| Érase una 
              vez un bosque encantado en el que estaban papá árbol, 
              mamá árbol y el árbol chiquitito ( los niños/as 
              están de pie con los brazos en cruz y con una tela llena 
              de hojas pegadas) y un gran número de familias de animales: 
              los señores pájaros (abren los brazos imitando 
              a las alas y vuelan por la clase haciendo pío-pío) 
              que vivían en las ramas de los árboles y comían 
              de sus frutos. La familia jirafa (están a cuatro patas 
              y estiran el cuello para llegar a las ramas) que comían 
              de sus hojas y descansaban en su sombra. Y muchos más animales.  También estaba su gran amigo el sol (un 
              niño/a de pie con una tela amarilla o una careta) que 
              les daba a todos calor. Y no nos podemos olvidar del río, 
              que pasa por los pies de los árboles para darles alimento 
              (se arrastran por el suelo cerca de los árboles) y 
              de las nubes, que cuando llueve (sonido del palo de lluvia) 
              bañan sus ramas y sus hojas ayudándoles a dar flores 
              y frutos (se pueden colgar frutos de los árboles).  Muy cerquita de ellos viven los nomos, una familia 
              muy graciosa de enanitos que vienen muchas veces a visitarlos (andan 
              de cuclillas y juegan con los animales).  Por la noche se va el sol y viene la luna que 
              también les da luz (disfraz de luna) y todos los animales, 
              los árboles y los enanitos se van a dormir (se tumban 
              y cierran los ojos).  A la mañana siguiente llegaron al bosque 
              un grupo de leñadores que venían a cortar todos los 
              árboles para hacer papel y empezaron a cortar al árbol 
              más chiquitito (los leñadores se acercan dando 
              pisadas muy fuertes dando miedo y con una cuerda hacen que cortan 
              entre dos un árbol).  El arbolito se puso a llorar (hace el gesto 
              de llorar) y todos los animales se asustaron, los pájaro 
              revoloteaban por el bosque, las jirafas corrían (todos 
              corren por el aula asustados).  Fueron a llamar a los enanitos al otro lado del 
              río y éstos para volver muy rápido, pues unos 
              iban subidos en los pájaros (los/as que son enanitos se 
              suben a la espalda de uno/a que son pájaros y les llevan) 
              y así llegaban volando, otros/as cruzaban el río 
              en barcas (se suben en una caja de cartón, haciendo que 
              reman y se empujan con el cuerpo) y otros/as a caballo (se 
              montan en los caballos ya construidos y hacen que trotan y corren).  Cuando por fin llegaron vieron al pobre arbolito 
              llorando y les dijeron a los leñadores que no cortaran sus 
              árboles porque eran amigos suyos y les iban a hacer daño. 
              Los leñadores se asustaron al ver a los enanos (hacen 
              que se asustan y se esconden), pero les escucharon.  Los enanitos les contaron que los árboles 
              son necesarios en el bosque, porque en sus ramas viven los pajaritos, 
              porque tienen frutas y son necesarias para comer y además 
              son el cobijo de todos los animales.  Los leñadores se hicieron muy amigos de 
              ellos y les dijeron que otro día volverían a verlos 
              y se llevaron algunas frutas de regalo. |