidos a la que se ha acostumbrado. Cada idioma utiliza unas frecuencias distintas de modo prioritario. El español utiliza esencialmente los 300 a 500 hertz. En cambio, el inglés es más agudo, utiliza hacia los 1200 hertz. ¿Qué significa esto? Que si un niño que nace en España lo tenemos durante 7 años hablándole siempre en español y él está oyendo primordialmente esta banda de 300 a 500 hertz que otra, por lo tanto, asume, interpreta y analiza mejor los sonidos de 300 a 500 hertz que los demás. Cuando este niño a los 15 años aprende a hablar inglés ¿cómo lo habla? Habla con acento español. ¿Por qué? Porque el niño está oyendo el inglés pero está percibiendo esencialmente la frecuencia de 300 a 500 hertz del inglés y por lo tanto repite prioritariamente estas frecuencias en detrimento de los demás. Desde el punto de vista conceptual, lo ideal sería rodear al niño de un ambiente sónico lo más variado posible. Estas ideas se han visto confirmadas recientemente con un estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell, en el que mediante la aplicación de resonancias magnéticas por imágenes se analizaron las zonas de la corteza cerebral que están activas cuando se utilizan dos idiomas distintos. Para la investigación se analizaron personas que habían aprendido una segunda lengua a muy temprana edad (sujetos bilingües tempranos) y personas que habían aprendido la segunda lengua en la edad adulta (sujetos bilingües tardíos). A los sujetos se les dieron tareas lingüísticas expresivas en los idiomas que debían ejecutar en silencio. La resonancia magnética permitió determinar con mucha precisión que zona del cerebro entraba en acción al ejecutar el sujeto las distintas tareas asignadas. De acuerdo con el equipo investigador, encabezado por la Dra. Joy Hirsch, la resonancia magnética por imágenes demostró que en el caso de los sujetos bilingües tardíos existe una separación espacial en la zona de la corteza cerebral sensitiva al idioma, conocida como el área de Broca mientras que en los sujetos bilingües tempranos los dos idiomas tienden a estar en áreas comunes. Esto quiere decir que en los sujetos bilingües tardíos la segunda lengua se procesa por una parte distinta del área de Broca que la utilizada para pensar en el idioma tardío. La observación de que la separación anatómica de los dos idiomas en el área de Broca varíe de acuerdo a la edad en que se aprendió el segundo idioma sugiere que la edad de la adquisición del idioma puede ser un factor significativo para determinar la organización funcional de esta área del cerebro humano. Los bebés, inicialmente capaces de diferenciar todas las diferencias fonéticas relevantes, pueden llegar a modificar el espacio perceptual acústico basados en la exposición temprana y repetida a sus idiomas nativos. Es posible que la representación de los idiomas en el área de Broca se desarrolle por la exposición temprana y no se modifique más adelante. Esto haría necesaria la utilización de áreas adyacentes de la corteza cerebral para el aprendizaje de una segunda lengua. Sería como si el segundo idioma en incorporarse no pudiera penetrar al centro del área de Broca porque ésta ya está ocupada por el idioma nativo del sujeto. Consecuentemente se ve forzada a fijarse en una zona algo distinta del cerebro. En esta forma, los dos idiomas están juntos en el cerebro pero nunca en la armonía disfrutada por los dos idiomas en las personas realmente bilingües. Además de estas razones de tipo científico, existen razones de tipo psicológico que contribuyen a fundamentar nuestro programa. Algunas de ellas han sido descritas por el Dr. Rojas Marcos de la siguiente manera: "Investigaciones recientes demuestran que hablar regularmente a los bebés durante el primer año de vida tiene un profundo efecto positivo en el desarrollo de su cerebro y de su aptitud para aprender. El número de palabras dirigidas a las criaturas al día constituye el estímulo más poderoso para agudizar la inteligencia y avivar la capacidad de razonar, de resolver problemas y de relacionarse con los demás. Cuantos más vocablos por hora escuche el pequeño, mejor. Los cimientos del pensamiento racional se establecen en los primeros meses de existencia, mucho antes de que la criatura muestre signo alguno de distinguir entre una idea abstracta y un objeto concreto. El cerebro del recién nacido está esperando recibir los primeros estímulos del nuevo entorno para configurar las conexiones entre los millones de neuronas que forman el entramado de materia gris que le va a permitir ser más perceptivo, inteligente, adaptable y creativo". Si bien los conceptos del Dr. Rojas Marcos se refieren a la lengua nativa, nosotros creemos que si los niños hasta de tres años son capaces de hacerse entender a pesar de un vocabulario limitado, utilizando la entonación y los gestos, pueden iniciar la adquisición de vocabulario de una segunda lengua para irse acostumbrando a utilizarlos correctamente. La adquisición inicial de este vocabulario generalmente es pasiva pero le servirá de base `para una ampliación posterior en la que el segundo idioma pasará a jugar un rol activo. Hablando en términos de didáctica sabemos que el lenguaje se adquiere mediante procesos de imitación y de creación a partir de un entorno que multiplique las oportunidades de construir significados interactivamente. Por tanto, al aprender una segunda lengua, el niño requiere de un entorno afectivo que facilite uy propicies la comunicación, situaciones familiares que le permitan la comprensión y el uso de la segundas lengua y la extrapolación de dicha lengua a distintos contextos. Estas condiciones se dan en nuestro centro. 5. Estructura del Programa El aprendizaje de la segunda lengua se lleva a cabo en tres etapas sucesivas: Primer estadio: comprensión y asimilación La expresión oral es aquí, así como en la lengua materna, una conquista progresiva y hay que saber esperar el momento en que el niño o la niña se exprese. En este estadio oye porque es curioso y tiene interés. Es el estadio del aprendizaje pasivo, que según los individuos, las circunstancias, las estimulaciones existentes o no, durará más o menos tiempo. En cualquier caso se respeta el proceso de cada uno. Discurre sin discontinuidad. Segundo estadio: costumbre y consolidación En una situación que permanece idéntica la profesora de inglés pregunta e incita al niño o niña en términos conocidos y en fórmulas hechas familiares. El niño y la niña participan fácilmente a través del gesto y la acción y responde, en fin, a través del verbo y siempre de la misma manera en la misma situación. La imitación pasiva permite la adquisición de hábitos. El niño o la niña, al ejecutar la acción, repite después de la profesora la frase que traduce la acción. Tercer estadio: estructuración y automatismo dirigidos Se llevan a cabo ejemplos de diálogos estructurados muy sencillos y que se prestan a la automatización. La repetición inicia al verbo, a la palabra, a la estructura. La sustitución de un elemento o de varios elementos le permite asimilar la estructura. El vocabulario debe ser conocido para que sea posible centrarse en el mecanismo. El ritmo debe de ser rápido, la duración del ejercicio, incluso si parece integrarse de modo natural en el tema, debe ser corta. El programa de inglés tiene en cuenta estas etapas y la edad de los niños, con lo que los objetivos a conseguir, los contenidos y las técnicas utilizados son distintos de acuerdo al grupo de edad. Un punto muy importante es dejar establecido desde el primer momento que el inglés es un idioma distinto del español y que se utiliza en momentos, situaciones y con materiales y personas perfectamente diferenciados. Esto permite al niño organizar los contenidos lingüísticos que va adquiriendo de manera que no se confundan ni interfieran unos con otros. Además, está comprobado que los niños inicialmente aprender a asociar objetos con palabras, dejando de lado todos los demás detalles lingüísticos (sílabas, fonemas, etc.). En un estudio realizado en Canadá, se ha demostrado que los bebés compilan su vocabulario cuando vinculan las palabras con objetos o situaciones. Por tanto, nuestro programa está enfocado a hacer relevantes los contenidos lingüísticos desde el primer momento. La profesora de inglés no habla con los niños más que en inglés, dentro de los momentos y en las situaciones establecidas para esta actividad. Su dedicación al inglés en el centro es exclusiva. Para los niños esta persona solamente habla este idioma y los niños solamente pueden utilizar este idioma para comunicarse con ella. Esto permite que los niños pongan en juego sus habilidades de expresión (entonación, gestos) para lograr expresar lo que quieren decir. La profesora proporciona a los niños un repertorio básico de estas habilidades desde el primer momento con el fin de que los niños las vayan desarrollando. Dado que éste no es un programa de educación bilingüe, la enseñanza del inglés juega un papel muy específico dentro del centro. Es una actividad normal de la rutina diaria de los niños y aunque está vinculada estrechamente al programa pedagógico del centro, sigue sus propios mecanismos y ritmo de acuerdo a las necesidades de los alumnos y a la respuesta que ellos van dando a las actividades del propio programa.
Contenido lingüístico del programa por edades
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