MASAJES DURANTE EL 1º MES

En los primeros contactos con el recién nacido, el padre o la madre pueden realizar caricias rítmicas y repetitivas desde la frente hasta la nuca, entre seis u ocho veces. Continuar acariciando, de ocho a diez veces, desde la cabeza hasta los pies y desde el centro del cuerpo hacia las extremidades. Este masaje suave ayuda al bebé a regularizar el ritmo de respiración, relajar los músculos y estimular el funcionamiento intestinal y el sistema nervioso.

Después de las primeras 24 horas pueden realizarse además caricias suaves sobre la tripa y las piernas durante 30 ó 40 segundos.

Acariciar con el dedo la palma de la mano, desde el centro hacia los dedos. El bebé cerrará la mano apretando con fuerza como reflejo pero se ejercitará para la futura presión voluntaria.

Dejar que juegue desnudo unos minutos, después acariciar desde la columna cervical hasta los pies con suavidad, mientras se la acaricia verbalmente con una canción de cuna o palabras amorosas. La temperatura del cuarto no debe ser inferior a 20 grados.

Aprovechar el momento del baño o del cambio de pañal para que el padre o la madre sostengan en brazos al bebé, en contacto piel con piel, y pueda sentir el calor, el olor corporal y los latidos del corazón.