10 - 12 MESES

 

En este momento evolutivo el niño o niña comienza a tener sentido de sí mismo, es capaz de diferenciarse de los demás tomando conciencia de sí como un ser humano separado y distinto, su personalidad comienza a emerger.

No permanece quieto en ninguna parte. Pasa la mayor parte del tiempo explorando su alrededor, desplazándose de un lugar a otro, cuando está aprendiendo a caminar lleva generalmente un objeto en la mano que le da confianza, ya que siente como si llevara apoyo.

Cuando haya aprendido a caminar poco a poco irá realizando otra actividad mientras camina, como decir adiós, o señalar un objeto.

Si aún no se le ha enseñado a nadar éste es el momento indicado ya que los movimientos del gateo le ayudarán en el agua.

El pensamiento adelanta considerablemente en cuanto al proceso de acción y reacción, es decir, ya sabe y espera la consecuencia de una acción que lleve a cabo. Las conductas que el niño o niña realiza en este período tienen un propósito, van dirigidas hacia una meta, son intencionales. El niño o niña de este período ejercita deliberadamente un esquema como medio para el ejercicio de otro esquema que es el fin de su acción. Por ejemplo, cuando aparta un objeto, con el fin de coger otro objeto situado detrás.

Es capaz de anticipar la ocurrencia de algún acontecimiento como por ejemplo, la marcha de la madre cuando ésta se dirige hacia la puerta.

En cuanto a la capacidad de imitar desaparecen algunas limitaciones de la etapa anterior siendo capaz de imitar conductas diferentes de las que habitualmente efectúa. Esto significa que el niño o niña puede aprender por observación de las conductas de los que le rodean. Además, puede imitar acciones aunque no se vea o se oiga, como por ejemplo, abrir y cerrar la boca después de ver a alguien hacerlo.

Existe ya un mayor control sobre sus movimientos y sus desplazamientos, y al final de este trimestre es posible que sea capaz de dar ya los primeros pasos. Esto va a dotar al niño o niña de una curiosidad que le hará explorar de manera cada vez más autónoma el mundo que le rodea.

Alrededor del décimo mes va a reaccionar ante su imagen en el espejo y se iniciará el reconocimiento de sí mismo y es capaz de manifestar abiertamente conductas sociales negativas como son huida y defensa, fundamentalmente ante personas desconocidas.