

En el embarazo
es frecuente sufrir calambres, sobre todo en los gemelos (zona de la pantorrilla).
Los calambres son la consecuencia de un aumento del tono muscular de forma brusca
y de intensidad máxima. Los calambres se caracterizan por un dolor agudo
e intenso que, por suerte, dura poco, pero después queda el músculo
resentido y dolorido. Durante la gestación, las causas más frecuentes
son el desequilibrio de electrolitos, sobre todo de potasio, pero también
pueden deberse al aumento de la presión en los vasos sanguíneos
de las piernas, a carencias de calcio y magnesio o a la pérdida excesiva
de líquidos.
Para prevenir
este tipo de molestias debes tomar lácteos en abundancia, mucho líquido
y hacer ejercicio.
Cuando aparece
el dolor agudo provocado por la contracción espasmódica, lo mejor
es hacer un estiramiento del grupo muscular afectado. El estiramiento debe realizarse
de forma rápida, pero no brusca, para evitar alguna rotura fibrilar,
y mantenerlo al menos 30 segundos. Por ejemplo, si el calambre se produce en
los gemelos, apóyate sobre los talones o pide a otra persona que , con
la pierna estirada, flexione el dorso del pie hacia la rodilla.
A continuación
te proponemos algunos ejercicios para prevenir la aparición de calambres
y aliviar la zona dolorida que deja la contracción muscular. Esta serie
de estiramientos ayudan a distender los músculos y a ejercitar articulaciones
y ligamentos.
-
Siéntate en el suelo, con las piernas juntas y estiradas, las manos
apoyadas en el suelo y la espalda en la pared. Estira los dedos de los pies
como si quisieras tocar el suelo con ellos. Después gira los dedos
hacia las rodillas. Repite estas flexiones al menos 20 veces. Puedes flexionar
de este modo los pies cuando permanezcas sentada en una silla mucho tiempo.
-
Cuando
aparezca el calambre en la zona de los gemelos, puedes aliviar las molestias
sentándote en el suelo con las piernas estiradas, tomando los dedos
de los pies con las manos e intentado llevarlos hacia las rodillas. Como
los calambres pueden aparecer por la noche, cuando estás dormida,
realizar este movimiento en la cama manteniendo el estiramiento hasta que
desaparezca el dolor agudo.
-
En la misma posición anterior, separa un poco las piernas. Junta
los dedos gordos sin aproximar las rodillas ni desplazar los talones. Después
separa todo lo que puedas los dedos gordos entre si sin mover las rodillas
ni desplazar los talones. Repite el ejercicio al menos 20 veces. Como en
el ejercicio anterior, puedes realizar estos movimientos cuando permanezcas
mucho tiempo sentada en una silla.
- En la
misma posición, describe círculos con cada pie hacia la derecha.
Realiza al menos 10 círculos y después otros diez hacia la izquierda.
También puedes realizar el movimiento sentada en una silla.
- De pie,
apóyate sobre los talones y separa ligeramente los brazos del cuerpo.
Desplázate hacia delante y hacia atrás.
- De pie,
camina de puntillas algún tiempo, con el cuerpo bien estirado.
- Apoya
las manos en un mueble o en el respaldo de una silla, con la espalda recta
y una pierna adelantada. Sin levantar el talón de la pierna retrasada,
dobla las rodillas como si quisieras apoyarlas en el suelo. Mantén
la posición unos segundos mientras notas la tensión en la parte
posterior del tobillo. Realiza el ejercicio 10 veces y otras 10 cambiando
la pierna adelantada por la otra.
- En la
misma posición, pero con la pierna retrasada recta, intenta acercar
el cuerpo al mueble sin despegar el talón de la pierna retrasada. Mantén
la posición unos instantes observando la tensión en la zona
de la pantorrilla. Realiza el movimiento 10 veces y después otras 10
intercambiando las piernas.
