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ASOCIACIÓN MUNDIAL
DE EDUCADORES INFANTILES UN
DESAFÍO DE POLÍTICA EDUCACIONAL PARA LA EDUCACIÓN
PARVULARIA: FORMAR NIÑ@S LECTORES DE TEXTOS EN EL JARDÍN
INFANTIL |
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UN DESAFIO DE
POLITICA EDUCACIONAL PARA LA EDUCACION INFANTIL: formar niños y niñas productores
de textos en el jardín infantil
OFELIA REVECO VERGARA
Educadora de Párvulos
Master Ciencias Sociales
Doctora© en Educación
INTRODUCCION
En este documento quiero presentar algunas
reflexiones sobre el tema de la continuidad o quiebre entre la Educación
Parvularia y la Educación Básica. Hago
estas reflexiones desde mi experiencia como investigadora, como docente
de educación superior durante muchos años y desde mi actual cargo de Vicepresidenta
Ejecutiva de la Junta Nacional de Jardines Infantiles.
Para desarrollar el tema en un primer momento
explicitaré el problema desde tres perspectivas; desde de la tradición pedagógica
fundante de cada uno de los niveles, luego desde la perspectiva del currículum,
para finalizar develando la mirada de las docentes.
En un segundo momento, trataré de hipotetizar
respecto de por qué un fenómeno que siempre ha existido, hoy pasa a adquirir
relevancia.
En un tercer momento, mostraré las diversas
posiciones que existen entre las docentes respecto del tema de la lectura
y escritura en la Educación Parvularia
En un cuarto punto me adentraré en los principios
pedagógicos y criterios didácticos que posibilitan a la Educación Parvularia
adentrarse en la lectura y escritura en el Jardín Infantil sin dejar de tener como centro de su preocupación
al niño, la niña, sus intereses, necesidades y características.
El documento finaliza con propuestas de
acción para superar el quiebre, la discontinuidad o la llamada desarticulación
que se produce entre ambos niveles y que finalmente perjudica a las niñas
y a los niños.
I DESCOORDINACIÓN, DISCONTINUIDAD ENTRE LA
EDUCACION PARVULARIA Y LA EDUCACION BASICA: ¿Existe este fenómeno?
Inicio esta presentación afirmando que a
pesar de los grandes avances en la educación producto del proceso de Reforma,
aún existe descoordinación y discontinuidad entre el nivel Parvulario y
el Básico. Y afirmo también que
este fenómeno educativo no es casual.
Ambas afirmaciones las sustentaré haciendo
una reflexión sobre la base de tres aspectos:
·
Desde
las tradiciones que sustentan a cada uno de los niveles;
·
Desde
el curriculum de cada uno de ellos y
·
Desde
las percepciones que existen en los docentes de cada nivel con respecto
del otro.
Las Tradiciones que
sustentan a la Educación Parvularia y a la Educación Básica
Recordemos que la Educación Parvularia chilena,
así como la Latinoamericana, se fundamenta en las tradiciones de la escuela
Activa; en Agazzi, Montessori. Decroly,
y luego Dewey y Kilpatrick; estos son los autores que nutren nuestro nivel.
La tradición funda una Pedagogía que tiene como centro al niño (paidocéntrica). Es a partir de su conocimiento y de la comprensión
de cada edad y cada niña y niño, que el educador o educadora propone y realiza
un trabajo pedagógico. El juego
ocupa un lugar especial en el aprendizaje; el interés de los niños es el
punto de partida desde el cual se planifica; la libertad de los alumnos
en cada actividad se pone en juego y se aprende la autonomía, de tal forma
que el aprender haciendo es uno de los principios pedagógicos que sustentan
toda nuestra forma de educar.
La Educación Básica por su parte se basa
en los postulados de Juan Federico Herbart y sus seguidores como Francis
Parker y Charles Mac Murray entre otros.
Recordemos que Herbart propugnó un sistema denominado "instrucción
educativa". enseñanza que se caracterizaba por una serie de situaciones
sucesivas bien reguladas por el maestro que permitían fortalecer la inteligencia,
y a través de la cual se creía que se lograba desarrollar la voluntad y
el carácter. Cada "lección"
como él la denominaba, se debía realizar a través de una serie de fases
o pasos bien establecidas. Podríamos
decir que el centro de la pedagogía que él propuso era el maestro y la materia
(logocéntrica).
En suma, las tradiciones que fundan ambos
niveles son no sólo diferentes sino que además antagónicas; tenemos una
tradición que pone como centro al niño, que cree en el curriculum flexible,
que plantea enseñar a partir del interés del alumno, que propugna metodologías
activas y el otro nivel, el básico cuya tradición pone en el centro al docente
y la materia, donde la metodología la conforman fases y etapas inflexibles,
donde el que enseñar, el contenido, surge de la decisión del profesor. Desde las tradiciones, no existe continuidad.
·
El Curriculum
Si analizamos
los curricula de ambos niveles (explicitado preferentemente a través de
planes y programas)
podemos afirmar que existen grandes diferencias entre uno y
otro nivel.
La concepción curricular fundante del curriculum de la Educación Parvularia
corresponde a una concepción de curriculum como experiencia integrada y
los programas corresponden al tipo denominado de experiencia.
En el caso de la Educación Básica, tradicionalmente
los curricula han correspondido a la concepción que se ha denominado de
Racionalismo Académico, y sus Programas los denominados de Listado de Materias
o Contenidos. En este aspecto, a través del proceso de Reforma Curricular
realizado en la Educación Básica chilena, esta concepción cambió, sin embargo,
aún muchos docentes, por el peso de la costumbre, desde el currículum implícito
se sigue trabajando desde esta concepción.
Podemos afirmar entonces, que las concepciones
curriculares y los tipos de programas de uno y otro nivel son diametralmente
opuestos respecto de sus objetivos, el tipo de organización de los grupos,
el tipo de metodologías pertinentes, los horarios, etc. Y si bien en Chile
y en otros países de América los procesos de Reforma Curricular han acercado
ambas concepciones, muchas veces los docentes, siguen sustentando el uso
del currículum explícito desde sus concepciones curriculares tradicionales.
Las percepciones
de las y los docentes
Si analizamos el fenómeno desde esta perspectiva podemos observar
descalificaciones mutuas. La profesora
de Educación Básica se queja de un nivel de Educación Parvularia "que
no prepara a los niños para el Primer año de Educación Básica", que
'mal-enseña" a los alumnos/as " mientras que las docentes del
nivel Parvulario plantean que la Educación Básica "escolariza". "destruye la creatividad", la "libre iniciativa'
'la individualidad". entre otras.
Más de una vez quienes somos Educadoras
de Párvulos hemos sufrido por nuestros alumnos y alumnas, por nuestros hijos
e hijas al descubrir que los niños y niñas que con tanto esfuerzo formamos
deben asistir irremediablemente a la escuela básica "pobrecitos' decimos,
"ya nos los van a cambiar'.
En suma, estos tres aspectos muestran el
problema de la discontinuidad desde lo más profundo de un nivel educativo;
sus tradiciones, curriculum y percepciones de quienes hacen la docencia. Irremediablemente, surge la pregunta: ¿qué
hacer? y ¿cómo hacer para revertir esta situación?
II ¿DISCONTINUIDAD
O QUIEBRE SOCIAL?
Las tradiciones y el curriculum de uno y
a otro nivel han tenido siempre las características a través de las cuales
hemos analizado este fenómeno educativo, el de la discontinuidad entre dos
niveles de la educación. Por tanto,
ha existido siempre ¿cuáles son entonces las razones que explican que un
problema se transforme en tal sólo en los últimos años?
La hipótesis es que la continuidad, se transforma en quiebre en la medida que se
parte del siguiente entendido o implícito social: que ambos niveles deben
apoyarse mutuamente. Que la Educación
Parvularia debe allanar el camino a la Educación Básica en la formación
de ciertas habilidades, conocimientos y hábitos que la Educación Básica
requiere para que la enseñanza de la lectura y escritura se realice con
mayor facilidad.
Para ejemplificar este implícito social
permítanme mostrar el siguiente hecho: en los últimos años para referirse al nivel que atiende a niñas y niños menores de 6
años, se habla de la educación
prebásica o preescolar. Al recurrir
a esta distinción, parece entonces un nivel que viene antes de la básica,
antes de la escuela y cuya meta es la escuela, es la básica.
Frente a este modo de nombrar a la Educación
Infantil, surgen preguntas tales como: ¿Es qué el nivel de Educación Parvularia
no tiene sentido en sí mismo? ¿es qué los niños de estas edades deben trabajar
sólo para lograr la meta de ser alumnos de la Educación Básica?
Cuando se habla
de quiebre, se juzga a un nivel desde las necesidades del otro.
En una investigación de Johana Filp realizada
en 1988. no se constatan efectos de la
experiencia de jardín infantil en el aprendizaje
de la lectura en el primer año de Educación Básica1. Esta investigación.
que forma parte de una gran corriente europea y americana de estudios sobre
el tema, revela que la Educación Parvularia puede tener un carácter socialmente
compensatorio. Sin embargo, en posteriores estudios, al aplicarse otras metodologías de investigación
y al evaluar otro conocimiento no sólo el aprendizaje de materias y el desarrollo
de ciertas habilidades cognitivas postuladas por la Educación Básica, se
demuestra que el jardín infantil si tiene efectos e incluso a largo plazo.(Myers:
1994, Marcon: 1996, Berrueta y Clement
.1994), Lockheed, Jamison y Law:1980
y Colclough:1980) En un reciente estudio realizado en Chile (Reveco y Mella)
respecto del impacto de la Educación Infantil en el 7° año de Educación
Primaria , se concluye que los niñ@s que asistieron a Jardín Infantil tienen mejores
aprendizajes en Castellano y Matemáticas.[1]
Ahora bien, si desde la perspectiva de la
equidad en la formación de los niños más pobres, los aportes del Jardín
Infantil. del Curso. o de la Escuela de Párvulos aparentemente no afecta
directamente sus capacidades de
aprendizaje de lectura en Escuela Básica ¿quién está en problemas, la Educación
Parvularia o la Educación Básica? Ese
punto es el quiebre. Es un fenómeno
más complejo que la simple discontinuidad, pues tiene alta relevancia social.
III POSICIONES RESPECTO DE LA PREPARACIÓN PARA LA ENSEÑANZA DE LA
LECTURA Y LA ESCRITURA.
Es a partir del tema del aprendizaje de
la lectura y escritura de los niños de sectores pobres que el quiebre entre
la Educación Infantil y la Primaria se hace socialmente relevante. Es la importancia de la lectura y escritura
en la sociedad actual y la dificultad que muchos niños pobres tienen para
aprender a leer y a escribir, lo que transforma una discontinuidad que siempre
ha existido en un problema de política social y educativa. Como veremos más adelante la superación del
quiebre sin embargo, no está sólo en las políticas sino muy centralmente
en la pedagogía.
En la Educación Parvularia, hay posiciones
con respecto del tema, algunas de ellas, extremas. En este evento quiero mostrarlas pues corresponden
a posiciones generalizables y que alguna vez, quienes estamos leyendo, las
hemos asumido como propias.
·
Una primera
posición consiste en negarse a realizar
cualquier actividad que se relacione con enseñar a leer y a escribir; se
argumenta que este no es el objetivo del nivel. La postura, puede negar al extremo de no querer escuchar hablar
sobre el tema o discutir sobre él.
·
Una segunda
posición, asume el desafío de iniciar la enseñanza de la lectura y la escritura
en el nivel, realizando para ello, actividades denominadas de "apresto"
u otras de leer y escribir propiamente tal. Quienes asumen esta postura en general argumentan
que se ven obligadas a hacerlo dada la presión social ejercida por padres
y madres, o direcciones de los colegios.
La enseñanza de la lectura y la escritura la hacen “a la manera de
la Educación Primaria”
Si analizamos una y otra posición podríamos
afirmar que ni una ni otra es adecuada; la primera impide profundizar sobre
un tema para el cual las Educadoras de Párvulos no siempre tuvimos una formación
exhaustiva y la segunda lleva a enfrentar un tema de la Pedagogía sin mayor
reflexión acerca de cómo el niño puede aprender a producir textos orales
y escritos desde una tradición de escuela activa.
IV PRODUCCIÓN
DE TEXTOS ORALES Y ESCRITOS
El desafío para el nivel, para las profesionales
del nivel, es aprender del tema hasta llegar a dominarlo. Algunas preguntas orientadoras de ésta búsqueda
podrían ser: ¿Qué nos dice la investigación acerca de los procesos que facilitan
o dificultan la producción de textos orales y escritos? ¿Qué características
tienen aquellos niños y niñas, sus familias, su escuela que les ha permitido
leer y escribir aparentemente "solos, sin mediar un proceso educativo
intencional al respecto? ¿Cómo se enseña, cual es la didáctica que permite
introducir a los alumnos en el mundo letrado sin temores, sin frustraciones,
sin imponerles una actividad para la cual no están preparados? ¿Cómo los
niños y niñas pueden aprender a producir textos orales y escritos; natural
y activamente. como jugando, respetando sus ritmos e intereses personales?
Algunos principios
pedagógicos
En experiencias realizadas en Chile con
educadoras y profesoras básicas, basándonos en datos aportados por la investigación
con respecto del tema, trabajamos en torno de los siguientes principios
pedagógicos:
Principio de
Actividad
Los niños y las niñas aprenden a producir
textos orales y escritos, haciéndolo. Leen
y escriben en la medida que tienen la oportunidad de hacerlo que existe
en el Jardín Infantil o escuela un ambiente y actividades que les dan la
oportunidad de producir textos.
Principio de
Interés
Los párvulos producen textos cuando están
interesados en hacerlo. Este interés
es individual, es un proyecto personal que el niño quiere realizar. Le gusta un determinado tema y por esa razón
quiere leer o escribir sobre él. Necesita
saber lo que dice la tarjeta que el amigo le envió o el cuento que tanto
le gusta. El interés no es impuesto
por el educador, surge en el niño.
Principio de
Comunidad
Los párvulos aprenden en la interacción
con otros niños y niñas, con los adultos, en la familia y en la comunidad. En el trabajo conjunto, en el diálogo, en las
preguntas que se hacen y se responden, en los proyectos que asumen en conjunto,
etc.
Principio de
Individualidad
Los niños Y las niñas aunque tengan la misma
edad, aunque sean parte de un mismo nivel aprenden a ritmos distintos, dependiendo
de su propia individualidad. Producir
textos, es una actividad que el nivel de Educación Parvularia intenciona
pero que cada niño la asume en forma diferente.
Principio de
Afectividad
El niño o la niña se interesarán por aprender
en la medida que los adultos que enseñan sean queridos por ellos y que manifiesten
interés por el tema a aprender. El
afecto está presente en las relaciones educador(a)alumno(a), en la relación
niño(a)actividad en la relación educador(a)tema y en la relación niño(a)-niño(a).
Una educadora querida por sus alumnos que mientras trabaja lee y
escribe delante de ellos, que goza con la lectura y que crea relaciones
efectivas en la clase, será una profesora efectiva en la 'enseñanza de leer
y escribir".
Principio de
Integralidad
Los alumnos y alumnas aprenden integralmente;
con todos sus sentidos, a través de actividades de todas las áreas y en
una relación holística con el medio y el conocimiento. El lenguaje, los textos, deben estar presentes
en la vida cotidiana de niñas y niños en el jardín infantil y escuela. No se aprende porque se les entregan materias
o asignaturas especiales, sino se aprende más fácilmente en actividades
que les exijan interactuar con diversos conocimientos y habilidades.
Desde estos principios y a partir del dato aportado por innumerables investigaciones que muestran que
los niños aprenden a leer y a escribir 'naturalmente" cuando se dan
ciertas condiciones que podríamos considerarlas fácilmente en el nivel,
hemos considerado los siguientes criterios para una didáctica dirigida al
jardín Infantil y también para la Educación Básica, principios que actualmente
están presentes en la Reforma Curricular de la Educación Básica.
En el jardín
infantil y en la Escuela debe darse un Ambiente Letrado
Cuando la vida del niño o niña transcurre
en un ambiente "letrado" es decir en un espacio donde libros,
revistas, etiquetas, periódicos y otros materiales escritos están a su alcance.
Un Adulto Atento
a los requerimientos lectores y escritores del niño/a
Cuando los adultos responden permanentemente
las miles de preguntas que los niños hacen, incluyendo aquellas que inquieren
sobre el significado de lo escrito, sobre el cómo se escribe, sobre lo que
significan palabras, frases y textos.
Una familia que gusta de leer
Cuando seres queridos como los padres, madres,
hermanos, educadores leen frente a ellos y explicitan su amor por leer y
escribir.
Una familia que
lee y cuenta cuentos a sus hijas e hijos
Cuando los adultos les leen cuentos, poesías
u otros escritos de interés del niño.
Maestro y Familiares
que leen ayudando al niño/a a descubrir
Cuando al leerles se usa como recurso pedagógico
el leer y mostrar al unísono el lugar donde se está leyendo. El niño, la niña va descubriendo individualmente
que aquello que la tía dice está contenido en determinados lugares del texto;
en cada letra, cada palabra, cada frase.
Niños y Niñas
que juegan a leer y a escribir
Cuando el niño se propone leer o escribir
pues desea descubrir lo que un texto dice o desea comunicar algo a través
de la escritura y el adulto se muestra interesado por lo que el niño dice
o garabatea, y le permite y apoya a jugar a leer o a escribir.
Las niñas/os
tienen acceso a textos y a materiales para producirlos.
Cuando tiene acceso fácil y libre a lápices, papeles y libros de
tal forma de poder jugar a escribir o a leer cuando él se interese.
Familiares y
educadores que usan la lengua en todas sus formas en la relación con los
párvulos
Cuando los párvulos tienen la posibilidad
de conversar, discutir, argumentar, crear cuentos, poemas, discursos o cualquier
otro tipo de texto.
En suma, iniciar al párvulo en la producción
de textos, significa, que la Educación Parvularia cree que los párvulos
pueden adquirir estas destrezas, y que el Jardín Infantil se compromete
efectivamente a enseñárselas, pero que esta actividad, la realiza desde
sus propias tradiciones, de escuela activa.
Desde esta nueva concepción con respecto
de la lectura y escritura, construir la continuidad con la Educación Primaria
significa entonces, que leste nivel educativo debe reflexionar sobre las
metodologías que usa, quizás renunciar a los modelos tradicionales y la
Educación Infantil deberá crear en sus Jardines Infantiles condiciones para que el lenguaje oral y escrito
tenga un lugar permanente e importante que permita a niños y niñas interactuar
activamente con el lenguaje a partir de sus intereses individuales, de sus
proyectos personales y grupales
La continuidad entonces desafía a ambos
niveles, dándole a la Lengua Materna un espacio de importancia. La Escuela y el Jardín Infantil deben demostrar
a sus alumnos que leer y escribir es entretenido, pues los traslada a mundos
inimaginables y es útil pues abre otras posibilidades de acción. Recordemos la alegría de nuestros alumnos y
alumnas cuando pudieron leer su cuento favorito y escribir en esa Navidad
la carta al Viejito Pascuero.
Deberemos acordar entonces que aprender
a escribir, no significa hacer planas y planas de palotes, letras o frases
sin sentido y leer no significa tampoco decodificar signos, sílabas o palabras.
Escribir y leer serán entonces actividades "naturales' para
niños y niñas, actividades que el niño se interesa por realizar porque en
el ambiente de la escuela hay textos que a él le interesan y quiere descubrir
lo que allí dice, quiere probar a escribir sus propios textos.
El Jardín Infantil y la Escuela Básica deberán
generar, un ambiente donde exista lenguaje escrito y donde el lenguaje oral
se use en sus múltiples formas, desafiando al niño a utilizarlo, a aprenderlo.
El docente por su parte, deberá sea capaz de apoyar a niños y niñas
en sus proyectos de producción y descubrimiento del significado de los textos.
En la Educación Parvularia debemos buscar,
crear un curriculum que integre esta posibilidad al quehacer cotidianos
de los niños. Lo que hacemos ahora es escabullirnos de un desafío que la
investigación nos plantea. Un niño
o una niña que está interesado en saber lo que dice una etiqueta, un libro
o un aviso debe obtener respuestas de su educadora, esta debe ser capaz
de escucharlo y de responderle. El
niño que quiere a los 3 años aprender a escribir su nombre hay que escribírselo
y dejarlo que lo haga de lo contrario lo que estamos haciendo no es solo
no enseñar a leer y a escribir sino evitar, impedir que el niño aprenda
lo que necesita aprender
V ¿SE PUEDE PRODUCIR EL CAMBIO? CUATRO PUNTOS PARA UNA ESTRATEGIA.
A fin de producir la tan esperado continuidad
que educadores y niños desean, quiero presentar cuatro posibles acciones
algunas de pedagogía y otras de política educativa:
Primero, los docentes de ambos niveles
debemos reconocer el quiebre, reconocer que el problema existe. Las Educadoras de Párvulos debemos evitar caer
en el pecado de omisión, al no favorecer este aprendizaje y las Profesoras
de Educación Primaria deberán evitar reproducir una y otra vez una forma
de enseñar que impide el aprendizaje.
Segundo, Los docentes de ambos niveles debemos generar
espacios de formación y reflexión con respecto del tema. Espacios en donde se analicen investigaciones,
y experiencias donde las/os docentes de ambos niveles se pregunten y respondan
acerca de los logros y fracasos al enfrentar este tipo de enseñanza; donde
se lea, discuta, y diseñen currícula pertinentes.
Tercero, La familia, debe tener
la posibilidad de incorporarse a la tarea de enseñar. Los padres y madres; hermanos y hermanas deben conocer que se enseña
y como se enseña, incluso en algo tan especializado como la lectura y la
escritura. La casa puede y debe
ser un espacio importante de aprendizaje de niños y niñas.
Y para terminar dos preguntas ¿Por qué Educadoras
de Párvulos y Profesoras de Educación Primaria vamos a permitir que una
barrera conceptual se transforma en barrera institucional? ¿por qué el niño,
por un día más o menos es párvulo o es escolar?
Colegas, el desafío queda planteado, en
nuestras experiencias de trabajo con niños de jardín infantil y de primaria,
en sus caras alegres, encontraremos las fuerzas para iniciar el cambio.
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