Nuevas perspectivas en la enseñanza temprana de la lectoescritura | |
1. INTRODUCCIÓN: Los métodos de lectura en revisión El éxito escolar de un alumno en la Educación Primaria va a depender en gran medida del dominio que posea de la lectura. Una lectura fluida y comprensiva garantiza un buen rendimiento en prácticamente todas las materias, principalmente en lengua, pero también en ciencias sociales y naturales y, por supuesto en la resolución de tareas y de problemas matemáticos. Sin embargo, la elección del método de lectura no es un tema al que se le conceda demasiada importancia en los centros. Se suele dejar que el claustro de infantil elija la manera de enseñar a leer y muchas veces la decisión se basa en la costumbre del colegio, que utiliza un “buen método” desde hace veinte años o en la oferta de las editoriales, en las que prima el proyecto globalizador, la estética de las presentaciones y los complementos que ofrecen al profesor como material de aula. Cada profesional defiende su método porque todos los niños aprenden (¿) y así, los problemas de la lectura se trasladan hacia arriba y no se tiene en cuenta que el inicio de estos aprendizajes puede marcar el éxito o fracaso de un alumno para toda la Primaria. El método utilizado será uno u otro y así también los problemas que aparecen serán diferentes: silabeo, omisiones y confusiones de letras, sustituciones de sílabas, ortografía, falta de comprensión, de entonación…. La práctica va demostrando que ningún método está libre de problemas y que hay que escoger. Durante muchas décadas se enseñó a leer con métodos alfabéticos. El niño memorizaba dos cosas: el nombre de la letra y cómo sonaba al formar sílabas (la “eme” con la “a”, “ma”). La edad de aprendizaje de la lectura hace años rondaba los 7 años por lo que la motivación que ofreciese el método no era tan importante. Al considerar que se podía empezar a leer primero, empezaron los métodos globales, que al partir de una palabra o frase, hacían más fácil al niño interesarse por la actividad de leer. Estos métodos globales tienen varios inconvenientes: al partir de unidades grandes, el niño tarda mucho en llegar a la asociación grafema-fonema que es el fundamento de la lectura. El aprendizaje se hace muy lento; están mucho tiempo “aprendiendo a leer” y esto cansa al niño de 3, 4, 5 años. Además, al aprender globalmente la forma de las palabras, los lectores enseñados con este método cometen muchos errores visuales, se equivocan en palabras de parecido visual “arena” por “amena”, “claro” por “clavo”… Muy presentes en la enseñanza en España en los últimos veinte años han estado los métodos silábicos, que sin llegar al fonema, forman palabras y frases partiendo de una unidad menor que es la sílaba. Aprender utilizando la sílaba es rápido, pero provoca errores en la visión de la palabra como unidad de significado. Los niños que aprenden con este método silabean más y cometen más errores en la separación de las palabras en escritura libre o al dictado. Al tener que memorizar las sílabas enteras cometen también muchos errores de sustitución de sílabas “pla” por “pal”,” ber” por “bre”… Los defensores de los métodos fonéticos tienen a su favor que los niños que aprenden asociando directamente grafema-fonema son los que menos errores cometen en el dictado y los que menos inversiones de sílabas producen, siendo éstos algunos de los problemas más graves a los que se enfrentan los reeducadores. Lo cierto es que cuando un niño necesita “aprender otra vez a leer”, se acude a un método fonético, independientemente de cuál haya sido su método inicial de aprendizaje (Cuetos, 1988). Los métodos fonéticos, aún considerando que son los más adecuados para iniciar al niño en la lectoescritura, presentan tres problemas: son difíciles de motivar y cuesta mucho captar el interés del niño, la arbitrariedad grafema-fonema hace difícil su memorización y además, a los 4 años no se tiene adquirida de forma natural el concepto de fonema. ¿Cómo sacar las ventajas de cada método y llegar así a la lectura con el mínimo de errores, el máximo de motivación y la mejor comprensión? Nuestra propuesta es una integración de métodos, tomando lo más eficaz de cada uno: que el aprendizaje de la lectura sea motivador como lo es con los métodos globales, que el niño llegue a dominar las unidades con las que trabaja, como los métodos silábicos y que tenga un aprendizaje lo más libre de errores posible, como determinan los fonéticos. Poder empezar cuanto antes, sin forzar a ningún niño y sin dejar que ninguno deje de aprender si ya está capacitado para ello, tenga 3, 4, 5 ó 6 años es uno de los objetivos de nuestra manera de enfocar la lectoescritura. El proyecto de enseñanza-aprendizaje llevado a cabo durante estos dos últimos cursos por el claustro de Educación Infantil del Colegio San Ignacio de Oviedo, dirigidos por el Profesor Cuetos Vega (Universidad de Oviedo) consiste en aplicar una metodología globalizadora . Se parte de un texto, luego se pasa a la frase, y a la palabra (como trabajarían los métodos globales en su presentación) y, por último, al fonema aplicando en este punto el Método MIL (Cuetos y col, 2000), método fonético. Una programación segmentación
fonológica va siempre paralela al avance de la lectoescritura,
formando parte de las actividades diarias de todas las clases a través
de juegos y utilizando diversos materiales. 2. EL MÉTODO MIL-INFANTIL (Método Integrado de lectoescritura) MOTIVACIÓN. Requisitos previos Para que un niño empiece a leer, lo primero que tiene que saber es qué significa leer y haber tenido la experiencia de que cuando alguien lee (por ejemplo cuando le leen un cuento), se trata de un momento agradable, interesante, emocionante, misterioso….Y para ello la actividad de leer un cuento en clase debe de ser uno de los momentos “sagrados” en la jornada de educación infantil. Ese momento hay que cuidarlo y sacarlo de la rutina del día. Los niños deben sentarse en el suelo en el lugar destinado a las actividades que requieren más atención. El momento del cuento será siempre a la misma hora y sin prisas, aunque se trate de un cuento largo. Todos los recursos que el profesor considere para rodear de cierto protocolo el momento del cuento serán muy positivos (ponerse un sombrero, cambiar la iluminación de la clase, poner un peluche que anuncia que se va a comenzar la lectura….) y los niños relacionarán esa actividad con un comportamiento concreto que implicará silencio absoluto y tranquilidad. El profesor debe disponer de muchos cuentos que sean apropiados a la edad de los alumnos. No es lo mismo un niño de 3 que uno de 6 años aunque sean todos de Infantil. Y los cuentos servirán de referencia para comentar actitudes, recordar historias que les ocurrieron a los personajes, describir lugares…El cuento es un gran recurso para trabajar la expresión oral. Cada clase de infantil debe contar con una biblioteca de aula que esté al alcance de los niños y que éstos puedan manejar como otro recurso de “juego” en el tiempo libre del que disponen tras terminar sus tareas. Otra actividad de biblioteca es marcar un momento concreto en el que todos los niños cogen un cuento, lo miran, lo leen…y luego lo cambian por otro, en “silencio”…De esta manera van relacionando que para leer se necesita que no haya ruidos, no se molesta a los demás, no se juega con los cuentos como si fueran coches… Es toda una educación en la lectura que puede empezar desde los 2 años. SEGMENTACIÓN FONOLÓGICA Partiendo de este trabajo envolvente de la lectura se puede iniciar el aprendizaje de las letras paralelamente al descubrimiento del lenguaje escrito. Por una parte en 1º de Infantil se presenta a cada niño su nombre en letras mayúsculas. Su casillero, su percha, su carpeta…todo tiene su nombre escrito en mayúsculas. Cada día, por orden de lista un niño es el “jefe del día “y se encargará de regar las plantas, poner en el mural del tiempo la nube, el sol…. repartir los trabajos a los demás… y como jefe pondrá su nombre en la pizarra con letras imantadas y las letras de su nombre permanecerán todo el día allí a la vista de todos. El profesor, cuando hace referencia al nombre del niño puesto en la pizarra, va pronunciando los sonidos que lo componen y los niños los repiten (c-a-r-l-o-s). Poco a poco van asociando letras a sonidos y van reconociendo qué letras componen su nombre y cuáles comparte con el nombre de otros niños. A los pocos meses de iniciarse esta actividad, casi todos los niños de la clase reconocen las letras por su sonido y son capaces de leer “fonema a fonema”. El objetivo no es que ya lean con significado, sino que comprendan que las letras que contienen los cuentos, esos “dibujos negros” que la señorita convierte en una historia preciosa tienen un sonido y que todas las cosas tienen un nombre que se compone de “cachitos”. Es el inicio de la segmentación fonológica. En 2º curso se trabaja la frase, la palabra, la sílaba y el fonema. Elaboración de frases a partir de uno ó más dibujos dados, contar las palabras de las que consta una frase, componer frases de determinado número de palabras, empezar frases, terminarlas, comparar frases, alargarlas, representar por rayas las palabras de una frase… Romper palabras en sílabas, contar las sílabas de una palabra, decir palabras con determinado número de sílabas, representar por rayas las sílabas de una palabra, decir palabras que tienen una silaba igual, hacer rimas, componer palabras partiendo de unas sílabas dadas… El trabajo de fonema se inicia a final de curso y consiste fundamentalmente en descomponer palabras en sus letras-fonemas, identificar fonemas dentro de palabras, decir palabras que empiezan, terminan o llevan un fonema determinado, deletrear los fonemas de una palabra, unir fonemas o letras para formar palabras… En 3º se trabaja también la sustitución, omisión y adición de fonemas además de todo lo anterior. La diferencia con los otros cursos es que el trabajo de frase, palabra y fonema se simultanea desde principio de curso. Cada día se realiza un ejercicio de cada bloque, antes de la lectura. Por el contrario, la sílaba apenas se trabaja en 3º. Insistir en la sílaba cuando ya se ha llegado al fonema favorece, a nuestro entender, el silabeo en la lectura y la inadecuada separación de palabras en la escritura libre y dictado. PRINCIPIO DE GLOBALIZACIÓN El principio de globalización hace muchos años que está presente en la programación de las unidades didácticas de educación infantil, como un requisito fundamental para dotar de significado a los contenidos distribuidos por áreas. Si bien es cierto que con imaginación se puede llegar a relacionar casi todo ( y así, contar castañas en la ficha de matemáticas porque el tema de la unidad es el otoño, hablar de la familia de Jesús, al trabajar la familia o saltar como ranas y canguros en psicomotricidad porque se trata del tema de los animales), nuestra idea de globalización va más a la esencia del tipo de aprendizaje que se desarrolla a estas edades y que tiene, a nuestro entender , una estructura circular y envolvente y en la que la metodología del enseñante obliga continuamente a relacionar áreas y a volver a contenidos, ideas,… vistas anteriormente. Este “volver atrás” y diseñar actividades que pertenecen a dos o tres áreas a la vez es lo que impide una programación cerrada en 11 ó 12 unidades didácticas, con objetivos de cada área para ser conseguidos en determinados momentos del curso escolar, en consecución lineal, sabiendo que a esta edad el punto de madurez para cada niño y en cada área aparece en distintos momentos y a lo largo de todo un ciclo que dura tres cursos escolares. Además, los temas van surgiendo espontáneamente y los profesores a lo largo del curso se verán obligados a hablar del invierno en Abril si un niño se fue a esquiar y, por otra parte será absurdo iniciar el tema del invierno si hace en febrero un tiempo primaveral y ya están los árboles en flor en el patio del colegio. Partiendo de estas premisas nuestra idea “circular” relaciona, unifica y desarrolla un programa de estimulación lingüística que, con el objetivo de aprender a leer, se apoya en 30 temas del medio físico y social. Se escogió un tema de interés por cada letra y de ese tema el dibujo de una palabra clave se transformará en la letra a aprender. Así, el tema de los juguetes propone la palabra “pelota” y el dibujo de una pelota se transforma en la letra “P”, el tema de los medio de transporte propone como palabra clave “avión” y se transforma en una “A”…. Los temas elegidos son los siguientes: En el orden de introducción de las letras se tienen en cuenta factores sociales (ya que hay letras como la “m” que muchos niños ya saben porque las han oído a sus hermanos o padres), y también se tiene en cuenta su facilidad para la escritura. Especialmente se considera que las primeras letras que se enseñan tengan pocos rasgos fonéticos comunes con el fin de que no haya confusión entre ellas al escribirlas al dictado. Las últimas letras a aprender coinciden con las de mayor dificultad ortográfica y las más infrecuentes. Exactamente el orden de presentación de las letras es el siguiente: vocales en el orden a, e, i, o, u y después consonantes en el orden: m, s, l, p, d, n, t, f, ñ, r, b, j, ll, v, h, c, q, y, ch, z, ce, g, k, x, ge. El tiempo dedicado a cada letra es variable.
Las primeras letras necesitan más tiempo, generalmente diez días
lectivos cada una, después se va reduciendo el tiempo empleado
con cada letra hasta llegar a sólo cinco o cuatro con las últimas
e incluso algunas sólo necesitan tres días. No hay un tiempo
determinado, el criterio para pasar a la siguiente letra es que la lean
de manera rápida y eficaz todos o casi todos los niños de
las tres clases. Cada tres o cuatro letras se dedica alguna jornada al
repaso. Simultáneamente con el aprendizaje de la lectura se realiza también el aprendizaje de la escritura. La secuencia que se sigue con cada letra es la siguiente:
Finalmente, ejercicios variados de escritura
libre, dictado, escritura en el ordenador, composición de palabras
con letras de plástico, etc.
El punto de partida para la enseñanza
de cada letra es el texto escrito. Se presenta al niño un texto
de unas 6 ó 7 frases y a la vez que el profesor lo va leyendo,
aparecen dibujos que van dando sentido a las frases que lo componen.
Cuando el niño ya conoce a fondo
el tema, se presenta la palabra clave y se le muestra en 4 secuencias
la evolución de ese dibujo en la letra a aprender. La transformación
visual va acompañada de la auditiva, de tal manera que la “serpiente
“ se transformará en la “s” y el niño
repetirá : “serpiente, ssserpiente, sssssssserpiente, sssssssss”.
Conocidas las vocales y algunas consonantes se inicia la formación de la sílaba. Se le presenta al niño la secuencia de dos letras que conoce: una consonante y una vocal o viceversa. Se le muestran alejadas en la pizarra y se le manda leerlas. Luego el profesor las escribe más cerca y el niño las lee. Así hasta que quedan unidas en la sílaba y el niño las lee en un “golpe”:
Se pretende que el niño concatene sonidos en unidades más pequeñas que la palabra, para que le sea más fácil desde el punto de vista fonético producir los sonidos. Una vez formada la palabra escrita, no se rompe más en sílabas ni en la modalidad oral ni en la escrita.
Se empieza la construcción de palabras .El niño ya identifica sílabas dentro de palabras. La sílaba favorece la emisión enlazada de algunos fonemas difíciles de aislar (t, p, c…).La sílaba se presenta siempre dentro de la palabra entera.
El niño construye frases a partir de las palabras de manera oral y con material escrito (pizarra, cartulinas, dibujos…)
Se construyen textos ordenando frases.
Desde el momento que el niño conoce las asociaciones grafema-fonema se inicia en la lectura. Esta metodología tiene tres fases:
MATERIALES Los materiales didácticos escogidos para trabajar segmentación fonológica y lectura desde el principio de curso son:
La lectura no tiene ningún material de apoyo tipo cartilla, ya que el orden establecido de los fonemas no coincide con ninguna editorial. Una vez realizado el aprendizaje de todas las letras se empieza a leer con todos a la vez, cada niño con su libro, la colección “El zoo de las letras” de la Editorial Bruño. En estos cuentos cada libro está dedicado al aprendizaje o refuerzo de un fonema. VALORACIÓN DEL METODO Los resultados de esta primera aplicación del método están contrastados mediante pruebas estandarizadas de lectura, a partir del test PROLEC (Cuetos, Rodríguez y Ruano, 1996), de escritura con el PROESC (Cuetos, Ramos y Ruano, 2002) y del conocimiento fonológico con la prueba elaborada por Zubiauz (1998). Y los resultados obtenidos en estas tres pruebas no dejan lugar a dudas. Existen importantes diferencias respecto a los niños del mismo colegio pero del curso anterior que fueron enseñados con un método silábico (adaptación del método de Freire para la educación de adultos en Brasil). Así, mientras que los niños enseñados por el método silábico leían una media de 22.9 palabras y 20.9 pseudopalabras del total de 30 de que constan estas pruebas del PROLEC, los niños enseñados con el método integrado de lectura leían un promedio de 27.6 palabras y 26.2 pseudopalabras. En escritura las diferencias eran aun mayores, ya que los niños enseñados con el método silábico escribían 12.8 palabras y 12.5 pseudopalabras mientras que los enseñados con el método integrado escribían 16.5 palabras y 15.8 pseudopalabras. Más aun, los resultados conseguidos por estos niños de infantil enseñados por el método integrado fueron superiores a los obtenidos por los niños de Primero de Primaria que participaron en la baremación de los tests (en Cuetos y col (2003) se pueden ver los resultados obtenidos en cada una de las pruebas por estos tres grupos de niños)
Conseguidos estos resultados en 3º
de infantil, se inició la experiencia con el mismo esquema metodológico
en 2º, en este curso 2003-04, pero esta vez utilizando la versión
informatizada del método.
¿Qué ventajas ofrece
el ordenador en el aula en Educación Infantil?
Dos cursos siguiendo esta metodología
han bastado para comprobar su eficacia. Es fácil aprender a leer
cuando no hay presión. Es fácil enseñar a leer si
no te marcan topes o límites. TODOS los alumnos aprenden
y aprenden correctamente, aunque no todos llegan al mismo nivel
en el mismo curso. La primera fase del método se supera una vez
conocidas todas las asociaciones grafema-fonema. El ir enlazando unos
fonemas con otros es cuestión de madurez. Cada niño tiene
su momento y con este método ese momento tiene fecha concreta.
Un día empiezan a unir los sonidos y a leer palabras, recordando
lo que acaban de leer. Algunos niños lo consiguen a los 3,4 años,
otros a los 6,2…. Se respeta el momento evolutivo de cada
niño. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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