Objetivo: La conversación afectiva pretende que establezcas una comunicación con el bebé, percibiendo sus respuestas.

En cualquier momento tranquilo del día en el que los movimientos te indiquen que esta despierto y activo (después de las comidas), comienza a establecer una agradable rutina de comunicación amorosa.

Sentada, de pie o tumbada realiza un golpeteo suave con la mano en el abdomen. Sigue un compás sencillo, como si fuera un mensaje Morse: “ta, ta, titi, ta”. Repite el mismo mensaje tres veces, haciendo una pausa después de cada uno. ¿Obtienes alguna respuesta del bebé?, ¿detiene sus movimientos cuando golpeas?.

Si no obtienes respuesta, no te desanimes, el bebé aun no conoce el mecanismo de comunicación. Al día siguiente repite el mismo mensaje “ta, ta, titi, ta”, tres o cuatro veces con las pausas correspondientes. Cuando el bebé responda de algún modo, varia el ritmo del golpeteo. ¿Notas alguna reacción del bebé al cambio?.

Puedes realizar esta actividad a lo largo de toda la gestación. A medida que el bebé crezca es posible que responda con pataleo después de sentir los golpecitos. Cuando esto sea una realidad cotidiana, cambia la zona del abdomen donde hacer el contacto para comprobar si el bebé patalea también en ese lugar.

La comunicación puede convertirse en un juego habitual y divertido para los dos.