El corral de perro

Tema
Dramatizaciones.
Objetivos pedagógicos

- Relacionar elementos de una situación real de una manera coherente.

- Comprender que una situación concreta precisa de un ambiente determinado.

Propuesta
Crear una situación determinada, especificando los elementos que la constituyen y el ambiente que le es propicio, en relación con los animales domésticos. Dramatizar dicha situación.
Edad recomendada
A partir de 5 años.
Materiales
  • Guión de dramatización (elaborado durante la actividad)

  • Vestuario:

    Gallo

    Pico. Un triángulo de cartón doblado en dos, sujeto a la frente.

    Cresta. De papel rojo, grande y bien tiesa.

    Alas. Tiras de papel recortado sujetas a las mangas del jersey, de modo que se agiten y desplieguen al abrir los brazos simulando el aleteo.

    Cola. Con rafia de colores; grande y majestuosa, sujeta al cinturón.

    Gallina

    Cresta. Lo mismo que la del gallo, pero más pequeña.

    Alas. Igual que las del gallo.

    Pico. Como el del gallo, pero más pequeño.

    Pollitos

    Pico. Lo mismo que el del gallo y la gallina; más pequeño.

    Los pollitos irán, si puede ser, vestidos de amarillo o de blanco.

    Borrico

    Irá vestido de gris, de marrón, de blanco o de negro.

    Orejas. De cartón o de fieltro, grandes, sujetas al pasamontañas.

    Cerdo

    Llevará un mono de gimnasia o, si pudiera ser, mallas de color rosa, más grandes de lo que el niño necesite, para rellenarlas con capas de guata o con telas enrolladas al cuerpo, para dar idea de gordura.

    Orejas. De fieltro o de cartón, caídas, sujetas al pasamontañas.

    Los demás disfraces de los diferentes animales seguirán la misma pauta. Estarán sugeridos por los rasgos más característicos (orejas, rabos, plumas, cuernos), fabricados con cartón o con fieltro, o con papel de colores.

    Los personajes humanos

    (Pedro, el padre, la madre, la hermana) llevarán también, sobre los vestidos corrientes, detalles que den idea de sus diferentes edades y de su condición. El padre podrá simular una cara mal afeitada, con polvo gris en las mejillas y en la barbilla.

    Los objetos que hayan de intervenir, como pueden ser cubos, cestos, hierba, etc., serán reales o fabricados por los niños en sesiones preliminares a la representación.

Desarrollo del juego

En un tablero de corcho o en la pizarra se dibujarán los límites de un corral y la entrada de la casa de Pedro. Luego se preguntará a los niños qué clase de animales viven en un corral.

Preg: ¿Qué animales pueden vivir en el corral de Pedro?

Resp: Gallinas,pollitos,cerdos, gallo, borrico, perro, gato, etc.

El profesor irá pintando dentro del corral los animales que los niños digan. Los demás tendrán que decir si están conformes con todos y con cada uno.

En caso de que alguien objete algo (por ejemplo, si un niño ha querido introducir en el corral un león o serpiente), se le pedirá que explique por qué ese animal no puede estar en el corral. Por el contrario, en caso de que un niño haya propuesto un lobo o una zorra, tendrá que hacérseles ver que esos animales sí tienen cabida en el corral, pero sólo cuando entran a robar alguno de los animales domésticos.

Una vez puestos de acuerdo sobre los animales que van a intervenir en la representación, los niños se repartirán los papeles. Cada uno demostrará que sabe interpretar el suyo. Para ello imitará:

a) Los gestos de los animalitos:

    • la forma de andar
    • la forma de comer
    • los movimientos

b) Las voces de los animales.

El profesor hará algunas preguntas encaminadas a que todos comprendan mejor al animal:

Preg.: ¿Qué hacen los animales?

Resp.: La gallina pone huevos y cuida a los pollitos.

El gallo canta cuando llega el día.

El perro defiende a todos los animales del corral.

Luego se hablará de las personas que viven en la casa:

En la casa viven:

  • Pedro,
  • su madre,
  • su padre,
  • su hermano, etc.

Se trata ahora de caracterizar a las personas, no físicamente, sino en su relación con los animales del corral. Así, el profesor seguirá preguntando:

Preg.: ¿Qué hacen las personas con los animales?

Les dan de comer.

Les hacen trabajar.

Se los comen.

El profesor les propone que inventen un cuento para representarlo. Puede ayudar con sus preguntas para mantener una línea coherente, tanto de tiempo como de acción. Por ejemplo:

Preg.: ¿Cuándo empieza la vida en el corral?

Resp.: Cuando se hace de día.

Preg.: ¿Cómo saben que es de día?

Resp: Porque ven la luz del sol.

Porque canta el gallo.

Así, poco a poco y entre todos, se irá estructurando una acción muy sencilla. El profesor llamará la atención de los niños sobre cualquier animal que haya sido elegido y que vaya dejándose olvidado en el cuento, o sobre los personajes humanos.

Preg.: ¿ Cuándo aparece Pedro?

¿Qué hace su madre?

¿Qué pueden hacer los demás?

Si el profesor advierte que un animal o persona no tiene aceptación por parte de los niños, propondrá que se suprima. Así, el encargado de representarlo tendrá que buscarle un hueco en la historia, esforzando su imaginación.

Es importante familiarizar a los niños con "Pedro" (el corral de Pedro, la madre y el padre de Pedro, el burro y el perro de Pedro...).

El profesor tomará notas de lo que los niños vayan diciendo, y así, entre todos, irán componiendo el cuento.

Ejemplo de una forma de dramatización

El profesor lee a los niños el cuento que ha resultado del trabajo preparatorio. Es el momento de corregir, añadiendo y cambiando lo que les parezca oportuno.

Luego los niños asumen los papeles que han elegido antes y se entra de lleno en la representación.

Como el cuento será una narración simple de lo que va pasando, los niños inventarán el diálogo según vaya surgiendo en el transcurso de la representación.

Indudablemente, se producirán cambios sobre la marcha en la línea argumental, bien porque a un niño se le olvide lo que tenía que hacer e improvise, bien porque prefiera hacer otra cosa. No se interrumpirá la representación, ya que esto dará pie a nuevas improvisaciones por parte de los otros, lo cual resultará altamente constructivo y enriquecedor.

Si el profesor ve que es demasiado difícil para los niños inventar el cuento y los diálogos, les puede hacer una pequeña sugerencia leyéndoles un esquema de acción sobre el cual puedan los niños trabajar:

Todos los animales estaban durmiendo en el corral. Dentro de la casa dormían también Pedro y su familia.

De pronto el gallo se despertó sobresaltado. ¿Se le habría hecho tarde para despertar, a todos los demás? Miró al cielo y vio que empezaba a clarear. Entonces extendió sus alas, se estiró majestuosamente y lanzó su llamada:

-Kikiriki!

Los animales no querían despertarse. Era muy temprano. Pero el gallo no estaba dispuesto a ceder. Volvió a gritar más fuerte:

Empezaron a pelearse. Entonces se acercó el perro:

-Quietos todos. No quiero jaleos en el corral.

Todos los demás animales se habían ido acercando. El burro empezó a rebuznar.

-¿Por qué armáis tanto ruido? Más valiera que llamarais a Pedro para que nos diera de comer.

-Eso es verdad -dijo el gallo-. Yo tengo hambre.

-Todos tenemos hambre -dijeron los demás animales.

-¡Kikirikí!

-Pues vamos a llamar a Pedro.

Los animalitos empezaron a moverse. Inmediatamente la gallina empezó a llamar a sus polluelos, que dormían a su lado:

-Vamos, arriba. Ya es de día.

Los pollitos se fueron levantando y empezaron a corretear mientras la gallina les peinaba las plumas.

Desde su sitio, les llamó el cerdo:

-¿Por qué hacéis tanto ruido?

-Ya es de día, Pío, Pío... decían los pollitos muy contentos.

El cerdo se desperezó gruñendo. Como los pollitos le molestaban, empezó a darles empujones.

-A jugar a otro sitio. No me deis la lata. La gallina los defendió:

-Te prohíbo que pegues a mis hijos, cochino cerdo.

Y todos los animales empezaron a gritar para que Pedro se despertara y les diera el desayuno.

Pedro abrió la ventana y se asomó:

-¿Qué escándalo es éste? ¿Qué pasa?

-iQueremos comer! -gritaron todos. Pedro se echó a reír.

-Sois unos tragones. Ahora voy.

Al poco tiempo se abrió la puerta de la casa y salió Pedro con un cubo en la mano, y empezó a repartir la comida entre los animales. Hierba y zanahorias para los conejos, un saco de avena para el borrico.

Luego entró en la casa y sacó un cacharro de comida para el cerdo y maíz para los pollos, la gallina y el gallo. Todos comieron con mucho apetito. Pedro le dio al perro un hueso y echó leche en un cuenco para el gato. Luego se sentó junto a la puerta y empezó a comerse un bocadillo, mientras miraba comer a los animales.

Cuando acabaron de comer empezaron a pelearse y a jugar armando gran jaleo.

Pedro les regañó por pegarse: ¿Qué escándalo es éste?

La hermana de Pedro vino comiendo un trozo de pan. Inmediatamente la rodearon la gallina y los pollitos. Ella reía, y levantaba el pan para alejarlo de ellos.

-Vosotros ya habéis comido, tragones. No os voy a dar nada.

Pero como era una niña muy buena y los quería mucho, les fue repartiendo miguitas. El cerdo gruñó.

-¿Qué te pasa a ti, envidioso? Mira, mamá: siempre está gruñendo.

-Gruñe porque no le dices nada. Y él también es un animalito bueno.

La niña se acercó al cerdo y le dio también un poco de pan. Luego se puso a jugar con todos los animales, bailando con ellos.

La madre, mientras tanto, sacó una silla y un cesto de ropa, y se puso a coser.

-Voy a esperar a que tu padre y tu hermano vuelvan con la harina para hacer el pan. Mientras tanto, coseré esta ropa.

En esto, el cielo se puso gris. La niña miró hacia las nubes.

-Mira, mamá, va a llover.

-Pues anda, recoge todo para que no se moje y guarda a los animales.

Entre las dos fueron recogiendo todo. Entonces empezó a caer un gran chaparrón y todos los animales corrieron con gran algazara a refugiarse en sus casitas. La gallina empujaba a sus pollitos protegiéndolos con sus alas. Luego, todos los animales estuvieron quietos esperando a que la lluvia cesara.

Adaptaciones
La dramatización propuesta no es sino un ejemplo que puede modificarse o cambiarse por completo
Reflexión

Hablar con los niños y preguntarles si tienen animales en casa. Hacerles reflexionar sobre los cuidados que necesitan.

Otra reflexión puede surgir a raíz de los alimentos que nos proporcionan los animales y buenos hábitos alimenticios.

Actividad preparada por:
Covadonga García