A lo largo de este mes, y durante todo el embarazo, es aconsejable que sigas escribiendo diariamente en el cuaderno como si se tratara de hablarle a un amigo especial a quien confías tus secretos más íntimos.

Habrá momentos en los que aparezca una especie de bloqueo y puedas pensar que no tienes nada que contar. No te dejes vencer por el estado anímico del momento, es necesario que afloren los sentimientos, los miedos y las preocupaciones que te bloquean.

Para superar estas situaciones hay varias técnicas que te ayudarán. Comienza a escribir en tu cuaderno cualquier idea que se te ocurra, por disparatada que te parezca, durante 10 ó 15 minutos. Es muy importante que no dejes de escribir ni pienses en ello, se trata de anotar cuanto se te ocurra aunque sea incoherente, aburrido o absurdo.

Después de ese tiempo cambia de posición o de lugar y tómate otros 10 minutos para reflexionar sobre lo que has escrito y su relación con tus pensamientos más profundos. Transcurrido este tiempo de reflexión, siéntate de nuevo en el lugar donde sueles escribir en tu cuaderno y trata de expresar los sentimientos que han podido aflorar espontáneamente.

Como viste en el capitulo sobre el sistema nervioso, el cerebro dispone de dos hemisferios y cada uno es responsable de un tipo de capacidades distintas. El hemisferio izquierdo se encarga de la lógica, de analizar y razonar la información que recibe. El hemisferio derecho es la sede del desarrollo artístico, de los sonidos no verbales, de la intuición y el pensamiento espontáneo. El objetivo de esta actividad es permitir que tu hemisferio derecho, emocional e intuitivo, pueda expresarse con libertad para revelar sentimientos ocultos. Después, la intervención cautelosa y analítica del hemisferio izquierdo te ayuda a dar sentido a las palabras espontáneas que has escrito en el papel.

Otra técnica para detectar los sentimientos que puedes albergar de forma inconsciente es dibujar el tronco de un árbol en una hoja en blanco de tu cuaderno. Dentro del tronco anota la idea o el sentimiento central sobre el que deseas escribir. Después dibuja las ramas gruesas que salen del tronco y en cada rama escribe un pensamiento relacionado directamente con el sentimiento que has escrito. Escribe lo primero que se te ocurra y no pienses en ello, sólo escríbelo sin hacer consideración alguna.

Cuando hayas completado todas las ramas, dibuja varias subramas surgiendo de las ramas centrales y en cada una de ellas escribe lo que te sugiera el pensamiento anotado en la rama central. Durante 15 minutos puedes seguir dibujando subramas y escribiendo en cada una las ideas que se te ocurran.

Como en el ejercicio anterior, esta técnica tiene el objetivo de hacer emerger pensamientos gracias al trabajo de tu hemisferio derecho sin el análisis del izquierdo. Posiblemente surjan ideas, miedos o preocupaciones ocultas de las que no eras consciente.

Para analizarlos, una vez concluido el árbol, reflexiona durante 10 ó 15 minutos sobre todo lo que has escrito: ¿Qué asociación encuentras entre las diferentes frases?, ¿has repetido ideas parecidas en diferentes subramas?, ¿hay alguna idea o sentimiento del que no tuvieras conciencia hasta este momento?, ¿lo escrito en el árbol aflora alguna ansiedad o temor?.

Es recomendable que utilices alguna de estas técnicas de vez en cuando, gracias a su ejercitación lograrás traer a tu mente consciente sentimientos y verdades interiores.

A continuación tienes algunas ideas para escribir en el tronco de los primeros árboles que confecciones:
  • La salud de mi bebé.
  • Posibilidad de un aborto espontáneo.
  • Problemas de salud por el embarazo.
  • Perder el atractivo físico.
  • ¿Estoy preparada para la maternidad?.
  • ¿Podré afrontar el momento del parto?.
  • La pérdida de independencia y libertad.
  • Compaginar mi carrera profesional y la maternidad.
  • Problemas económicos.
  • Recuperar mi figura.
  • Intimidad con mi pareja.
  • Mi relación con mis padres.
  • Mi relación con los padres de mi pareja.
  • Cómo planteo la llegada de un hermanito o hermanita.