Aprovecha la respiración y un suave balanceo de tu cuerpo para bailar con el bebé meciéndolo suavemente. Utiliza una música adecuada para la creación de estímulos positivos. Entre las obras que puedes elegir te sugerimos:

Después de conseguir un buen estado de relajación, disfruta de la audición musical mientras te comunicas mentalmente con el bebé. Visualiza su imagen en el útero, habla con él y anúnciale que vais a bailar juntos.

Ponte de pie, con la espalda recta y una pierna un poco flexionada y adelantada. Inspira profundamente por la nariz hinchando el abdomen, adelantando ligeramente el cuerpo y cargando el peso sobre la pierna adelantada. Expulsa el aire por la boca, llevando el abdomen hacia la columna y el cuerpo hacia atrás, cargando el peso del cuerpo en la pierna más retrasada.

Disfruta del balanceo suave del cuerpo, siguiendo el ritmo de la música, tanto tiempo como te apetezca.

Con esta actividad oxigenas perfectamente todo tu cuerpo, diriges sangre más purificada hacia el bebé y puedes mecerle con el suave movimiento de vaivén. Por otra parte, las vibraciones de los sonidos musicales serán fuente de estímulo para su cerebro que está recibiendo sangre bien oxigenada.