Objetivo: dirigir la mirada hacia el interior de ti misma, generar un estado de ánimo positivo y aprender a comunicarte con el bebé.
Al menos las primeras veces, realiza esta actividad después de haber conseguido la relajación consciente, cuando tu mente esta vacía de tensiones y preocupaciones y tu cuerpo es receptivo a los estímulos emocionales. Si no te distrae, puedes realizar al mismo tiempo la audición musical.
Con esta actividad aprenderás, poco a poco, a observar tu estado interior y concentrarte en ello. Al desarrollar el ejercicio debes sentir con intensidad la nueva vida que hay dentro de ti, integrando las emociones y los sentimientos en tu mente desde donde partirá un enorme caudal de energía que recorrerá tu cuerpo. Justo en ese momento las vibraciones y la comunicación intrauterina se hacen posibles.
Vas a desarrollar la actividad siguiendo tres pasos:
Primero: Visualiza en tu mente un campo verde muy agradable, añade todos los detalles que hagan la imagen aún más gratificante para ti: mar o montaña, cielo azul, flores, un riachuelo,... Retén la imagen y hazla todo lo real posible: siente el calor del sol en tu piel, el aroma de la hierba y de las flores,...
Segundo: Vive la imagen en tu mente, emociónate con ella. Transforma esa sensación tan positiva en vibraciones corporales y mándalas por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.
Tercero: Visualiza el interior del útero y a tu bebé. Imagina que ese entorno es igual al paisaje que te ha emocionado. Siente las vibraciones y envíalas al útero como lo has visualizado. Cubre al bebé con esas vibraciones positivas, desde su cabecita hasta los pies, arrópale con las vibraciones amorosas y comunícale un mensaje de amor y serenidad.
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