Ya hemos hablado de los numerosos cambios hormonales que experimenta tu cuerpo. Es importante que tengas en cuentas esos cambios porque influyen en el modo de hacer ejercicio.

De entre todas las hormonas, la relaxina, la progesterona y los estrógenos son las que tienen una relación más directa con el ejercicio físico. Entre otras funciones, estas hormonas realizan las siguientes:

Por la acción hormonal es posible que notes los tobillos hinchados debido a la retención de líquidos, en la próxima revisión consúltalo con tu médico ya que podría deberse también a la tensión arterial alta.

Tu temperatura corporal en estado de reposo ha aumentado desde que estás embarazada debido a la acción de la progesterona y, en cuanto hagas ejercicio notarás enseguida calor. Procura beber agua cada poco tiempo, no te acalores mucho y asegúrate de que el cuarto está bien ventilado.

Cuando estés haciendo ejercicio no te detengas bruscamente, podrías notar sensación de mareo ya que la progesterona ha dilatado las paredes de los vasos sanguíneos y el flujo de sangre es mayor. Es conveniente que te sientes o acuestes con las piernas elevadas en diferentes momentos del día, favorecerás el retorno de la circulación sanguínea hacia el corazón y podrás prevenir la aparición de varices.

Evita los movimientos bruscos, la relaxina provoca cierta inestabilidad en las articulaciones y tienes más riesgo de producirte una lesión. Cuida la postura y realiza los movimientos de forma suave, con armonía.

Es posible que no te apetezca demasiado hacer ejercicio los días que te has propuesto, no lo hagas. Los síntomas típicos de estas primeras semanas pueden hacerte sentir molesta, deja la actividad para más adelante o plantéate una o dos sesiones cortas por semana en momentos en los que te encuentres bien. El ejercicio suave puede aliviar el malestar provocado por el aumento de flujo hormonal y también puede reducir la frecuencia de la náuseas gravídicas.

Si tenías costumbre de tomar saunas o rayos UVA, no lo hagas hasta después de nacer el bebé.

Este mes te proponemos una sesión de ejercicios de calentamiento. Estos movimientos deben realizarse siempre al principio de una sesión de gimnasia. Te ayudan a desbloquear las articulaciones, las desentumecen y las hacen entrar en calor. Durante estas cuatro semanas puedes realizar todos los ejercicios de calentamiento y en los meses posteriores puedes utilizar los que elijas para comenzar las sesiones.

Sesión de gimnasia: