| Se disponen varios objetos: una 
              silla, una cuchara, un bote, un plumero, un pañuelo. No es 
              necesario que los objetos que se propongan sean de uso conocido 
              del niño, puesto que se trata de que el niño ejercite 
              su imaginación. Ante todo habrá que buscar las distintas 
              sugerencias que pueden surgir de la vista de los objetos que se 
              proponen. Los niños dirán todo lo que se les ocurra. 
              Así, los objetos que hemos dado podrán convertirse 
              en: La silla:	  
              coche caballo (tumbada) ventana (asomándose al respaldo) pedestal de una estatua La cuchara:  
              antena de radio teléfono lupa batuta de un director de orquesta El bote:	  
              gorro turco megáfono vaso para beber micrófono de radio o telévisión anteojos E! plumero:	 
              penacho de un casco rabo (de un animal) escoba trompeta 	 El Pañuelo: 	 
              Se pueden dibujar todas estas posibilidades de cada objeto en la pizarra, 
            para ayudar al niño a elegir, poner fotos, pegar murales en 
            la pared... Se pueden poner los ejemplos de algún objeto y 
            permitir que el niño dibuje otros...capote de torero bandera alfombra cabestrillo para el brazo A continuación, se adelanta el niño 
              que así lo desee y elige un objeto. Por ejemplo, la silla. 
              El profesor preguntará: Pregunta:	¿Oué es esto?  Respuesta.: Un coche. Habrá que hacerle decidir si se trata de 
              un coche de motor o de un coche de caballos, o de un autobús. 
              Una vez resuelto este punto, se le pide que dramatice la acción 
              característica del vehículo elegido. Si ha elegido el coche de caballos, tomará 
              las riendas y dará a los caballos la orden de andar, de ir 
              más aprisa, de parar... Cuando el profesor considere suficiente su actuación, 
              dirá: «¡Otro!». Y el actor cederá su sitio al siguiente 
              que quiera actuar. Este otro niño podrá querer utilizar 
              la silla como una ventana. Se le ayudará a crear una acción 
              con algunas preguntas: Preg.:	¿Para qué se asoma uno a una ventana?  Resp.:	Para ver pasar a la gente. Para decir adiós a alguien que se va. 	Para llamar a un niño que está en la calle. Porque pasa un coche de bomberos. Las respuestas las podrán dar entre todos 
              y el niño que vaya a representar elegirá lo que mejor 
              le parezca. Si lo desea, podrá pedir a alguien que le 
              ayude, por ejemplo, en el caso de que se haya asomado para decir 
              adiós a alguien o si quiere llamar a otro niño. De nuevo el profesor da la señal para que 
              otro ocupe su lugar, y vuelve a empezar el juego. Naturalmente, el niño que vaya a actuar 
              no está obligado a utilizar el mismo objeto que estuviera 
              utilizando el anterior, sino qué puede elegir otro y usarlo 
              como mejor le convenga. Lo único que se les debe exigir es que el 
              uso que den al objeto sea perfectamente entendido por los demás. 
              También los otros podrán intervenir para criticar 
              cualquier fase de la actuación con la que no estén 
              de acuerdo, o para hacer sugerencias que serán seguidas o 
              no por el actor. Si el profesor ve que cualquiera de esas sugerencias 
              es de interés para el juego, y advierte que el niño 
              actor no va a tomarla en consideración, podrá llamar 
              su atención diciendo: Lo que ha dicho Fulanito parece interesante, 
              ¿no crees? El actor podrá exponer sus razones para 
              no ejecutar lo que se dice, y esto dará lugar a un diálogo, 
              siempre constructivo y enriquecedor. Finalmente se representará una escena en 
              la que cada niño interprete el papel que eligió y 
              representó individualmente. Esta es la fase fundamental del 
              juego, puesto que la acción colectiva es condición 
              indispensable del juego dramático. Se trata, pues, de integrar varias acciones individuales 
              en una representación colectiva. |