Este es un ejercicio corto para realizar entre tarea y tarea diaria: cuando conduces o te desplazas en autobús, en el tiempo en que esperas que termine el programa de la lavadora, etc.
Si puedes, escucha música tranquila de ambiente (Por ejemplo: “Bacarola” de Offenbach, “Sinfonía inacabada” de Schubert, “Fuer Elise” de Beethoven, etc.). Respira profundamente por la nariz y expulsa el aire por la boca, lentamente, con cadencia, varias veces. Continua con la respiración mientras cierras una de las fosas nasales con un dedo. Sigue así respirando lenta y profundamente. Cambia de fosa nasal respirando del mismo modo durante un par de minutos.
Esta actividad es relajante pero no sustituye a la relajación consciente que vienes realizando habitualmente ya que los efectos son menos profundos y duraderos.