5 MESES

El bebé, con cinco meses, está aprendiendo que tiene poder para realizar cambios en su entorno y esto le encanta.

Tumbado boca abajo se estira con mayor relajación que en el mes anterior, adelanta los brazos y, apoyándose en las manos que permanecen más tiempo abiertas, eleva la cabeza y el pecho. En esta posición le gusta estirar los brazos y las piernas balanceándose sobre el abdomen, como si nadara, lo que nos indica que su espalda se ha fortalecido y soporta su peso.

Los bebés correctamente estimulados en la posición anterior suelen flexionar una pierna bajo su cuerpo, postura previa al gateo, aunque aún no puede llevarlo a cabo porque las piernas no soportan su peso.

Ahora pasa gran parte del tiempo estirado y levanta la cabeza para ver mejor los objetos o las personas de su entorno. Tumbado de espaldas se balancea y voltea hacia los lados, es difícil que consiga ponerse boca abajo, pero en esta última posición si puede dar la vuelta. También en esta postura colabora gustoso cuando se le agarra de los brazos para sentarse, en esta posición se mantiene erguido durante 30 minutos pero aún necesita apoyo alrededor de la cintura. Ofrece resistencia cuando sentado, bien sujeto, se le empuja suavemente para tumbarle. Las reacciones de equilibrio al cambio de postura mejoran notablemente y todos estos cambios facilitan que se amplíe su campo de visión y varíen las situaciones de observación.

El bebé se concentra más en los objetos, los movimientos comienzan a ser deliberados y coordinados en la manipulación. Cuando ve un objeto que le atrae intenta alcanzarlo estirando y uniendo los dedos, al conseguirlo utiliza los cuatro dedos y el pulgar cerrado, lo explora, lo da vueltas, lo agita, lo lleva a la boca, lo golpea contra una superficie, lo deja caer y lo recoge. Cuando manipula con las dos manos las acomoda a la forma del objeto. Si está sentado se inclina hacia delante para mirar un objeto que se ha caído y si el objeto se mueve rápido lo observa con atención.

Las reacciones circulares secundarias se van perfeccionando.

En este mes, el bebé suele descubrir el placer de escuchar sus propios sonidos y emite pequeños gritos de alegría, vocales y consonantes en una especie de parloteo.

La interacción con personas del entorno continúa aumentando. El bebé identifica los rostros de personas conocidas, saluda con sonrisas y pataleos al padre y a la madre cuando aparecen y con el resto de personas varían las respuestas según las conozca mucho, poco o nada.

En el quinto mes observa el conjunto de los rostros disminuyendo la atención que prestaba a los elementos (ojos, nariz, boca) por separado.

El bebé de cinco meses es más receptivo, llora menos y aumenta el tiempo en que es capaz de jugar solo sin demandar la presencia del adulto. Adora mirar su imagen en el espejo y trata de agarrarla.