Continua con las audiciones musicales de tus melodías preferidas para mantener el equilibrio emocional. Como te hemos sugerido en diversas ocasiones, utiliza las grabaciones que has realizado a lo largo de los meses como acompañamiento de otros ejercicios del programa.

Este mes te recomendamos melodías para la estimulación del área auditiva del cerebro del bebé. Por supuesto, no pretendemos que el bebé adquiera conocimientos musicales ni de otro tipo. Esta adquisición no es objetivo ni siquiera de la educación del período neonatal. Se trata de dirigir los esfuerzos para que el bebé madure en los aprendizajes básicos que corresponden a su edad, disponiendo después de más capacidad para ir madurando hacia otros aprendizajes más complejos.

En el bebé intrauterino, como en sus primeros años de vida, los aprendizajes están fuertemente asociados a las funciones corporales, incluso lo más elementales se vinculan a los mecanismos de la sensación y de la percepción. Por ejemplo, la estimulación auditiva está profundamente asociada con la capacidad somática de oír y su proyección cerebral, que a su vez están vinculadas con otras muchas funciones sensitivas y perceptivas.

Con la estimulación sonora perseguimos ampliar la experiencia auditiva del bebé para que, indirectamente, su cerebro madure más rápidamente en términos de conexiones neuronales, provocando el nacimiento de neuronas nuevas, etc.

Si el bebé es capaz de recibir estímulos auditivos y de dirigirlos a su corteza cerebral, en realidad preparamos las bases anatómicas y fisiológicas para que el cerebro sea aún más eficaz en el futuro. También favorecemos el desarrollo de los hemisferios cerebrales.

Está comprobado que la experiencia auditiva constituye sensorial y perceptivamente uno de los factores más importantes para el desarrollo de la mente humana.

Con las actividades que proponemos a lo largo del programa pretendemos brindar experiencias, como la auditiva, con el objetivo de ayudar l desarrollo cerebral del bebé, activando al máximo el canal sensorial y perceptivo de l audición, de modo que también podamos estimular globalmente al bebé.

Con la pretensión de estimular también la atención del bebé, que es un mecanismo cerebral básico para el aprendizaje humano, vas a colocar en el cuarto diferentes puntos desde donde suene la música. Sabemos que el bebé tiene la capacidad de moverse para prestar atención al estímulo que le llega, ya sea luminoso o de sonido.

Puedes colocar altavoces en lugares diferentes en el plano horizontal y en el vertical. Mientras, tú permaneces en un lugar concreto, sentada en una silla o sobre el suelo, tumbada sobre la cama, realizando tu tabla de gimnasia, o en la posición de sastre para descansar la espalda (de rodillas, inclinas el cuerpo hacia delante colocando los brazos estirados en el suelo). Con la ayuda de tu compañero u otra persona, haz que suene la misma melodía, a idéntica hora del día y siguiendo el mismo orden en la emisión de los altavoces, es decir, realizando una secuencia lógica repetida.

También puedes utilizar auriculares y colocarlos en diferentes puntos del abdomen variando volumen bajo / volumen alto.

Observa las respuestas del bebé:

Por medio del sonido, el bebé puede experimentar de modo muy elemental, con mecanismos muy primarios, la experiencia espacial de cercanía y lejanía de la fuente sonora, de arriba y abajo, de cerca y lejos, de derecha e izquierda. Esta experiencia es una forma muy elemental. Por supuesto, no hablamos de niveles de integración representacional de estos conceptos espaciales.

Cuando tú estás en un punto fijo y se varía el lugar de la fuente sonora y el volumen, el bebé recibe impactos sensoriales básicos que serán significativos si se programan en una secuencia repetida. El bebé cambiará su atención hacia la fuente del sonido.

Las secuencias de cambio no deben ser rápidas sino lentas, pausadas y rítmicas. La melodía siempre debe ser la misma durante un tiempo. La repetición es una de las bases del aprendizaje. Ahora bien, cuando la repetición se convierte en costumbre, ya no genera aprendizaje. Por esto, transcurridos 8 ó 10 días, puedes cambiar la melodía observando si el cambio es del agrado del bebé.

En el caso de que te resultara imposible contar con la colaboración de otra persona que manipule el sonido, puedes movilizarte tú con respecto a la fuente sonora. Los resultados no serán tan óptimos, pero puede ser una actividad sustitutoria. Muévete de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo, de cerca de lejos de la fuente de emisión del sonido, siempre según la misma secuencia lógica repetida. Al finalizar cada ciclo, baja y sube el volumen y comienza de nuevo el ciclo.