Objetivo: tomar conciencia de tu cuerpo y de las zonas donde se desarrolla el bebé, acariciándole a través de los movimientos del líquido amniótico.
En una posición cómoda, de pie o tumbada, recorre con las manos la zona ósea de la pelvis. Palpa toda la zona, comenzando por las caderas y, como si fuera un masaje muy suave, baja por el abdomen hasta llegar a la pelvis. Siéntete cómoda y disfruta del masaje agradable, dirige tu bienestar hacia los órganos de la pelvis. Cierra los ojos y visualiza mentalmente toda la zona mientras sientes el masaje.
Continua con el masaje de arriba abajo, desde las caderas al bajo vientre. Utiliza la visualización que has ejercitado sobre el útero. Imagina al bebe en ese paisaje agradable mientras acaricias la zona por encima de la vejiga que es donde se encuentra el útero, relaja la musculatura de la zona.
¿Cómo
te has sentido con la actividad? _________________________ |