9 MESES

El niño o niña de esta edad suele especializarse en un campo determinado de desarrollo. El dominio de la marcha autónoma o del lenguaje requieren toda su concentración y energía, por eso suele decantarse por uno de los dos aprendizajes pareciendo como si se detuviera el otro.

Si ha recibido la estimulación adecuada, en el noveno mes gatea sobre las manos y las rodillas con buena coordinación, permanece más tiempo sentado y se gira hacia los lados con buen equilibrio.

Comienza a levantarse agarrándose a un mueble e incluso se desplaza lateralmente con apoyo. Muchos niños y niñas consiguen caminar sin ayuda, otros no alcanzan el equilibrio independiente de las piernas hasta unos meses después. El adulto debe estimular la adquisición de habilidades respetando siempre el ritmo de evolución del niño o niña.

Aumenta el interés por los juguetes, manipula y explora todo lo que está en su entorno. Suele agarrar los objetos con el pulgar y el resto de los dedos doblados, sin embargo con los objetos pequeños comienza a usar pinza superior utilizando el pulgar y el índice. Le gustan los libros con ilustraciones, meter y sacar objetos de recipientes, desenvolver, imitar juegos con los dedos y las señales acústicas de relojes, teléfonos, timbres, etc.

Suele comenzar la diferenciación entre la intención y el acto, se propone un fin y utiliza los medios para conseguirlo, actuando con deliberación sobre un objeto para conseguir una meta que se ha fijado.

La evolución neuromotriz permite mayor habilidad de la lengua, los labios y los músculos accesorios del habla, favoreciendo la vocalización. Escucha los tonos e intenta imitarlos, sigue instrucciones y da respuestas adaptadas a las preguntas del adulto.

Intenta comunicar sus deseos y adopta rostros que indican sus estados emocionales. Aumenta el interés por la figura paterna, los hermanos u otras figuras de apego secundario. Progresa en la noción de sí mismo como ser independiente y sigue mostrando rechazo hacia los desconocidos.