Para que te sientas más preparada cuando lleguen las primeras contracciones, te proponemos simular que comienza la fase de dilatación. Realizando este ejercicio a lo largo del mes, mantendrás la calma cuando llegue el momento de verdad. Lee con atención las siguientes sugerencias, experimenta con ellas u otras aprendidas en las sesiones de preparación al parto y ve eligiendo las que te resulten más efectivas para cuando llegue el momento.

Como hemos explicado con anterioridad, con las primeras contracciones tu cuerpo se va modificando para que puedas recibir al bebé. A medida que las contracciones se intensifican, el cuello del útero se va borrando. No conviene que vayas al hospital de inmediato, espera hasta que el trabajo del parto esté un poco más avanzado.

En este tiempo de espera debes mantenerte serena e intentar relajar el cuerpo, sobre todo los músculos de la zona pélvica.

Ten presente que el miedo al dolor produce ansiedad, y esta situación psicológica llega al cuello del útero a través del sistema nervioso vegetativo produciendo tensión en la zona. Cuando el organismo, y sobre todo el cuello del útero, están tensionados se produce una contracción de las fibras musculares, dificultando la dilatación y produciendo dolor. La percepción del dolor en el cerebro genera más dolor y éste mayor tensión, cerrando un circuito perjudicial para el nacimiento del bebé.

Para evitar este circuito en el momento del parto, deberás relajarte y generar actitudes mentales positivas para eliminar los temores y las ansiedades. De este modo el sistema nervioso no será portador de la tensión que produce el temor al parto.