Realiza los ejercicios diariamente y a la misma hora (puedes aprovechar para poner la música energizante sugerida en la audición musical de contrastes discriminativos.

Siempre que realizas la misma actividad en el mismo momento del día, estableces un hábito. Gracias al hábito elemental enseñas a tu bebé a saber lo que va a ocurrir por establecimientos de ciclos, no por anticipación representativa que es una actividad cerebral que tardará mucho en aparecer. Cuando el bebé vive, día tras día, la misma situación asociada al mismo momento, llegará a ser capaz de anticiparla. Estos mecanismos básicos entre estímulos, refuerzos y conducta funcionaran el resto de su vida.

Ponte ropa deportiva cómoda, sitúate en una sala con espacio suficiente y utiliza algún reproductor de música. Si quieres, puedes utilizar auriculares grandes adaptados al abdomen de forma que estés cómoda y no te enredes con el cable. No es necesario un volumen estridente, el sonido debe llegar al bebé con naturalidad.

El mejor momento del día es la mañana, después de levantarte y haber pasado algún tiempo para no ofrecer al bebe un despertar demasiado “movidito”, haz que la actividad crezca lentamente.

Para finalizar, respira pujando y soplando (moviendo el diafragma). Llena los pulmones al máximo y después de retenerlo expúlsalo hacia el abdomen inclinando la cabeza hacia adelante.