La mujer que espera un bebé no está enferma, sin embargo, con el paso de los días, en su propio cuerpo van a producirse cambios importantes. Necesita modificaciones anatómicas, fisiológicas y químicas para garantizar al futuro bebé las mejores condiciones para su desarrollo.

Los cambios suelen provocar ligeros malestares, sobre todo a lo largo del primer trimestre. Aunque cada organismo reacciona de forma diferente, en la mayoría de los casos siguen un patrón general.

EL ÚTERO junto con los senos son las partes del cuerpo de una mujer embarazada que experimentan una modificación más espectacular. La altura pasa de 6 centímetros a unos 33 centímetros, el peso que suele ser de unos 50 gramos llegará a un kilogramo y la capacidad que en su estado normal es de dos mililitros puede aumentar aproximadamente a cinco litros.

Aunque los cambios ya se aprecien al mes y medio o dos meses de embarazo, es a partir del cuarto o quinto cuando las modificaciones se aprecian a simple vista. Con el paso de los meses algunos órganos como el estómago o los intestinos se irán adaptando al lugar que ocupe el útero y la pared del vientre dará muestras de su gran elasticidad. Otro cambio notable en muchas mujeres es su forma de arquear el tronco al avanzar el crecimiento del útero para ir compensando el aumento de peso del abdomen.

LOS PECHOS suelen estar más sensibles incluso pocos días después de la concepción, también empiezan a hincharse y aumentar de peso muy pronto y, en ocasiones, aparecen picores y punzadas.

Estos cambios tienen por objetivo preparar el organismo de la madre para alimentar al bebé cuando nazca. Además de estos cambios, la areola del pezón se oscurece, se abomba y aparecen pequeños bultitos.

Las venas de los pechos están muy irrigadas durante el embarazo y en mujeres de piel clara se hacen visibles. En ocasiones puede rezumar de los pezones un líquido amarillento a partir del cuarto mes, este líquido es el calostro que contiene nutrientes y otras sustancias importantísimas para la alimentación del bebé en los primeros días y para su salud en los primeros meses.

LAS HORMONAS. Tras la fecundación se desarrollan procesos hormonales complejos para que el organismo se adapte a la nueva situación. Como hemos visto en el capítulo anterior, la producción y el equilibrio entre dos hormonas, la progesterona y los estrógenos, permiten la implantación del huevo en la mucosa del útero y garantizarán su supervivencia gracias a la influencia que ejercen sobre músculos, en especial el útero, impidiendo las contracciones durante el embarazo. También en este período ejercen su acción otras hormonas como la prolactina que propicia la lactancia, o la oxitocina que provocará el comienzo del parto.

EL METABOLISMO. Aparentemente las transformaciones químicas durante el embarazo no son tan espectaculares como otros cambios del organismo, pero lo cierto es que son fundamentales para la correcta evolución de la madre y del futuro bebé. El metabolismo se encargará principalmente de aportar la energía necesaria, producir nuevos tejidos o elaborar sustancias vitales.

La alimentación sana y equilibrada es importantísima porque gracias a ella el futuro niño o niña dispondrá del calcio, el hierro, las proteínas, las vitaminas, las grasas, el agua, la sal, los azúcares, etc., es decir, todas las sustancias que precisa para evolucionar de un grupo de células a un ser humano completo en el momento de nacer.

MICCIÓN FRECUENTE. No ocurre en todos los casos, pero la mayoría de mujeres embarazadas necesitan orinar con más frecuencia durante el primer trimestre y el último. Uno de los motivos es el incremento del volumen de líquidos corporales y la mayor eficacia de los riñones que facilitan la eliminación rápida de residuos y toxinas. En el último trimestre, al aumentar el tamaño del feto, el útero comprime la vejiga y provoca las ganas de orinar.

CIRCULACIÓN SANGUÍNEA. Durante el embarazo la sangre de la madre, además de atender las necesidades de su organismo, debe suministrar las sustancias necesarias para el desarrollo del niño o niña y recoger los desechos para eliminarlos. El proceso de intercambio de sustancias en ambos sentidos se efectúa a través de la placenta.

Los vasos sanguíneos de la madre se dilatan desde el inicio del embarazo, aumentando el volumen de sangre materna aproximadamente un litro y medio. Motivado por el aumento de volumen del útero, el retorno sanguíneo desde las piernas se dificulta y suele producir inflamación, sensación de pesadez y en algunos casos aparecen varices. Las molestias aumentan si el útero, en la parte derecha, comprime la vena cava que se encarga de devolver la sangre al corazón. Para prevenir estas molestias es aconsejable no permanecer mucho tiempo de pie, descansar algunos ratos durante el día, dormir con las piernas elevadas y cuando la embarazada se acuesta de lado hacerlo sobre el izquierdo.

La tensión suele bajar un poco en el primer trimestre de embarazo normalizándose en los últimos meses y la frecuencia cardiaca se acelera ligeramente porque aumenta el trabajo del corazón.

LA RESPIRACIÓN. Los cambios hormonales durante el embarazo pueden producir algunas alteraciones en la laringe, la tráquea o los bronquios ocasionando cambios temporales en el tono de voz o molestias al respirar por la nariz. En el último trimestre de gestación la respiración es torácica y la madre necesita hiperventilar para obtener más oxígeno y bajar la presión del dióxido de carbono.

EL APARATO DIGESTIVO. Al igual que los órganos de otros sistemas, los que forman el aparato digestivo deben adaptarse a la nueva situación. A medida que crece el útero, órganos como el estómago o el intestino sufren compresión y deben dejar espacio.

Las hormonas alteran el funcionamiento normal del sistema digestivo. Al principio del embarazo aumenta la secreción de saliva, las encías se sensibilizan y aumenta el riesgo de caries. Muchas embarazadas sienten ardor en el estómago que se desplaza por el esófago hasta la garganta, sobre todo cuando están acostadas. Otro efecto de la progesterona es la disminución de tonicidad del estómago, que se vuelve más perezoso y provoca las náuseas. Además la digestión estomacal se relentiza, por este motivo la embarazada se siente llena nada más comer. La progesterona también relentiza el tránsito intestinal para favorecer la absorción de sustancias nutritivas, pero produce una tendencia al estreñimiento.

RESUMEN DE LOS CAMBIOS MÁS SIGNIFICATIVOS

- En el primer mes, desaparece la regla, los pechos comienzan a crecer lentamente y algunas mujeres sienten pequeñas molestias.

- En el segundo mes el crecimiento de los pechos es más evidente, comienzan las náuseas, la pesadez de piernas, el estreñimiento, las ganas de orinar con frecuencia, mayor salivación y, en algunos casos irritabilidad y somnolencia durante el día.

- En el tercer mes las molestias mejoran, vuelve el apetito y comienza el aumento de peso.

- En el cuarto mes la futura madre siente más calor y es posible que se intensifique el estreñimiento porque el estómago y los intestinos ralentizan su actividad. Puede aumentar la sudoración para facilitar la eliminación de desechos. En muchos casos la madre empieza a notar que el bebé se mueve.

- Ya en el 5º mes, la embarazada consume unas 500 calorías por encima de lo habitual. El vientre se redondea. Como el feto se encuentra en una zona alta puede aparecer la sensación de ahogo.

- Al llegar al 6º mes engorda unos 500 gramos por semana y duerme peor, conciliando mejor el sueño al acostarse sobre el lado izquierdo porque de esta forma no presiona la vena cava.

- En el 7º mes el corazón late más deprisa y la circulación sanguínea se acelera, en general todos los órganos funcionan bajo mayor presión.

- En el 8º mes se siente más pesada, nota algunas contracciones uterinas y otras molestias. La pelvis empieza a ensancharse y el feto adopta posición de bajar. A lo largo de este mes y del noveno la madre percibe menos movimientos del bebé porque dispone de menos espacio para moverse.

- Al llegar al 9º mes el bebé puede pesar tres kilos de media, útero ha aumentado diez veces su tamaño y quinientas su volumen. Los movimientos son más torpes porque se ha desplazo su centro de gravedad, las molestias suelen aumentar. El parto puede producirse normalmente entre la semana 38ª y 41ª.


CUESTIONARIO DE VERIFICACIÓN

SECCIÓN 1 - BLOQUE 2 CAPÍTULO 1 FECHA:

1. El útero no experimenta modificación alguna hasta el 4º ó 5º mes de embarazo.

2. Cuando la mujer embarazada note que la areola del pezón se oscurece debe acudir inmediatamente a la consulta médica.

3. La progesterona, los estrógenos, la prolactina y la oxitocina son algunas de las hormonas principales para que el embarazo llegue a feliz término.
4. El metabolismo de la mujer embarazada no tiene cambios durante la gestación si la alimentación es equilibrada.
5. La mayoría de mujeres necesitan orinar frecuentemente al principio y al final de la gestación.
6. El volumen de sangre de la madre aumenta cerca de un litro y medio durante el embarazo.
7. La frecuencia cardíaca se acelera ligeramente en este período.
8. Durante el embarazo puede cambiar el tono de voz de la madre.
9. El estómago y el intestino no se ven afectados por el embarazo.
10. Durante el embarazo no hay riesgo de sufrir estreñimiento.