Objetivo: utilizar el canto como medio para comunicar estados emocionales positivos al bebé.
Igual que escuchar música, la actividad de cantar influye en los niveles hormonales, en la presión arterial y en el ritmo cardiaco. Además produce vibraciones energéticas que circulan por el sistema óseo y por los músculos y fuerza una respiración más completa que aumenta el oxígeno en la sangre. Sin duda, cantar mejora los estados de ansiedad y es un modo eficaz de aparcar las preocupaciones. Como ves, una actividad sencilla y divertida que ofrece múltiples beneficios al bebé.
Si te gusta cantar, sola o en compañía, hazlo. Canta mientras conduces, en la ducha, con tu pareja, entre amigos,... Si, por el contrario, no te gusta o bien es una actividad a la que no estas habituada, a continuación tienes algunas sugerencias que, Don Campbell proporciona en “El efecto Mozart”:
“Siéntate con comodidad, cierra los ojos y, durante 5 minutos, tararea una nota que te resulte fácil. Mientras tarareas relaja las mandíbulas, coloca las palmas de las manos en las mejillas y nota la vibración que se produce en la zona. Siente la energía vibratoria dentro de tu cuerpo y como se reduce el estrés.
Al día siguiente, en la misma posición, emite el sonido “aaaaaa”, es el sonido que sale de forma natural al bostezar y produce una reacción de relajación. Procura relajar la mandíbula. No necesitas cantar ni utilizar un volumen elevado, solo entona la “aaaaaa” con la salida de aire al respirar y observa como cada vez esta salida de aire es mas prolongada.
Para el siguiente día entona la “iiiiii”. Así como la “a” es relajante, las vibraciones del sonido “iiiiii” en nota aguda son energizantes y estimulantes para el cuerpo y para el cerebro. Tres o cuatro minutos son suficientes cuando no consigas concentrarte o te sientas adormecida.
El cuarto día entona el sonido “oooooo”. Coloca la mano en la cabeza, en el pecho o en el abdomen y siente la vibración. Unos minutos de este sonido cambian las ondas cerebrales, la temperatura corporal, el ritmo cardiaco, la tensión muscular y la respiración”.
Cuando hayas experimentado con los sonidos anteriores, utiliza los que te resulten más positivos en cada circunstancia, pero practica diariamente durante toda la gestación. Comienza con la voz grave y ve subiendo poco a poco, procura que los sonidos salgan sin esfuerzo junto al aire de la espiración. Observa como la vibración masajea la cabeza, la garganta, el pecho e incluso el abdomen.
En esta actividad, como en casi todas las del programa, tu pareja puede participar de forma activa si lo desea. Los dos, sentados o acostados, situados de forma que el pecho y el abdomen de él estén en contacto con tu espalda. El padre comienza a entonar (vocales, notas o alguna canción) mientras tu sientes las vibraciones de los sonidos recorriendo tu cuerpo. Sobre todo céntrate en la percepción de las vibraciones en la zona del útero. Después entonad los dos al mismo tiempo visualizando mentalmente como las vibraciones transmiten un mensaje de amor al bebé. En otros momentos podéis cantar en otra posición en la que vuestros cuerpos, sobre todo la parte superior, estén en contacto.
Podéis elegir una canción de cuna que os guste para cantar los dos juntos al bebe. Cantad habitualmente la misma canción durante todo el embarazo. Cuando el bebé haya nacido y se encuentre inquieto por algún motivo, cantar esa misma canción de cuna será un bálsamo eficaz.