| Si cerráis los ojos durante 
              unos segundos, muy concentrados y los volvéis a abrir, habremos 
              llegado a un hermoso jardín en el que trabajaban varios agricultores 
              (algunos/as son agricultores y hacen que aran el campo).  Iban a plantar semillas y antes tenían 
              que arar la tierra, hacían hoyos e iban al pozo a coger agua 
              (hacen que excavan, y atan una cuerda a un cubo y bajan y suben 
              la cuerda como si hubiera un pozo y la llevan hasta el campo haciendo 
              una fila y pasándose los cubos y reparten el agua).  Cuando pasó varios días las semillas 
              empezaron a germinar (aparece la música y unos/as hacen 
              que son semillas, están de cuclillas y poco a poco se hacen 
              grandes y empiezan a crecer). Pero muy lentamente, con movimientos 
              acompasados por la brisa del aire (los niños/as mueven 
              las manos, las muñecas, los brazos, los pies, los tobillos, 
              el cuerpo, la cabeza, etc.).  Todos los días los agricultores las echaban 
              agua para que crecieran (van al pozo con los cubos y riegan). 
              Las flores y los árboles se hacían grandes, grandes 
              (siguen creciendo poco a poco, moviendo todo el cuerpo).  Cuando todo el jardín estaba floreado, 
              lo agricultores se paseaban con cuidado para no pisar las plantas 
              (se pasean entre las flores de puntillas, a la pata coja, haciendo 
              la rana, saltando por encima e incluso las flores pueden abrir las 
              piernas y ellos/as pasan por debajo) y olían las flores, 
              al igual que las flores que cogían el aire puro de la naturaleza 
              (se hacen ejercicios todos de respirar, inspirar y retener el 
              aire, con ejercicios de mover los brazos).  Pero un día pasaron por allí unos 
              señores y se sentaron a descansar de un largo viaje (vienen 
              dando pisadas grandes), se tumbaron encima de las plantas y 
              como tenían frío, hicieron una hoguera. Al irse, se 
              olvidaron de apagar bien el fuego, por lo que el aire hizo que las 
              llamas empezaran a propagarse por todo el jardín.  El jardín empezó a quemarse y a 
              quemarse (las flores y los árboles se ponen mustios y 
              se vuelven a hacer pequeñitos). Cuando llegaron los agricultores 
              comenzaron a echar agua y agua (van al pozo con los cubos), 
              pero fue imposible, todo el jardín se había quemado 
              y era casi imposible respirar (los niños/as hacen que 
              no se puede respirar).  Los agricultores tuvieron que volver a cuidar 
              la tierra para volver a cultivar las semillas (y se comienza 
              la misma actividad). |